Entrevista San Marino

“Somos Oscuros, latinos y crápulas” Actitud, descaro, arrogancia y fusión sonora son sólo algunos de los adjetivos que podríamos utilizar a la hora de definir a la banda que hoy nos ocupa. Ellos, él y ella, son San Marino, un dúo hispano-argentino que nació con la sana intención de fabricar jazz electrónico, pero que en un alegato de sinceridad creativa cambiaron el rumbo de su proyecto.

Atrás quedaron las veleidades jazzistas para dar paso a una banda cuyas miras están puestas en el bolero, el tango y el pop, entre otros muchos estilos, y sobre todo en un profundo sentimiento de arraigo latino, en el buen sentido de la palabra, que se presentan en un venenoso cocktail aderezados con letras directas y socarronas que harán las delicias de propios y extraños.

Hace unas semanas su maqueta, de apenas cuatro canciones, llegó a nuestras oficinas. Al escucharla quedamos prendados de su sonido. Ante tal tesitura no nos quedó más remedio que ponernos en contacto con Lucía Figueroa e Iván Hanon, para que nos hablaran de su proyecto. Esto fue lo que nos dijeron.

Empezaremos por el principio si os parece. ¿Cuándo, cómo y dónde, surge San Marino?

San Marino surge en marzo de 2010 tras el encuentro de la cantante y letrista compostelana Lucía Figueroa García y el bajista y productor argentino Iván Hanon, en el tradicional JazzSí de Barcelona. La idea inicial era hacer jazz electrónico, pero las primeras sesiones de estudio dejaron claro que las profundas influencias del bolero, el tango, la americana, el latin y las músicas de raíz nos identificaban mucho más que el jazz y la electrónica.

No vamos a preguntar por el nombre del grupo, parece claro que hace referencia a esta pequeña república europea. ¿Qué pretendíais evocar al llamar así a vuestro proyecto?

¡San Marino! La Serenísima República, nos ha brindado un nombre que nos pareció un perfecto ejemplo de un esplendor vintage y algo conservador, como contraposición a nuestro enfoque de la música popular. San Marino es la elegancia rancia y vacacional. Nosotros el desatino.

Una de las cosas que hizo que me interesa por el sonido de la banda fueron las curiosas definiciones que dais a vuestra música a la que definís como, “Pop oscuro, latino y crápula” o “Retropop”. ¿Por qué os definís de una manera tan peculiar?

Porque hacemos la música que somos, oscuros, latinos y crápulas...

Lo de retro pop era una definición casi natural. Nosotros entendemos la palabra pop como popular, y no como “pop” a secas. Y al estar tan influenciados por la música popular antigua y el sonido más tradicional, con las guitarras limpias y las melodías fuertemente inspiradas en el otro lado del Atlántico, “retro-pop” nos pareció una definición apropiada y diferenciadora.

Personalmente creo que si hay algo que os define bien es esa etiqueta de música latina, en el buen concepto de la palabra. ¿Cuáles son los referentes musicales que maneja San Marino?

Las referencias musicales son las que escuchábamos en nuestra infancia y adolescencia, de las bandas sonoras de las películas que nos inspiraron, de los boleros, tangos y viejas canciones de jazz escuchados por nuestro padres y abuelos... la idea era volver atrás y visitar musicalmente esos países, creadores de músicas tan emotivas y líricas. Nuestros referentes más que artistas concretos son las corrientes musicales en las que se desarrollaron.

Es cierto que al escuchar las cuatro canciones que contiene vuestra maqueta se ve que la banda toca y profundiza muchos estilos musicales, traspasando las barreras entre unos y otros, e incluso fundiéndose varios en un mismo tema. ¿Os gusta experimentar con diferentes palos sonoros en vuestras canciones?

Definitivamente sí. Nos sale de una manera natural, y tiene que ver con nosotros mismos, queremos disfrutar de las músicas que nos emocionan. ¿Y qué mejor que mezclarlas a todas? De alguna manera San Marino se transforma en una vía de libertades artísticas, sin restricciones ni condicionamientos estilísticos. A nuestro gusto y parecer.

Así a bote pronto, y no me digáis por qué al comenzar a escuchar “Que Murmuren los Extraños” se me ha venido a la cabeza Amparanoia. ¿No sé si estáis de acuerdo con la afirmación?

En realidad no, pero no eres el primero que lo comenta... Aunque siempre son agradables las comparaciones o referencias a buenos artistas.

En “Para Disimular” os habéis marcado una ranchera bastarda que en su comienzo nos trae reminiscencias de Chavela Vargas, pero que pasa por momentos de auténtico pop de calidad. ¿Es la heterogeneidad musical una de las bases de vuestro proyecto?

Otra vez debemos decir que sí, con rotundidad y alevosía. “Para disimular” es un buen ejemplo de la búsqueda de un sonido propio. La melodía de la voz y la letra recuerdan al México de mediados del siglo pasado, mientras que las guitarras tienen un toque más norteamericano, y con un órgano Hammond en el estribillo que recuerda a un viejo club de jazz. Nos encanta la mezcla de tiempos y lugares.

“Insoportable” es otro claro ejemplo de fusión de calidad, en este caso os marcáis una samba con una letra de lo más socarrona y vacilona.

¡Gracias!. Es que San Marino se siente cómodo entre la elegancia y el desatino...Hay veces en que es mejor decir las cosas profundas y dolorosas de una manera optimista y festiva para quitarles el dramatismo que llevan implícitas.

Por otro lado con esa misma canción me he dado cuenta de que tenéis una facilidad pasmosa para cantarle a los melodramas con una actitud, descaro y arrogancia que podrían llamar la atención al más pintado. ¿De dónde surge la temática de las canciones y esa forma de expresar las emociones?

En la mayoría de los casos la temática de las canciones surge de la auto referencia, de momentos y lugares, encuentros y despedidas, gozos y sombras. Y de la necesidad de transformar estas emociones y experiencias en canciones, pero expresándolas como si la vida fuese puro teatro de variedades.

Ahora que hemos escuchado parte de vuestro repertorio y siendo conscientes de lo mal que está la industria musical. ¿Qué pasará con esas canciones? ¿Tenéis alguna oferta de algún sello para editarlas?

No lo sabemos, pero tenemos la ilusión de que sean escuchadas, descargadas, compartidas y disfrutadas en directo por la mayor cantidad de gente posible tanto aquí como en las Américas, ya que somos un grupo de fuerte influencia hispanoamericana. De momento estamos presentándolas en directo en formato acústico ya que por la situación de la industria musical es difícil mover a una banda completa, los gastos son enormes para un grupo que recién comienza. Antes de enviar las canciones a los sellos, queríamos presentarlas en directo, hacerlas crecer y madurar en público. Ahora nos sentimos más seguros respecto a ellas y creemos que ya es tiempo de mostrarlas a las disqueras. Sería perfecto para San Marino encontrar un sello molón, de esos que no son ni muy grandes ni muy chicos, que todavía disfrutan de la música y del negocio apoyándose más en lo artístico que en lo meramente comercial. Ya sabéis, todavía quedan algunos supervivientes...

¿Cuáles son vuestros planes de futuro más inmediatos?¿Hay muchos conciertos programados?¿Alguno en nuestra ciudad?

Estamos terminado el primer round de conciertos que hicimos en Barcelona, Zaragoza y Santiago de Compostela, en los dos últimos meses. Ahora estamos grabando nuevas canciones y preparando un nuevo ciclo de directos que empezará el 1 de Mayo en La P.A.P.A, de Barcelona y el 2 de Mayo en el Colectivo La Latina, este último dentro de la programación del Festimad en salas de Madrid. Así que estaremos encantados de compartir el retropop con vuestra ciudad muy pronto.

¿Qué le diríais a alguien que se esté planteando entrar en vuestro myspace y escuchar las historias que canta San Marino?

Que escuchará música fresca y a la misma vez teatral y dramatizada. No inventamos nada, además del retropop, oscuro, latino y crápula, claro (Risas). Bromas aparte, que San Marino tiene un punto interesante y provocador con el que puede identificarse en algún punto. Ya sea por las letras, los ritmos o las melodías, seguro encontrará algo que le atrape o que libere.

Por Javier González.