Entrevista: Yo Diablo


“Intentamos que cada canción sea un mundo que visitamos una vez y no nos casamos con nada” 

Por: Javier González. 

Hay muy pocas bandas a las que uno llega tarde sintiendo que ha cometido un craso error; pues bien, una culpa de dichas proporciones lleva atormentándome varias semanas, las mismas que hace que cayó en mis manos el nuevo trabajo de Yo Diablo; un maravilloso vinilo llamado “III”, cuyo contenido de apariencia minimalista se ha revuelto como un artefacto abrasivo repleto de heterodoxia, buen gusto y acierto. 

Describir su música es harto complicado, pues funden rock, rumba cañí, marchamo andalusí, stoner y oscuridades ruteras en un marcado equilibrado al que añaden la capacidad de sonar profundamente broncos y evocadores en sus letras, abogando por el menos es más a la hora de dibujar pasajes y atmósferas que por igual hacen pensar en Guadalupe Plata, Derby Motoreta´s Burrito Kachimba o en nuestro amado Lou Reed

Fruto de las prisas por el final de temporada musical, nos pusimos en contacto con ellos, personificados en Marcos Herrero, guitarra y vocalista del dúo, a través de un cuestionario cuyo resultado final es una pasada, por loco y fresco, que hoy hacemos vuestro.

Os dejamos con el que desde ya es uno de nuestros grupos favoritos del panorama musical y, al menos para este que suscribe, con los protagonistas del que bien podría ser el disco del año a nivel nacional. Porque como dice San Mateo en las sagradas escrituras, “los últimos serán los primeros”, y siguiendo con las frases religiosas, “arrepentidos los quiere Dios”. Y en nuestro caso ambas afirmaciones son más que ciertas con respecto a esta locura maravillosa llamada Yo Diablo

Arranco la entrevista pidiendo disculpas, porque entre tanta locura de publicaciones, correos electrónicos y proyectos de toda índole, la música de Yo Diablo se me había pasado desapercibida. Así que arrodillado en señal de perdón, sacaré mi pistola y os preguntaré a bocajarro. ¿Qué es y cómo surge esta absoluta maravilla? 

Marcos: Me genoflexo ante usted también y agarro el ala de mi sombrero cowboy invisible. La idea de montar un dúo de rock me surge accidentalmente en 2018 por la experiencia frustrada de querer montar un trío de rockabilly y que no funcionara. Poco después me llega a Facebook la publicidad de una pastilla que se acopla a la guitarra y la hace sonar como un bajo. Compro ese cachivache y me digo que a partir de ahora sólo necesitaré un baterista (-“A partir de ahora solo necesitaré un baterista” - me dije). A esas experiencias materiales súmale estar años tocando fingerpicking como un fill de puta, aprendiendo de Tommy Emmanuel, Chet Atkins y Jerry Reed, más tarde probando a cambiar afinaciones, descubrir la guitarra eléctrica, tocar en las calles de Edimburgo con guitarra y batería en los pies, volver a Valencia para tocar con siete bateristas, encontrar a Víctor, tocar con él hasta ahora… El resto es historia (¡uff, borra, borra eso! Empezamos bien la entrevista). 

Vuestra discografía cuenta con Un Ep y tres trabajos publicados, cuya última referencia es “III”, todo ello editado en poco más de seis años. ¿A qué responde semejante caudal creativo? 

Marcos: No creo que destaquemos por ser prolíficos, creo que vamos a un ritmo bueno, pero nada loco. Me parece que un Ep y tres Lp’s en seis años está bien. Prolíficos los King Gizzard, los Oh Sees o los Beatles. Pero sí, entiendo lo que dices. Tres álbumes ya es como algo ¿“serio”? 

El disco es una auténtica pasada, un cruce de caminos imposible, donde estilos antagónicos se funden para dar forma a un collage donde todo funciona. ¿De dónde nace una amalgama de sonoridades tan brutal? 

Marcos: Es un buen batiburrillo, sí. Yo creo que si nos salen géneros tan diferentes es porque somos súper tocones. A Víctor y a mi nos flipa tocar nuestro instrumento laaargas horas y si estamos todo ese tiempo tocando lo mismo nos da algo. También hay una cosa que queremos evitar y es que todas las canciones suenen a lo mismo. Intentamos que cada canción sea un mundo que visitamos una vez y no nos casamos con nada. 

Venís de Valencia, una tierra mágica, bañada por el Mediterráneo, donde hace casi tres décadas tuvo lugar un movimiento único en la historia de la música europea como fue “la ruta del Bakalao”, que en su origen fue un movimiento cultural donde la música de géneros diversos tuvo un peso mayúsculo. ¿Creéis que aquella semilla se refleja de alguna forma en la música de este trabajo? 

Marcos: Creo que es solamente en “Cobra” de “III”, donde trabajamos la producción inspirándonos en los temas de la ruta… A parte de este tema, te diría que en ninguno otro más tenemos esta referencia encima de la mesa. Pero bueno, es interesante y quizá experimentemos más con esta idea. Hu-ha. 

Hay rock, rumba, sonido Caño Roto, stoner, bakalao rutero, pasodobles…¿Hasta qué punto es complicado encontrar un equilibrio entre referencias tan absolutamente dispares? 

Marcos: Toquemos lo que toquemos, sea un rollo más stoner o una bachata (te juro que estamos ahí), al final pasa por nuestras manos, nuestros instrumentos, afinaciones, cuerdas, platos, pedales, cables, amplis… Sí que hay cosas que tocamos que es como “esto sí que no” pero ojo, que igual al día siguiente va y nos gusta. Yo no me cierro a nada, es más, si no fuera así es que me aburriría como una oyster. 

“El realismo sucio, donde se usan pocas palabras que sugieren una escena macabra, oscura o incómoda, es lo que me gusta” 

A nivel de letras, da la sensación que os ha quedado un trabajo minimalista, pero que es suficiente para transmitir atmósferas literarias densas y crudas, oscuras y casi violentas, hablo de ejemplos como “Balas” y “Cobra”. ¿Tenéis la misma percepción sobre las mismas? ¿A qué responden?

Marcos: Sí, nos gusta la lírica escueta pero cargada de significado. A veces digo que me inspira Raymond Carver para escribir, pero creo que me estoy pegando el moco (I’m sticking the mocus). Lo que vengo a decir es que el realismo sucio, donde se usan pocas palabras que sugieren una escena macabra, oscura o incómoda, es lo que me gusta (y además a lo máximo que puedo llegar, porque luego me pongo Silvio Rodríguez y lloro muy fuerte). 

También tiempo para hits que son puro amor como “Besos”, donde elaboráis una de las declaraciones de amor más sincera del rock en castellano que he escuchado en los últimos años. ¿Quiere decir eso que vuestro dúo rabioso también tiene su corazoncito? 

Marcos: ¡Nos ha jodido! Por supuesto. Si casi todas las letras del rock van sobre amores, personas inalcanzables, sexo, fantasía… Aquí estuvimos “estudiando" mucho a El Fary y a Manolo Escobar en aquellos temazos que se marcaron por los 70’s. Que básicamente pivotan en torno a esta filosofía: “ay que guapa, ay qué bonito, ay qué alegría tú”. Pues eso (no ha contestado a nada). 

La portada del disco recoge vuestros instrumentos en el albero de una plaza de toros, incluyéndose en el álbum una canción de lo más cañera titulada con el polémico nombre de “Muere, Torero” y otra que es una instrumental maravillosa llamada “El Ruedo”, donde no os cortáis con la distorsión y las castañuelas. Ahora que la “fiesta nacional” está cada vez más mal vista desde muchos sectores de la sociedad, mi pregunta es la siguiente. ¿Utilizáis dichas referencias como seguidores, simplemente porque siempre han dotado a nuestra cultura de una iconografía muy potente, utilizada por figuras como García Lorca, o simplemente como provocación, algo que debería ser inherente al rock pero que cada vez anda más en desuso? 

Marcos: Por ambas razones. Por una parte, lo estético de la tauromaquia, que forma parte de nuestra cultura como lo es la guitarra española, una paella o las fallas (por decir). Las plazas de toros son espacios monumentales y nos recuerdan a otras construcciones inmemoriales, de una carga cultural tangible. Por otra, le damos la vuelta al uso del espacio haciendo un concierto en donde no toca, como Pink Floyd hicieron en Pompeii. Tocar “Muere, Torero” en la plaza de toros de Bocairent fue una fantasía. Por cierto, este video en directo todavía no ha salido, lo tenemos esperando su momento. 

Escuchando “Funeral” se me ha venido a la cabeza “Venus in Furs” de Velvet Underground, igual que por su cadencia me ha ocurrido en “In Memorian”, donde hay un paisaje que es puramente “lourrediano”. ¿Es una influencia para vosotros? ¿Hasta dónde llega la paleta estilística de Yo Diablo? 

Marcos: La Velvet y Lou Reed son pilares musicales para nosotros y los hemos escuchado hasta aburrir, pero nunca lo habría relacionado con nuestra manera de componer. Supongo que algo siempre cala después de años escuchando esa escena. Por cierto, recomiendo muchísimo el documental de la Velvet que está en Apple TV, está bien sabroso. 

Debo comentaros que al oír “Funeral” me ha dado la sensación que el papel de chamanes de la nueva era os sienta de lujo, es una canción a modo de mantra y ceremonial que os sienta como anillo al dedo. ¿Manejáis la idea de montar una secta de adorados del sonido Yo Diablo? 

Marcos: “Funeral” es la única canción del álbum que no grabamos ad hoc para III. Llevaba en conserva desde 2019, cuando grabamos el primer álbum con Paco Loco. Esta canción quedó fuera y la hemos añadido a III sin remordimientos. Para la secta que comentas, cuando queráis sacrificamos una cabra (que no, que es bromi). 

Lo digo porque estoy pensando en “Espejismos”, parece una cumbia con toques jazz al piano y ambientaciones árabes a lo largo de toda la canción. ¿Cómo nace una composición tan rica y elegante? 

Marcos: Esta canción es una oda al máximo jefe del jazz etíope, el signore Mulatu Astatke. Descubrí esta música en un chiringuito de Valencia, donde tocábamos por la tarde y al mediodía, sin ninguna sustancia ingerida de por medio, empecé a delirar al escuchar sonoridades y ambientes totalmente ajenos a mi oreja. El caso es que este tipo de música tan concreta me transporta automáticamente a una psicodelia particular y me enajena del mundo en el que estamos. Escuchando Mulatu puedo oír la sala donde se grabó, la suciedad en los potes de la mesa, el polvo en los micros… Recomiendo la escucha del álbum “Inspiration Information 3”, del mismo Mulatu junto a The Heliocentrics. 

Cuando se habla de vosotros, se suele poner como referencia a nivel nacional a Guadalupe Plata. ¿Qué otras bandas/solistas del panorama sentís cercanas a vuestras sonoridades y postulados? 

Marcos: Además de los padres, Guadalupe Plata, nos sentimos muy cercanos a una banda amiga de Valencia que se llama Sanisidro, que hacen música mediterránea, con aires flamencos y de aura psicodélica. Creo que podríamos montar un festival muy interesante juntando estas tres bandas una noche de verano. 

Sinceramente, tengo la percepción de que a día de hoy no hay en el panorama una banda tan rica y decididamente “outsider” como vosotros. ¿Cuál es la reacción de la gente que os ve en directo por primera vez?

Marcos: De nuevo, me genoflexo. Al público que nos ve por primera vez le llama la atención que dos tipos llenen el escenario como una full banda y muchos no se creen que lo hagamos todo en directo. Hay peña que de verdad piensa que les miento cuando les digo que no hay bajos pre-grabados, lo tengo que explicar un buen rato. Al rato se van andando hacia atrás con cara de desconfianza (pero con un vinilo bajo el brazo). Otras personas apuntan la química entre Víctor y yo en el escenario, que si somos hermanos, no sé qué. La gente en general alaba la mezcla de estilos, las melodías aflamencadas de la guitarra eléctrica, el ritmo tucu-chaca que recuerda a música electrónica… Yo que sé, es raro escribir esto (se pone nervioso). 

El disco fue editado hace apenas un mes y medio. ¿Qué tal está funcionando hasta la fecha? ¿Os ha dado tiempo a meter la cabeza en algún festival? ¿Qué planes de presentaciones tenéis para el mismo a nivel de salas? 

Marcos: Está yendo bien, tenemos buenas críticas de quienes nos escriben o quienes nos escuchan, quienes ven los videoclips, el concierto de Radio 3, etc. En cuanto a los bolos en directo nos van llamando cada vez más de salas, festivales, ayuntamientos y demás lares. No tenemos agencia de booking (ni de management, ni discográfica ni ná) así que todo lo conseguimos por nosotros mismos y por ello lo valoramos un montón. Vamos poco a poco, como siempre desde que empezamos. Y no, no me ha dado tiempo a plantear una presentación del disco por capitales del país (risas). Ya irán saliendo, oye ¡tampoco me agobies! 

Ardemos en deseos por veros en directo, así que os dejamos que nos sigáis afilando los dientes. ¿Qué le diríais a todas aquellas personas que nunca os hayan visto en directo? 

Marcos: Uff, qué dentera lo de afilar los dientes. A quienes no nos han visto nunca les diría que vernos es como irse a Teruel en bici con Iraki Gabilondo a jugar ajedrez mientras te tomas un Larios Rosé con torreznos y de fondo ponen E.T. No tengo ni idea. Esto también es raro. No quiero decir lo típico, “ven que te gustará” o “ven a vernos que vas a flipaaaar”. Quienes no nos han visto todavía, todavía están a tiempo de vernos (ojo, mete a esta frase unos acordes a lo Dire Straits y tienes una canción de Fito). Coñas aparte, ¡gracias Javier! Un abrazo enorme desde Valencia.

Varios Artistas: “Rock Indiana x Rock Indiana”


Por: Txema Mañeru.

¡Vaya manera de celebrar, musicalmente cómo no, el 30 Aniversario de este sensacional sello especializado en pop y power-pop entre otros guapos estilos! Estamos ante uno de esos discos que se comentan por sí solos, tan solo con leer el listado de las bandas presentes. Una excelente representación de tan buen sello, por cierto.

En Rock Indiana tienen más de una docena de buenos recopilatorios con el título de “Pop Parade”. En ellos han ido presentando a las bandas con sus últimas novedades y también han aprovechado para dar entrada a algunas bandas favoritas de sellos queridos y afines. Pero, ahora se salen con este amplio y panorámico doble compacto que conmemora de manera espectacular el citado 30º aniversario del sello. Todo bajo un formato de lujo con funda de cartón y con un espectacular libreto de 28 páginas repleto de fotos y de información de todas las bandas. Un total de 43 grupos y temas con mayoría del catálogo indiano, claro. Pero es que además, las bandas interpretan clásicos de otras formaciones del sello, lo que hace que la delicia sea total. 

Por citar algunas de las bandas y artistas que más nos gustan te diremos los siguientes y te indicamos entre paréntesis a quienes versionan. Feedbacks (Heartbeats), mis queridos Mamá, una de las mejores bandas de la Movida madrileña (Mineralwater), Bubblegum (Los Brujos), Los Imposibles (Aneurol 50), o Pablo Solo & Germán Salto, con el excelente "Escóndete" de los antes destacados Mamá. 

Tampoco podían faltar los artistas que protagonizan algunos de los últimos lanzamientos del sello. Es el caso de Los Hermanos Dalton que se marcan un clásico de Protones, y que acaban de publicar una joyita más como es “Viajar En El  Tiempo y Otras Historias”. Pero también lo es del genial australiano Bryan Estepa que interpreta un tema de Daniel Wylie realmente sentido. Su nuevo disco, “Subject To Change”, reúne todos sus singles digitales que ha ido entregando desde hace 4 años. Su última, y aún reciente en el recuerdo, actuación en el Colegio de Abogados de Bilbo estuvo tan lograda como todas las anteriores. Su versión de Bob Dylan y los toques a George Harrison en varios momentos del disco vuelven a ser toda una gozada.  

Igualmente aparece una buena adaptación del "I Got The Rain", de Bronco Bullfrog, en la buena versión de The Neuras. También lo destacamos porque Bronco Bullfrog es una banda que nos encantan hace décadas y porque en Rock Indiana acaban de reeditar en una espectacular versión en vinilo el “Oak Apple Day”. ¡Otra joyita con dos décadas de vida! En El Giradiscos han pasado muchos discos de Rock Indiana, pero creemos que este recopilatorio tan especial debiera estar en tu colección si te gustan un poquito los discos, en general, de tan destacado sello, también a nivel internacional.

https://popandsoul.org/rockindiana2/novedad-varios-artistas-rock-indiana-x-rock-indiana-doble-cd-especial-30-aniversario-2024/

Entrevista 15 Aniversario: Cala Vento


“La industria musical de este país está bastante podrida por dentro” 

Fotografía: Anna Mendiola.

Es curioso, nunca hemos coincidido cara a cara con los chicos de Cala Vento en las distancias cortas, sin embargo, podemos afirmar sentir un vinculo especial hacia ellos. Lo primero por la categoría de sus canciones efectivas, directas y abrasivas, absolutas culpables de que giráramos la vista hacia su propuesta hace ya bastante tiempo. Más tarde llegaría conocer la calidad de sus presentaciones en vivo, donde hacen buena la máxima del menos es más para dejar absolutamente flipados a quienes debutan en alguno de sus conciertos, y rematando por una forma de llevar adelante un proyecto que va más allá de la independencia de su banda, cuya guinda es estar tras la dirección de la Cooperativa Montgrí, con la que lanzan al mercado a muchas de nuestras bandas favoritas del panorama estatal entre las que se cuentan Lagartija Nick, Biznaga o Yawners

Ante semejante panorama, no nos quedó más remedio que ponernos en contacto con Aleix Turon y Joan Delgado, con objeto de invitarles a participar en nuestro quince aniversario, accediendo de buen grado a someterse al cuestionario habitual, al que responden desde la mayor cercanía a través de la voz de la experiencia que es su decidida apuesta por la autogestión, demostrando que en un mundo de pirañas y tiburones, piratas y corsarios, todavía queda un atisbo de esperanza cultural y amor a la música dispuesto siempre a triunfar. 

¿Qué valoración general haríais de la actual situación del mundillo musical? 

Cala Vento: Cuanta más repercusión tiene tu grupo y más fuera del underground estás, te vas dando cuenta de que el “mundillo” o “industria musical” de este país está bastante podrido por dentro, una escena que parece una carrera de a ver quién gana a quién, promotores y sellos compitiendo entre ellos, poca admiración y soporte mutuo, etc. Nosotros decidimos montarnos nuestra propia movida para intentar esquivar todo esto, pero al final, como grupo y como sello sigues estando dentro de esa rueda y es difícil pasar ciertas cosas por alto. Obviamente hay excepciones, personas maravillosas que hemos conocido durante estos años que va a ser muy difícil que se vayan de nuestros corazones.

Siempre se ha hablado del directo como último refugio para mantener con vida a las bandas, ¿Creéis que hay una red de salas y condiciones favorables a lo largo del Estado? 

Cala Vento: Lo hay, pero hace falta que “el mundillo” le dé la importancia que realmente tiene. Es un circuito muy limitado, con muchas salas que sufren para llegar a fin de mes y que por lo tanto no pueden ofrecer las mejores condiciones a los artistas. Equipos viejos, poco tratamiento acústico de los espacios, en general hay poca calidad de sonido en lugares donde el sonido tendría que ser lo más importante. Sin embargo, las bandas seguimos acudiendo a las salas porque supone un momento cumbre de tu trabajo como músico. Juntar artista y público siempre ha sido la razón de ser de cualquier proyecto musical. 

¿Cuál es el papel que en ese sentido creéis que juega la proliferación de festivales? 

Cala Vento: Hemos tenido que viajar a otros países europeos para ver a nuestros grupos favoritos tocando en una sala porque en España tenían exclusividad con cierto festival. Esto acabará matando a las salas porque esos son los grupos que tienen capacidad para llenarlas y que éstas hagan una buena caja en barra para después comprarse unos mejores altavoces. También es verdad que el circuito de Festivales y su modelo de negocio suponen unos ingresos importantes para los músicos, un oficio ya de por si precario. Sin embargo, esos ingresos quedan al alcance de unos pocos privilegiados cuyo proyecto tiene cabida en esos festivales. 

Ahora que la venta de discos es irrisoria, las plataformas siguen robando a los creadores con porcentajes ínfimos por reproducción y en los festivales apenas se paga a los artistas más minoritarios, salvo honrosas excepciones. ¿Por dónde pasa la durabilidad de los proyectos y las carreras de larga duración? 

Cala Vento: Crear una base de “fans” sólida y cuidarla. ¡Se lo debes todo a ellxs! No sabemos cómo se consigue esto, solo sabemos cómo lo hemos hecho nosotros: Picando piedra y acudiendo a tocar en ciudades donde no todo el mundo tiene el detalle de acudir. Con toda la intención del mundo, pero sin ninguna estrategia clara hemos sido capaces de crear una comunidad propia alrededor de nuestro proyecto y esto es muy difícil. 

A la hora de disfrutar de la música como oyentes, ¿preferís acercaros a los clásicos con los que os hicisteis melómanos o bien preferís escuchar propuestas novedosas? ¿Por qué? 

Cala Vento: Depende de la época, hay meses que estamos más de remember y otras que descubrimos bandas nuevas y nos viciamos a eso. 

Todo oyente tiene algún secreto no confesable de bandas y/o músicos que le emocionan y que no suelen estar bien vistas, ¿Cuáles serían los tuyos/vuestros y por qué? 

Cala Vento: No sé… ¿Camila Cabello, Olivia Rodrigo, Kelly Clarkson? No entendemos muy bien esto de que haya artistas mejor o peor vistos. Una canción de pésima calidad artística te puede sacudir la vida igualmente. El arte no está ni bien ni mal, simplemente está. 

¿Cuál fue ese primer contacto con la música que os empujó a dedicaros a ella? 

Cala Vento: Ver un concierto desde el público cuando era pequeño y pensar: no quiero estar aquí, quiero estar arriba. 

Cita cinco nombres básicos en tu reproductor en los últimos meses. 

Cala Vento: Militarie Gun, Boygenius, Angel Dust, Blink 182, Tyler The Creator, Bully. 

¿Qué artistas malditos, minoritarios o relativamente novedosos nos recomendarías encarecidamente no perder de vista? 

Cala Vento: Dan Peralbo i El Comboi, Rosin De Palo, Memocracia, Txopet, Tano!. 

Sois los jefazos de la Cooperativa Montgrí, donde editáis los discos de un montón de bandas de lo más interesante. ¿Cómo de complicado es sacar adelante una compañía basada exclusivamente en trabajos de calidad? 

Cala Vento: Muy complicado, pero qué muy complicado (risas). ¡¡Amor al arte siempre!! 

De todos los proyectos junto a los que trabajáis. ¿Cuál es vuestro favorito y por qué? 

Cala Vento: No hay favoritos, supongo que quien tenga hijos puede entenderlo, ¿Cómo vas a elegir a uno solo? 

¿Cuál es el primer recuerdo que tenéis de nuestra revista digital? 

Cala Vento: Cuando empezamos con el grupo no teníamos ni idea de absolutamente nada, pues nos fuimos enterando poco a poco de la oferta de blogs musicales en cuanto se interesaban por nosotros, todo era novedad y lo sigue siendo, es decir que probablemente el primer recuerdo sea de cuando hablasteis de nosotros por primera vez. 

¿Qué valoración hacéis de nuestra evolución como web asentada dentro de la oferta de prensa musical, nacional y gratuita? ¿Qué es lo que más os gusta de El Giradiscos? ¿Y lo que más te irrita? 

Cala Vento: Lo que más nos gusta es la constancia y la paciencia. Y para decir algo malo, como amantes también del audiovisual, que la cabecera de la web se ve pixelada. (Risas) 

Espacio libre para una felicitación, crítica o lo que venga en gana… 

Cala Vento: Fuerte abrazo a la gente de “El Giradiscos” y muchas felicidades por esos 15 años, que sean 15 más con buen contenido musical más allá de las tendencias y cotilleos. ¡Grandes!

Jessica Pratt: "Here In The Pitch"


Por: Juanjo Frontera.

Pocos discos me apetecían tanto este año como la cuarta entrega de Jessica Pratt, dueña de esa voz que parece provenir del más allá y que con sus dos anteriores discos me encandiló profundamente. Sin realmente inventar nada, produce en mí una sensación de intriga, de placentera introspección y de zozobra, que encuentro en poca música de la actualidad. No obstante, no quería precipitarme ni en su escucha, ni en comentar mis impresiones al respecto. De ahí que haya procrastinado tanto esta reseña. 

"Here In The Pitch" llega nada menos que cinco años -y una pandemia- después de su antecesor, "Quiet Signs" (2019),  que situó a Pratt definitivamente como una de las cantautoras más relevantes de su generación, a la altura de Weyes Blood, Aldous Harding o Angel Olsen. No obstante, en relación con lo exuberante de las producciones de las mencionadas, Pratt mantenía un perfil mucho más lo-fi, con una ausencia de elementos que no por ello generaba vacío, sino que más bien centraba la atención en su gran arma secreta: la voz. Una voz, como decíamos, fantasmal, que parece venir del más allá para poseernos a ritmo de melodías vaporosas. 

Pues bien, parece ser que el tiempo ha hecho ver las cosas de otra manera a nuestra protagonista. Y para ello se ha inspirado en la California más -digamos- oscura, la que forma parte de la cara B de los grandes éxitos del hippismo y de Laurel Canyon. Las horas bajas de Brian Wilson y sus chicos, el declive de Phil Spector, el candor toxicómano de Judee Sill o el minimalista encanto de Wendy and Bonnie. Todo eso, el mito californiano en su más brillante y a la par más áspera acepción, se ha metido en la coctelera de esta peculiar cantautora para acercarla a la canción pop, aunque tratándose de ella es un acercamiento más que relativo.

Para todo ello ha contado, cuando nunca lo había hecho, con la inestimable ayuda de músicos como los dotados multiinstrumentistas Al Carlson, Matt McDermont y Peter Mudge, que también coproducen, así como otros músicos amigos como el fantástico guitarrista y también cantautor Riley Walker (obligatorio seguir su pista) y el baterista Alex Goldberg. Esto, evidentemente, dota a las canciones de un aura que hasta ahora nunca había mostrado la cantautora. Las vuelve más soleadas. Con su voz de ultratumba, sí, pero soleadas. 

Es así desde la inicial “Life is”, cuyo comienzo siempre me trae a la cabeza “Guess I’m Dumb”, aquella canción que le compuso y produjo Brian Wilson a Glenn Campbell en agradecimiento por sustituirlo en las giras de Beach Boys tras su ataque de nervios. Esto nos da ya una pista firme de por dónde van los tiros. Escuchamos ahí el paradigma surf de Wilson, pero también parte del Wall Of Sound de su némesis, Phil Spector, o las utópicas melodías soleadas de The Mamas & The Papas, o incluso atisbos del folk rock de The Byrds

Una canción sencillamente monumental que hace el papel de apertura de un set que no conocerá fisura ni en su perfección, ni en su feeling sosegado y por momentos, profundamente veraniego. Un verano, eso sí, de cierto halo espectral que continúa desplegando su bruma en los aires bossa que guardan “Better hate” o “By hook or by crook”, en la desolación folk vía el Neil Young más bajonero de “World on a string” (no es una versión, aunque tenga el mismo título que una de Neil), o incluso en momentos más solemnes, como el de la melancólica pieza a piano “Empires never known” o la minimalista “Glances”, ambas antesala de un final de belleza excepcional que llega con “The last year”, pieza que reúne todas las virtudes antes mencionadas de un álbum que es, simple y llanamente, una preciosidad. 

Un cuarto trabajo, este de Jessica Pratt, que hace de su influencia vintage algo completamente vigente, merced a una personalidad que sigue intacta durante esta sucesión de grandes canciones que representan sin duda alguna un paso de gigante -y mira que lo tenía difícil- respecto a sus tres anteriores álbumes. Soberbia nueva referencia, por tanto, en una carrera intachable y, sin duda alguna, uno de los discos tanto de este verano, como, si me preguntan a mi, del año. 

Homenaje a John Mayall: Un repaso a su póker de discos de los sesenta


Por: Àlex Guimerà.

Esta mañana nos ha llegado la triste noticia del fallecimiento de John Mayall a la edad de 90 años. Una gran pérdida ya que fue un músico muy respetado entre sus colegas de generación y una de las almas del blues británico y del blanco. Una auténtica leyenda que se forjó desde principios de los años sesenta cuando se mudó de su Manchester natal hacia Londres para abanderar una revolución sonora que miraba directamente hacia los grandes del Blues americano y hacia la escena de Chicago. En esa escena se codeó con unos primerizos Rolling Stones y con guitarristas de alto voltaje, alguno de los cuales reclutó para sus Bluesbrakers.

Con tal rodaje durante el breve periodo de 1966 a 1969 encadenó cuatro grandes discos, los cuales queremos rescatar a modo de homenaje y recuerdo. Un particular "póker" o racha de álbumes que bien pueden ayudar a los neófitos para introducirse ante esta auténtica leyenda del rock. Cuatro discos como cuatro soles que a nuestro entender resultan imprescindibles en los años sesenta no solo para los seguidores del músico sino para los seguidores del blues y del rock en general. Descartados de este resumen quedan otros notables álbumes que merecerían otros artículos como "Crusade" (1967), "The Blues Alone" (1967),  "Bare Wires" (1968) o "Blues Giant" (1969). Descansa en paz maestro.

BLUESBREAKERS WITH ERIC CLAPTON (1966):

El segundo álbum del bluesman y primero de los Bluesbrakers contaba con un Eric Clapton que ya era famoso tras su paso por los Yardbirds en donde había demostrado una destreza a la guitarra capaz de provocar la famosa pintada en la pared de "Clapton Is God". Ahora los dedos de Clapton se pusieron al servicio de la banda de Mayall para crear una obra maestra del blues-rock en el que aparte de los temas propios se interpretaron grandes versiones de Ray Charles, Willie Dixon, Freddie King, y cómo no, del pionero Robert Johnson. Los Bluesbrakers que aparecen en la portada los completaban John McVie (futuro Fleetwood Mac) al bajo y Hughie Flint a la batería.

A HARD ROAD (1967):

En el año del "Sgt. Peppers" y del debut de Jimi Hendrix, y en el que aparecieron nuevos sonidos del rock, Mayall sigue fiel al Blues pero con una oreja en lo que pasaba a su alrededor. Clapton se marchó para fundar Cream y fue reemplazado por otro joven maestro a la guitarra como Peter Green (factotum de la primera etapa de los Fleetwood Mac) que aportó temas al disco que se añadieron a  los temas de Mayall y a las versiones  de clásicos del blues americano (Freddie King, Elmore James,...). Aynsley Dunbar sustituye a Hughie Flint a la batería mientras que un elenco de vientos completó la grabación. El disco se mantiene purista con el blues y añade tintes psicodélicos e incluso latinos. La maravillosa portada fue pintada por el propio Mayall demostrando otro enorme talento, esta vez para la pintura.

BLUES FROM LAUREL CANYON (1968):

Disueltos los Bluesbrakers John se traslada hacia Los Angeles y en concreto hacia el barrio de Laurel Canyon donde se juntaban muchos de los mejores músicos de la costa Oeste del momento (CSNY, Joni Mitchell, The Mama' s and The Papa s, ...). Fue allí donde captó los nuevos sonidos del rock y los juntó con la tradición blues que tanto dominaba. Nuevamente su capacidad de captar talento se tradujo con el fichaje de un joven Mick Taylor (futuro guitarrista de los Rolling Stones) junto a Stephen Thompson (bajista), Colin Allen (baterista) a los que se añadió Peter Green como invitado para grabar 12 temas propios en los que hablaba de sus propias experiencias en su nueva residencia.

THE TURNING POINT (1969): 

Para muchos considerada la auténtica y definitiva obra maestra del bluesman y la que llevó al blues a un nuevo nivel. Repite Stephen Thompson al bajo junto a John Mark a la guitarra y un John Almond a los vientos (flautas, saxos,...), instrumentos que son omnipresentes en este disco carente de baterías y que fue registrado en directo en el Fillmore East de Nueva York. El álbum contiene dos de sus mejores éxitos como son "California" y "Room To Move". Otra joya.

Entrevista: Suzanne Vega


"Quiero que el público me siga recordando cuando se vaya a sus casas después del concierto"

Por: Àlex Guimerà
Fotografía inicial: Ehud Lazin

Justo el día anterior a que nos atiende Suzanne había cumplido los 65 años. Todos aún la recordamos muy joven impactando la escena musical de la década de los ochenta con su folk-pop, su poesía y su madurez. Han pasado los años y ella, a pesar de haber tenido el mundo a sus pies, ha seguido componiendo y haciendo siempre lo que ella ha querido, labrándose una carrera musical que la sitúa entre los grandes cantautores modernos. 

Un honor entrevistar a una leyenda de la canción y todo un placer poder charlar con una mujer que desprende clase y serenidad por todos los costados, cualidades que expondrá en una gira que le llevará el 24 de julio a Inca, dentro del festival SonsDeNit, el 25 en Madrid (Teatro Lara), el 26 en Valencia (Teatre La Rambleta) y el 28 en Girona dentro del Festival Porta Ferrada.

 A finales de mes tu gira "An Evening With Suzanne Vega -Old Songs, New Songs And Other Songs" pasará por varias ciudades españolas. Una gira que sólo te acompañará el músico Gerry Leonard en un formato que me recuerda mucho a las giras que últimamente está realizando otro cantautor neoyorkino como Elliott Murphy junto con Olivier Durand. ¿Qué podremos ver en esos conciertos? 

Suzanne Vega: Bueno, gracias. En esos conciertos podréis ver que soy yo en la guitarra y mi director musical, Gerry Leonard, en la guitarra eléctrica. Así que hacemos, como dice el título, canciones antiguas, es decir, las canciones que la gente conoce de los álbumes, especialmente de los dos primeros, tocando por supuesto éxitos como "Luka" o Tom's Diner". Empezamos con lo que nos resulta familiar para luego, a mitad del show, hacer quizás dos o tres canciones nuevas. De hecho estoy trabajando en un nuevo álbum. Tengo ocho canciones que ya comencé a grabar. Espero que este álbum salga en la primavera del próximo año. A veces hago una versión de algún tema que me gusta, y hay de todo estilísticamente, desde  folk hasta más rock and roll. Sólo somos dos personas, pero hacemos mucho ruido. 

Gerry Leonard ha trabajado para gente como David Bowie, Laurie Anderson o Rufus Wainwright, y ahora para ti ¿ Qué aporta Gerry a tu sonido? 

Suzanne Vega: Gerry es realmente un tipo interesante con el que trabajar. Porque es irlandés y sabe tocar una guitarra acústica muy folk de una manera muy tradicional. Pero también puede tocar cualquier otra cosa que le des. Y eso es inusual, porque a la mayoría de la gente le gusta tocar en un género u otro. Tocan rock and roll o folk, pero Gerry puede hacer casi cualquier cosa. Y eso es uno de los placeres de trabajar juntos, siempre me desafía. Es algo más guitarrista de lo que necesito, y yo soy más compositora de lo que él necesita. Esto nos da una muy interesante dinámica. Siempre estamos cambiando cosas que son interesantes para nosotros y para la audiencia. Es una dinámica muy bonita. 

Tú has cantado en distintos estilos pop, electrónica, flamenco,... ¿es esta gira una manera de volver a tus orígenes? 

Suzanne Vega: No, no. En realidad todos esos géneros que mencionaste los hacemos todos en esta gira. Precisamente eso es parte del trabajo de Gerry: conseguir los ritmos correctos. Ya sabes, él con sus pedales para hacer diferentes ritmos, diferentes loops, diferentes sonidos. Él los crea en el momento. Así que casi nunca tocamos con una pista de acompañamiento o algo así. Él crea bucles y luego puedo moverme sobre ellos. Por ejemplo, cuando hacemos "Tom's Diner", él crea un ritmo. No toco nada, solo camino alrededor y canto. Y es como el remix. Entonces, aunque solo estemos nosotros dos, puedo recrear cualquier cosa de mi pasado, lo cual es emocionante y barato porque es un solo músico. Así que no necesito a toda la banda. Puedo utilizar a Gerry, que es muy inteligente. 

¿Habrá disco en directo de la gira en este formato? 

Suzanne Vega: En verdad no. Precisamente hace unos 10 años hice algunas regrabaciones con Gerry que se llama "Close-Up Series". Y principalmente es en acústico con Gerry tocando. Algo muy similar a esa configuración por lo que no nos hemos planteado hacer un álbum en vivo ahora. Sólo nos estamos concentrando en el nuevo álbum, que saldrá el próximo año. Así que sólo estamos pensando en el álbum, con el que estamos muy entusiasmados. 

Por cierto, en 2020 publicaste un directo homenaje a tu ciudad "An evening of New York songs and stories" que es una maravilla por las canciones, por tus historias y por el clima que se desprende. ¿Qué significó para ti ese concierto? 

Suzanne Vega: Ese concierto fue una especie de cúspide para mí por muchas razones. Una es que el club en el que se grabó, el Café Carlyle, está situado en el Upper East Side de Nueva York, que es un barrio muy elegante y caro. Cuando llegué por primera vez a Nueva York de pequeña, vivía en el East Harlem, y eso estaba a 30 cuadras al norte. Es un barrio muy, muy pobre. Entonces, para mí, esas 30 cuadras al sur que hay de distancia entre un barrio muy conflictivo a un barrio muy elegante fue significativo porque tardé toda la vida llegar allí. Lo viví como, oh, finalmente tuve el gran momento de tocar en el Carlyle, ese lugar tan elegante, donde todos estos personajes famosos se quedaron y tocaron. Fue un momento muy romántico y gratificante. De lujo. 

Y luego, casi de inmediato, un año después, apareció el COVID, y de repente mi ciudad cambió casi por completo. Fue diezmada por el COVID, por la enfermedad y por todos los que luchan. Básicamente Nueva York todavía no se ha recuperado del COVID-19. Muchos restaurantes cerraron. Muchas tiendas cerraron. Muchas personas aún no han encontrado su lugar. Es por eso que ahora ese concierto forma parte de un momento idealizado porque era antes de COVID, así como también forma parte de un momento significativo para mí personalmente. 

El título de la actual gira incluye "New Songs" y nos has contado que estás preparando nuevo disco de estudio para el año que viene. ¿Nos puedes dar alguna pista de cómo será ese disco? ¿ Sobre cuál será el estilo o el concepto, por ejemplo? 

Suzanne Vega: Es una interesante mezcla de estilos. Un par de canciones son punk rock. Hay una canción llamada "Rats", que voy a cantar en esos conciertos, que trata de un problema de Nueva York. Las ratas son un gran problema de la ciudad. Lo eran cuando yo era joven en mi antiguo barrio y también se convirtió en un gran problema durante el COVID. La gente y las ratas se peleaban en la calle porque no tenían comida. Así que decidí escribir un canción sobre eso. Se trata de una canción de punk rock sobre ratas influenciada por los Ramones y por una nueva banda llamada Fontaines DC de Dublín. 

Conocemos a Fontaines DC, son una gran banda, y de hecho recientemente entrevistamos a su baterista Tom. 

Suzanne Vega: Sí, y sobre todo su compositor es muy bueno. Es tan bueno como James Joyce o cualquiera de esos escritores irlandeses. "Rats" ha sido influenciada un poco por eso. Hay un par de canciones que tienen este tono punk-rock de los 80. Hay otra canción llamada "Speaker' s Corner", que es mas estilo rock californiano de los años 70 , música para estar en un coche y conduciendo por la carretera. Pero la canción en realidad trata sobre política. "Speaker' s Corner" es el lugar al que va la gente a contar su historia. Cada ciudad solía tener un lugar donde incluso si estabas loco, podías levantarte, podrías estar borracho, podrías hablar, podrías contar poemas, podrías hablar de política. Y este es un momento políticamente interesante en mi país porque tenemos muchas personas que, en mi opinión, utilizan el "Speaker' s Corner" para decir tonterías. Luego también tengo la idea de que si votas por la persona equivocada, ese "Speaker' s Corner" se elimina. De hecho hay partes del mundo donde no existe un "Speaker's Corner" y donde no puedes hablar. Así que esta canción, la voy a cantar cuando venga, porqué es fácil de escuchar su sonido, pero no es fácil de escuchar su letra. 

Hay otra canción que probablemente cante que se llama "Flying with Angels", que trata sobre un mundo post-COVID en el que te encuentras cuidando a alguien que está enfermo o si hay una emergencia, debes intervenir y hacer lo correcto. Como si te elevaran los ángeles, como si sintieras que alguien te está diciendo lo que debes hacer. Así que aquí tenemos una canción que trata de temas muy actuales, de los problemas reales del mundo. El nuevo disco no será un álbum metafórico sobre espiritualidad o algo así. Será más como un disco sobre los problemas reales, con canciones reales, tratando del mundo real en el que vivimos en este momento. 

El título de la gira incluye también "Other Songs" ¿A qué te refieres con otras canciones? Has hablado de versiones ¿Habrá versiones como por ejemplo como la que has ido haciendo recientemente de "China Doll" de los Grateful Dead? 

Suzanne Vega: Decidimos no hacer Grateful Dead aquí en Europa porque son más populares en los EE.UU. Pero sí que haremos versiones. La que estamos pensando hacer ahora es "Walk on the Wild Side", porque el nuevo material tiene ese sentimiento de punk-rock. Y pensamos que encajaría con el estado de ánimo del set. Y porque siempre es bueno escuchar a Lou Reed. Es posible que la hagamos. Pero seguramente también haremos una canción como "Penitent", que es un tema que escribí en España hace ya unos discos y que tiene este tipo de sentimiento español de comunión, ya sabes, de discusión con Dios, que por alguna razón es un sentimiento que siento a menudo cuando estoy en España. Realmente no puedo explicar por qué motivo, pero quizás sea el clima caluroso y muy seco. Y hay ciertas partes de España donde sientes el peso del tiempo y de la historia. Pensé que sería bueno hacer "Penitent" otra vez, porque es una de mis canciones favoritas. 

Tu apareciste en la década de los ochenta en la que prácticamente no había cantautores. Aun así en 1987 lograste revolucionar el panorama musical, modernizar el concepto de cantautor y alcanzar un éxito masivo. ¿Qué recuerdos tienes de la época de "Solitude Standing"? 

Suzanne Vega: Fue un momento interesante para mí porque había pasado de trabajar en una oficina contestando el teléfono para mi jefe a, de repente dos años después, estar de gira cantando para miles de personas y yo siendo el jefe de 17 hombres que trabajaban para mí. Fue un ascenso muy rápido. De hecho fue muy emocionante, disfruté del éxito. Soy una persona algo introspectiva, así que no siempre había disfrutado de la atención. Me sentí orgullosa. Cuando todo estuvo dicho y hecho, sentí que había logrado algo realmente importante. Aunque no sé si me gustaría estar persiguiendo ese tipo de éxito para siempre, porque es un trabajo a tiempo completo y prefiero trabajar en las canciones. Y además tengo familia y otros intereses distintos a la búsqueda de la fama. Así que, de hecho, estoy muy feliz por cómo han ido yendo las cosas después. Pero sí recuerdo esos días con mucho cariño. 

Como buena cantautora surgida en el Greenwich Village, tu música siempre ha estado muy marcada por la poesía y por la denuncia social. ¿Cuando compones una nueva canción qué surge antes en tu mente la letra o la melodía? 

Suzanne Vega: Me han llegado canciones de diferentes maneras. En "Tom' s Diner", por ejemplo, la melodía fue lo primero que llegó, era una melodía muy fuerte que llevaba sonando en mi cabeza durante días. Y luego yo fui buscando las palabras adecuadas para crear una letra. Hay otras canciones que vienen claramente con la letra primero. Tengo un poema y luego descubro o creo qué es lo que tengo que añadir musicalmente. A veces vienen juntos, que es realmente lo que siempre una quiere. Eso es lo mejor. En cualquier caso vengan letra o melodía yo lo tomo de cualquier manera que quieran venir a mí. Digo gracias. Es por eso que no tengo ninguna fórmula para componer. 

¿Cuáles son los cantautores que más te han influenciado a lo largo de tu carrera? 

Suzanne Vega: Amaba y sigo amando a Leonard Cohen por la versión que hice de "History Of Isaac". Siempre me encantó esa canción, por eso la versioné. Es una canción muy trágica, extraña e interesante. Me encanta por su intimidad y por el sonido de su guitarra acústica, que es un sonido muy clásico, casi de guitarra española, suena la cuerda de nailon y luego las mujeres cantando al fondo. Estaba fascinada por eso. Adoro a Bob Dylan, por su imaginación y su mente. Amo a una cantante llamada Laura Nyro. Era una compositora neoyorquina, principalmente al piano, pero era muy apasionada y cantaba sobre Nueva York y cantó sobre los niños y sobre el sentimiento de la política neoyorquina. Además, de joven la amaba como una especie de figura hermana. Soy la mayor de mi familia, pero para mí ella era como un personaje de hermana mayor. ¿Y quien más? Philip Glass, su estilo, su manera de pensar, su música minimalista. Fue muy influyente en el sonido de gran parte de mi música en los años 80. Además hay una cualidad espiritual en la obra de Philip Glass. Esas son algunas de las personas que me han influenciado. 

En el momento en el que surgiste el papel de la mujer en la música, salvo excepciones, se limitaba al de cantante. Afortunadamente eso ha cambiado y ahora existen muchas mujeres creadoras de música. ¿Te ves como pionera de ese cambio? 

Suzanne Vega:  Bueno, sí y no. Por una parte diría que sí, porque en los 80, cuando yo crecí, era muy difícil conseguir un contrato discográfico. Pero no me quejé. Simplemente asumí que yo era una artista muy particular. Realmente no era un cantante pop. Y yo sentí que tardaría un tiempo hasta que la gente entendiera lo que estaba haciendo. En retrospectiva, me di cuenta de que al principio mucha gente pensaba que yo era algo obsoleto, que toda esta idea de la cantautora había muerto de alguna manera a finales de 1970, lo cual era una locura. Entonces me enorgullezco ahora cuando veo a alguien como Taylor Swift, y veo que ella es una gran estrella y una figura económica enorme. Se mueve por el mundo y cambia la economía de todos los lugares donde actúa. Puedo sentir que este es un gran paso adelante, porque ella es una cantautora que interpreta con guitarra acústica, lo que es muy diferente al mundo en el que crecí, donde todos seguían diciendo, "oh, ella". Me sentí como una novedad por aquel entonces. Pero de hecho en esa época ya había muchas cantautoras a quienes yo admiraba, Chrissy Hynde, Ricky Lee Jones, y por supuesto, estaba la gran Joni Mitchell. Había todo tipo de mujeres cantautoras. Entonces supuse que las puertas ya estaban abiertas y yo caminé a través de ellas. No sentí que yo fuera un portero amable que abría la puerta para que todos los demás vinieran detrás. Pero si creo que de alguna manera influí en ese momento. Ya sabes, la gente podía ver que vendí muchos discos y que había un mercado para las mujeres que tocaban la guitarra acústica. Pero no sólo fui yo, gente como Tracy Chapman o Sean Colvin hicieron lo mismo. Creo que ayudé e influencié en mi época y en la edad que viví. 

Y ya que miramos hacia atrás, ¿cuál dirías que ha sido el mejor momento de tu carrera? 

Suzanne Vega: Es una pregunta difícil porque he tenido algunos cuantos. La que inmediatamente me viene a la mente es cuando canté en los Grammy de 1988, el año en que estaba nominada a tres premios  Creo recordar que era "Mejor voz pop de cantante femenina", " Mejor canción" y no recuerdo la tercera. Pero cuando terminé de cantar "Luka", que fue tan difícil porque éramos sólo yo y la guitarra y había millones de personas mirándome, lo que suponía mucha presión para mí. me sentí orgullosa de haberlo hecho. No olvidé mis letras y mostré la canción tal como era. Y Prince estaba entre el público y se puso de pie de un salto. Llevaba un traje blanco y se le podía ver emocionado entre el público. Saltó y aplaudió. Este para mí fue un momento que nunca olvidaré. 

Desde tu primera visita en 1990 en Madrid, a lo largo de los años has venido a España muchas veces en distintas ciudades para tocar tu música. Y ya que hablamos de recuerdos ¿Qué recuerdos tienes de nuestro país, del público español y de los conciertos? 

Suzanne Vega: Bueno, siempre disfruto de mi tiempo en España. Las primeras veces que vine, creo que ya lo mencioné en otras entrevistas, tuve una sensación inusual al escuchar el idioma porque el español era algo con lo que yo crecí, siendo muy joven. Así que aquí había un país entero hablando este idioma que conocí de niña, lo que le daba un toque y un sentimiento muy personal. Es como "oh, aquí hay un país entero que habla el idioma de mi juventud". Es un país genial. Tengo muy buenos recuerdos de Barcelona, ​​a la que no voy esta vez. Pero para mí Barcelona es un gran lugar en el que estar. Muy inspirador, me encanta su ambiente. Granada es otra fabulosa ciudad. Tengo hermosos recuerdos de haber estado allí por una semana más o menos. El paisaje es precioso. Y tengo un par de canciones que escribí sobre Granada. Y qué decir de Madrid, simplemente que amo Madrid. 

De estas canciones que dices que escribiste en Granada está la preciosa "Rosemary", inspirada en la propia ciudad andaluza. Una canción con la que normalmente terminas tus conciertos. ¿Por qué esta elección? ¿Por qué "Rosemary" para cerrar tus conciertos? 

Suzanne Vega: Porque la última línea de la canción dice: "Todo lo que sé de ti está en mi memoria. Todo lo que pido es a ti es que te acuerdes de mí". Porque el romero (Rosemary en inglés) es para el recuerdo, ya sabes, lo que significaba el romero para Shakespeare que lo citaba a menudo en sus obras . Es una yerba que aparentemente funciona para la memoria. Y eso es lo que quiero para la audiencia de mis conciertos, que recuerden el espectáculo. Quiero que el público me recuerde cuando se vaya a sus casas. Quiero que haya una especie de sentimiento persistente, ya sabes. Me gustaría que pensaran en el programa durante unos días después y no simplemente que me olviden una vez se vayan. Es un poco como una invitación al público para que podamos tener una relación que vaya más allá de esa noche. Básicamente eso es lo que estoy pidiendo con "Rosemary". 

Sabemos que naciste en California, pero como has dicho de pequeña te fuiste a vivir a Nueva York al "Spanish Harlem" y el español fue un idioma presente en tu infancia y adolescencia. Incluso lo hablas un poco. Tienes algún músico, banda o algún poeta favorito en nuestra lengua? 

Suzanne Vega: Sí, me gustan las canciones de Julieta Venegas, que es mexicana. Realmente es muy interesante. Hace un tiempo la escuchaba mucho. Me gustaba su sentido del humor y su forma de escribir, su personalidad... Entonces creo que ella es algo así como yo, vive pensando en el momento. 

Por cierto, sabemos que ayer fue tu cumpleaños - la entrevista se hizo el 11 de julio -. ¡Muchas felicidades! 

Suzanne Vega:  Muchas gracias. 

Gracias a ti por compartir esta charla con nosotros y gracias por tu maravillosa música. Nos volvemos a ver muy pronto en tus conciertos en España. Para descubrir el nuevo disco tendremos que tener un poquito de paciencia. 

Suzanne Vega: Muchas gracias a vosotros. Tengo muchas ganas de volver a vuestro país.

Entrevista: Kid Congo Powers


“El rock and roll es embriagador y mágico, también inexplicable” 

Por: Javier González. 
Fotografías: Luz Gallardo.

A la aristocracia del rock and roll se llega desde el barrio, con mucha calle y escasas cartas marcadas bajo la manga, pero con la determinación de aquel que se curte sabiendo lo que cuestan las cosas. Se llega con la clarividencia de quien apuesta todo a una carta para reivindicarse como persona cuando unos pocos acordes le vuelan la cabeza, en el justo momento en que las canciones te interpelan, contando historias que reflejan tu personalidad. En definitiva, cuando te das cuenta que tu existencia solo tiene sentido cerca del mundo de la música, por lo que no queda más remedio que lanzarse a una aventura de la que tan solo unos pocos elegidos salen vencedores.

Y algo así le ocurrió a Brian Tristan, primero como fan irredento de Los Ramones, más tarde como parte seminal de The Gun Club junto al añorado talento de Jeffrey Lee Pierce; ejerciendo de guitarrista en The Cramps, donde Lux Interior y Poison Ivy le rebautizaron bajo el apelativo de Kid Congo Powers, y rematando su periplo en compañía de otros a la vera de los siempre peligrosos Nick Cave and the Bad Seeds, donde su talento afloró en míticas sesiones de grabación y giras repletas de excesos. Una vida única, cruda, sinuosa, al filo del abismo, dramática y divertida, a la que recientemente pudimos acercarnos gracias a la edición en castellano de su autobiografía, “Ese Vicio Delicioso”, de la que dimos cuenta en estas páginas meses atrás. 

Ahora vuelve a vestirse de actualidad, pues acaba de firmar otro manual de rock and roll crudo, directo y experimental llamado “That Delicious Vice”, bajo la etiqueta de Kid Congo Powers & The Pink Monkey Birds, proyecto con el que lleva trabajando casi una década y al que tendremos el placer de disfrutar en vivo el próximo mes de septiembre en la madrileña sala Fun House, en una de esas noches para finos paladares que esperamos con impaciencia. 

Ni qué decir tiene que había muchas ganas de entrevistarle. No en vano, es el más digno heredero de una estirpe de rockeros con sangre hispana en sus venas, un árbol genealógico que en su día contó entre sus predecesores a Ritchie Valens y al gran Willy DeVille, por citar un par de ejemplos tan solo, nombres mayúsculos de un culto pagano al que seguimos adorando. Señoras y señores, hoy les dejamos en compañía de la magia vudú del siempre peculiar, elegante y cercano Kid Congo Powers. O lo que es lo mismo, un absoluto mito. 

Hola, Brian. ¿Cómo estás? ¿Qué tal te encuentras? ¿Qué sientes tras la edición de “That Delicious Vice”? 

Kid: Me siento feliz, contento de que haya salido. También me alegra que haya recibido buena respuesta por parte del público y de la prensa musical. 

Kid Congo Powers & The Pink Monkey Birds vuelven a grabar nuevo material después de 8 años desde que apareciera “La Araña es la Vida”. ¿Por qué habéis tardado tanto tiempo en grabar nuevo material? 

Kid: No me había dado cuenta que pasaron ocho años desde nuestro anterior trabajo, sinceramente. En 2021 lanzamos el EP “Swing from the Sean DeLear”, que era como un álbum corto. Tenía una canción de 14 minutos llamada “He Walked In”, e inclusive hicimos algunos videos, por lo que lo considero un álbum. 

“That Delicious Vice” es una colección de rock and roll cavernario, oscuro, minimalista y crudo. ¿Existe una mejor forma de presentar el rock and roll? ¿Qué tiene el rock que lleva toda una vida enganchándonos como no ha hecho ningún otro género? 

Kid: Creo que la música clásica, el folk, blues y jazz es más antiguo que el rock and roll. Pero es cierto, ha estado ahí desde que nací en 1959. Ese fue el año en que Elvis ingresó en el ejército y Little Richard dejó el rock and roll para ir a la iglesia. Entonces, tal vez, hubo una oportunidad para mí de entrar al mundo. Estoy bromeando, por supuesto. Pero sí, la música que tocamos es atemporal y actual al mismo tiempo. Para mí es embriagador y mágico, también inexplicable. 

“Mink DeVille es uno de mis artistas favoritos” 

No puedo parar de escuchar la canción que da título al disco, “That Delicious Vice”, un rock de sangre caliente, donde miras a tus raíces hispanas, recordando musicalmente a Ritchie Valens en “La Bamba” y a Mink Deville y su versión de “Hey Joe”. ¿Cómo de importante son tus raíces hispanas a la hora de entender tu forma de hacer rock and roll? 

Kid: Me alegra que hayas escuchado las referencias a “La Bamba”, lo cual es obvio para los fanáticos de Ritchie Valens, pero también a Mink DeVille, uno de mis favoritos, no tan obvio. The Pink Monkey Birds comenzó cuando estaba empezando a escribir mi libro, hace ya muchos años. Pensaba en la música que me formó cuando era niño y recordé a Theee Midniters, una banda chicana de los años sesenta cercana a mi ciudad natal. Eran de Whittier California, no lejos de “La Puente” donde crecí. A mi hermana mayor, Bárbara, le gustaban y tenía discos que compró en un baile en el que tocaban. Fue la emoción de la banda de rock local e hispana lo que encendió a sus amigos y a ella. Estaban orgullosos de tener algo con lo que se identificaban. Cuando redescubrí sus discos de adolescente, me di cuenta de lo emocionantes que eran, toda una influencia de mi infancia que había olvidado, me vi obligado a usarlos como tal. A medida que me hice más popular, noté que los niños chicanos más jóvenes venían a mis espectáculos y sentían la conexión de ver a una persona hispana de color en el escenario. Estoy ahí para estas personas en gran medida, lo mismo para las personas LGBTQ+. También para principiantes sin formación musical, pero con el deseo de hacer música. Yo fui, o soy, todas estas cosas. Así que las “raíces” son un gran ritmo, algo positivo con lo que conectarse y también algo mágico. 

En el disco habéis incluido una canción que es pura oscuridad llamada “Murder of Sunrise” cuya duración es de más de 17 minutos. ¿Cómo surgió la idea de hacer una canción tan larga? 

Kid: Creo que la canción tiene un tono sexy, como una canción de Barry White. Un éxtasis sin fin en el que perderse. Estamos creando un estado de ánimo, un mundo, una pintura. Siempre me ha gustado tocar la guitarra expresionista, no es tan diferente de nuestro estilo habitual. 

“Los niños chicanos más jóvenes venían a mis espectáculos y sentían la conexión de ver a una persona hispana de color en el escenario”.  

Las últimas cuatro canciones del álbum tienen un aspecto decididamente experimental. ¿Fue algo premeditado o simplemente surgió así? 

Kid: Hemos estado usando la forma larga de la canción durante los últimos años. Ha sido por elección. Me gusta tocar tanto canciones cortas de rock salvaje como canciones experimentales más largas. Ambas son formas comunicación. 

“De mi infancia en “La Puente” quedan las bandas de “garage”, tocando canciones de Mott The Hoople” 

En estos últimos meses hemos podido leer tu magnífica biografía, traducida al castellano también como “Ese Vicio Delicioso”. ¿Qué recuerdas y qué queda a día de hoy de aquel niño criado en “La Puente”? ¿Cómo marcó aquel barrio tu vida? 

Kid: Ese niño está vivo y coleando. Contra viento y marea. En aquel barrio estaba la gente que conocí, los que fueron mis mentores, quienes me introdujeron al rock underground. Esa clase de gente que llevaban a un chaval de 14 años a conciertos. De mi infancia en “La Puente” quedan las bandas de “garage”, tocando canciones de Mott The Hoople, también gente muy bromista. 

“Los Ramones me hicieron saltar de mi piel cuando era un adolescente deprimido” 

Poca gente sabe que fuiste el presidente del club de fans de los Ramones en la Costa Oeste de Estados Unidos. ¿Qué significaba para ti la música en general y los Ramones en particular por aquel entonces? 

Kid:
Los Ramones marcaron el comienzo de un nuevo mundo de música tan simple y ordenado que fue revolucionario. Aportaron humor a la cultura de la delincuencia juvenil. Yo era un adolescente deprimido y me hicieron saltar de mi piel. Me hicieron reír. Consiguieron que amara el desafío, fueron como una gran droga. Quería hacer correr la voz de que existían a todos los que quisieran escuchar y conocer personas con ideas afines. Lo logré, ya que algunos miembros del club de fans todavía siguen siendo mis amigos hoy. 

“Extraño a Jeffrey Lee Pierce” 

En tu vida hubo un par de momentos clave a nivel musical. El primero fue entrar en contacto con Jeffrey Lee Pierce, tu amigo, con quien diste vida a The Gun Club. ¿Cómo era Jeffrey en las distancias cortas? ¿Qué recuerdas de aquel período? ¿Cuánto le echas de menos a día de hoy? 

Kid: Jeffrey era muchas personas diferentes y dependía de quién fueras tú, para ver cuál Jeffrey te tocaba. Afortunadamente encontré un buen hermano como amigo. Un profesor. Compartimos muchas risas, muchos sueños. Muchas risas acerca de cosas la vida y mucho ver mundo. Lo extraño todo el tiempo, todavía toco sus canciones sólo para sentirle cerca. 

“Estar con The Cramps fue una lección de música y cultura inabarcable” 

Posteriormente, entraste a formar parte de The Cramps, junto a Lux Interior y Poison Ivy, ellos fueron quienes te pusieron por nombre Kid Congo. ¿Qué recuerdas de aquellos días junto a ellos? ¿Cómo eran? ¿Puedes contarnos alguna anécdota curiosa junto a ellos? 

Kid: Lux e Ivy eran personas de un mundo diferente, un lugar psicodélico. Estaban muy seguros de su visión de la música. Viví algunos de los momentos más divertidos de mi existencia junto a ellos. Una lección inabarcable de música y cultura. 

“Estoy orgulloso de los discos que hice junto a Nick Cave & The Bad Seeds y del salvaje viaje que realizamos juntos” 

Formaste parte de Nick Cave and The Bad Seeds, con quienes grabaste “Tender Prey” y “The Good Son”, hace unas semanas pude entrevistar a Barry Adamson y charlar con Mick Harvey tras su concierto en Madrid. ¿Sigues viendo a los chicos? ¿Qué recuerdas de aquella forma de hacer rock and roll animal y de sangre caliente que teníais los Bad Seeds? 

Kid: ¡Acabamos de regresar de una gira en Australia y Mick Harvey tocó el bajo con nosotros! Sí, seguimos siendo familia. Cuando toqué en The Bad Seeds me encontré en una situación de lo más desconocida. Nunca antes había estado en una banda como esa. Me sentí intimidado, pero bienvenido. Me mudé a Berlín para estar con ellos y fue una mezcla cultural de miembros de la banda australiana y alemana. Yo era el único americano, ¡quizás el primero! Estoy agradecido con ellos, por el período que me hicieron vivir, expandió muchísimo mi mente. Estoy orgulloso de los discos que hice con ellos y del salvaje viaje que realizamos juntos. Me alegro de que nuestra amistad continúe, es el verdadero éxito. 

“La lucha nunca termina para las comunidades desatendidas y las personas privadas de sus derechos” 

A lo largo de tu trayectoria, has sido un referente en la lucha por los derechos de los homosexuales y del movimiento “queer”. ¿Cómo ves todos los objetivos conseguidos desde tu juventud hasta ahora y cuáles crees que quedan por conseguir? 

Kid: Comencé mi activismo, y tal vez mi perfil público, como persona queer debido al resultado de la crisis del SIDA en la década de 1980. No tenía opción de ser ambiguo o permanecer en el armario. Ver a amigos, colegas de la música y de la comunidad morir frente al resto del mundo fue demasiado para mí. Como dice la organización ACTUP: “El silencio es muerte”. Fue importante y lo sigue siendo. La lucha nunca termina para las comunidades desatendidas y las personas privadas de sus derechos. Ha habido muchos avances para las personas queer, pero estamos muy lejos de una igualdad total. 

Sufriste una adicción profunda a las drogas, como comentas en tu biografía, siendo un ejemplo de superación y rehabilitación. ¿De qué forma conseguiste dejarte toda aquella oscuridad atrás? 

Kid: Supongo que me cansé de estar enfermo y cansado. Tuve suerte de darme cuenta de que no quería desperdiciar mi vida para morir en poco tiempo. Quería estar feliz y emocionado, algo que la adicción no permite. Estoy seguro de que no habría hecho música en los últimos 30 años, escribir un libro o ser feliz de no haber dejado todo atrás. Siento que tomé la decisión correcta. 

“Hacer rock and roll es una misión para los jóvenes, inadaptados y fanáticos intelectuales de muchos tipos” 

¿Crees que hoy en día el rock and roll tiene menos peso que otros estilos más vacíos de contenido? ¿A qué piensas que se debe? 

Kid: Creo que siempre habrá rock and roll hecho con calidad. ¡Lo escucho! No subestimo la cultura juvenil. Siempre hay buena música en el “underground”. Es posible que tú y yo no lo sepamos, porque no nos corresponde a nosotros saberlo. Es una misión para los jóvenes, inadaptados y fanáticos intelectuales de muchos tipos. Por eso se llama “Underground”. 

En el mes de septiembre estarás tocando en Madrid, concretamente en la sala Fun House. ¿Qué podrán ver todas aquellas personas que se acerquen a disfrutar de vuestro directo? 

Kid: Vendrán a una fiesta y nosotros seremos los anfitriones. Siento que tenemos grandes espectáculos y conexión con el público español. La gente bailará y cantará porque cantamos un poco en español. Tocaremos nuevas canciones y otra de mi pasado. Agarra bien tu peluca. (Risas)

Entrevista: Reciclaje


"Las modas pasan, pero el rock and roll no" 

Por: Javier López Romo 

Dicen que estamos hechos de pedacitos y que toda nuestra envoltura, en este caso musical, tiene esa textura tan variada que en cada momento desempeña su papel. Y así es. Pero quizás la diferencia que hay entre nosotros y nosotros mismos es tanta como la que hay entre nosotros y los demás. No soy ese gurú que gritó en su día en la Gran Vía de Madrid su lema: “Hágase el sexo, las drogas y el Rock and Roll”. Esa cita pertenecía más a la movida madrileña que a los protagonistas que nos ocupan hoy: Reciclaje. Un grupo de rock que nos llega desde las Islas Canarias como rockeros de costa, que saltan desde el Atlántico al Mediterráneo con una facilidad asombrosa para mostrarnos que el rock no tiene DNI. Tan sólo debes buscar que el ritmo entre en ti, déjate llevar, y ellos harán el resto; porque los espacios vacíos se pueden llenar en un instante con apenas dos canciones escuchadas y vividas. 

A día de hoy se más de Reciclaje que el mes anterior, y no es por casualidad que el destino los pusiese en mi camino por arte de birlibirloque, esa magia que se convierte en arte y del cual fluye todo como un río con destino al mar. Y sin embargo mi destino era su música, pero hasta llegar a ella hubo que nadar, y naufragar también. Si no hubiese sido por mis amigos de Hotel de Marte, y mi estimada miga Pilar Vázquez, nada de esto tendría sentido, porque ellos son algo bonito en mi vida y forman parte de mí para disfrutar el momento presente lo más alegremente posible, luego Dios dirá… 

El 15 de mayo de 2024 salió al mercado el disco de Reciclaje “Ven a por mí”. Un disco en directo que resume sus tres anteriores trabajos, “Antes de que llegue”, “ Ven Ven” y “Mágico”, tres álbumes que serán la llave para abrir la puerta de “Ven a por mí”. De ellos extraen sus mejores canciones y confeccionan un trabajo  grabado en directo en la Sala Copérnico de Madrid. Y ya se sabe, un disco en directo no tiene trampa ni cartón, es fresco y sin filigranas, compacto y maduro, no hay margen para el error y sí para la diversión , es como se dice: rock and roll en vivo y en directo... 

El primer avance del disco salió el 15 de marzo, “Al Infinito”, con la colaboración de Nat Simons. El 12 de abril lo haría “Ven Ven”, colaborando Santero y Los Muchachos. Y Ya por fin salió al mercado “Ven a por mí”, su disco en directo. Ángel Quintana, Quino Martínez y Luis Vives son Reciclaje, a los cuales respalda el productor de Loquillo, Josu García. Y si escuchamos el disco, en “Ven a por mí”, todo se va acoplando a la perfección, se asienta con su ritmo rockero, hasta divertido diría yo, gracias en parte a una batería y teclados que me gustan demasiado. En “Metralla”, y como buen directo, tengo que retroceder a mis jóvenes tiempos cuando Tequila me hacían bailar en los guateques de pueblo con esos solos de piano y guitarra. Y qué decir de “La niña del globo”, a más de uno les sonara como que bajan el ritmo, que no su vigor, esa intensidad llega a desembocar en ese amor que ya no está presente y donde se añoran los deseos. Y seguimos con “Partidas a muerte”, se endurece el sonido, es como si cada instrumento se batiese a un duelo, igual que se baten los amantes en su relación. Quizás “No estoy a tiempo” está dentro de ese universo donde se fusiona lo divino, y si además nos lo recuerda Rebeca Jiménez, todo queda perfecto. 

Pero con Reciclaje no se para, volvemos a bailar con ”Impares”, enérgica y eléctrica. “Al infinito”, una balada en la que Nat Simons pone su voz más rockera, te hace llegar al abrazo más salvaje con tu pareja, y eso es lo verdaderamente importante. “La puerta verde”, es una mirada a esa tierra a la que pertenecemos con todos sus valores, rock-blues por doquier tan animado como divertido. En “Mi pintura de guerra” nos trae esos ritmos limpios donde se intercambian sonidos agradables, y se fusionan órganos, guitarras, batería para aportar una nueva visión del amor. En “Mi mejor remedio” con ese rock que hace levantarse de sus tumbas a sus inquilinos más vacilones y divertidos, Adri de Desvariados lo expone enérgico en todo momento. Y cómo redoblan los tambores en la tormenta que se adentra en “Aguacero”, Reciclaje se sienten a gusto, y se postulan a no ser menos que Pereza, Quique González, Rubén Pozo, y demás coleccionistas favoritos, que los tengo. Otra cosa es cuando llega Santero y los Muchachos en “Ven ven”, todo sube de potencia en un precioso rock and roll de alto voltaje que te incita a tener una maravillosa noche de diversión y mejor música: bailas, ríes, bebes, te sientes feliz. Pero aún seguimos animados con los temas de juerga, y eso lo dicta “Tormenta Estelar”, ese esquema de guitarra y teclados funciona, casi diría yo, camino de la perfección. Una canción que pueda ser perfectamente ideal para sus directos, seguro que los fans cantarán el estribillo y bailan con la banda; y no me extraña nada por su letra ten cargada de esperanza. 

Y llega una de mis preferidas, “Tus besos saben a rock”, el amor y la pasión no pueden faltar nunca, me gusta por esos juegos de blues y rhythm and blues que hace mover tus pies. Luego llega casi al final “Mágico”, imprescindible para sus bolos, la energía siempre está presente, se apodera de nosotros, su guitarras saben a gloria bendita. En “Que Pena” casi suena a despedida pese a que este rock and roll es de la vieja escuela, y se sienten como peces en el agua, cómodos y versátiles, es quizás el mejor momento para presentar a la banda. Pero no nos quedamos conformes y queremos saber algo más, por lo que no queda otra que ponerse en contacto con Ángel Quintana y hablar un poco más sobre el caminar de Reciclaje. Vamos a ello.

Nacéis para la música en esa bella Isla de Las Palmas de Gran Canaria allá por 2013 como un par de amigos, un dúo formado por Ángel Quintana y Quino Martínez. ¿Cómo fueron esos días de 2013? ¿Qué hacíais, cómo os divertíais, escuchando rock quizás? 

Ángel Quintana: Pues así fue, allí nos conocimos y allí empezó todo. La verdad es que fue una época muy divertida aquella, salíamos mucho, (de hecho nos conocimos en la barra de un bar), escuchábamos mucho a Neil Young, Creedence y toda esa música americana que tanto nos gusta y de ahí sacábamos la inspiración para escribir las primeras canciones. Nos interesaba mucho todo el mundo de las armonías vocales, que con un par de acústicas encajaban muy bien. 

Para quienes no os conozca ¿Cómo os presentaríais, quienes son Reciclaje? 

Ángel Quintana: Somos una banda de rock and roll, que llevamos la diversión por bandera y trabajamos para hacer las mejores canciones posibles, que emocionen y acompañe a quién las escuche. Nuestros conciertos son una mezcla de emoción y diversión. Para más trucos y consejos, ¡no duden en seguirnos! 

Vuestros sonidos son heredados de los grandes nombres de los 60 y 70, ¿Influenciaron en vuestro devenir? 

Ángel Quintana: 
Por supuesto, tanto es así que estamos aquí por su culpa. A día de hoy seguimos emocionándonos cuanndo escuchamos el "What'd I Say" de Ray Charles o el “Black Dog” de Led Zeppelin. A esas décadas, incluyendo también la de los 50, se lo debemos todo. 

¿Quiénes eran vuestros favoritos? 

Ángel Quintana: Bueno, es que la lista es interminable, a parte de los evidentes Beatles y Stones, nos gusta mucho Tom Petty, Cat Stevens y The Black Crowes, por ponerte algunos ejemplos…pero vamos, toda la música americana es lo que más nos gusta. 

Para los que amamos el rock & roll y su manera de vivir, de entender, de soñar. ¿Qué les diríais a aquellos que auguraban que el rock había muerto? 

Ángel Quintana: Es que nosotros pensamos que esa afirmación no ha tenido sentido nunca. Ni ha muerto, ni nunca morirá, porque siempre habrá gente que alimente su llama. Conocemos gente muy joven que escucha rock and roll de manera compulsiva y ya sabes, si te entra ya no te podrás desprender nunca de él. Que no está de moda está claro, pero es mucho mejor así, porque las modas pasan, pero el rock and roll no. 

A los que seguimos a Bruce Springsteen, cuentan que Jon Landau, en el Harvad Square Theatre de Boston, se acercó por el local con el lastre de una vida rota, destruida. Ese día de mayo de 1974, Bruce enlazó tres temas seguidos tan eléctricos, tan perfectos sonidos de rock, que acabó bailando de pie y gritando como una fiera desatada, que su vida comenzaba de nuevo y quizás con más fuerza que nunca, sintiéndose joven otra vez; y escribió una reseña para el The Real Paper, una revista alternativa de rock de Boston: “He visto el futuro del Rock & Roll, y su nombre es Bruce Springsteen...” ¿Es Reciclaje ese futuro dentro del panorama musical español? ¿Tenéis algún cazatalentos detrás que dirija vuestros pasos...? 

Ángel Quintana: “Born to run”, es de nuestros discos de cabecera, ahora que nombras a Springsteen. Pues la verdad es que nos conformaríamos con ser parte del futuro del rock and roll nacional, aunque no somos nosotros quienes lo tenemos que decir. Estamos felices con lo que hacemos y tratamos de superarnos día a día, así que formar parte de la escena ya es un lujazo para nosotros. Ahora mismo volvemos a estar solos, hemos pasado por diferentes compañías discográficas y managers, a los que agradecemos mucho todo lo vivido, pero en este momento hemos decidido continuar el camino por nuestra cuenta y riesgo. 

No he presenciado ningún directo de Reciclaje, seguro estoy que será en breve, pero lo que he escuchado, y mucho por redes, me gusta. ¿Tienen las canciones de Reciclaje esa fuerza gloriosa y divina de narrar poesía de calle, de ciudad? 

Ángel Quintana: Claro, es que las canciones de Reciclaje nacen de nuestras propias historias, así que por defecto narran esa poesía de calle, de ciudad, pero ya te digo, por defecto…nuestra intención tampoco es ser poetas callejeros, estamos muy lejos de considerarnos poetas, escribimos canciones porque nuestra vida va paralela a ellas, por pasión y por necesidad, porque hay cosas que no podemos explicar si no es a través de ellas y porque sienta muy bien cuando sientes que lo has conseguido. 

Para ser un buen grupo de rock hay que tener ese lado gamberro, y ser un brillante compositor de canciones. ¿Es así Reciclaje?

Ángel Quintana: Somos un poco gamberros, sí…negarlo sería no ser sinceros, pero somos buena gente. En cuanto a brillantes... creemos que nos queda mucho por aprender y no vemos un techo para eso. Tratamos de estar despiertos, de no perdernos nada y de ser cada día mejores en nuestro trabajo. Las letras de las canciones es en donde más ponemos el foco, porque no es nada fácil encontrar las palabras correctas para lo que quieres expresar. Cuando lo tienes, lo sabes, y estás más cerca de brillar.

Suelen decir que el rock ya es para canosos, viejos y alcohólicos. ¿Cuál es el público que va a los conciertos de Reciclaje? 

Ángel Quintana: Eso lo habrá dicho el mismo que decía que el rock and roll había muerto…(risas) Tenemos público de todas las edades, cierto es que la mayoría de la gente que viene a nuestros conciertos es más de nuestra edad, pero hay gente muy joven ahí, que nos da la vida verles cada vez que nos subimos al escenario. 

Algo vital para cualquier grupo que surge, en este caso Reciclaje, es saber ser fiel con el camino trazado. ¿De qué manera gestionáis la forma de hacer canciones? 

Ángel Quintana:  Para nosotros la buena gestión de nuestras creaciones es ser fiel a lo que queremos contar y cómo lo queremos contar. Hacer las mejores canciones posibles sin esa obsesión de que tengan que sonar a un estilo concreto. Trazar un camino con un objetivo es algo que hemos dejado de hacer hace tiempo. Al principio es inevitable hacerlo, pero con el tiempo te vas dando cuenta que lo realmente importante y lo que definirá tu carrera, son las canciones. 

Tres discos y un cuarto en directo que resume todo un bagaje musical. ¿Sois conscientes de que esto es un camino de largo trayecto? 

Ángel Quintana: Pues puede sonar extraño, pero tenemos la sensación de que acabamos de empezar nuestro camino. Realmente en cada nuevo disco, nuevo proyecto o incluso nueva gira, vuelve la ilusión del principio y te hace sentir que vuelves a estar en la casilla de salida, con las fuerzas y la ilusión intactas. Está claro que los años y la experiencia te dan cosas que antes no tenías, pero nos gusta la sensación de ser unos recién llegados y seguir teniendo muchas cosas que contar. 

Salís de las islas y repartís vuestro tiempo entre Castellón y Madrid. Siempre dicen que Madrid es el centro neurológico que lo absorbe todo; hay locales para todos los gustos y musicalmente resulta atractivo  darse a conocer; es como dicen los toreros: “Si triunfas en Las Ventas, ya tienes media carrera hecha” ¿Dónde os sentís mas cómodos: Canarias, Castellón, Madrid? 

Ángel Quintana:  Madrid es nuestra ciudad favorita de España, sentimos que la música que hacemos funciona mejor allí que en otros lugares y el público que tenemos es muy fiel. Siempre que vamos a tocar allí, allí están, y eso es maravilloso. Castellón es donde tenemos nuestro centro neurálgico ahora mismo, el local de ensayo está allí y casi todos los miembros de la banda residen allí. Es una ciudad con una cultura de música en directo alucinante y envidiable. Todas las semanas hay planes muy interesantes en las diferentes salas que hay, y eso es algo que valoramos mucho. Y Canarias es nuestro hogar, curiosamente donde menos hemos tocado estos últimos años…¿será verdad eso de que nadie es profeta en su tierra? 

No puedo pasar por alto esta pregunta: ¿De dónde nació vuestra vocación, quién o quienes os dio el mordisco del escorpión? 

Ángel Quintana:  La música anglosajona es lo nuestro. Son nuestras raíces y es lo que más nos pone los pelos de punta. El mordisco del escorpión nos lo dieron Los Beatles y Los Stones. La gente se inventó una rivalidad absurda entre los dos, pero nosotros lo hemos aprendido todo de ellos y a día de hoy siguen siendo un referente. 

¿Os parece bien que vayamos al principio de la banda? 

Ángel Quintana: Claro, ¡vamos allá! 

Os embarcáis en 2013, pero no es hasta 2015 con vuestro primer trabajo, “Antes de que llegue”, cuando formáis banda. ¿Cómo fueron aquellos primeros tiempos de ilusiones, trabajo, esfuerzo y sobre todo tantas ganas de que esto fraguase como un sólido hormigón? 

Ángel Quintana: Como dato curioso, ese disco lo grabamos casi todo entre los dos. Aún ahí no había banda, seguíamos siendo un dúo, de hecho hasta “Mágico”, nuestro tercer disco, no hubo banda. Quino, que también es batería, grabó todas las baterías del primer disco y entre todos el resto. Lo que más recordamos de esos tiempos es la ilusión que teníamos siendo unos pardillos en esto de la música. Pensábamos que nos íbamos a comer el mundo con nuestro disco y quizá pecábamos en  no ver esto como una carrera de fondo, que es lo que en realidad es. Con el paso del tiempo y de los discos, nos hemos dado cuenta que hay que ir paso a paso y aprender de todo este maravilloso proceso. 

En vuestro primer disco hay una canción que me tiene distraído, “Tus besos saben a rock”, donde decís: "Me gusta repetir..."  ¿Qué es lo mas importante en vuestras canciones, una buena letra, o un mejor acorde? 

Ángel Quintana: (Risas) Sí, “solo pienso en repetir”, dice… Ahí el rock ejerce como experiencia máxima. La canción habla de esa sensación que tienes cuando besas a la chica que te gusta por primera vez y te recorre ese hormigueo por todo el cuerpo. Nosotros le damos un poco más de importancia a la letra que a la música, obviamente una buena letra tiene que ir acompañada de una buena melodía, estar bien fusionadas ambas. Pero es más fácil tener buenas melodías que buenas letras. Somos muy exigentes con eso y tratamos de aprender a escribir mejor cada día. 

En este vuestro primer parto no pretendíais grandes expectativas, tan sólo era tocar por pequeñas salas y mostraros tal y como erais ante un publico desconocido. ¿Pero fue divertido empezar así, o hubo algún problema de supervivencia? 

Ángel Quintana: Bueno, como te decíamos antes, pensábamos que nos íbamos a comer el mundo con el primer disco,(risas). El caso es que antes de grabarlo, nos pasamos un año y medio tocando por todos los sitios que podíamos y en ese tiempo no teníamos ninguna pretensión más allá de pasarlo bien. Fue muy divertido y en ese momento  no tuvimos ningún problema de supervivencia porque no había ninguna pretensión. Eran todo ganas e ilusión. 

 En ese primer trabajo hay grandes temas y un logrado ambiente común por mostrar una cultura de bar, de cerveza y rock and roll de colegas de barrio. ¿Qué hay de poético y literario en esas canciones? 

Ángel Quintana: Nos encanta que lo veas así. Bueno, estamos muy lejos de poder llegar a considerarnos poetas, aunque hay algo de poético ahí, porque al final somos unos románticos un poco canallas, quizás es la reflexión más aproximada de lo que somos, y al final las canciones están hablando un poco de eso, de el camino que vamos recorriendo y de la manera que afrontamos la vida. Desde la barra del bar todo se ve más claro. 

“La niña del globo” es un tema que me encanta y me hace reflexionar, ya lo dijo el filósofo Javier Mazza: “Si no nos narramos, no sabemos quienes somos, si no sabemos quien somos, no sabemos que hacer...” ¿Es Reciclaje un narrador de historias, de vidas ajenas, o quizás propias, pero narrador y gestor de sentimientos pasados, presentes y futuros...? 

Ángel Quintana: Es una buena manera de describirnos. Desde luego narramos historias, porque para nosotros no hay buena canción si no hay una buena historia detrás. Nos interesan que las canciones cuenten algo y que se entienda sin que sea demasiado evidente. Ahí es donde reside la dificultad, pero cuando lo consigues, la gente lo nota y enseguida lo hace suyo. 

Es lo que nos da la vida a los fans, encontrarte reflejado en una canción?...

Ángel Quintana: Absolutamente. A todos nos ha pasado, que al escuchar una canción pensamos: esa canción está hablando de mí…es maravilloso cuando ocurre. A nosotros cuando después de un concierto se nos acerca alguien y nos dice algo parecido, en ese momento todo el esfuerzo y la dedicación a este noble oficio de contar historias en forma de canción, cobra todo el sentido. Como dice muy bien Rubén Pozo en una de sus canciones, “Por eso se hace”. 

Tengo un lema de mi ídolo que dice: “ Buscad vuestras propias raíces y sed responsables de vuestras vidas...” ¿Es Reciclaje responsable de cientos de vidas que piden algo a cambio, una satisfacción en una canción, quizás, o hay algo más empático? 

Ángel Quintana: Pues la verdad es que nunca nos lo habíamos planteado, da un poco de vértigo sentir que eres responsable de muchas vidas a través de tus canciones. Pensándolo fríamente, creo que nuestro deber es escribir las mejores canciones posibles y que suceda o no, obviamente, ya no depende de nosotros y no nos corresponde. De todas formas que la gente se sienta identificada con algo que escribes en un momento de-terminado de tu vida, es de las mayores satisfacciones que podemos sentir como autores. 

Veo en Reciclaje ciertos ideales que van en dirección hacia un mundo más real, más comprensivo; en definitiva, construir algo mejor, más fiel y más humano…¿Es así o son figuraciones mías? 

Ángel Quintana: Me alegro que tengas esa sensación, significa que algo estaremos haciendo bien (risas), pero la verdad es que nuestras canciones hablan un poco más de lo que nos pasa por dentro que de lo que pasa fuera, pero es la magia de las canciones, que cuando las escribes estás hablando de una cosa, pero quien la escucha le da una interpretación totalmente distinta. Que veas mensajes tan inspiradores siempre resulta gratificante. 

Y en ese segundo disco “Ven,Ven”, ¿realmente hacia dónde ibais?

Ángel Quintana: Íbamos a por todas. Quedamos realmente satisfechos con la selección de canciones y con la producción de ese disco. Habíamos dado un salto en todos los sentidos con respecto al primer álbum, fichamos con la multinacional Peermusic gracias a la canción que le dio título al disco, que le encantó al AR de la compañía y estábamos con la ilusión y las ganas a tope. 

¿Qué aspectos le permitían a Reciclaje mantener la constancia diaria para conseguir sus objetivos? 

Ángel Quintana: La perseverancia y el claro convencimiento de que tenemos algo que decir. Ya hace tiempo que dejamos de marcarnos objetivos claros, tratamos de ejercer nuestro oficio de la mejor forma posible y llegar a toda la gente que nos quiera escuchar. Ese es nuestro cometido. 

Escuchando vuestras canciones, os presiento  como  el relevo de grandes fenómenos del rock más clásico y más de moda como puedan ser Burning, Loquillo, Los Rodríguez, Pereza, etc. ¿Cómo percibís el panorama musical español? 

Ángel Quintana: Bueno, es cierto que con la música de los grupos que nombras nos identificamos mucho, aunque ya no estén tan en primera línea. En la actualidad existen otros géneros que están mucho más en auge que el rock n roll. Pero dejando eso a un lado, hay un nivel de bandas actualmente muy bueno en España. Nos conformamos con formar parte de esa escena y estar en la palestra para el público que nos quiera escuchar. 

¿Es Reciclaje un grupo al que se pueda etiquetar, o por lo contrario sois un tanto inclasificables? 

Ángel Quintana: 
A nosotros no nos gustan especialmente las etiquetas, aunque quien nos escuche podrá ver que nos manejamos en el lenguaje del rock n roll, pero creo que es un género muy amplio y se puede percibir en nuestro repertorio que lo nuestro va más allá de estilos. 

En ese segundo disco destaca una cara más tranquila y sosegada en canciones como “Partidas a muerte", "La puerta de atrás" o "Por lo que más quieras” ¿Se sienten cómodos Reciclaje en estas aguas suaves? 

Ángel Quintana: Sí, por supuesto. Esos medios tiempos, con peso, al más puro estilo americano, son marca de la casa. Además este tipo de canción consigue crear espacios emocionales que nos parecen muy interesantes. 

Sin embargo en el reverso encontramos otro rollo, pisáis un poco más afondo el acelerador y la velocidad se impone en canciones como “Me vuelvo un poco loco", "Imparables", "Agitar antes de usar" o "Metralla”. ¿Qué caminos dirige vuestros sus conciertos? 

Ángel Quintana: Bueno, ya sabes, así es el rock, hay momentos para todo. Exploramos sobre todo el camino de las emociones, rascar de adentro. Es en nuestros conciertos donde desplegamos toda la energía, convirtiéndose en una comunión entre el rock, las emociones y por supuesto la diversión. 

Y cuando mejor estabais, cuando más enfilado teníais vuestro trabajo, os obligan a parar por la pandemia. ¿Cómo fueron aquellos dos años tristes en vuestra agenda musical? 

Ángel Quintana: Pues no tenemos una historia muy diferente a la de todos los compañeros que sufrieron aquella situación tan apocalíptica. En nuestro caso, estábamos con el disco listo para publicar, habíamos lanzado un primer adelanto en febrero. Además teníamos una gira de unas quince fechas que arrancaba precisamente en marzo y claro, hubo que cancelarlo todo. Nos quedamos bastante bloqueados y sin saber muy bien qué hacer. 

Y sin embargo la postpandemia nos trajo infinidad de música, todo el mundo quería mostrar el trabajo que estaban haciendo en ese obligado confinamiento. ¿Cémo fue ese cruel tiempo para Reciclaje? 

Ángel Quintana: A pesar del bloqueo que sufrimos los primeros meses, ese mismo verano firmamos con la discográfica Avispa Music y trazamos un plan de lanzamiento del disco que teníamos preparado, basado en la publicación de adelantos, mientras veíamos como se iban desarrollando los acontecimientos. 

¿Fue “Mágico” ese disco revulsivo para saber que al menos el COVID no se llevaba por delante el rock and roll, pese a los caídos?

Ángel Quintana: Bueno, uno de ellos (risas). Ya ves la cantidad de discos y música nueva que salió en cuanto se empezó a ver un poco la luz. Hubo muchas bandas que no pudieron soportar esa situación y cayeron, pero también nacieron otras…al final es lo mismo que ha pasado siempre pero con unas circunstancias diferentes. 

En este trío de ases discográficos, os arropáis con un gran elenco de colaboradores: Santero y los Muchachos, Nat Simons, Rebeca Jiménez, Adri de Desvariados, Rubén Pozo, Javier Andreu, y respaldados por el productor de Loquillo, Josu García. ¿Qué aportan estos cracks a vuestras canciones? 

Ángel Quintana: Pues aportan creatividad y saber hacer, hacen las canciones mejores y la verdad, nos consideramos muy afortunados de que artistas de su talla hayan colaborado con nosotros. Tuvimos además la fortuna de estar en el escenario con algunos de ellos para grabar “Ven a por mí", nuestro primer disco en directo y la verdad es que fue realmente mágico, tenemos unos recuerdos de aquella noche imborrables y sin duda, fue de las mejores experiencias que hemos tenido sobre las tablas en nuestra carrera. 

En boca de los críticos más audaces y felinos, dicen, que si un grupo no alcanza el éxito en su tercer trabajo, está condenado. Yo no soy de ese tipo de atrevidos, y considero que en la música todo tiene su momento y su tiempo, y la llegada de buenas canciones que te lanzan al otro lado bonito de la vida. ¿ Fue vuestra consagración “Mágico? 

Ángel Quintana: Nosotros tampoco somos de esa idea, aunque es verdad que muchas bandas han conseguido el éxito en su tercer álbum, no es una cosa que nos preocupe ni nos obsesione. Estamos en esto para disfrutar del camino, nos importa poco consagrarnos o no, eso no es cosa nuestra. Lo nuestro es componer, tocar y disfrutar, y si en ese proceso tocamos la fibra de alguien, seremos aún más felices. 

Vuelven con un disco en directo, “Ven a por mi”, grabado en la Sala Copérnico de Madrid en noviembre de 2022. Y lo lanzan al mercado en esta primavera de 2024. ¿Qué ocurrió en estos dos años de espera?

Ángel Quintana: Queríamos sacarlo en el momento más oportuno. Rompimos relaciones con nuestra discográfica y con nuestro mánager y decidimos esperar y estudiar bien la forma de publicarlo. El año 2023 fue un año de reflexión para nosotros y teníamos claro que no había ninguna prisa, que esperaríamos el momento oportuno para el lanzamiento. Contactamos con Nano Ruíz de Lengua Armada, planificamos todo lo relacionado con el lanzamiento, la promo y demás y decidimos publicar en 2024. 

 ¿Quedo satisfecho Reciclaje con este disco en directo, donde no hay trampa ni cartón? 

Ángel Quintana: Muy satisfechos. De hecho ha superado con creces nuestras expectativas. Lo ha grabado Mark Janipka, que a nuestro juicio es de los mejores ingenieros de sonido que hay en España y Josu García se encargó de la producción y estuvo supervisando los ensayos. Créeme, si te digo que con este equipo nada puede salir mal. 

¿Cómo fue la selección de canciones, la eterna duda de que descartes dejar para construir un buen disco de todas las canciones hechas? 

Ángel Quintana: Había algunas canciones que sabíamos que tenían que estar, aunque siempre hay tres o cuatro que siembran las dudas. Josu también fue clave para decantarnos, nos fiamos mucho de su criterio y experiencia. Él desempata todos los partidos. 


Hay un momento en el principio de cada concierto, que si el artista no se ve reflejado en el público, y el público no se calienta con lo que ve y oye, se queda en algo frío y displicente. ¿Cómo hace Reciclaje para calentar el ambiente, para que les sigan y haya una comunión? 

Ángel Quintana: Salir a darlo todo desde el minuto uno. No hay más que eso. Si logras sorprender con un primer golpe, lo demás viene todo rodado. 

En “Ven a por mi” hay un puñado de muy buenas canciones, quizás las mejores de Reciclaje, y en ese directo suenan potentes y poderosas. ¿Es el directo la mejor fórmula para defender un disco? 

Ángel Quintana: Pues no lo sé, la verdad. Supongo que según el artista y su estilo. Hay cosas que son muy difíciles de defender en directo y otras que ganan con respecto al disco. Nosotros somos una banda de directo. En “Ven a por mí” está lo mejor de nuestros tres discos publicados hasta ahora y creemos que las canciones han mejorado con respecto a su versión de estudio, precisamente porque estamos mucho más cómodos en un escenario que en un estudio. 

La mayoría de grupos y solistas suelen hacer un disco en directo en su ya dilatada carrera, y sin embargo vosotros lo hacéis al principio. ¿Qué riesgos conlleva en ello? 

Ángel Quintana: Mentiríamos si dijéramos que lo teníamos claro. Como bien dices, todas las bandas que nos han servido de inspiración grabaron su primer directo cuando ya llevaban muchos discos publicados. Cuando nuestro mánager nos lo propuso nos dio mucho vértigo, pero nos pusimos a trabajar con Josu en el local, con largos y duros ensayos. Ya la preproducción fue una experiencia alucinante.

Siendo una banda de directo, ¿qué pensáis de la Inteligencia Artificial, se puede cargar la música, o por lo contrario la potencia? 

Ángel Quintana: Como todas las nuevas tecnologías pueden ayudar en la producción de música, pero creemos que la creatividad no se puede sustituir por una IA. Somos más de artesanía que de tecnología, no estamos peleados con los avances tecnológicos, pero somos más de madera y cuerda. 

¿Cómo se presenta el verano para Reciclaje? 

Ángel Quintana: Se presenta tranquilo e intenso a la vez. Hacemos un festival y estamos desde ya preparando una gran presentación en la sala Sol de Madrid, con muchas sorpresas y grandes invitados. Será el 14 de septiembre y será la fecha del año para Reciclaje. 

¿Tenéis ya algo en mente para vuestro quinto disco? 

Ángel Quintana: Tenemos ya nuevas canciones, llevamos mucho tiempo sin publicar nada nuevo y estamos con muchas ganas de sacar nuevo material. Aún no hay un plan definido, lo vamos a tomar con calma, ahora estamos enchufados con la presentación de este disco en directo y luego ya veremos. 

Que Reciclaje hagan un rock and roll sin filigranas, fresco y auténtico, no es novedad alguna, pero, ¿qué arduos caminos hay que recorrer para llegar hasta aquí? 

Ángel Quintana: Como todo lo que se quiere conseguir en la vida, hay que creer en ello y a veces renunciar a muchas cosas de una “vida normal”. Esos caminos pueden ser muy inciertos e inseguros, la soledad se hace una carga dura, pero al final está la satisfacción de que estás haciendo con tu vida lo que realmente quieres, aunque en muchas ocasiones, nadie a tu alrededor lo entienda. 

¿Disfruta Reciclaje en todo momento este presente? 

Ángel Quintana: Disfrutamos del presente, o al menos lo intentamos. Como te decía antes, cada vez pensamos menos en el futuro, llevamos diez años en esto, que tampoco nos parece una carrera muy larga, y sentimos que aún nos quedan muchas cosas que decir y mucha guerra que dar, pero tratamos de centrarnos en lo que está pasando ahora y lo que venga bienvenido será. 

Gracias por vuestro tiempo y por concederme esta entrevista, y ya lo siento no haberla podido sacar en su momento, ya se sabe: El hombre propone y Dios dispone... Pero os deseo mucha mierda en vuestro futuro, y toda la suerte del mundo para Reciclaje. 

Ángel Quintana:  Claro que sí, hemos venido aquí para quedarnos. Muchas gracias a ti, ha sido un placer y no te preocupes, ha sido una charla muy amena.