Ele

“Estoy muy contenta y muy agradecida de haber podido dar ese salto” 

Summer Rain se impregna en la piel como la lluvia de verano a la que apunta. Los acordes de piano y la voz de Elena Iturrieta se quedan a vivir en nuestros oídos, y cuando queremos darnos cuenta ya llevamos un rato tarareando en medio del chaparrón. La historia de Ele es una historia de talento, pero también de trabajo, de cuidar cada detalle para que el resultado final sea inmejorable. Y no hay duda de que lo ha conseguido. 

Tras una minigira por las tiendas Fnac y tras haber pasado por el Teatro Alfil, Ele se enfrenta el 5 de febrero al Gran Teatro Ruedo de Las Ventas, con una ilusión que es imposible no percibir, en lo que promete ser una noche especial. 

Meses después de la salida del disco, ¿cómo son las sensaciones? 

Ele: Muy buenas, muy positivas, como Positivity (risas). La verdad es que a la gente le está gustando, creo que o bien tenían ganas de algo diferente o les ha entrado por los ojos... O por los oídos. 

La pregunta es obligada, ¿por qué Summer Rain? 

Ele: Porque es el primer tema del que me acuerdo que compuse, por eso lo puse en el disco, y creo que crea mucha paz: esa sensación de lluvia veraniega que te envía al verano y que te gusta, te da igual que te cale porque te gusta. Me parece una manera bonita de llamar al disco, crear esa sensación, intentar evocar eso en la gente. 

¿Hay alguna canción en particular que te guste más que las demás? 

Ele: Todas son mis hijos, ¿no? Bueno, la verdad es que pasa el tiempo y hay momentos. Hay momentos en los que te apetece escuchar algo más animado como Go and never look back o Positivity, y hay otros momentos más melancólicos, más tristes, en los que ya tiras por otros lados. Creo que el disco tiene de todo y todo me gusta. Si antes podía decir alguna que me apeteciese más, ahora creo que no, que me apetecen todas por igual. 

¿Has tenido que dejar alguna fuera? 

Ele: He dejado muchas, pero no es que se dejen fuera, es que son para el segundo. Las he guardado para el segundo. 

¿Las tocas en directo? 

Ele: En directo toco una, la he metido como una intro, entonces el concierto empieza así con un tema del segundo disco..., o quién sabe, a lo mejor ni está en el segundo. 

¿Cómo ha sido trabajar con Pablo Cebrián en Arcadia? 

Ele: Pues una suerte. La verdad es que Pablo tiene muchísimo talento, es muy rápido produciendo, él sabe lo que funciona rápidamente y además es muy buena gente, tiene un corazón enorme. Creo que he caído en muy buenas manos; posiblemente hay otras manos, pero mejores no sé, creo que estas son fantásticas, y ha hecho de Summer Rain lo que es, que para mí es muy bueno. Trabajar con Pablo es estupendo, y todo el mundo que pueda, que trabaje con él. 

¿Entonces crees que habría sido diferente el disco en caso de haber trabajado con otra persona? 

Ele: Hombre, claro, habría sido diferente, pero creo que no habría sido mejor. He caído bien, he caído en buenas manos, y en el mejor sitio en que podía haber caído. Pablo está en un nivel muy profesional, respeta absolutamente todo lo que opinas, por dónde quieres tirar, y se adelante verdaderamente, se mete en tu cabeza y se adelanta. Porque mi música, cuando yo se la enseñé, ya tenía un lenguaje muy propio, y él lo entendió perfectamente. Estoy con Pablo Cebrián y por muchos discos más, espero. 

Tocaste en el Teatro Alfil, y agotaste todas las entradas casi un mes antes. ¿Qué sentiste en ese momento? 

Ele: Te sientes arropada por la gente, porque está claro que sin apenas haber escuchado lo que había en el disco la gente ya quería apoyar la historia. Y las cuatro cosas que habían escuchado les habían gustado. Entonces, que la gente quisiese compartir con esas ganas el directo y la presentación está muy bien, no me quejo. 

Sobre el concierto del 5 de febrero, en el que las entradas van por el mismo camino... 

Ele: Bueno, ese es más grande, ese ya no es el Alfil, pero la verdad es que estamos muy contentos porque ya habíamos llenado dos veces el Alfil, o sea que... Pues la gente está respondiendo también muy bien. Es verdad que no hemos tenido tiempo de maniobra, nos hubiese gustado haber tenido más tiempo pero las cosas se llenan siempre de problemas y nos han dado la oportunidad hace una semana. Haremos lo que podamos en esa semana, la verdad es que está muy bien. También hubo gente que se quedó sin entradas en el Alfil y nos escribía en Facebook, y esta era una manera de que todo el mundo pudiese disfrutarlo con nosotros. Y espero que así sea. 


De momento solo tenéis dos fechas en la gira, ¿sacaréis alguna más? 

Ele: Todo va viniendo. También es verdad que yo llevo muchos años en muchas cosas, y por tocar puedo tocar en muchos sitios, pero me apetece cuidarlo de otra manera. El Alfil no es un sitio donde la gente normalmente vaya a presentar un disco, pero yo quería algo diferente. Las Ventas tampoco es un sitio donde la gente vaya habitualmente. Es complicado también fuera, cuando te falla la infraestructura tienes que buscártela, y bueno, poco a poco, lo que venga vendrá. Yo no quiero hacer muchísimos bolos, sino que los que haga los haga bien, y lo cuidemos, y cuidemos la esencia de lo que estamos creando. Si no, te cansas de hacer las cosas. 

Hace poco anunciabas que al concierto de Las Ventas van a poder entrar los menores de edad. 

Ele: Sí, es una oportunidad, hay muchísima gente que tiene hijos, y es verdad que yo no entiendo por qué no dejan compartir la música a los menores, porque sería muy enriquecedor. Si tú vas con un adulto, qué mas da que se esté bebiendo una cerveza, si se la bebe en casa también. Pero está disfrutando de la música. Normalmente esos padres inculcan ese amor a la música a sus hijos, y prohibirles que vean música hasta los dieciocho años, yo no lo comparto mucho. Esto es una oportunidad muy grande, que puedan disfrutar de un concierto especial. Que te guste más o menos, pero especial va a ser. 

En algunas canciones del disco has contado con Gospel Factory... 

Ele: He contado con gente que ha pasado por Gospel Factory, no son ellos como título. Es un coro que lleva diez años, yo sigo ahí todavía, espero que no me echen (risas) y claro, por ahí ha pasado mucha gente, no todos pueden estar esos diez años. La gente se muda de casa, se va a otro país, tiene otra vida... Lo que pasa es que con tantos años haces amigos, y tengo la suerte de rodearme muy bien y de mucha gente. El día 5 estarán conmigo también. 

¿En el resto de conciertos también? 

Ele: Depende. Normalmente me llevo dos, con dos ya suena increíble. Si me puedo llevar seis, estupendo; si me puedo llevar tres, genial; si me puedo llevar doce, magnífico... Entonces será que va muy bien la cosa, si me llevo a los doce. Pero bueno, poco a poco, no hay prisa. Si las cosas las haces con cariño y cuidándolas, que lo importante es cuidarlas, no descuidar nada de lo que haces... Pues bueno, que llegue cuando llegue, que llegará bien, será lo que tú quieras hacer. El problema es que si coges todo lo que te venga al final no cuidas nada de lo que estás haciendo y eso te quema, y acabas destruyendo un proceso que estabas haciendo porque se ha convertido en otra cosa. Yo estoy convirtiéndolo en lo que está siendo hasta ahora. 

¿A nivel personal has notado la diferencia de tocar sola o con poca gente respecto de tocar con Fix This o Gospel Factory? 

Ele: Me adapto. Yo nunca había tocado en directo, toco en mi casa, y también era un reto para mí. Todo esto eran retos, tanto hacer el disco como ponerme a tocar allí, pero me lo paso bien igual, da igual el formato. 

Participaste hace poco en la iniciativa de Sofar Sounds, ¿qué tal fue? 

Ele: Muy divertido. Se nota que a la gente le gusta la música, y que quiere compartir eso, quiere ver cosas diferentes, que le apetece estar en el salón de casa disfrutando de un miniconcierto. Me pareció una iniciativa muy buena, me alegro de que se repita cada mes aquí en Madrid y en otras partes. Tengo mucha gente que a raíz de verme en Sofar Sounds me han dicho “Yo lo sigo aquí en Nueva York”, o sea que a la gente le gusta mucho esa iniciativa, y creo que es una manera muy buena de darte a conocer a otro tipo de gente que a lo mejor no llegaría tan directamente. A mí me fue muy bien, incluso las bandas con las que estuve: supersimpáticos, con mucho talento, y es un placer estar ahí rodeada de buenos músicos y buena gente que está de público. Lo repetiría, a ver si me llaman otra vez (risas). 

Lo de componer en inglés, me imagino que te sale de forma natural o por influencias... 

Ele: No me es ajeno el idioma, luego tengo aquí unas coaches magníficas [en referencia a una de sus compañeras de Gospel Factory, que nos acompaña durante la entrevista] por si hay alguna palabra que se me ha ido. Me gusta cómo suena mi voz en inglés, también estoy acostumbrada a ello, no es algo que no sepa lo que estoy diciendo. Porque existen muchas cosas así, mucha gente que le gusta el inglés por su sonoridad pero no sabe ni la primera palabra que pronuncian. También hay que respetar un poco el idioma, si respetas el castellano, ¿por qué no vas a respetar el inglés? Parece que aquí todo vale. En España somos muy de decir “Bah, aquí no pasa nada, si total nadie te entiende...” Hombre, llegará uno que te entienda y diga, “¿qué estáis haciendo?” Yo eso lo intento cuidar también. 

Estudiaste en la Escuela de Música Creativa, ¿crees que eso te ha influido de algún modo a la hora de componer? 

Ele: Yo creo que no, porque siempre he ido por un lado, pero lo que hizo la escuela es que gracias a ella conseguí conocer a mucha gente del mundo de la música, y abres tu mente. Yo venía del conservatorio y luego lo dejé, y esto te hace abrir un abanico de posibilidades inmensas. Es bueno tocar cada una de ellas, yo me quedo con la experiencia. 

En Am I wasting my time?, el primer single, hablas de miedos, de inseguridades. ¿Qué te llevó a dar el paso y superarlos? 

Ele: Me llevó el bajista, que se llama Manuel [Manuel Antón Castro]. Dudo que lo hubiese hecho si no me empuja él, y yo habría estado tan agusto y tan tranquila con las canciones en mi casa, cantándolas yo de vez en cuando, no habría tenido esa inquietud. Ahora estoy muy contenta y muy agradecida de haber podido dar ese salto, de quitarme esas inseguridades. Si te gusta lo que haces, pues disfruta de lo que hay por tu vida. Llega un momento en que es verdad que en tu cabeza todos esos impedimentos que te pones son absurdos, porque estamos aquí dos días, si no haces lo que te gusta, ¿para qué estás aquí? Y si tienes la oportunidad de hacerlo, cógela, de eso habla también la canción, porque no van a pasar esos trenes toda la vida, ni te van a esperar a que hoy te apetezca. Disfrutalo y ya está, coge el tren y aprovecha la oportunidad, y eso es lo que hice con mucha ayuda. Ya te digo yo que si no me empujan bien a la vía yo ni toco el tren. 

Ya para ir acabando, ¿hay alguna experiencia a lo largo de este tiempo que destaques? 

Ele: Bueno, no es que intente crear una familiaridad con la gente que no conozco, sino que me sale natural, es decir, no hay ningún postureo; cuando haces música la puedes hacer de muchas maneras, te puedes crear una manera de ser o de actuar en el escenario, yo intento ser yo misma. Es verdad que yo cuento mucho mi vida y me pongo allí a contar todo lo que he hecho en el día y la gente lo recibe con esa misma familiaridad y está bien eso. Bueno me llamo Ele también porque me llaman así mis amigos, entonces la gente ya de primeras cuando me llama y yo no conozco a esa persona ya se crea un vínculo especial. Como yo les llamo, mi familia musical. Pero vamos ninguna anécdota así destacada que me acuerde. 

María Solano Conde

Fotografía: Antonio Tomás Sepulveda