A estas alturas son muy pocos los grupos de la escena rockera estatal que pueden presumir de tener un repertorio tan solvente y amplio como para poder intentar sorprender a sus más fervientes seguidores con una selección especial de aquellas canciones que menos han sonado en directo.
Pues bien, con esa premisa se han presentado Los Suaves bautizando su reciente “tournée” como “La gira de los 1000 conciertos”. Y es que durante este año según palabras de Charly (bajista del grupo) acabaran cumpliendo esa cifra sobre los escenarios. Y que mejor manera que hacerlo que celebrándolo con su gente.
Dicho proyecto tendrá como colofón la grabación de un DVD en directo con una selección de todas las actuaciones que vayan haciendo por la península para que todos sus fans puedan tener un bonito recuerdo en sus retinas.
Volviendo ya a la carretera y tras un mes de presentación, la gira llegaba a Madrid el 5 de abril. Una de sus estaciones más importantes por la cantidad de seguidores que alberga en la capital la banda gallega. El lugar elegido fue el glamuroso teatro Joy Eslava donde el grupo agotó las entradas con casi una semana de antelación.
Los nervios se notaban en la previa del concierto y con la sala ya casi a rebosar se podía ver a la banda detrás de los amplis calentado y augurando lo que iba a ser una gran noche.
Tras la intro el grupo arrancó con “No puedo dejar el rock”, canción perfectamente elegida para dejar al público casi sin aliento. No iba a haber tregua ya que la banda enganchó rápidamente con “Cuando los sueños se Van” de su último plástico “Adiós Adiós”. El primer bloque de inicio se completó con “Palabras para Julia” y “Maldita sea mi Suerte” para que tras esta última Yosi saludara a un respetable totalmente entregado.
“Ciudad Perdición” y “Si te atreves a Nacer” fueron bien recibidas por el público, como parte de esas canciones menos escuchadas en los directos de Los Suaves y que pusieron los pelos como escarpias a más de uno.
El guitarreo de “Viajando al fin de la Noche” hizo que Alberto Cereijo fuese soltando esa ristra de punteos hipnóticos que nos dejaban una vez más con la boca abierta mientras el resto de la banda le acompañaba con una base sólida bien ejecutada por el fiel “Charly” al bajo, Fernando a la guitarra y “Tino Mojón” a la batería.
Según iba pasando la velada las caras de los asistentes eran de verdadero asombro ya que el grupo estaba sonando como nunca. Yosi estuvo espléndido, muy centrado, liderando la noche con su alma poética y es que éramos pocos los que podríamos haber vislumbrado un nuevo renacer de la banda gallega después de dejar atrás los años de desvarío y mala vida.
Tras el homenaje a Phil Lynnot y la inmortal “Pardao” (donde Yosi se colgó por momentos la guitarra acústica), llegó el turno de temas debutantes en la noche como “Llegaste a Mí” o “Cuando la música Termina” que fueron recibidos con gran entusiasmo por una parte minoritaria del público (no cabe duda que cuando la gira vaya más avanzada la cosa cambiará).
“Dulce Castigo” y “Dolores” marcaron la traca final a un concierto que estaba siendo grabado para un futuro DVD en directo y donde se podrá ver la fidelidad que rinden los seguidores a esta banda “milenaria” ya que las innumerables pancartas y muestras de apoyo dan a entender que como bien dicen ellos: “Los Suaves somos todos”.
Después de “Dolores” el conjunto abandonó por primera vez las tablas con una gran ovación por parte de la basca, pero sin demorar mucho la vuelta supieron engancharnos para subirnos a su “San Francisco Express”.
“El Afilador” fue una buena excusa para que el personal botara a ritmo de Muñeira tal y como acentuaban las guitarras para preparar la locura que se desataría poco después con “Peligrosa María”, donde Cereijo y Fernando acabaron el tema con un duelo de guitarras con la parte del mítico “Highway Starts” de Deep Purple.
En la segunda parte de los bises pudimos ver a Yosi enfundando la zamarra del Atlético de Madrid y gritando a los cuatro costados el “Ya nos Vamos” para despedirnos ahora sí que sí con el clásico “La Noche se Muere” dejando que Alberto Cereijo volviese a coger el protagonismo a las seis cuerdas para rematar con un apabullante e interminable solo una noche que acabó siendo redonda.
El sabor de boca tras asistir a la exhibición de los gallegos fue inmejorable. Muchos se preguntaran si pudiera ser uno de sus mejores conciertos en años. Yo simplemente sigo con una sonrisa permanente en lo que podría haber sido “Un paso atrás en el Tiempo” hacia un “Dulce Castigo”.
Luis No Konforme.
