Soleá Morente: ”Sirio B”


Por: Txema Mañeru. 

Estamos ante el buen y original nuevo disco de una artista tan mutante como Soleá Morente. Las sorpresas siempre han estado a la orden del día con cada uno de sus trabajos, y ahora, en el sello Elefant Records combinan referencias sonoras tan variadas como Weyes Blood, Jeanette, Los Panchos, Beach House, Esquivel o su padre, el legendario Enrique Morente, al hablar de “Sirio B”, la estrella más luminosa del universo. Eso por no mencionar los múltiples estilos que se combinan en su rica música. Más rica aún con la inestimable ayuda de Guille Milkyway. El nuevo disco ha venido precedido por un montón de singles de adelanto y algunos vídeos realmente atractivos. Pero vayamos a la materia.

Cuenta con el arranque romántico de su "Ensoñación Nº 9" para luego ponerse latina y bailable, con guitarra española, algo que suena como un theremin y teclados hermosos (Esquivel) a ritmo de bolero. Luego sigue el primero de esos videoclips, un espectacular "Ahora O Nunca", junto a La Casa Azul. ¡Y cómo suena a La Casa Azul aquí! Chulísimo, excitante y bailable dueto con aromas europop. "Con Los Nudillos" encontramos un vídeo de boxeo delicioso y un ritmo de rumba electrónica actual realmente pegadizo. El estribillo, ni te cuento… y los gritos de “Esto será como Kill Bill”, otra locura. 

"Gitana María" es otra delicia que cruza el sonido clásico de la rumba de Las Grecas o Azúcar Moreno (¿y hasta Camela?), con los aromas actuales de Rosalía, o incluso breakstep, con otro estribillo para enamorar. Precioso es el flamenco puro en la parte vocal y la guitarra española de Gonzalo Bruno (aunque con algo de bien utilizado autotune), bien combinado con sonoridades drill actuales, de su "Soleá Del Mar". Una delicia relajada con gran final con un orgánico y puro piano que luego vuelve a dejar paso a un buen rapeado de la propia Soleá.

Otra historia bien distinta es una moderna, experimental y psicodélica "El Lenguaje de las Estrellas", aunque esté basada en un tema popular de Federico García Lorca. ¡Fliparás con la colaboración con su padre, Enrique Morente, en "Mercurio y Seda", casi a ritmo de trance-house! Luego repiten con La Casa Azul (más Las Negris) en una romántica y hermosa "Vamos a Olvidar", casi a ritmo de cumbia. Tierna y muy emotiva es la realmente emocionante "Azalea", que cuenta con unos preciosos arreglos instrumentales que recuerdan, casi, al sonido de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. Esa original trompa de Ana Belén González es realmente una delicia absoluta, así como el clavicémbalo del gran Milkyway. ¿Mi tema favorito?

Mucho más ligera y bailable se presenta en una muy andaluza y rumbera "NO LIKES", pero también con ciertos ritmos electrónicos actuales y cuidados coros junto con la gran guitarra flamenca de Kiki Morente y sonido Caño Roto. El cante de su padre, Enrique, vuelve a aparecer incrustada en una muy moderna, "Mírame (Tengo WOAAA)", con otro trepidante ritmo casi jungle. Hacia el final se pone íntima, aunque bailable, en otra joya romántica como "Mi Cura", que luego tiene un estribillo bailable casi al estilo de los de La Casa Azul y su europop. Más tierna, aún, y con otro melancólico videoclip, se presenta "Mi Vida Es Para Mí". Otra de las joyas máximas de este buen y muy actual disco con otro gran estribillo que corearán sus fans en sus conciertos. El final también es íntimo y romántico con la declaración de amor titulada "Amor Mío (Siento Si No Estuve Aquí)" que nos retrotrae hasta a Jeanette. Una preciosidad, muy acorde con la grandeza del trabajo hasta el citado tema, que cuenta con coros autotune que también llaman la atención.

El disco cuenta con una estupenda y cuidada edición en vinilo cristalino, pero también es muy bonito el cuádruple digipack de la edición en compacto. Hay que destacar como se merece la gran colaboración de un Guille Milkyway en un disco que casi pudieran haber firmado a medias. Se ha encargado de la producción y de todo el trabajo técnico, pero es que, además, ha compuesto todos los temas junto a la propia Soleá y ha tocado un montón de instrumentos. A esto hay que sumar sus buenas voces en los temas con colaboración de La Casa Azul. ¡Seguirá brillando con su nuevo disco!

Carlos Ann: “El Tigre del Congrés en la noche ígnea”


Por: Javier González. 

Hace quince años entramos de lleno en el universo de Carlos Ann con un trabajo casi aconfesional llamado “El Tigre del Congrés”, álbum en el que el barcelonés se pegó el lujo de hacerse acompañar por Juan Carlos Allende, estrecho colaborador de Chavela Vargas y parte integrante de Los Macorinos, con quien nos sumergió de lleno en sonoridades propias del folclore mexicano para adentrarnos a fondo en una carrera que hasta entonces solo habíamos seguido de refilón, pero que a partir de ahí ni supimos ni quisimos abandonar. 

Elementos que ha vuelto a rescatar en “El Tigre del Congrés en la noche ígnea”, lo que parece ser la continuación de aquel proyecto, donde ambos protagonistas vuelven a colaborar para firmar un trabajo de apariencia minimalista y profundamente sentido que merece ser escuchado a oscuras, en la quietud de la madrugada y a poder ser con cascos que nos inviten a perdernos sin remisión en los matices que unen tradición y vanguardia, bajo una producción repleta de pequeñas trampas que acaban por seducirnos merced a unos textos donde el músico barcelonés suena más doliente y sincero que nunca en el marco de un trabajo que reflexiona sobre la vida, pasada, presente y futura, así como sobre algunas relaciones fugaces y otras más duraderas. 

Abren minutaje las guitarras plañideras de “Amada libertad”, un alegato ácrata que dará mucho que pensar, y “Soñar fue un crimen”, dolorosa y especialmente bien producida, convendría prestar especial atención a los matices que se van sumando de fondo con una clara querencia “dark”; “Jugamos a ser inseparables” nos muestra a Carlos Ann interpretando como pocas veces le recordamos, desesperado e irónico cantando a la pena del amor de una noche, y “Renuncio a mí”, entonando el “mea culpa” en esta sonata que por momentos suena entre celestial y cósmica, delicada y ajustada, sin duda una de las cumbres de este trabajo, como también podría serlo con su cadencia pausada “Llorando lento”, donde celebra la vida con franqueza. 

Nos acercamos al final con la poesía casi mística de “Dejaré de ser Fuerte”, en la fina línea de lo pequeño y delicado magistralmente fundida con matices arrebatadores e inesperados que le sientan de maravilla, la genial “En color o en B/N”, donde el folclore latinoamericano se mimetiza con aromas a música griega y algo de electrónica robótica, y un cierre tan rotundo como “Vine a incendiar”, con ese particular estribillo que se acerca demasiado al “Another Brick in the Wall”, que suena más que nunca a reivindicación personal de un músico valiente que nunca ha temido a la vida.

“El Tigre del Congrés en la noche ígnea” representa el mejor disco en la amplia trayectoria de Carlos Ann, un camino sin concesiones ni atisbo de condescendencia donde la libertad e independencia siempre han sido su guía y luz. Esta nueva colección nos habla de vida y de un autor que hace parada y fonda, mostrándose orgulloso y consciente de cada uno de los pasos que le han posibilitado llegar hasta aquí, algo harto complicado cuando uno ejerce de “rara avis” y “outsider” en un país donde a los disidentes se les pone con la espalda pegada al muro frente a un pelotón de fusilamiento. 

Querido Carlos, ya sabes que “el loco yerra, pero no miente. Además tiene la peligrosa manía de decir siempre la verdad”. A ti te suelen llamar loco, pese a que algunos sabemos que muchos pobres diablos ponen dicho nombre a la libertad; también eres consciente que tus verdades pasan por ser incomodas y difíciles de digerir, poner al común del vulgo frente a sus abismos no suele ser plato de fácil digestión. Algo así, sin ser tan extremo, ocurre con este disco al que conviene buscar un momento concreto para darlo varias vueltas, pues fue pensado para escucharse preferiblemente a solas en penumbra, solo así se aprecian todos los matices que contiene. Y será bajo esas coordenadas, querido lector, cuando te agarrará por la solapa para acabar por meterse bien dentro y mostrarte todo su maravilloso y vital esplendor. Este es un impresionante discazo, el mejor de su trayectoria, algo que a buen seguro sabrán apreciar unos pocos agraciados conocedores de la enorme grandeza de un artista sin par dentro del inofensivo y mal llamado panorama nacional que responde al nombre de Carlos Ann.

Rata Negra: “Hawai”


Por: Kepa Arbizu. 

Hawai, durante esa ya lejana época en la que convertirse en turista de cualquier rincón del planeta no se había transformado todavía en un hobby de interés nacional, representaba mucho más que unas coordenadas geográficas determinadas. De hecho, incluso podía llegar a no significar un destino concreto, sino toda una invocación casi mística con la que imaginar un espacio alejado de las limitadoras y asfixiantes rutinas. Sus envidiadas playas observadas desde las páginas de un catalogo se convertían así en el particular Shangri-La de la clase media, el paraíso con el que solo serían recompensados los más afortunados. Pero hoy en día, ese nombre ha quedado sepultado por un fervor viajero insaciable, donde el cuentakilómetros ha sido sustituido por las interminables horas de vuelo y no existe un solo agujero del globo terráqueo que no sea guarida de visitantes y no cuente con su propio Starbucks -o similar- listo para servir el rancho a masas de excursionistas codiciosos de deglutir “experiencias”. Un cambio de escenario que sin embargo sigue siendo el reflejo del mismo diagnóstico, los infructuosos intentos por convertir en postales coloreadas el lúgubre paisaje diario. Una decadente realidad a la que Rata Negra lleva poniendo una intensa banda sonora más diez años, cuatro de los cuales han transcurrido para dar continuidad a su anterior disco, “Una vida vulgar” (Humo Internacional). Un nuevo episodio que, efectivamente, lleva por nombre “Hawai”, y que, efectivamente, representa unas vacaciones infernales con vistas privilegiadas a los hábitos cotidianos.

Como herederos directos de Juanita y los Feos, condición ilustrada por el currículum de Violeta y Fadrique, dos de los tres componentes de la banda que se completa con Pablo, ligado por su árbol genealógico a La URSS y Nueva Autoridad Democrática, su propuesta rezuma acidez tanto en su verbo, afilado estilete costumbrista, como en el crepuscular nervio de sus ritmos. Un decálogo al que han rendido pleitesía desde su alumbramiento y del que, por supuesto, no se desprenden para sus más recientes composiciones, las mismas que vienen decoradas por una portada que es igual de impactante e ingeniosa que reveladora respecto al contenido que resguarda. A medio camino entre un lienzo de Caravaggio y esa deriva pintada por Théodore Géricault en “La balsa de la Medusa”, el trío disfruta de su merecido retiro estival en un particular resort que en realidad es un osario rodeado de su fauna y flora autóctona. Pero, ¿acaso no lo son todos a su manera?

Rata Negra pertenece a esa especie musical que mora entre composiciones suspendidas sobre la inmediatez brotada del crujido emitido por la aleación de punk y garage, un dogma de fe que, salvo excepciones muy contadas que no se llegan a dar en este nuevo disco, niega cualquier virtud a sobrepasar los tres minutos de duración. Una inspiración que ha alimentado una trayectoria que en su cuarto episodio recala por primera vez en el sello Sonido Muchacho, hogar predilecto para irredentos agitadores rítmicos. Un debut bajo dicho membrete que se bautiza con la inaugural “Pesadilla adulta”, compendio de unos valores que asumen el oscuro acervo entregado por Killing Joke, Kaka de Luxe o Parálisis Permanente pero que no rehúye un dibujo melódico que bajo el tono agudo de Violeta, más que armonioso, suena perturbador, casi tanto como los pasos que cada mañana, a modo de eterno retorno, repiten el monótono itinerario que va de casa al trabajo y viceversa. Un paisaje alienante en el que cotiza a la alta no pensar en nada, claudicación a la que se enfrenta “Sobrepensando” arengando las huestes clásicas de The Smiths o The Cure, o mantenerse callada, elección rechazada explícitamente por la dinámica y agitada “Mi opinión”, que a modo de sentencia propiciatoria para el devenir del disco dictamina: “Cerrar la boca no es una opción”.

Un verbo en constante ebullición que encuentra vehículos de lo más originales, porque ese, en apariencia imposible pero en sus manos factible y convincente, punto de encuentro entre los Cramps y alguna banda de Bubblegum pop es el suelo sobre el que se desploma “Antonio”, el protagonista de una biografía nacida torcida y reclutada entre paredes acolchadas. Muestrario de individuos asomados al abismo que, en la estremecedora intensidad de “Reza”, encuentran en las señales del cielo la forma de desatar el infierno mientras que “Ojos verdes” despierta una desgarradora tormenta como manera de ilustrar un episodio romántico y crepuscular. Y es que incluso cuando Rata Negra junta sus manos en forma de corazón, el reflejo ofrecido por esa figura se perfila sombrío, asumiendo con talento la tarea de ejercer como emisarios del ocaso que toda luz contiene.

Una labor desarrollada en el aspecto creativo con absoluta destreza y dinamismo, porque incluso en sus cielos encapotados existe espacio para una diversidad de tonalidades y reflejos. No por esperado es menos reseñable que sea el tema homónimo el que asuma su papel de representante del aspecto más pop de la banda. Su ensoñación encarnada en enclave turístico con el que escapar de la rutina, un destino que más parece abocado a la espera infinita, como aquel Godot, que a la consecución cercana, se postula como parte principal de esos desvíos formales. Senderos que resultan especialmente llamativos al tomar una salida hacia trazas casi arabescas o andaluces, domicilio, perfectamente compartido por los primeros Biznaga, de “Puro veneno”, explícita definición de la sustancia que alimenta su lengua, o de la mixtura conjurada entre insistentes bases rítmicas y estridentes distorsiones de guitarra para anunciar “Peligro”, ilustración de esas sombras que no tienen nombre, ni incluso forma, pero que todos sentimos amenazantes.

Validando su propio nombre, el trío madrileño vuelve a oficiar como representante de esos pequeños y peludos seres a los que nadie quiere mirar, negando incluso su existencia en los hogares, pero que conviven naturalmente a nuestro alrededor. La realidad es que se alimentan de la basura que lanzamos a hurtadillas cuando la noche se convierte en cómplice o se aparecen en nuestro camino durante esos insalubres amaneceres en los que comienza la jornada laboral. También se posan en ese folleto donde las palmeras de Hawai nos inducen a pensar que debe de haber algo mejor a lo que nos ofrece el otro lado del cristal, e incluso a veces son portadoras de un extraordinario y original sonido punk que nos advierte de que si las “ratas negras” existen, es porque nuestro modo de vida las alimenta.

Billy Sullivan (The Spitfires): "Mezclar muchos géneros se convierte en nuestra identidad"


Por: Àlex Guimerà.
Fotografías: Lawrence Watson.

Hoy tenemos con nosotros a Billy Sullivan, líder y alma creativa de la banda británica The Spitfires. Tras anunciar la separación del grupo en 2022, Billy ha retomado con fuerza el rumbo musical de su proyecto, con el sexto álbum de estudio de la banda, "MKII", que acaba de salir en plataformas y tiendas (día 3 de octubre), una obra que marca un nuevo capítulo en su trayectoria.

Con su clásico sonido enérgico que combina la esencia del britpop con toques de soul y punk, The Spitfires se han consolidado como una de las propuestas más auténticas de la escena alternativa británica. Además, Billy formará parte del cartel del mítico Purple Weekend, que se celebrará en León del 5 al 8 de diciembre, donde presentará este nuevo trabajo ante el público español. 

Tras anunciar el final de la banda en 2022, ahora volvéis con nueva formación y un disco bajo el brazo. ¿Qué te hizo cambiar de idea y decidir volver a empezar?

Billy Sullivan: Decidí hacerlo porque empecé a escribir un álbum, probablemente en 2023, cuando era artista en solitario, y empezamos a escribir y grabar un álbum, pero no lograba entender cómo podía tener sentido para mí como artista en solitario. Así que luego jugamos con la idea de que quizá fuese un nuevo álbum de The Spitfires, y en cuanto decidí eso, entonces empezó a tener sentido, y las canciones empezaron a encajar de una forma diferente. Empecé a escribir canciones desde una perspectiva distinta, como si fuese un álbum de The Spitfires, y todo encajó de golpe y de repente tenía sentido.

Y la cosa es que, cuando inicialmente disolví The Spitfires, no me veía volviendo a ello, porque sentía que no tenía nada nuevo que decir ni ningún nuevo sonido que ofrecer. Pero en cuanto estas canciones volvieron a asociarse con ese mundo, sentí que teníamos de nuevo algo que decir como banda, y que tenía una nueva dirección hacia la que avanzar, y se convirtió en algo muy natural que se transformara en un álbum de The Spitfires. 

¿Y cómo ha cambiado la dinámica interna y tu forma de liderar este nuevo proyecto? 

Billy Sullivan: Pues la formación de la banda ahora es la misma que tenía para mi carrera en solitario… bueno, no carrera, un álbum que hicimos, un álbum y un par de sencillos. Así que estábamos muy unidos como banda, y estábamos tocando, en mi opinión, mejor que la formación anterior de The Spitfires, muy compenetrados. Así que fue algo muy natural, porque se sentía más como una banda que como un proyecto en solitario de Billy Sullivan. Fue una progresión muy natural decir: “en realidad deberíamos volver como The Spitfires con esta formación”. Y también le dio a todo una nueva energía, se sentía como algo nuevo, en lugar de reunir algo viejo, lo cual creo que realmente se nota en el álbum, que hace que suene fresco y emocionante, en lugar de ser una especie de refrito de algo que ya había hecho antes. 

Volvisteis e hicisteis un concierto en KOKO en Camden. ¿Cómo fue reconectar con el público en esta nueva era de la banda? 

Billy Sullivan: Pues al principio no estaba seguro de cómo sería, de verdad. No sabía cómo acogería la gente a la nueva banda, la nueva formación y quizás el nuevo material. Pero salió mucho mejor de lo que jamás podría haber imaginado. El concierto fue fantástico, y la banda realmente se unió y se demostró a sí misma esa noche también. Así que cualquier persona que dudara de que pudiera hacerlo con una nueva banda, creo que les demostramos que sí. Y creo que, si acaso, eso solo generó más emoción y más interés en la banda de nuevo. 

Este otoño tenéis una gira con conciertos en Dortmund y Hamburgo, en Alemania, y también en varios lugares de Inglaterra. ¿Qué esperas de esta nueva gira? 

Billy Sullivan: Creo que es una buena oportunidad porque la primera gira que hicimos fue más bien para anunciar que la banda había vuelto, mientras que esta gira va a anunciar que estamos presentando el nuevo álbum. La gente se va a sorprender gratamente con el nuevo álbum y lo va a disfrutar mucho. Los conciertos serán un escenario diferente porque no estarán tan centrados en el material antiguo, estarán mucho más centrados en el material nuevo y en cómo va a avanzar la banda, en lugar de mirar atrás. Así que estoy muy emocionado por hacerlo. Y tengo mucha confianza en que a la gente le va a gustar mucho el álbum y las canciones. Recientemente también anunciamos el concierto en España, tocando en Purple Weekend, lo cual me hace muchísima ilusión. 

Sí, como acabas de decir, habéis anunciado que estaréis en diciembre en Purple Weekend en León, en España. Creo que es un festival que encaja muy bien con vuestro sonido. ¿Conocías este festival? 

Billy Sullivan: Sí. The Spitfires íbamos a tocar allí, creo que en 2021. 

Ah, no lo sabía. ¿Y qué sucedió? 

Billy Sullivan: 

Sí, íbamos a tocar en 2021, pero el bajista de entonces se rompió la muñeca unos cinco días antes del concierto. Y la banda terminó separándose por esa época de todos modos. Así que pensé que era algo bueno que nos ofrecieran volver a tocar y que los promotores estuvieran interesados en tenernos otra vez. Tengo muchas ganas de poder tocar esta vez. 

¿Tenéis planes de hacer más conciertos en otras partes de España? 

Billy Sullivan: Sí. Creo que será ya el año que viene. Pero planeamos tocar en España y hacer una gira como hacemos en Inglaterra o en Francia o donde sea. Lo nuestro es tocar lo máximo posible y ante la mayor cantidad de gente posible. Algunas bandas son muy cerradas en este sentido, y solo hacen giras por el Reino Unido y después solo en grandes ciudades, una o dos en cada país. Mientras que nosotros queremos tocar en todas partes en cada país y que mucha gente pueda venir a vernos. 

El nuevo álbum, "MKII", mezcla distintos estilos de música: ska, reggae, punk, indie británico clásico e incluso música dance, con un espíritu muy mod. ¿Cómo encuentras el equilibrio entre tantas influencias sin perder la identidad? Por ejemplo, para mí la canción "Where Did We Go Wrong" me parece una mezcla perfecta entre The Specials y The Smiths, y suena muy fresca, es perfecta. 

Billy Sullivan: Gracias. Verás, escucho muchísima música diferente y todo me influye mucho, así que no lo veo como cosas separadas. Puedo tener todas estas influencias entrando a la vez. Y nuestro productor Simon Dine también es muy bueno trabajando con diferentes influencias. Así que todo va a un mismo crisol para mí. No veo separación alguna. Y creo que el hecho de mezclar todos esos géneros se convierte en nuestra identidad, en lugar de asociarnos a uno solo. Eso mantiene la música fresca y emocionante, porque no creo que haya límites a lo que podamos hacer en cuanto a sonido. Podemos añadir elementos de lo que queramos, de lo que mejor le venga a la canción. 

¿Crees que este es el álbum más arriesgado de tu carrera en términos sonoros? 

Billy Sullivan: Quizás. El último álbum de la anterior etapa de The Spitfires se llamaba "Play for Today" y fue bastante arriesgado porque nos movimos hacia algo más electrónico. Pero creo que este álbum solo sería arriesgado si no confiara tanto en las canciones y en que a la gente le gustarán. Es más cuestión de que la gente escuche con la mente abierta y más de una vez. Creo que algunas canciones necesitarán varias escuchas, pero valdrá la pena. Estoy muy emocionado porque la gente empiece a oírlo. 

Dices que tienes muchas influencias musicales, pero ¿qué bandas o artistas te han influido más? 

Billy Sullivan: Probablemente The Jam, The Clash y The Specials me han influido muchísimo, igual que The Smiths y compositores como Billy Bragg o Paul Heaton. Gente así ha marcado lo que hago como compositor y ha dado forma al sonido de la banda. Es básicamente con lo que crecí y siempre ha estado conmigo. Aunque hay otras influencias y géneros que entran en juego, nunca perderé esas influencias; son mis raíces y la base de la banda, y luego se van sumando otras cosas. 

Mencionas a Billy Bragg y pienso en que la portada del álbum la diseñó el artista Graham Murdoch. ¿Qué importancia tiene para ti el aspecto visual de los discos? 

Billy Sullivan: Muchísima. Asocio mis discos favoritos con su aspecto visual y creo que una buena portada representa lo que estás escuchando. Quería que este álbum fuese casi una pieza de arte. Tomamos influencias de Barney Bubbles, que había hecho trabajos para Billy Bragg y Ian Dury & The Blockheads, entre otros, y tuvimos la idea de un efecto collage con colores llamativos, usando muchas fotos distintas, algunas que yo mismo tomé con el móvil, como la del metro de Berlín que se convirtió en la portada. Graham hizo un trabajo fantástico con el arte. Estoy muy contento. Incluso el interior del vinilo lleva el patrón de los asientos del tren subterráneo en el que iba cuando tomé la foto. Tiene muchos pequeños guiños. Visualmente es muy interesante y creo que refleja el sonido del álbum. 

El álbum fue producido de nuevo por Simon Dine, productor de Paul Weller y Dexys Midnight Runners, por ejemplo. Creo que te ha guiado muy bien, especialmente en este álbum. ¿Cómo es trabajar con él? 

Billy Sullivan: Este es ya el cuarto álbum que hacemos juntos Simon y yo, y es un productor increíblemente creativo. También componemos juntos y tiene un sonido muy único. Sabe sacar lo mejor de mí y me exige mucho, tanto en lo lírico como en lo musical. Puede coger una idea mía, destrozarla delante de mí y volver a armarla. Confío mucho en su opinión y en su visión para sacar lo mejor de lo que escribo. Además es divertido trabajar con él, nos llevamos muy bien, trabajamos rápido y sin perder el tiempo, porque no podemos permitirnos mucho estudio. Pero trabajamos muy bien juntos y creo que es una relación que continuará. 

Las canciones también tratan temas universales como las diferencias sociales, la adicción, la salud mental o el desamor. ¿Cómo te inspiras para escribir estas letras? 

Billy Sullivan: Creo que en la vida cotidiana. No tienen que ser sobre mí. Pueden ser sobre gente que conozco o personajes y situaciones que invento. Pero me gusta escribir sobre cosas con las que la gente pueda identificarse. Creo que ya no hay mucha gente escribiendo letras con las que el público se pueda identificar. Siempre son sobre pasarlo bien, beber, que el chico consigue a la chica, todo eso. Mientras que para mucha gente la vida es dura. Mis bandas favoritas reflejaban el entorno en el que vivían y yo intento hacer lo mismo. 

Mi canción favorita es "The Writing on the Wall", con sus potentes riffs y ritmo irresistible. ¿De dónde viene esa canción? 

Billy Sullivan: Líricamente trata sobre mi ciudad natal, Watford. Sobre cómo construyen bloques y bloques de pisos por todas partes, mientras que los lugares donde vive la gente se están cayendo a pedazos y los ignoran. Construyen complejos enormes que luego ni se venden o tienen problemas de construcción y se quedan vacíos. Nace de la frustración de que donde vive la gente se ignora, y solo se centran en construir complejos para alquilar a precios ridículos a gente que trabaja en Londres y no usa los bares, restaurantes o servicios locales, así que no ayuda en nada al área. Tiene ese tipo de voces en grupo que vienen de mi amor por The Housemartins. Es muy The Spitfires, suena como patear una puerta. 

Y para alguien que no os conozca, ¿qué le dirías para animarle a ir a vuestros conciertos y escuchar vuestra música? 

Billy Sullivan: Diría que somos una banda en directo muy buena, con muy buenas canciones. Creo que, independientemente del género que le guste a alguien, disfrutarán de que damos el mejor espectáculo posible. No hay muchas bandas que hagan eso. La mayoría hacen lo mismo noche tras noche. Para nosotros es muy importante que cada concierto sea el mejor posible, y la gente lo ve y lo oye. Y si no les gusta, están sordos (Risas). 

Después de este renacer de la banda y el nuevo álbum, ¿cómo ves el futuro de The Spitfires? 

Billy Sullivan: Veo que continuará. Ya he empezado a escribir material para lo que venga después. El futuro es muy prometedor para la banda. Ahora sobre todo me interesa salir a otros países. El Reino Unido está fatal para la música y cada vez es más difícil. Estoy muy abierto a tocar en todas partes y expandir la música y el mensaje de The Spitfires mucho más lejos.

Loquillo: “Corazones Legendarios”


Por: Javier González. 

Los discos de duetos siempre han sido un artefacto de difícil digestión para los sufridos fans del mundo del rock. Como amantes de las grandes canciones grabadas en su formato original se suele mirar con cierta desconfianza a este tipo de trabajos, donde poco o nada se aporta a las grabaciones originales, más allá de una amplia colección de nombres de reconocido peso en el sector que en la mayoría de casos apenas importan al acólito de turno, mucho más feliz por volver a escuchar el añejo material en su forma ya conocida una y otra vez, manteniendo  intacta esa magia única y especial que nos retrotrae a tiempos pasados que saben a pura gloria. Otra cosa muy distinta sería hablar del público medio, mucho más abierto a este tipo de experimentos con gaseosa, y las compañías discográficas que en tiempos de bonanza del sector los utilizaban para aumentar su facturación a veces descaradamente con colaboradores metidos con calzador.

Una sensación similar a la de los fieles seguidores mencionada al comienzo del párrafo anterior nos embriaga al enfrentarnos a éste “Corazones Legendarios”, el nuevo disco de Loquillo, donde selecciona hasta un total de veintitrés temas de su discografía para reinterpretarlos con una nutrida (y a ratos sorprendente) selección de compañeros y compañeras del mundillo musical, actualizando el sonido de viejos himnos para presentar unas versiones que en muchos casos se acercan más al estilo personal del invitado en cuestión que del propio músico de El Clot, algo que a buen seguro habrá sido una premisa de partida previa en esta celebración en toda regla que se ha regalado para sí mismo el Loco

Si tuviéramos que hablar en trazo grueso de estas adaptaciones podríamos categorizarlas en varios grupos; el primero capitaneado por sospechosos habituales, viejas amistades que en algún momento (o muchos) han tenido relación artística y personal con el catalán. Aquí aparecerían los nombres de Alaska, quien lleva a terrenos plagados de “glitter” a “Rey del Glam”, Manolo García, tan importante en los primeros tiempos del Loco, entonando una quizás demasiado plana revisión de “El Rompeolas”; regalando a otro disidente como Andrés Calamaro la invitación de cantar “El último clásico” y a Carlos Segarra, un auténtico hermano de sangre, la ocasión de bordarlo en “Salud y Rock and Roll”, rematando con las colosales interpretaciones de Bunbury, regalándonos un mítico “nenaaaaa” en este nuevo “Cadillac Solitario” que suena más que nunca a los primeros Mink DeVille, y el inequívoco guiño al rock “chulea guiris madrileño” que tan bien sabe llevar a su terreno Ramoncín recordando a “Ceesepe y Pepe Risi” con la magistral “En las calles de Madrid”, cerrando capítulo de forma más que emocional y nostálgica con “Rock suave”, donde escuchar la voz de Jorge Martínez nos pone la punzada en el corazón (¡ánimo, Ilegal!). 

Otra de estas clasificaciones podría moverse entre los nombres que en algún momento de su larga trayectoria se han cruzado con Loquillo, de ahí que no sorprenda encontrar de nuevo a Pereza, tanto Leiva como Rubén Pozo, atacando “Rock and Roll Star”, corte que el dúo ya había grabado con anterioridad, pero que en esta ocasión adaptan mirando a los ojos al “Cabretta” del ya mencionado Mink DeVille; tampoco extraña ver a Coque Malla hacer suyo otro temazo como “Besos Robados”, que sin embargo queda lejos del original, algo que no sucede con el chorro de voz que aporta Tarque en “Carne para Linda”, la cual resuena colosal y mayúscula, básicamente como el temazo que es, y cerraríamos este capítulo con Nat Simons, otra amiga de la casa perteneciente a una generación más joven a la que no hace falta explicarle los códigos del rock, con ella comparte otra vez “Cruzando el paraíso”, un buen trallazo de “Balmoral” que brilla especialmente dulce en esta adaptación. 

Cerraríamos esta amplia categoría con las sorpresas, tanto en el ámbito de nombres como en lo relativo a noticias positivas y negativas en lo relativo al resultado final; entre las notas positivas hay que poner en la balanza la belleza, decadente y europea que derrocha “La edad de Oro”, donde entre capas de guitarras que retrotraen a “Heroes” de Bowie aparece la voz de un Nacho Vegas que nos regala un dueto de altura con Loquillo, que por derecho propio se cuela entre lo mejor del minutaje, y “Sonríe”, donde las Hinds, Carlotta Cosials y Ana Perrote, se suben al barco pirata para llenar de frescura y buen rollo este auténtico trallazo con sabor fronterizo. Otros nombres propios que asoman para regocijo del Loco son los de Raphael (un auténtico regalo para él), quien le acompaña en “Voluntad de bien”, Miguel Poveda (“Nunca volveré a ser joven”), Ismael Serrano (“Antes de la lluvia”) y Miguel Ríos con quien cierra un círculo imaginario cantando una guitarrera “Rock and Roll Actitud”. 

Por el camino, por diversas causas, se quedan “Por Amor”, compartida con Los Secretos, “Memoria de jóvenes airados”, “Feo, Fuerte y Formal” y “Cuando fuimos los mejores”, donde ni tan siquiera el buen hacer de Shuarma, Dani Martín e Iván Ferreiro respectivamente es capaz de hacer olvidar las versiones originales, sobre todo en el caso de la última cuyas querencias originales cercanas a The Stranglers no se han superado en el resto de grabaciones posteriores; tampoco acaban de funcionar “Los buscadores”, un trallazo de rock épico y letra arrebatadora al que la voz de Kutxi Romero no le pega, y ni mucho menos la adaptación planetaria de “El ritmo del garaje”, básicamente porque esta canción tiene un sentido expansivo, macarra y arrogante que va en dirección contraria al talento de Jota, muy loable y reivindicable en su faceta como letrista e intérprete desde el interior, en lides que no tienen que ver con un rock expresivo, canalla y vacilón. Básicamente es cambiar la actitud de Loquillo, la mejor Alaska y el aura, presencia y mística de Santiago Ulises Montero, palabras mayores de nuestro rock, por un indie como Jota. Sobran más explicaciones. 

“Corazones Legendarios” es la nueva fiesta que se regala a sí mismo Loquillo, un derecho que se ha ganado a base de muchas décadas de trabajo siempre en defensa del rock and roll como forma de un cabaret de Las Ramblas al estrellato absoluto. Aquí encontrarás momentos divertidos y reivindicables, también otros realmente emocionantes y de mucha calidad, pero, seamos francos, cuando tu repertorio es imbatible, la banda que te acompaña es un cañón en directo y tú eres uno de esos artistas que “no canta, no baila, pero que no hay que perderse”, es complicado escuchar estas nuevas versiones y no pensar con mucho cariño en la discografía original. 

Seguiremos buscando en el calendario el próximo concierto de Loquillo cerca de nuestra ciudad, sin aditivos ni colaboraciones, porque por sí mismo se basta y sobra para impartir magisterio. Como diría aquel: “es difícil ser humilde cuando uno es tan grande”.

Malcolm Scarpa: "The Road Of Life Alone (30 Aniversario 1995-2025)"


Por: Txema Mañeru. 

Tristemente no pasó por las páginas de El Giradiscos la Edición 30 Aniversario del debut del año 93 de Malcolm Scarpa, titulado “Malcolm Scarpa”, que fue una de las últimas ediciones del sello Hall Of Fame Records, del gran Caballero Reynaldo, y cuyo nombre del sello viene de una canción del propio Malcolm. Por cierto, a ver si lo reeditan pues sus 150 copias ya están agotadas. No está a la altura de los dos siguientes, pero está muy cerca y los extras, las demos y los directos (más el cuidado libreto) vuelven a ser un lujo más que recomendable. No sabemos cómo lo hizo, pero componer y grabar un total de 78 temas en 2 años con semejante calidad y, además, dejando buenos temas fuera, no está al alcance de cualquiera. Salió, al igual que la de “My Devotion” (disco favorito de Scarpa) y este tercer disco de ahora, “The Road Of Life Alone”, ya con su nueva marca, Caballero Reynaldo Producciones Psicotrópicas

Ahora han aumentado la edición de lujo de la caja con 4 compactos a 162 ejemplares. Seguramente se agotarán también por lo que te recomiendo que pases por www.caballeroreynaldo.es y te hagas con tu copia pronto. Vuelve a ser una gozada el libreto de 24 páginas, con interesantes testimonios de Luis González (Caballero Reynaldo y bajista de Malcolm), Paco Tamarit, y Rosa María Morillo Escarpa. Esta vez con un total de 89 tracks, de los cuales son hasta 60 inéditos. Por supuesto la joya de la corona vuelve a ser el disco original remasterizado, al que se suman 3 outtakes que aparecieron solo en la edición en vinilo de dicho álbuml. A eso hay que sumar un directo de unas sesiones de radio, demos (“The Magic Demos Vol. 3”) y tres conciertos de 1995. El más amplio fue el de Zaragoza, con un total de 18 temas en el compacto 3, y los de Elche y Madrid, que aparecen en el disco 4. 

Tanto en el disco oficial, como en los directos, cuenta con el respaldo de una sección de ritmo formada por Luis González y Tito Eduardo Ruano. En los ricos textos del libreto podemos encontrar el firmado por el gran Paco Tamarit, donde hace un maravilloso escrito de admiración hacia Malcolm. Interesantes escrituras bien acompañados además de chulas fotografías, recortes y precisos créditos. Para Paco fue el mejor de todos en una lista en la que también aparecen Beatles, Vainica Doble, Cole Porter, David Bowie, Phil Spector, Neil Sedaka, Carole King o The Mamas & The Papas, entre otros.

Centrándonos en la música, el disco original y la caja se abre con la fiesta pop-rock, el gran ritmo y los finos punteos con mucho aire a The Kinks de "Gonna Full A Party". "Frolic Vamp" por su parte es una delicia psych-pop con guitarras surf al estilo de Beach Boys. Aquí tenemos ya los dos nombres claves que se citan siempre al hablar de Malcolm, que son Ray Davies y Brian Wilson. "She Was A Little Gem" es realmente una gema psicodélica que se mueve entre Robyn Hitchcok y Syd Barrett y "Matilda" es otro de esos preciosos lentos que recuerdan al lado más íntimo de un Ray Davies, con sus chulos arreglos entre místicos y psicodélicos, que extiende su sombra en "I Wrote A Song" desde el lado más desenfadado y con potentes guitarras eléctricas. Si "I Wish I Could Fall In Love Today" es una preciosidad lenta y romántica, como su título, con arreglos y coros entre Beatles y Beach Boys y la magia de unos teclados casi de juguete, no lo es menos la hermosa "Fue Un Otoño Estupendo", donde vuelve a demostrar que era también un guitarrista excepcional, además de un creador original y con mucha personalidad, gracias al a un melancólico instrumental al estilo Chet Atkins

Nuevas pruebas de talento llegan e otra perla romántica lenta como "The Girl I Once Knew (Bright Side)", pero con la vida continuando en Castellón. Por casi idénticos parajes, pero más nostálgico aún, se mueve en "My Tears Don’t Show", con cuidados coros entre Robyn Hitchcock y los Beach Boys más íntimos. "Cellophane House" suena más rock acústico con un ritmo pausado casi a lo J.J. Cale y "Slap Happy Anna" se divierte con las guitarras y ritmos entrecortados en las rítmicas percusiones. Con "I’m Spellboun"’ recupera esas baladas acústicas para morirse de amor y acordarte de los tiempos más felices en tu vida mientras que la otra cara de la relación se posa en "The Girl I Once Knew (Dark Side)". Menos mal que vuelve a elevarse con aires muy Kinks y Beatles en la estupenda melodía de "I’m Just A Failure", de nuevo también con cuidados teclados (siempre a cargo del propio Scarpa). 

El rock y las poderosas guitarras recuperan terreno en la pegadiza (buen estribillo) "I Got My Eyes On You" para ceder espacio a los arreglos en "That Wonderful Someone", sin letra pero con esas tiernas voces. "It Hapenned Just That Way" se llena de ternura con risas Pink Floyd y preciosa y nítida acústica. "Far Far Away" consigue sonar alegre a pesar de la letra y algunas eléctricas estupendas. "Sweet Blanche" es realmente dulce y hermosa con voces dobladas con auténtica magia, aunque sea con su sonido lo-fi, pero lleno de alma y entrega. El blues sirve de apoyo a la buena historia narrada (hasta hablando de Ray Charles) en "Louis The Lame" y la ternura melódica llena de amor una "You Were Only Fooling" casi a lo Jimmy Scott, puro sonido años cuarenta. "Había Una Vez un Colegio en la Calle Cienfuegos" nos deleitará en menos de un minuto para dejaronos con ganas de más. Buena versión de "The Same Street" y despedida del disco original con las breves notas al teclado de "Memory Forty Five".

Luego llegan los extras con algunos outtakes y temas que solo aparecieron en la edición vinilo. Su versión del "Sweet Dreams" realmente nos trae lo que dice su título con acústica, su voz y una deliciosa melodía. Por el mismo camino acústico y en solitario sintoniza su Dial con "Turn Your Radio On". La tristeza y la amargura vuelven con la preciosa melodía de "A Bitter Tear". El primer y brutal compacto se cierra con otra bucólica melodía marca de la casa como "Down Town Porch". 

No nos extenderemos con el resto de los discos porque lo que merece la pena es que los escuches y los disfrutes. Pero te daremos algunos breves detalles. Entre “The Magic Demos Vol. 3” destaca esa preciosidad ahora con doble nombre como es "Casilda (Matilda)" y hay 5 demos sin título que merece la pena descubrir. La guitarra en "Untitled #1" es una delicia absoluta. Los tres directos tienen buen sonido y son muy diferentes entre sí. En formato de trío suena de lujo y entre los 89 temas hay más de una docena de versiones. Ya conocíamos y nos gusta mucho el "Jambalaya", de Hank Williams o el "That’s Alright Mamma", que popularizo Elvis y que viene combinada con "If I Left You Get Away". Nos ha encantado, al igual que a la hermana de Malcolm que escribe las notas de “Las Demos” en el libreto, la versión de Split Enz, "Titus", con su acústica y su buena voz bordando ese gran melodía. También sorprendente resulta "Le Sheik Of Arabia" con sus aires jazz y ragtime. 

Sobre “Los Directos” escribe Luis (Caballero Reynaldo) y se ve que lo pasaron muy bien. Te los dejamos para tu descubrimiento. Esperamos y deseamos (estamos seguros que así será por la gran devoción de Luis por Malcolm) que sigan publicando más ediciones “30 Aniversario” de los discos que siguió grabando en los 90 y los del cambio de milenio.

Repion: El valor de la resistencia


Jardín de Invierno del Parque J.A. Labordeta, Zaragoza. Jueves 9 de octubre de 2025.

Texto y fotografías: Javier Capapé.

Existe un reducto de resistencia roquera en las fiestas del Pilar de Zaragoza. Entre tanta propuesta falta de alma o con exceso de ligereza apenas quedan escenarios en la ciudad para propuestas que no sean urbanas o cercanas a la radiofórmula durante estas fiestas. Los antiguos escenarios de las plazas céntricas de la ciudad han desaparecido y se imponen los grandes eventos de infinitos aforos en el corazón de la Plaza del Pilar o en el impersonal Espacio Zity. Pero entre todo ello, sigue en pie una aldea gala en lo alto del Parque José Antonio Labordeta donde mandan las seis cuerdas y el descaro de alma stoniana. El Jardín de Invierno se ha consolidado como uno de los escenarios imprescindibles de las fiestas en los últimos años. Para este 2025 se han dado cita aquí desde Califato ¾ a Killer Barbies, Telephunken o Calavera. Lo local se ha dado la mano cada noche con propuestas nacionales de lo más sugerente. De entre todas ellas, elegí Multipla y Repion para sumergirme en aguas turbulentas con la luna como cómplice y el espíritu de Labordeta como aliado (de hecho fueron sendos homenajes al cantautor aragonés los que revitalizaron este espacio hace unos años).

Con Multipla ya tuve mi idilio hace apenas unos días cuando los descubrí en el FIZ. Ya entonces me impactó su frescura y actitud. Esta vez ofrecieron un concierto ligeramente distinto a aquel, pero sin olvidarse de sus canciones más celebradas, como “Sidecar”, así como de su bajo marcado y sus delays de guitarra que nos llevan directos a los ochenta, pero con la energía de quien todavía tiene recién estrenada la veintena. Nos sorprendieron con varios desarrollos instrumentales con gancho y convencieron a un público más bien tímido al principio, pero que se fue soltando con las poderosas “Ya da igual” o “Días Grises”. Anunciaron que tienen material nuevo entre manos, así que ojalá vea pronto la luz y pueda darles más alegrías a este trío que podría tomar el relevo del punk melódico en la ciudad.

Las estrellas que hicieron brillar la noche del pasado jueves también se presentaron en forma de trío. Las hermanas Iñesta, acompañadas al bajo por Iris Banegas, descorcharon sus mejores canciones para subir el pulso de todos los presentes y convertir nuestro nuevo encuentro con las cántabras en una fiesta de punk rock acelerado, pero igualmente cargado de épica y poderosas armonías. El repertorio se sostuvo con las canciones de su disco homónimo y su EP “Entre todas lo arreglamos”, a pesar de que arrancaban la gira del que será su nuevo largo, del que únicamente presentaron su más reciente single “El sueño dura una semana”. Esperemos que mientras la gira va rodando nos vayan regalando más canciones de este disco, que ya hay ganas, y eso que éstas con las que juegan son de lo mejor que ha parido el rock en nuestro idioma en los últimos años. “Qué hay de ti?” abrió con paso decidido y sin apenas respiro encadenaron “Amor Fantasma” o la más ligera “Tú/Mi colonia”. 

No hay temas menores en su discografía, y así nos metieron en su “Madriguera” y recorrimos canciones que podrían ser ya clásicos como “Pronto”, “Sin hablar” o “Qué soy yo para ti”. Una detrás de otra, con pocas palabras y mucha convicción, gracias a la contundente pegada de Teresa (¡menuda entrega a la batería!) y la explosividad eléctrica de Marina. “Monstruos de río” volvió a ser uno de los momentos más inspirados y desgarradores del concierto, como cuando las vi hace unos meses en La Lata de Bombillas. Entre ese concierto y este último no hubo muchas diferencias, pero tampoco nos importó demasiado, ya que lo que nos queda es su dinámica y energía convertidas en canciones, lo que de verdad vale la pena. 

Pronto habrá tiempo para novedades, pero mientras tanto siguen sacando rédito a “Viernes” o “En todo momento”, no sin antes dejar que Teresa tome las riendas y nos conmueva a la acústica para entregarnos una de sus tonadas más delicadas, “Vienen de pasárselo bien”. Así precisamente nos sentimos, como si la escasa hora de concierto volara con el sentimiento de pasarlo más que bien. “Barrio Somavilla” incidió en esos años de la infancia que vuelven una y otra vez a nuestra mente para conectar con lo que más nos importa y “El día no me da” destapó a las claras la necesidad de buscar en los demás nuestro sostén cuando no podemos más. Marina y Teresa pueden ser precisamente ese asidero al que agarrarse cuando, como ellas mismas nos dicen, “algunas cosas nunca se arreglan, se quedan clavadas”. Una frase con la que cerraron su actuación. Aparece en “Brillante” y, como su propia música, nos da pistas para seguir y no olvidarnos de brillar aunque no demos para más, aunque se nos venga el mundo encima y nos parezca que no podemos avanzar. Ellas consiguen darnos el aliento necesario porque su música puede remover nuestros cimientos y lanzarnos de nuevo a caminar. Son Repion, son explosivas, creíbles y honestas, y su música, condensada en un concierto tan efectivo e intenso como el aquí narrado, me demostró una vez más que podemos salir adelante con todo. No dudéis ni un segundo si se os ponen a tiro. Están en su mejor momento y os van a convencer con creces. 

No sé si podré afirmar que éste será uno de los mejores momentos de estos días de fiesta maña, pero lo que es seguro es que ese pequeño reducto de nuestro “Parque Grande” no es comparable con otro escenario. Es nuestro bastión y atalaya en este momento, nuestro pequeño gran tesoro para alimentar de buen rock noches para el recuerdo.