La Doble Fila: “Viernes de Rencor”

Fue durante los años noventa cuando de manera más palpable se abrieron paso grupos que practicaban el denominado “crossover”, o lo que es lo mismo y dicho de manera gruesa, mezclar el sonido de las guitarras eléctricas con los “rapeos”. Actualmente no se trata de un género tan en boga y en el que sobre todo no aparecen nuevos representantes con tanta facilidad. La Doble Fila se puede decir que irrumpe en este terreno, pero desde luego habría que matizar la perspectiva original y personal con la que lo hacen.

Se trata de una banda en la que se han encontrado Pablo Espadas, habitual de la escena hip hop bajo el nombre de Teko, con los músicos de rock Santi Vaamonde y los hermanos Edu y Kike Evia. Es precisamente ese armazón instrumental, y su perfecta cohesión con los fraseos, una de las grandes bazas de este proyecto. Acostumbrados a que este tipo de híbridos llegaran a sonar monocordes, en esta ocasión sucede lo contrario. Son todo tipo de estilos, y todos perfectamente resueltos, los que aparecen en este disco largo de debut titulado “Viernes de Rencor”.


No es cuestión de redundar en el mismo concepto pero es realmente reseñable que el disco no se trata de únicamente de juntar guitarra con una voz “rapeada”, es mucho más. Se trata de crear un concepto propio, en el que cantante y músicos se adaptan a una meta /camino común, encajando unos con otros y donde los ingredientes principales son unas musculosas guitarras y un verbo afilado y “callejero”. Una combinación explosiva que da como resultado algo que se podría denominar rap ‘n’ roll. 

Una canción como “Palomas Disecadas” encajaría perfectamente dentro de esa faceta más clásica de este tipo de sonidos, en el que duras guitarras se fusionan con un rap arrollador, en la onda de bandas como Habeas Corpus. Pero curiosamente un tema como este es la excepción de un disco que se sale de lo habitual y que se adentra en campos que no estamos acostumbrados a escuchar en esta clase de proyectos. En su faceta más contundente nos encontraremos con canciones como “Viernes de Rencor” o “Chica Mala”, hechas a base de ritmos entre el hard rock y el blues, recordando a bandas como ZZ Top, Aerosmith, etc.. Un tono más heavy, a lo Barón Rojo o AC/DC, adquiere una canción como “Disfraces de Mártir”, en la que la voz comienza a modularse fuera de los “rapeos” clásicos. Algo más patente todavía en el rock and roll de “Tu Colección”, un estilo que también se asoma en “Labios Rojos”. 

Pero lo más llamativo, y lo que consigue darle un toque tan especial al disco, es que no tiene ningún complejo para adentrarse en las raíces más clásicas del sonido americano y llevarlas a su terreno. Por ejemplo el blues de la oscura “Diógenes” o la maravillosa “Cinco Días”, que utiliza esas melodías en un contexto más dinámico y moderno (imposible no pensar en The Black Keys) dando vida a uno de los puntos culminantes y de mayor pegada, también en lo referente al calado político de su letra (“No quedan viejos por descuartizar, ni quedan suelos por poder limpiar”). El sonido más country aparecerá en temas como “Maldito Estúpido”, en su vertiente más oscura y en el que el hip hop se impone. Algo que no pasará por ejemplo en “La Casa del Boxeador” o “La Historia de Titán”, esta segunda mezclada con el rockabilly, donde Pablo transforma su habitual forma de entonar en una más tradicional acorde con este tipo de melodías, con un resultado realmente sorprendente. 

Para disfrutar de este “Viernes de Rencor” hay que dejar atrás cualquier prejuicio musical (sea cual sea su dirección) y ser capaz de acerarse a este “experimento” donde se mezclan rap y rock dando vida a un producto original, que no se trata de una mera suma de elementos sino un proyecto con entidad propia, generado eso sí a base de visceralidad y crudeza, que a la larga de eso se trata. 

Kepa Arbizu