Fon Román: Entretelas

Tejiendo pop alternativo de calidad
Fon Román vuelve a la carga con “Entretelas”, un trabajo de pop elegante e intimista cuyas letras y melodías sintetizan gran parte de su experiencia musical, o en otras palabras, que sintetizan el desarrollo del pop español de las dos últimas décadas. Estamos ante un artista peculiar que tras arropar con su guitarra a los ya extintos Piratas durante casi quince años, se ha dedicado a componer rock experimental, pop-rock y música minimalista.

Todo esta trayectoria, así como las escuchas y autocríticas de su disco de debut “Silencio cómodo en un jardín descuidado” (2006), han dado como fruto un disco compuesto por once pequeñas obras de POP con mayúscula, que reflejan un enorme ejercicio de reflexión, construcción, deconstrucción y producción.
Sin embargo, ¿a qué se debe la poca promoción de Fon Román por parte de los medios? ¿por qué estamos haciendo esta reseña en junio y no es febrero que es cuando realmente salió el disco? no quiero aquí hacer símiles entre Iván Ferreiro y Fon Román (ya que erróneamente mucha gente lo hace), pues lo único que comparten es el origen y la presentación de una propuesta de pop íntima.

Quizás se debe a que este disco requiere un esfuerzo del oyente, aquí no valen las actitudes pasivas, pues si nos acercamos a él desde estos presupuesto no vamos a poder disfrutarlo. No encontramos así hits que se eleven por encima del resto de cortes, sino que se mantiene un alto nivel en la mayoría de los mismos gracias a unas bases musicales muy medidas (percusiones acompasadas, guitarras desnudas y poco efectistas, estudiada electrónica, cuerdas…) que construyen una sinfonía donde no sobra ni falta nada, todo ha sido calculado y sopesado, pues esta base es la que sirve de acomodo a unas letras profundas que convierten a Fon en un cantautor que bien podría dar una vuelta de tuerca al pop actual. Pues todo esto lo hace desde un panorama sentimental que derrocha nostalgia (Dos elevado a uno, Es como es), arrepentimiento (Mis movimientos), amor frustrado (Cometas estáticas, Con ojos de otro, Mix de ti y de mi), crítica (De Romper), autocrítica (Lo que me inundó) y soledad (los tres últimos cortes); que queda concentrado en apenas 42 minutos, que agradecen su reescucha de inicio a fin.

En definitiva, tenemos la oportunidad de degustar una alternativa al pop (esta vez con minúscula) que nos inunda a diario y que edita discos anualmente con el afán de no bajarse del juego festivalero ejecutado por una industria tocada y hundida. Tenemos así una alternativa real, elegante y trabajada, que merece tu juicio personal.

Por: Rubén López