“Canciones que no fueron” de Diego Vasallo: música, poesía, pintura...

"Artista"; del latín "Artifex"…

..."persona que hace algo con suma perfección o persona dotada de la virtud o disposición necesaria para alguna de las bellas artes". Yo añado, "persona dotada de cierta sensibilidad para disfrutar la belleza"Ese es el Diego Vasallo compositor de canciones, el Vasallo pintor y el poeta. Un artista austero y profundamente sensibilizado con la belleza, que eso es lo que debe medir los parámetros del artista.

Con “Cuaderno de pétalos de elefante”, el disco “a medias” con Suso Saiz, ya dominaba el máximo espacio la poesía. Una cuidada edición “libro + cd” con poemas de Diego y fragmentos de sus cuadros que envolvían sus propios poemas musicados, eso ya supuso una visión más artesana del trabajo de Vasallo, una cercanía a su mundo interior más allá de las canciones, la virtud de poder observar por sus ojos y descubrir cómo está hecho el mundo.

Canciones que no fueron” (primer número de la colección Reverso, de Huacánamo) no es un libro de poemas propiamente dicho, no es un trabajo poético  adoctrinado por la destreza verbal de los poetas clásicos. Y a mi parecer, se aleja de la poesía contemporánea española de los 60, cuando la forma estaba medida con lupa. Diego Vasallo está cerca de poesía realista, de léxico sencillo que muere por causar emoción, algo que empezaría, tal vez, Jaime Gil de Biedma en los años 50.

Canciones que no fueron” es un libro de viaje al centro del detalle, un libro de fotografías, pensamientos y certezas mundanas que revolotean alrededor de la felicidad contenida y la desesperación, también contenida, pero con la máxima elegancia. 

No reproduciremos aquí sus poemas porque lo importante de todo esto es la unicidad, el misterio que envuelven las obras magnas de nuestro arte contemporáneo, el underground plagado de honestidad, belleza y sensibilidad. Sabéis la editorial, sabéis la colección, sabéis quién es el artista… si queréis hacer algo importante algún día de estos, haced lo mismo que hice yo: leer a Diego.

Me llama mucho, pero mucho la atención, que la primera cita del libro sea una de August Von Platen que reproduzco aquí: “Quien ha contemplado con sus ojos la belleza ya está condenado a morir”. Me llama la atención porque Platen, por todos es sabido, murió por “ser” hasta el fondo de las consecuencias, “fue” y eso lo llevó, siempre consciente de ello, a la muerte. Diego Vasallo “es”, y eso es muy difícil en estos tiempos.

Mantener la convicción y un criterio inquebrantable en el mundo del arte, y más concretamente en este país, es ir cavando poco a poco la fosa de los olvidados. Pero siempre está la belleza, la verdadera belleza que hace mover los pulsos del corazón hacia lugares nunca antes habitados.

Los poemas de Diego te transportan a sensaciones vividas mil veces pero nunca vistas desde el punto de vista poético que hace aclarar tus errores y engrandecer las pocas virtudes que algunos poseemos.

“El tiempo, esa cosa terca que va a su aire, ignorándote” Diego Vasallo.

Por Raúl Bernal (Jean Paul)