Ochentaycuatro

El pasado Jueves tuvimos la oportunidad de acercarnos hasta la Sala Galileo Galilei para disfrutar del directo de 84 en nuestra ciudad. Había llegado el momento de verles cómo primeros espadas, de medir su capacidad real de convocatoria. Llegaba el turno de ver las evoluciones del trío madrileño en una sala de mediano aforo. Después de haber teloneado a Tequila, Pereza y Los Secretos, entre otros, llegaba el día “D” para 84.

La expectación era máxima en un recinto que presentaba un espectacular ambiente. Llamaba poderosamente la atención la juventud del público asistente y es que sin duda está es una de las grandes bazas de 84. Su propia juventud, la naturalidad y, porque no decirlo, la “comercialidad” de su propuesta, hacen de esta formación una de las candidatas a acaparar la atención de un número considerable de público en un corto espacio de tiempo.

No son lo más alternativo de la escena, no son lo más “cool” y hasta quizás su disco no sea del agrado de los rockeros más puristas, quienes no dudarán en encasillarlo de “disco para adolescentes”, sin embargo y más allá de los posibles prejuicios, su primer trabajo es un disco que merece la pena escuchar.

Un larga duración eminentemente pop, con una cierta querencia por el rock americano de raíces sureñas. Un trabajo alegre, desenfadado, juvenil... uno de esos discos que quién escarbe y vea un poco más allá de su barniz “comercial”, muy típico de las producciones “Stivel”, no tardará en descubrir un Lp de calidad, que puede hacer que mucha gente, sobre todo jóvenes, abandonen a grupos tan infames cómo ECDL o La Oreja de Van Gogh, para que siguiendo el sendero que nos muestran 84, termine por hacerse fan de Tom Petty o de Nacha Pop. Y es que esa es una de las grandes bazas de 84, la unión de comercialidad (bien entendida) y calidad, a partes iguales.

En esos pensamientos nos hallábamos sumidos, cuando por arte de magia las luces de “La Galileo” se apagaron. A resaltar un hecho, en esta ocasión la sala no contaba con sus habituales sillas y mesas, debido a la propia petición del grupo, quienes deseaban que el público estuviera lo más cercano y activo posible.

Comenzaron Jaime, Mon y Beris en formato acústico, interpretando temas que no están en su primer trabajo. Canciones cómo “Girasoles” e “Historias del Arte”, requirieron de toda la atención de un público, al que desde un principio tenían en su bolsillo. Tras “Inspector Pigneau”, invitaron a salir a escena a los “1900”, el bajista y el batería que les acompañan en directo.

A partir de ahí, la noche discurrió en un formato eléctrico donde destacaron canciones cómo “El Burdel de las Sirenas”, que fue coreada por absolutamente toda la sala, “Desnudos al Sol”, “Crecimiento Vertical”, acompañados por María Villalón, “Esperando una Señal” o “Flor de Primavera”, para la que contaron con la colaboración de Yosu García, del grupo “La Tercera República”. Cerraron está segunda tanda de canciones con “La Ventana de María”, en lo que fue un amago de final de concierto.

Volvieron al escenario para interpretar una nueva tanda de cinco canciones. Entre ellas, dos que no aparecen en su primer disco, “Dama Sin Precio” y “Sentado en tu Arena”. Para cerrar la noche decidieron dejar tres canciones, “Esquinas de Madrid”, un claro homenaje a su ciudad, la simpática “Tribunal”, que dio a la sala un ambiente de lo más festivo, con un público totalmente enloquecido que no paraba de bailar.

Cómo colofón volvió a sonar, “El Burdel de las Sirenas”, en una versión mucho más rockera, salpicada con ciertos compases del “Me vuelvo Loco”, de Tequila. Tras ella y no sin antes recibir una cerrada ovación, dieron por finalizado la actuación.

De camino a casa nuestros pensamientos no podíamos parar de enumerar la bondades de 84. Durante todo el show, sonaron perfectos, rotundos, con sus voces perfectamente compenetradas, sin dejar nada a la improvisación, sin estridencias, pero sonando rockeros. Sus letras sencillas, hablan de cosas que le suceden a la gente corriente, tienen estribillos simpáticos y fácilmente coreables. 84 solventaron con calidad el examen en su día “D” y se postulan cómo candidatos a convertirse en un grupo de masas. Suerte chicos.

Texto y Fotos: Javier González