Fallece Garth Hudson de The Band


Por: Àlex Guimerà. 

Garth Hudson nació en Windsor (Ontario) el 2 de agosto de 1937 en el seno de una familia de músicos, con una madre cantante y pianista y un padre multinstrumentista. En ese ambiente musical fue criado y formado en la música clásica y en el aprendizaje del piano. Con apenas doce años, comenzó a tocar en bandas de jazz y de baile, hasta que finalmente en 1961 entró a tocar con The Hawks, banda de acompañamiento del cantante de rockabilly Ronnie Hawkins y posteriormente de un joven folkie llamado Bob Dylan. El resto es historia, desde el terremoto musical que causaron junto al de Minnesota hasta los años dorados con de The Band.

En The Band, Garth era el único miembro de los cinco que no cantaba como solista. Él fue el encargado de los arreglos, de embellecer las creaciones de sus compañeros, de compactar los distintos instrumentos, y en definitiva, de hacer el trabajo silencioso para que todo luciera. Alejado del exhibicionismo, no por ello dejaba de ser un auténtico virtuoso multinstrumentista, si bien su instrumento eran los teclados (piano, órgano Lowrey, ...), también fue un maestro del acordeón o del violín, saxofón, sintetizadores y de cualquier innovación instrumental que se le pusieran por delante. Sus grandes conocimientos musicales e ilimitadas inquietudes por la tecnología y por distintos estilos musicales (blues, jazz, country,...) aportaron brillantez a la producción de las canciones de su formación.  

Seguramente siempre han sido mas conocidos Richard Manuel, Rick Danko y sobre todo Levon Helm y Robbie Robertson, pero su barba y su estilo rural llenaron de carisma los escenarios de esa icónica agrupación artística, sin la cual lo que hoy apodamos como "Americana" sería del todo distinta, y sin la cual Bob Dylan no habría podido desplegar tan espectacularmente su talento a mediados de los sesenta, al margen que no tendríamos en nuestras videotecas uno de los mejores largometrajes musicales de toda la historia ("The Last Waltz", dirigido por Marin Scorsese, 1978). Hudson, junto a sus compañeros de La Banda, arrojó un legado musical que va mucho mas allá de sus dos primeros álbumes -hablamos de las obras maestras "The Band" (1967) "Music For The Big Pink" (1968)- y que apenas duró poco más de diez años pero que marcó para siempre el rock americano, además de ser artífices del inabordable legado de las cintas del sótano ("The Basemen Tapes", Bob Dylan, 1975). 

Tras su paso por The Band, al margen de las posteriores reuniones, Hudson siguió dónde más cómodo se sentía: en un puesto discreto, alejado de la fama y persiguiendo su amor a la música, lo que hizo como músico de sesión y arreglista, llegando a colaborar con grandes como Van Morrison o Leonard Cohen. Si bien no publicó oficialmente su primer álbum en solitario hasta el año 2001 ("The Sea to the North"), antes en 1980 había gravado el experimental "Our Lady Queen of the Angels" y disponible únicamente en casette y de forma limitada hasta que en 2005 finalmente se reeditó. 

Afortunadamente Garth pudo vivir para el reconocimiento de The Band con su inclusión en el Rock' n Roll Hall Of Fame en 1994 y el premio Grammy a toda su trayectoria en 2008. Estos últimos años era el único del legendario quinteto superviviente, tras la pérdida de Robbie en 2023, por lo que su fallecimiento en su casa de Woodstock (New York) el pasado 21 de enero nos ha dejado huérfanos de esa manera de entender la música tan única que miró hacia la tradición americana y que la mezcló con el rock a través de una forma de tocar de la que él era, sin duda, el auténtico maestro.

Simon Goddard: “Canciones que te Salvaron la vida: The Smiths 1982-1987”


Por: Javier González. 

The Smiths fueron una supernova, fugaz y radiante que iluminó el mundo pop durante el breve lustro que duró su existencia, suficiente tiempo para alumbrar una sutil colección de himnos imbatibles, donde confrontaron abiertamente con lo establecido, dando voz y esperanza a un montón de inadaptados, desarrapados y solitarios que encontraron en sus letras un fiel espejo donde verse reflejados, algo que muestra a la perfección este “Canciones que te Salvaron la vida: The Smiths 1982-1987”, que nos llega ahora en su edición en castellano merced al buen hacer de la editorial Ondas del Espacio

A través del mismo, Simon Goddard, autor y fan confeso de la banda, nos muestra, con afán crítico y sin caer en la indulgencia, la historia de un ente único surgido en las poblaciones colindantes del industrial y obrero Mánchester, cuyas particularidades radicaban en gran medida en la personalidad de dos tipos repletos de talento. 

Ambos descendientes de irlandeses, pero nacidos en Inglaterra -como el genial Shane MacGowan y tantos otros artistas de diversas generaciones, estableciendo, quizás, un patrón que bien podría ser recogido en un más que interesante libro sobre la especial importancia del acervo cultura irlandés en el rock británico-, melómanos y buenos conocedores de la mejor tradición del pop-rock, desde los años cincuenta, pasando por los sesenta y aterrizando en los setenta, amantes del northern soul, el rockabilly y del punk.

Uno, Johnny Marr, un virtuoso de la guitarra, dotado de un gran talento natural para las melodías y capaz de imaginar brillantes arpegios; el otro, Morrissey, dotado de un excelente bagaje cultural, apasionado por la música, el cine y la literatura, lo que le otorgaba una excelente facilidad para la escritura, vocación que explotó como letrista, mostrando una conjunción de sensibilidad extrema, afán crítico y una innata capacidad para lanzar dardos repletos de veneno. Juntos representaban el motor creativo de la banda, debidamente secundados por la brillante base rítmica que siempre conformaron Andy Rourke y Mike Joyce, dos secundarios de lujo dispuestos estoicamente a llevar a las canciones al mejor puerto posible, sin personalismos ni estridencias. 

Bajo estos parámetros se desarrolla la trama de estas “Canciones que te salvaron la vida”, aludiendo a la prehistoria de The Smiths, con el mítico encuentro entre Johnny y Steven como “big bang”, cuando el primero acude a casa del segundo, y este le invita a pasar a su habitación para arrancar el proceso de composición de canciones; un proceso que es uno de los puntos fuertes de la obra, pues aparecen recogidas todas las que el grupo grabó, desentrañando sus referentes, tantos sonoros, estéticos como literarios. Especialmente reseñable en este punto son las curiosidades que revela sobre la grabación e intención de grandes temas como “Panic” o “There is a Light That Never Goes Out”, donde se elucubra al extremo sobre el significado  de la letra y su posible destinatario, y de trabajos tan potentes como “Meat is Murder” y “The Queen is Dead”. 

No falta en el desarrollo  ni su meteórico ascenso a la fama, ni muchos menos sus agrias polémicas con la disquera que los fichó, Rough Trade, ni tampoco las malintencionadas opiniones de la crítica, especialmente duro fue el ataque que les brindaron los tabloides por la canción “Suffer Little Children”, donde Morrissey relata los terribles asesinatos de los páramos, crímenes llevados a cabo entre 1963-1965 por Ian Brady y Mira Hindley, algo que debió ser realmente doloroso para ellos. De la misma forma que también se hace una inteligente fotografía del desgaste que sufrieron por el peso de una independencia que en su caso era radical; o se habla a las claras del por momentos soterrado enfrentamiento entre Morrissey y Marr, sobre todo en lo relativo a las preferencias en cuanto a productores y en última instancia acerca de posibles desavenencias musicales en algunas canciones de la última etapa. Y sí, también se repasa, cómo no, el especial carácter y en ocasiones “peculiares” formas de proceder del sin par Steven

Para todo buen aficionado a The Smiths es un placer y un privilegio poder contar por fin con la versión en castellano de esta formidable obra firmada por Simon Goddard, cuyo valor principal consiste no solo en mostrar con todo lujo de detalles el proceso de gestación y grabación de cada una de las canciones que componen su legado musical, sino también desentrañar con pericia las influencias sonoras y líricas del genial tándem compositivo Morissey/Marr, elementos perfectamente hilvanados que van apareciendo mientras disfrutamos de un viaje por la trayectoria de la banda y conocemos las difíciles relaciones que mantenían con discográficas y crítica en general, elementos que potenciaron un desgaste en la relación interna entre los ideólogos del combo, desembocando en un abrupto y frio final, cuyas heridas parece claro que jamás llegaron a cicatrizar del todo. 

The Smiths dejaron de existir hace casi cuarenta años, sin embargo, la reedición en castellano de libros como “Canciones que te Salvaron la vida: The Smiths 1982-87” vienen a seguir mostrando la vigencia de una banda única, ejemplo de talento, cultura, independencia y compromiso. Sonará a tópico, sobre todo cuando se habla de ellos, pero, entre nosotros sigue existiendo  una luz que nunca se apagará. 

Derby Motoreta´s Burrito Kachimba: “Nos consideramos más artesanos que artistas”


Por: Javier González. 

Es un hecho que la “kinkidelia” se ha convertido ya en un punto de encuentro “transversal”. Si en primera instancia lo llamativo de la propuesta de Derby Motoreta´s Burrito Kachimba era un lugar común para conversaciones de “enteradillos”, ahora es evidente que estos talentosos sevillanos han pasado de fase, llegando a un público realmente heterogéneo, que, por encima de estilos y modas, se identifica con el poder de sus canciones y la belleza de unas letras repletas de pellizco.
 
Algo que se demuestra en el progresivo aumento de aforo en los recintos en los que van colgando el cartel de “No hay billetes”, hecho que ocurrirá a finales de esta semana en el Movistar Arena de Madrid, donde en el marco de “Inverfest”, vendrán a presentar las bondades de su propuesta en un concierto de lo más especial en el que repasarán toda su discografía rodeados de amigos y amigas, en lo que a buen seguro será una fiesta única para los fieles seguidores. 

Días antes de dicha actuación tuvimos la oportunidad de charla telefónicamente con Scott, guitarrista de la banda, quien tan cercano y amigable como siempre, nos acercó toda la actividad reciente de DMBK

¿Qué tal va todo, Scott? ¿Cómo está yendo la gira de presentación de este genial “Bolsa Amarilla y Piedra Potente”? 

Scott: Está yendo muy bien, tío. Arrancamos la gira haciendo tres conciertos de presentación para lugar empezar con la dinámica de festivales. El disco nos está dando muchas alegrías, la gente ha conectado con él y vemos que cantan las canciones muy intensamente. Ahora estamos con la vorágine del Movistar Arena, el antiguo Wizink, vamos a tocar allí el próximo día 24, entre los invitados, la logística y ensayar en Madrid vemos que hay un montón de árboles que podar. Estamos deseando que llegue la fecha, soltar lo que llevamos preparando meses y ver la carita de felicidad del público. Días atrás estuvimos ensayando con El Canijo y El Indio de Vetusta Morla parecíamos una orquesta, nunca hemos tocado con tanta gente a la vez. Hay muchas ganas de que veáis lo que estamos preparando, lo estamos haciendo con mucho cariño.

“Nos sentimos unos elegidos porque hacemos lo que nos gusta” 

Desde fuera da la impresión que el crecimiento de la banda es constante, básicamente habéis conseguido una cosa sintomática, habéis trascendido llegando a oído de un público “no rockero”, algo que solo consiguen hacer los elegidos. ¿Habéis notado esta expansión a otros tipos de público?

Scott: Nos sentimos unos elegidos porque hacemos lo que nos gusta y a día de hoy estamos viviendo de la música que es algo increíble. Era el sueño de nuestra vida, tener una banda y sacar discos. Y no por lo otro que comentas, que es demasiado para nosotros. Creemos que nuestro público es muy fiel, desde el principio hemos tenido un ejército de muchachos y muchachas muy aguerridos. Tenemos uno seguidores muy heterogéneos, como has dicho. Hay gente muy pop a la que le hemos entrado y peña que viene del hardcore que nos dice que “odia el flamenco”, pero que le flipamos. En nuestros conciertos te puedes encontrar desde el heavy con el pelo hasta el culo, indies y señores que vieron en directo a Triana en su momento que ahora sienten una vibración parecida y vienen a vernos. La transversalidad es parte del éxito del grupo, no nos retroalimentamos de un estilo de gente concreto. Pienso que es un poco el reflejo de nuestra música, donde hay mezcolanza y heterogeneidad, al final es lo que hace conectar a la gente. También influye que seamos una especie de teleñecos con el pelo largo, por lo que es divertido vernos tocar. 

“Somos una anomalía en el sistema” 

Vuestro sonido es rockero, por momentos intenso y pesado. No es una propuesta que esté sonando en radios comerciales y está alejada de los sonidos predominantes. ¿A qué crees que es debido esa forma de trascender? ¿Cómo ha conseguido la “kinkidelia” conquistar los cielos? 

Scott: Sí, somos una montaña acercándose a ti. Para nosotros es inexplicable, siempre decimos que somos una anomalía en el sistema. No hacemos el sonido predominante, ni la música que está de moda, ni estamos en el movimiento mainstream más comercial. Creo que estábamos en el lugar adecuado en el momento oportuno. Se abrió una especie de vórtice, nos juntamos para ensayar, sin pretensiones, después de tres meses empezamos a sacar un par de singles y enseguida la maquinaria echó a rodar. Al principio llegaban muchos mensajes del tipo “ostras, llevaba mucho tiempo esperando una banda como vosotros”. Cuando arrancamos había un hueco que nadie estaba ocupando, después hemos intentado hacer las cosas bien, pero ha habido un punto de suerte también. Hemos aprovechado la oportunidad y de momentos estamos muy contentos porque está funcionando. 

“Nos va la vida en Derby Motoreta´s Burrito Kachimba” 

En nuestra reseña comenté que “Bolsa Amarilla y Piedra Potente” era vuestro particular 3 de 3. Un disco que asienta más todavía vuestras coordenadas, pero donde es patente una evolución, una vuelta de tuerca, tanto en el sonido como en letras. ¿Tenéis la misma percepción en el seno de DMBK? 

Scott: Claro. Siempre decimos que somos una banda en movimiento, nuestras experiencias vitales como seres humanos en este planeta y músicos se filtran en lo que vamos haciendo. No somos un grupo que explote una fórmula hasta la extenuación. Tenemos una particularidad, tampoco somos una banda que haya estado encerrada seis o siete años ensayando en el local. Al sacar el primer single no llevábamos ni seis meses junto, hemos vivido un proceso juntos. Nos conocíamos de antes, pero han pasado dos giras, tres discos y una banda sonora, pasamos de ser conocidos a ser hermanos. Ahora sabemos cómo respiran los demás, hemos encontrado una forma de trabajar y componer. Poco a poco las cosas se ponen en su sitio y en este disco se nota el saber hacer. El ejemplo es el del alfarero, cada vez que hace un jarrón lo hace mejor. Nosotros nos consideramos más artesanos que artistas. Vamos consolidando nuestro sonido y personalidad para coquetear con diferentes estilos, frecuencias y modos de expresarnos. 

“Entregamos álbumes de los que luego se extraen singles” 

Personalmente también comentaba que es vuestra colección más equilibrada, más accesible, pero en contraste quizás la tenga unos singles menos directos y evidentes. ¿Lo ves así? 

Scott: No somos una banda que trabaje el single en realidad. No compones con la mentalidad de hacer un single y sus características. Vamos componiendo y componiendo para hacer un álbum. Al final venimos de la tradición de ponerte el vinilo en el orden que la banda pensó, buscando sumergirte en el viaje. Nosotros entregamos álbumes de los que luego se extraen singles. Son más y menos directos a la vez. “La Fuente” es un tema que va muy al palo, “Manguara” tiene una fórmula de estribillo que no habíamos usado antes. Puede que sea menos directo que el primero, que es muy directo, muy inmediato y furioso. Había mucha garra, ahora somos más viejos. 

“Jugamos con las influencias y referencias con total libertad” 

“En La Fuente” hacéis un pequeño homenaje al maestro Morente. 

Scott: Es lo que hablaba antes, jugamos con las influencias y referencias que tenemos con total libertad. Dejamos filtrar nuestras influencias de la manera más cariñosa posible. A veces hay referencias muy evidentes como esta de Enrique Morente. 

Me ha llamado mucho la atención un tema como “Tierra”, un corte realmente bonito que se extiende hasta los nueve minutos, cerrando con un blues experimental totalmente mántrico. 

Scott: Es un tema muy diferente a lo que veníamos haciendo. Es una especie de rumba rara. Al hacerla la llamábamos la canción “Emo”, con ese desgarro y dolor en la letra y música. El final es dejar que las cosas vayan cayendo como el agua del río que cae al mar. 

¿Qué puedes contarnos sobre este concierto especial? ¿Qué sorpresas habéis preparado? 

Scott: Tenemos muchas ganas. Es el concierto más grande que vamos a hacer sin contar con grandes festivales. Estamos satisfechos con el trabajo y nerviosos. Todo está poniéndose en su sitio. Las sorpresas son los invitados, viene Ángeles Toledano, Anni B Sweet, Julio Ródenas, El Indio de Vetusta… una lista guay que hemos colado en canciones que no vamos a desvelar para que la gente se lleve la sorpresa en el momento. Va a ser una noche única, tocaremos todas nuestras canciones menos una. Va a ser una velada memorable para todos los fans de la banda. 

“La gente que entra en el universo DMBK es muy pasional” 

¿Qué aforo tendrá el concierto concretamente, hablamos de todo el recinto? 

Scott: Es la zona de 5.000, no somos C. Tangana (Risas). Nos sentimos unos privilegiados, estamos dentro del circuito. Sucede que la gente que entra en DMBK es muy pasional, en los conciertos hay una sinergia muy familiar. Estamos muy contentos de poder meter tanta gente en un Wizink sin caer en la fórmula del éxito. 

“Sevilla es un hervidero creativo, la ciudad parece una bomba” 

Venís de una ciudad como Sevilla, cuna de nombres míticos y propuestas únicas. ¿Sentís más responsabilidad u orgullo? 

Scott: Al arrancar nos inventamos el rollo de la “kinkidelia”, básicamente nos queríamos sentir libres y no responsables de seguir un legado iniciado por Triana. Es un rollo que nos flipa y es nuestro ADN, por supuesto. En Sevilla hay una confluencia única, donde convergen el blues y el flamenco que creo que no sucede en otros puntos del planeta. Aquí está el flamenco de una manera apabullante, pero hay mucha tradición de blues desde las bases americanas de los años sesenta. Hay un hervidero creativo, no solo en este estilo, sino también en otros. Parece que la ciudad es una bomba, cuando está callada es que se está preparando algo. Ahora puede haber unas puntas de lanza que podemos ser Califato ¾, Vera Fauna, que sacaron un disco hace poco que está más alejado del sonido rockero, pero sí incorporan el flamenco, y nosotros. 

Personalmente, estas últimas semanas le he estado dando duro a “El Mundo se Quema”, el nuevo disco Quentin Gas y Los Zíngaros. 

Scott: Es el que abrió la veda. Estuve con Quintín, fui un Zíngaro en “Caravana” y en “Sinfonía Universal Cap. 02”. Recuerdo que cuando estaba con él, hacíamos este estilo, pero enfocado desde otra perspectiva. Por decirlo de algún modo, él es más popero y nosotros distorsionamos más las guitarras. Ya te digo, hay mucho hervidero de propuestas, pero DMBK no nos sentimos responsables, más allá de nuestra propuesta, canciones y público. Cuando pase el tiempo, nos disolvamos o nos muramos, los periodistas os encargaréis de hablar con perspectiva. 

Vista esta nueva colección de canciones, ¿sentís que cerráis con ella una primera etapa? 

Scott: Sí, de alguna manera sí. Desde que arrancó la banda la máquina comenzó a andar rápido. No creíamos que fuera a ir todo tan deprisa, nos vimos sumergidos en una gira larguísima, durante la que estuvimos componiendo “Hilo Negro” al mismo tiempo. Luego vino la pandemia, otra gira muy extensa, por eso para este disco decidimos parar un poco, tomar aliento y no componer de gira, ya que terminas con la cabeza como un yogurt de coco. Cierra el círculo, sí. Tenemos un modus operandi, ahora empieza otra fase Motoreta. 

Pasamos de 49 a 50. Vamos a mirar la bola de cristal. ¿Qué aroma tendrán las próximas composiciones? 

Scott: No lo sabemos todavía, no hemos arrancado la fase creativa. Estamos cada uno por nuestra cuenta germinando ideas, pronto pondremos en común y comenzaremos a galoparlas. A partir de ahí, veremos los dientes al lobo y sabremos de qué pie cojea. Lo que será es producto de una progresión vital como personas y músicos que se volcarán. Pondremos toda la leña en el fuego, a nosotros se nos va la vida en esto. Cuando nuestros padres nos compraron el primer instrumento con 14 años el sueño era justo esto. Estar girando, sacando discos y cruzar el charco para tocar. Son cosas muy locas. Vamos a seguir aprovechar el centímetro cúbico de suerte que hemos tenido.

Ilustres Principiantes: Sehore

 

Sehore se doctora con la salida de su primer disco ¨Ladencia¨. Un disco cargado de matices y que hará las delicias de todos aquellos oyentes que gustan de sentarse tranquilamente y disfrutar del poder de las canciones. Este disco es el cristal de un escaparate en el que alguien podría reflejarse y por el que, al mismo tiempo, se ve un océano con recuerdos desordenados que se han convertido en música. Son historias perdidas de cualquier vida, por eso empieza con la transformación de una mariposa y termina con la madurez.  

Se titula ¨Ladencia¨ porque en esa palabra se mezclan los elementos que anuncian y preceden a una despedida además de los efectos que la rodean. Pero también es una almohada para descansar la cabeza, ya que, si en ese espejo te invade la tristeza, se trata de ir hasta los lugares que solías frecuentar para dejar de llorar.  

Hay pedazos de algunos sueños que a fuerza de repetirlos se van haciendo realidad, mientras que otros muy cercanos son desechos y eso es lo único que merecería desterrarse. Cuando se deja oír aparecen ritmos de tango, reggae, vals o calipso que han sido bailados en algún momento. Sirve para compartir vivencias como el deseo del náufrago que quiere ser rescatado. Al final son las canciones que a pesar de buscarlas nunca aparecieron. 

Después de saber más a fondo el trasfondo de este ¨Ladencia¨ es de agradecer que aún queden proyectos como Sehore, proyectos que deciden hacer las cosas sin artificios, creando canciones que le llenan a uno y no lo que te venga impuesto por modas y similares. En eso se basa este interesante proyecto, en canciones y ritmos que te atrapan desde el primer momento. Ritmos que rápidamente te llevaran a la época dorada del pop de los 80.

¨Ladencia¨, el primer trabajo de la banda, el cual ha sido grabado junto al mítico Paco Loco en su estudio de Puerto de Santa Maria y masterizardo en Kadifornia por el ganador de un Latin Grammy Mario G. Alberni. Una magnífica carta de presentación para un proyecto que va a remover conciencias. Estamos ante un compendio de canciones creadas con el único objetivo de ser disfrutadas tranquilamente, siguiendo el hilo conductor que nos ofrecen Sehore y que estamos seguros de que será del gusto de cualquier oído inquieto.

Said Muti: "En el riesgo está la virtud del arte"


Por: David Vázquez.

Said Muti comenzará el año presentando en casa su último LP. Un trabajo donde “habla de todas las personas que sacrifican gran parte de su salud, su familia y su vida para conseguir el sueño que se han propuesto”, como bien explica en esta charla. Hilvanado con mimo y trabajo, minucioso en cada detalle, "Criminales Del Sueño" se antoja un disco elegante y fuera de modas, para disfrutar ahora y con los años. Un álbum en el que “cuando todo calla y enmudece, la inspiración decide gritar.” 

6 años desde aquel fructífero 2018 (publicó Habitación 828, En Directo Desde El Auditorio Alfredo Kraus), ¿de dónde surge y, sobre todo, dónde se encontraba y encuentra Said Muti? 

Said Muti: Es increíble la voracidad con la que el tiempo trata a los álbumes. Concretamente para mí es un año menos. Habitación 828 se publicó a finales de 2018 y tengo la sensación de haberlo publicado prácticamente en 2019. De igual manera, ha llovido bastante hasta este nuevo álbum. Quizá el parón obligado por la pandemia tuvo mucha presencia en todo el proceso. Lo cierto, es que contaba con un buen puñado de canciones y consideré que tenía que darles y darme el espacio suficiente para que todo ocupara el lugar que se merecía. En tiempos donde la fugacidad es la razón de ser del arte; detenerse y respirar es un acto revolucionario. 

Ahora mismo me encuentro en un momento muy dulce y gratificante. Considero que he encontrado un lugar artísticamente bello y confortable. El camino me ha traído hasta aquí y es fantástico poder mirar atrás y saber que, tanto lo errores como los aciertos, han sido determinantes en la formación de esto que ahora presentamos. No sabría muy bien cómo explicarte de dónde salen los discos ni las canciones. A veces pienso que andan en el éter y que alguna fuerza desconocida las trae hasta mi garganta y mi guitarra. Ese pensamiento mágico es el que más me gusta. A pesar de los conocimientos técnicos y del trabajo diario creo que hay algo más. Llámalo energía o como quieras, pero es lo que siento cuando empiezo y termino una canción. En resumidas cuentas, no soy más que un contador de historias. Sin historia, no hay canción. Sin emoción tampoco. Los cancionistas funcionamos como dealers de las emociones. Las canciones son pequeños viajes en el tiempo y las sensaciones.

Es cierto que el año pasado publicas el sencillo «Milenario Olivo», participas en conciertos como Cultura Contra la Barbarie: gala solidaria con Palestina, ¿Falta significación e implicación política del y en el rock como se presupone? 

Said Muti: Me considero un artista de mi tiempo y como tal, me significo con las causas en las que creo. Mi padre es palestino y por tanto, el cincuenta por ciento de mi ADN también lo es. Me he criado en una familia donde el apartheid, el exilio y el genocidio han estado presentes en todo momento. No sería capaz de mirar hacia otro lado. «Milenario Olivo» la escribí con dieciséis años y por alguna u otra razón no entró en ninguno de mis discos. Quizá estaba esperando el mejor momento y así ha sido. Grabarla con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria fue una experiencia memorable. La canción alcanzó un nivel de transmisión y comunicación que no me esperaba.

En cuanto a la falta de significación no me gusta realizar un sesgo en función de un estilo o de un arte concreto. Lo que sí creo es que en general nos están adormeciendo. Están consiguiendo sus objetivos y lo peor de todo es que nosotros se lo estamos permitiendo. Las imágenes diarias de la barbarie parece que ya no nos remueven y eso sí que es preocupante. La vorágine diaria y los videos de mierda de quince segundos que consumimos en las pantallas funcionan como un sedante emocional. 

Con respecto a los compañeros músicos y artistas, mi posición es clara: que cada uno reivindique lo que considere oportuno. Yo no soy nadie para pedirle a otro alguien que haga algo si no le sale de los más profundo de su corazón. Cada cual sabrá de qué lado está y qué quiere hacer para cambiar o eternizar la realidad en la que vive. Tengo mucho amigos artistas que están muy comprometidos con causas en las que su voz puede ayudar mucho. A ellas y ellos, les profeso un enorme respeto. En ocasiones es arriesgado de cara a la galería. No obstante, en el riesgo está la virtud del arte.

Después de contextualizar un poco el origen de este "Criminales Del Sueño", quería preguntarte: ¿El (des)amor sigue siendo una contienda? 

Said Muti: ¿Cuándo no lo ha sido? El amor y su eterno contrario, el desamor, es uno de los temas centrales de la historia del arte. La música y por tanto, las canciones, están repletas de canciones que hablan de despedidas dolorosas o de desgarradoras traiciones. Supongo que es una realidad que está incrustada en lo más profundo de nuestra codificación. Es para mí muy curioso ver como cada persona que escucha el álbum le da su significación. Es algo así como que las canciones dejan de ser mías para pasar a ser de quien las escucha. Es bonito sentirlo y vivirlo. A grandes rasgos, Criminales Del Sueño no es un disco de desamor, quizá tienda más al amor en su amplio espectro. Hablando de esto último, no se refiere al amor romántico tal y como lo conocemos. Hay muchos tipos de amores y puede hablarse de ellos y cantarles con total libertad. Cuando el amor se convierte en una guerra ambos contendientes salen derrotados. Hay que amar con sabiduría y buenas intenciones; lo demás no me interesa. 

"El Señor de las Moscas" de William Golding habla de la maldad del ser humano. Titulas así uno de tus temas con referencias, no sólo al libro, sino a la Biblia también, por ejemplo, ¿tanta maldad hay en el Ser Humano? ¿Es un extraño quien no quiere infringir dolor? 

Said Muti: Hay mucha menos maldad que bondad. Me cuesta creer que haya gente malvada. No concibo pensar que hay más gente mala que buena. De hecho, creo que es todo lo contrario. Existe mucha más bondad y belleza que vileza. La única cuestión es que los cabrones y los gilipollas hacen más ruido que el resto. «Señor de las Moscas» es casi una canción autobiográfica. Cuando uno decide dedicarse a esta noble y artesanal profesión se le imponen una serie de clichés y prejuicios con los que tiene que luchar constantemente. Al principio es agotador pero con el paso del tiempo uno va aprendiendo a surfear las olas y ya apenas se marea con el vaivén de los comentarios. 

En ocasiones uno puede dañar a los demás sin ser muy consciente de que lo está haciendo. Ese es nuestro gran reto personal. Desaprender y evolucionar con nuestro entorno para hacer el mínimo daño posible a los que nos rodean. Tiene mucho que ver con entendernos como una colectividad y no como una unidad indivisible. El respeto y la solidaridad deben seguir siendo nuestro mejor horizonte. 

Supongo que lo fácil es engarzar la temática de este título a partir de tus conciertos en favor de Palestina -como se mencionó anteriormente- y la masacre que sigue cometiéndose en estos días, desconozco si surge aquí la letra. 

Said Muti: No. Para nada. De hecho, no tiene nada que ver. "Criminales del Sueño" habla de todas las personas que sacrifican gran parte de su salud, su familia y su vida para conseguir el sueño que se han propuesto. Son personas que se juegan la vida (y el sueño) a diario en favor de la consecución de una meta concreta. Esas personas que arriesgan y eligen el camino largo son las que hacen que el arte pase a la historia. El trabajo y el esfuerzo que imprimen en cada parte del proceso los desgasta hasta límites insospechados pero aún así siguen adelante. No hay ninguna recompensa que pueda equipararse a los niveles de esfuerzo y horas sin dormir a las que se exponen, a pesar de eso, no dan el brazo a torcer y siguen apostando. Es una actitud algo quijotesca ante el arte y la creación. Por otro lado, fue una de las primeras canciones que escribí para este disco y creo que resume muy bien al resto. 

Por el contrario, «Disparo De Nieve» representa esa dualidad entre el enfrentamiento y la clemencia. 

Said Muti: «Disparo de Nieve» está inspirada en el verso de la canción «Ojalá» de Silvio Rodríguez. Es una canción que versa sobre esa sensación de estar al borde del abismo constantemente. Las recompensas, como te comentaba antes, a veces no son tan duraderas como lo es el esfuerzo. Hay un continuo enfrentamiento entre la creación y la destrucción. La capacidad de crear es proporcional a la de destruir. 

Si bien es un álbum bastante beligerante, no sólo por las menciones en el vocabulario usado, por ejemplo, las armas blancas en títulos de algunos cortes «Tu Puñal En La Espalda» o versos como Espadas envainadas («Los Abrazos Furtivos»). 

Said Muti: Nunca lo había pensando desde ese punto de vista. No obstante, es posible que sí tenga esos rasgos de beligerancia que apuntas. Quizá el subconsciente trabajó por delante de las intenciones literarias. De hecho, ahora que lo pienso no deja de estar muy acorde a nuestros tiempos. Son años complicados para la paz. Es curioso que cuando aparentemente más comunicados estamos más lejos nos encontramos. «Tu Puñal en la Espalda» es una canción que habla directamente de la traición. De esa sensación que todos hemos tenido alguna vez de vulnerabilidad ante la confianza que depositamos en algo o alguien. Es un sentimiento totalmente normal y que hay que sacar fuera de nuestro espacio para que no se enquiste y acabe siendo un problema real. Si no aportas, aparta. 

Por su parte, «Los Abrazos Furtivos» narra las peripecias de quien no se siente integrado en la normalidad. Es una canción dedicada a todas las personas que están fuera de los límites y hacen un esfuerzo titánico para cumplir con las normas de una sociedad que cada vez esta más enferma. 

En referencia a la segunda canción mencionada en la anterior pregunta, ¿sigue siendo la noche un refugio? 

Said Muti: La noche no es un refugio, es el campo de batalla de los creadores. Muchas de las mejores ideas que he tenido me han surgido de noche. Eso no quiere decir que hayan sido en la barra de un bar o la entrada de un after. Es extraño, quizá cuando todo calla y enmudece, la inspiración decide gritar.00 Al calor de esto último, he de decir que la mayor parte del álbum la escribí de día aunque la bombilla se haya encendido de noche. En este caso, me puse un horario de trabajo diario hasta terminar con minucioso detalle todas las canciones que iban a entrar. Es un trabajo que hay que hacer en un proceso de escritura y escucha atenta. Si bien, la noche está romantizada, el día debe reclamar su potencial y su efectividad. 

A diferencia del sonido que suelen tener los álbumes que giran alrededor del desamor, del dolor o el hartazgo incluso, me vienen a la cabeza producciones más crudas como Honestidad Brutal de Andrés Calamaro o sencillos como «Disfruto» de Carla Morrison, en tu LP la producción es brillante, limpia, clara en contraste. 

Said Muti: El mérito de que eso sea así es de Ricky Falkner, Jordi Mora, Xavi Molero y Álex Vívero. Tanto Falkner como yo teníamos claros que queríamos un conjunto de canciones que sonaran limpias y claras. Su forma de entender la música es muy parecida a la mía. El gran reto está en hacer que las grabaciones envejezcan como el buen vino. Es algo que durante todo el proceso me obsesionó. Me encanta revisitar álbumes con más de medio siglo y confirmar que suenan casi mejor que cuando se grabaron. Criminales Del Sueño es un álbum con un sonido elegante y me atrevería a decir que exquisito. Hay mucho detalles que quedan reservados para la tercera o la cuarta escucha. Es un trabajo artesanal. Un disco cosido canción a canción. 

Aquí se puede mencionar como excepción a «La Chica de la Puerta», resultando ser un corte donde abordas temas más de amistad, de remar a mi favor como dice la letra, ¿es la luz en el disco? 

Said Muti: «La Chica de la Puerta» cuenta con la mejor voz de este país. No puede ser otra que la de Carlos Tarque (M Clan). Desde que la escribí supe que tenía que ser para él. Es casi un traje a medida. En efecto, es una canción luminosa y cargada de esperanza. No es la única del álbum. Es un canto a la belleza y a las buenas intenciones. A un futuro esperanzador donde la incertidumbre se desvanece. A esas personas que hacen que el día a día sea llevadero. A las ganas de vivir y no dejarse nada por el camino. 

Por otro lado, «Accidentes Planeados» rompe desde la melodía, con los tintes de ranchera que se aprecian. 

Said Muti: «Accidentes Planeados» es el pago de una deuda que tenía hace mucho años pendientes. Se trata de una mirada a Latinoamérica, el continente que tantas buenas canciones nos ha regalado a los largo de los siglos. En Canarias el bolero y la ranchera están presentes en el repertorio popular de fiestas y celebraciones. Siempre quise intentar adentrarme en sus entrañas pero nunca me había atrevido del todo. Supongo que se trata de una cuestión de respeto a un género que es eterno y que admiro en profundidad. Lo bueno, es que he abierto una puerta que no sabía que tenía y ahora me es más sencillo acercarme a esos ritmos sin sentirme un impostor. Por otro lado, es una pequeña dedicatoria a la música que escuché desde pequeño en mi entorno más cercano. 

Cerrando el álbum, hay que hablar de las cuatro colaboraciones, siendo la más sorprendente en un principio la de Ricky Falkner, al que haces cantar, aunque donde más se aprecia su mano sea en cortes como «Disparo de Nieve». 

Said Muti: Que Ricky haya puesto su voz en «Cicatrices» es un verdadero regalo para mí y para el álbum. Lo conocemos como un gran bajista, un productor ejemplar pero, ¡cuidado con cómo canta! Tiene una voz única. Una de esas voces que te traslada a lugares que no sabes ni que existen. Su banda, Egon Soda es para mí una de las mejores bandas de rock de este país. Soy muy seguidor de su buen hacer y su sabiduría a la hora de hacer canciones y de trasladar emociones.

Las otras tres sitúan un pie en tu tierra (Pedro Guerra), un pie en el rock (Tarque) y otro en la elegancia (Shuarma). ¿Cómo surgen todas ellas? ¿Estaban planeadas? 

Said Muti: No, para nada. Fueron surgiendo a medida que íbamos realizando el disco. Pedro Guerra es desde mi punto de vista uno de lo mejores compositores de su generación. Es curioso pensar que yo lo escuchaba con apenas once o doce años y ahora colaboramos juntos en una canción. El círculo se cierra y es fantástico. «Criminales del Sueño» es una canción que le va estupendamente a su voz y él le aporta el toque definitivo con su forma inigualable de abordar la interpretación de las canciones. Tarque es un amigo y una persona a la que admiro profundamente. He sido desde muy joven seguidor de M Clan. Son una verdadera banda de Rock. Él es una de las personas más generosas y acogedoras que he conocido en este curioso mundo de la música. Ni que decir tiene que su interpretación en «La Chica de la Puerta» lleva la canción a las estrellas. Shuarma es otra de las voces que aportan la pincelada definitiva a este disco. Su voz es identificable en el primer segundo. «Pista Libre» tiene un ligero tinte de canción melódica setentera que le va genial a su interpretación. Lo cierto, es que estoy eternamente agradecido a todos ellos por adentrarse en mis canciones y hacerlas crecer. Es un enorme gesto de bonhomía. 

Hay una serie de referencias a la magia y la santería, ya lo hacías en Habitación 828 con «Magia Negra». ¿Qué parte del esoterismo cree Said? ¿Hay un peso de las brujas, canarias, yo escuché sobre las palmeras, en esa creencia? 

Said Muti: Soy ateo gracias a dios. Mis creencias están limitadas a lo que puedo sentir. En ese sentido creo en la energía y en las buenas o malas vibraciones. No creo que haya un mayor arquitecto de nuestro entorno que la naturaleza y todo lo que nos da y nos quita. Es probable que pueda confundirse con la magia. Si quieres llamarlo así, adelante. No obstante, me da un poco igual el nombre que se le quiera poner. Creo en las buenas intenciones, en la calma, en la paz de la mente y el cuerpo. Estar en armonía es un trabajo que hay que hacer todos los días y no es nada sencillo. Conectar con lo que me rodea sin ser invasivo y respetar los límites de la naturaleza son dos patrones que sigo fielmente. En cuanto a las brujas canarias, no puedo responderte. Desconozco por completo lo que me comentas. 

¿Cuál es el sueño del que has sido víctima de una criminalización y en cuál has sido el criminal? 

Said Muti: “Si no trabajas por tus sueños alguien te pagará para que cumplas los suyos”. Esta frase de Steve Jobs resume muy bien lo que pienso al respecto. Soñar está genial, pero más genial aun está trabajar día a día para conseguirlo. Hay que tener mucho cuidado a lo que se acostumbra uno. No aceptar ciertos patrones que pueden destruirte y destruir todo lo que con esfuerzo has creado. Hay que saber de quien rodearse. Esta industria está llena de personas que no ven más allá de su propio bolsillo y son capaces de hacer cualquier cosa por conseguir sus objetivos. Es maquiavélico pero es real. Ese ha sido uno de los mayores aprendizajes de estos últimos años. Cuidarme de los halagos y de las frases vacías ha sido todo un reto. Por otro lado, escuchar críticas constructivas y bienintencionadas te hace crecer mucho. Aún así, hay que seguir teniendo cuidado. Hay gente que solo pretende destruirte. 

Con total probabilidad he sido el criminal de algún sueño. No obstante, puedo prometer y prometo que en ningún caso fue intencionado. Un homicidio imprudente en toda regla. Hay una enorme diferencia entre el daño consciente y el daño inconsciente. 

“Lo conseguiré con la ayuda de mis amigos”. Lucinda Williams: “Sings The Beatles From Abbey Road”.


Por: Guillermo García Domingo.

Cierra los ojos e imagina el sonido de unas botas vaqueras resonando en el estudio de Abbey Road situado en Londres. ¿A quién pertenecerán? Esas botas las lleva puestas Lucinda Williams. La maldita herida en el cerebro de la roquera sigue ahí, como una obstinada astilla que pretende cuestionar sus capacidades, y provoca que su voz sea más trémula de lo que era antes del ictus, sin embargo, la determinación de la cantante de Louisiana no ha sufrido merma alguna. No se ha arredrado ni ante el cancionero tal vez más prodigioso del siglo XX, con permiso de Dylan (a quien también versionó), el de los Beatles, que los británicos conformaron en menos de una década.

Sigue empecinada en repasar a su modo lo mejor de la música anglosajona del siglo pasado, un legado al que ella misma ha contribuido con discos de la talla de “Car Wheels On A Gravel Road” (1998), “World Without Tears” (2002) o los más recientes, “Good Souls Better Angels” (2020) y “Stories From A Rock N Roll Heart” (2023).

Esta vez se ha atrevido con The Beatles, y si bien el resultado no es tan sobresaliente como el tributo que hizo a sus “majestades satánicas”, estas versiones incluyen algunas canciones dignas de ser tenidas en cuenta, sobre todo, aquellas que nos recuerdan que el cuarteto de Liverpool también saldó su deuda con la antigua colonia. Los Beatles exploraron, llegado el momento, las orillas del Mississippi, aunque quede tan lejos de la desembocadura del Mersey

A la dama herida la están sosteniendo sus amigos, dos de los más importantes son Tom Overby y Ray Kennedy, como ya hicieran en el último álbum firmado por la Williams en 2023. Afirma una de las canciones de leyenda que recrea en este disco que “con un poco de ayuda de los amigos” no hay nada que no puedas conseguir. De hecho, la canción y su bella letra es la expresión perfecta de la encrucijada en la que se encontraba Lucinda Williams antes de ingresar en los estudios fonográficos de Abbey Road. Algo similar a lo que sintió Ringo Starr, alentado por sus colegas de banda a que cantara “sin temor a desafinar”. Este disco no solo es un homenaje a los Beatles, sino a la amistad incondicional entre los músicos, algo que entre 1967 y 1970 (cuando se disolvió el grupo) brilló por su ausencia entre los miembros de los Beatles. A veces un grupo tiene que disolverse para valorar de otra manera el privilegio que supuso estar juntos. 

Los clásicos son monstruos dormidos a la espera que alguien los despierte. Los Beatles disponen de un catálogo increíble de ellos. Todas las canciones de este disco que reseñamos pertenecen a aquellos cuatro años tan turbulentos. Con buen criterio, Lucinda (and friends) han escogido las que se avienen mejor a la languidez con la que la cantante defiende ahora sus interpretaciones. La hermosa voz de Siobhan Maher-Kennedy, mujer del productor Ray Kennedy y oriunda de Liverpool, respalda con brillantez en algunos temas a la cantante estadounidense . 

A mi juicio, aunque “Don´t Let Me Down” representa un comienzo prometedor, el disco toma cuerpo a partir de la quinta canción: “When My Guitar Gentle Weeps”, que compuso curiosamente George Harrison, y dio un vuelo distinto la guitarra de Eric Clapton, otro amigo que acude a ayudar. En este caso, el guitarrista al mando es el leal compañero de fatigas, Doug Pettibone, que se queda bien a gusto, por cierto, con unos solos verdaderamente convincentes. En 2004 en un homenaje al fallecido George Harrison, Prince hizo de héroe de la guitarra delante de Tom Petty y Steve Winwood, patentando el mejor “solo” de este instrumento que se recuerda a propósito de esta canción. Echo en falta, eso sí, el característico piano al inicio de la versión original. 

No es la única canción de Harrison que Lucinda asume a la perfección, el otro tema es “Something”. Es una reminiscencia realmente bella y creíble. En “Let It Be”, “Yer blues”, “I´ve Got a Feeling”, “I'm So Tired”, y en esta última, especialmente, “The Long and Winding Road”, la dama sureña se encuentra a sus anchas, acompañada por una guitarra acariciada por el delicado eco de la pedal steel guitar, que ensalza su voz herida, y por esta misma razón, veraz. Es paradójico que esta canción fuera de las postreras que los Beatles produjeron, cuando sus relaciones estaban casi rotas. Lucinda concluye con esta canción un disco que es la consecuencia de la más auténtica camaradería. ¿Era ésta la jugada oculta que la cantante pretendía realizar? ¿Exorcizar el resentimiento que se adhirió a las paredes insonorizadas de este lugar, utilizando los hechizos de palabras y sonidos que los propios Beatles grabaron aquí mismo, pese a las fuerzas disgregadoras que ellos mismos desataron? Cuando cumplamos el sueño de entrevistar a Lucinda, y un momento propicio sería la gira que le llevará por Barcelona, Vitoria y Madrid los respectivos días del 19, 20 y 21 de junio, El Giradiscos no va a renunciar a ello, a buen seguro que se lo preguntaremos.

El camino, al que se refiere esta última canción, es lo más importante, por muy sinuoso que sea, la artista norteamericana lo sabe bien. Que el camino sea largo, deseaba el poeta Cavafis con toda la razón. No olvidemos que Lucinda es la hija de un poeta. Su odisea particular continúa. Mediante canciones ajenas, pero sin desdeñar las canciones propias, Lucinda está escribiendo para la posteridad sobre el pentagrama una elegía dedicada a la música, a la amistad y a la resiliencia. 

Capsula: “Somos un espejo de las sensaciones por las que estamos pasando todos los hermanos del rock and roll”


Por: Javier González. 
Fotografías: Mikel Granados.

Siempre es un gusto poder departir un ratito con esa maravillosa anomalía de nuestro panorama musical llamada Capsula. Afables y dispuestos, derrochando actitud a cada respuesta dejando claro que aman lo que hacen, puesto que en su caso música y vida son dos elementos indisociables que disfrutan sin mesura, recorriendo miles de kilómetros en su furgoneta para llevar un enérgico y descarnado rock and roll allá donde sea menester. 

Hace apenas unos meses firmaron una nueva referencia, “Primitivo Astral”, que las personas que hacemos posible El Giradiscos elegimos como uno de los mejores trabajos del año 2024, donde regalan un conjunto de potentes imágenes debidamente magnificadas por su innata capacidad para facturar riffs imbatibles, dando como resultado una nueva decena de composiciones que harán las delicias de aquellos exquisitos paladares que ya saben de la grandeza de este combo argentino afincando en Bilbao desde hace bastante tiempo. 

Semanas atrás nos dejamos arrastrar por el alma de Capsula en una maravillosa charla. Sufrimos el embrujo de nuestros queridos Martín Guevara y Coni Duchess, dos personas repletas de carisma y magnetismo, capaces de desprender una potente carga de energía positiva a poco que te cruces en su camino. 

¿Cómo va todo en el maravilloso universo de Capsula? 

Martín: Muy bien, muy contentos. Estamos en mitad de la gira de presentación del nuevo disco, “Primitivo Austral”, con mucha carretera de por medio, moviéndonos por todos lados. Estamos muy contentos por la recepción del disco por parte de la gente. 

El anterior trabajo “Phantasmaville” era hijo de la pandemia, puesto que las canciones nacieron bajo unas circunstancias únicas. ¿Qué tal funcionó la gira y qué repercusión tuvo el mismo? 

Coni: La verdad es que la gira de “Phantasmaville” fue muy bien, pese a que era una gira donde había muchas limitaciones. Ahora, cuando volvemos atrás y recordamos el momento, nos parece surrealista, pero fue real. Muchos de los conciertos que hacíamos los grupos y que vivimos la gente que somos fans de la música, aquellos a los que nos gusta asistir, tenían limitaciones de transportes y capacidad, además de llevarse a cabo con todo el público sentado. Fueron características muy especiales, pero nuestra motivación por transmitir el rock nos hizo concentrarnos, después de dicha experiencia ha llegado el momento de “Primitivo Astral”. 

Ahora volvéis “Primitivo Astral”, un trabajo fiel a vuestras coordenadas sonoras donde predominan unas guitarras potentes de abrasadores riffs y bases rítmicas poderosas con el que nos abandonáis el toque apocalíptico de su antecesor. ¿Tenéis la misma percepción? En caso que sea así. ¿A qué creéis que se debe este hecho? 

Martín: Más que apocalíptico creo que es una correlación natural de otras sensaciones que queríamos transmitir. Sí que en el sonido hay cosas que siguen la línea, hay canciones de “Phantasmaville” como “Behind the Trees” o “You Won´t Believe it” que ya tenían este sonido más pesado, stoner y setentero, basados en riffs de bandas que son referencia como Black Sabbath o Pentagram. En este disco todo esto ha evolucionado más y aparece de forma más concreta. También lo que emparenta a ambos álbumes es que los publicamos bajo nuestro propio sello, Slivery Recordings, es algo importante para nosotros en la carrera del grupo, un hito que supone independizarnos completamente, poder publicarnos y grabar en nuestro estudio. En definitiva, ser libres. 

De lo que no cabe duda es que este trabajo suena más crudo, más hardcore y con una actitud descarnada y punk. ¿Os han entrado ganas de apretar más duros los puños durante estos tres últimos años? 

Coni: Nosotros al fin y al cabo somos una especie de espejo de todo lo que está pasando y las sensaciones que vivimos todos los hermanos del rock and roll. Es posible que sea por ese motivo. También somos muy curiosos y amantes de la música, nos gusta explorar nuevos sonidos. El hecho de poder publicar bajo nuestro propio sello y grabar en nuestro estudio permitió tener más tiempo para las exploraciones sonoras, para poder disfrutar y experimentar con el grosor de las cintas. Estos discos son resultado de todas estas emociones y experiencias vividas. 

“El cuerpo nos pedía más distorsión e intensidad” 

Estamos ante un trabajo notable, donde las canciones suenan a hard-rock, también casi a heavy, pero siempre desde una perspectiva descarnada, totalmente punk… ¿de cuántas leches es hijo este nuevo trabajo? 

Martín: Muchas gracias por los comentarios. En realidad, lo que nos pasó con este álbum es que al estar escribiendo las demos, encontramos una línea conceptual y sonora que solamente tuvimos que seguir. Este tipo de sonido veníamos explorándolo desde hace tiempo, llegando a canciones muy setenteras y pesadas en la línea de lo que nos pide un poco el cuerpo, más distorsión e intensidad. Salieron las canciones que fuimos buscando en esa búsqueda. 

“Hemos entablado una relación personal con las frecuencias sonoras a través de experiencias muy vividas que nos van llevando hasta estas temáticas” 

En el anterior trabajo en las canciones había referencias al Sol y a las esferas, en esta ocasión apeláis a los rayos, estrellas, luces y al desierto, algo patente en el propio título del álbum. ¿Hasta qué punto Capsula está influenciado por todas estas fuerzas primigenias? ¿Sentís más fuerte que nunca el animismo de la naturaleza? 

Coni: En toda la discografía de Capsula desde los comienzos hay ciertos temas que se repiten y que vamos desarrollando y evolucionando. Es una combinación de dichas imágenes, las letras también describen sensaciones muy fuertes. Todas esas ánimas están muy potentes. Es cierto que en “Primitivo Astral” se fue sintetizando, la expresión caminó hacia ese lugar. Buscamos la síntesis de imágenes y la repetición tipo mantra de vocablos y expresiones. Sí que todo lo que indicas están presente en el disco, mostrando las temáticas que nos interesa percibir y vivir. También quiero agregar que nuestro acercamiento es a partir de la música, pasamos muchos años ensayando y tocando, por lo que estamos muchas horas con la electricidad, energía y frecuencias. Es como hemos entablado una relación personal con las frecuencias sonoras a través de experiencias muy vividas que nos van llevando hasta estas temáticas. 

“El Sol, los rayos y las esferas, elementos naturales que estuvieron ahí desde los comienzos y que todavía hoy nos influencian y fascinan” 

Sin embargo, personalmente, veo más conexión entre otro de vuestro disco, concretamente “Bestiarium” (2019) y este “Primitivo Astral”, creo que ambos son más “premonitorios y oscuros”, una frase extraída de una entrevista anterior que hicimos años atrás con Martín. ¿Lo veis así? 

Martín: Ya desde la portada hay una relación entre “Bestiarium” y “Primitivo Astral”, donde todo el diseño del arte ha sido hecho por Jaime Zuverza, por lo que ahí nace la conexión. Y por supuesto la misma continúa en las temáticas, son elementos que nos fascinan y son los mismos que lo hicieron con los primeros habitantes de la Tierra. El Sol, los rayos y las esferas, elementos naturales que estuvieron ahí desde los comienzos y que todavía hoy nos influencian y fascinan. Es normal que los discos se emparenten en cierto punto. 

Me es complicado no ponerme a bailar y botar como un poseso ante una canción como “Premonición”, creo que es una de vuestras mejores canciones de siempre. ¿Tenéis la misma percepción? 

Martín: Muchas gracias. Estamos muy contentos con ella, es también una de nuestras favoritas. Al tocarla en directo se nota que llega al público, la reciben muy bien y representa un momento de festejos y alegría. Surgió con un riff, una melodía de guitarra y a partir de ahí fuimos desarrollando la idea de este hombre que llevaba piedras al templo para hacer rituales. Quizás sea un buen resumen del disco, tocando el tema de la telepatía y la forma de ver el universo a través de la mente humana. 

Habéis incluido una canción llamada “(In the Garden of) Narcissus”, apelando a la mitología. ¿Cómo surgió un tema con dicho título? 

Coni: En el disco hay una mezcla constante de naturaleza y cosmos, tierra y cosmos. Es un trabajo que navega en la dualidad. En esta canción en particular, sentimos que mientras estábamos grabando la parte rítmica y sonora ya había una energía especial. Nos gustaba hacer un juego de palabras entre los jardines llenos de narcisos y el mundo de los narcisistas, de los que estamos rodeados. Era una imagen potente, dotada de un sonido poderoso. Creemos que representa otro gran momento del directo. 

“Estrellas Dobles”, corte número cinco del álbum, es una canción que funciona como canción bisagra y tipo mántrica. ¿Está colocada en dicho punto por algo concreto? ¿A modo de cara a y cara b? 

Martín: Es una manera de llamar la atención, sí. Cuando vienes con varios temas seguidos con determinada energía es una forma de cambiar la vibración a quien está escuchando para llevarle a otro sitio. Es un medio tiempo que baja mucho la velocidad del resto de canciones, entras en un modo más espacial, otra forma de mirar el cielo y las estrellas. Invita a una sensación quizás más nocturna. Era una forma de diversificar la escucha del disco, es bueno que esté puesta ahí. 

Capsula es una absoluta anomalía en nuestro rock; lo primero, porque os sentimos como una banda de nuestro país, pese a que venís de Argentina. Lo segundo, porque no creemos que sea fácil ubicaros en ninguna escena, si es que todavía existen las mismas. Y tercero, porque realmente tampoco creemos que Capsula sea un proyecto con una vocación de girar solo por España. ¿Cuánto se disfruta de un viaje de estas características y cómo de complicado es llevarlo a cabo? 

Coni: Por un lado, es re-interesante porque tenemos todo por explorar y experimentar. Sí es cierto que de alguna forma somos un grupo personal y particular por la historia que tenemos, pero bueno, también es interesante poder ser un referente para nuevos grupos que van surgiendo en distintas ciudades. Tenemos la oportunidad de poder girar por un montón de países y es gratificante saber, desde la máxima humildad, que podemos dejar nuestro granito de sonido y animar a más gente a formar su grupo de rock and roll para salir a tocar. Es una gran combinación de nosotros disfrutando y viviendo con pasión lo que hacemos, y por otro poder motivar a más personas para vivir su propia experiencia.

Los Chicos: "Never Is Too Much"


Por: Artemio Payá. 

Cuando pinchas el nuevo disco de Los Chicos no necesitas ni tres segundos para sentir que estás en tu garito favorito rodeado de gente que huele a cerveza, te imaginas yendo a empujones hasta la barra a rellenar el tanque; nunca es suficiente pitraque para sentir que de vez en cuando hay que dejarse llevar por los viejos efluvios del rock and roll, de sonidos que solamente piden diversión e inhibición de todo aquello que nos rodea. 

Más de un cuarto de siglo dando guerra y tras un inesperado parón de más de un lustro, el quinteto más divertido del rawk aún sobrevive al declive de Malasaña y sigue al pie del cañón. Ocho elepés les contemplan pero amigo, para ellos la vida sigue igual, después de tanto tiempo sigo sin distinguir a Antonio de Gerardo pero sus guitarras siguen rugiendo de lo lindo. 

“Never is too much” se llama el artefacto en cuestión, en el que se han puesto a las órdenes de Mike Mariconda y Mr Spencer Evoy les ha echado una mano ( MFC Chicken ) a condimentar su particular fórmula de rhytm and blues alto en grasas y anfetamínico pub rock. La cosa comienza a toda máquina y tanto “Another Night in Eden” como “For a While” me recuerdan a los añorados The Devil Dogs. En “Aproaching Nowhere” Rafa se desgarra la voz mientras se mecen al ritmo de los vientos y sin poder casi respirar nos disparan “Tracks”, uno de los mejores momentos del disco junto con “Going to Stay” ( ay, esos estribillos ) o el tema que da título al trabajo. 

“Unwelcome Response” huele a punk "aussie", país por cierto ha sido testigo de algunas de sus desparramadas giras y lugar en el que son muy queridos. Para terminar se despiden con un par de tonadas ideales para una fiesta: “My Saturday Night” y el honky tonk chuzo de “Reckless Nights”. 

Y así casi en un santiamén uno se planta al final del disco pensando cuando será la próxima vez que les va a tener delante en un escenario para saborear sus nuevas canciones, para disfrutar de cinco tipos que siguen enarbolando la antorcha de rock and roll hecho para la pasarlo bien, desde luego en “Never is Too Much” se han armado con 12 cartuchos más para ello.