Miss Caffeina: “Compartir y acompañar hace todo mucho más fácil”


Por: Javier Capapé.

¿Deberíamos preguntarnos qué hay detrás del deseo de buena suerte o simplemente es suficiente con anhelarlo? Miss Caffeina se atreven en su sexto larga duración a lanzar un mensaje sincero y a recorrer, desde la vivencia más pura, todas las caras que genera el vacío y la pérdida. “Buena Suerte” es un disco lanzado directo a la diana, sin medias tintas, donde la electrónica juega un papel esencial para ir a la base y deshacerse de elementos innecesarios que nos permitan recibir su mensaje a las claras. Nunca antes Alberto Jiménez nos había interpelado de forma tan directa. Nunca antes su voz había estado tan en primer plano ni la producción tan al servicio de la lírica, por lo que este disco se convierte en su objeto más personal y también, quizá, en el más arriesgado. Prescindiendo de guitarras y lanzándose a recorrer un camino marcado por los beats más secos y los efectos más crudos. Miss Caffeina se han alejado de los brillos de neón que desprendía su última producción y acarician aquí su lado más salvaje y a la vez el más honesto.

Nos reunimos con los tres miembros de la banda por videoconferencia el mismo día del lanzamiento de este “Buena Suerte” y aunque el agotamiento de los días de promo pesaba en sus rostros, los tres reflejaban esa mirada fresca de quien quiere presentar por fin al mundo este gran tesoro que venían cocinando en los últimos meses junto al productor Pablo Rouss. Sin dilación nos detuvimos en el proceso de gestación de estas diez explosivas canciones, así como en las labores de producción, en la intencionalidad de sus versos o en lo que están preparando para el que será su nuevo espectáculo en vivo.

Con su sinceridad característica, Miss Caffeina me confirmaron que no están en esto tras veinte años de carrera por puro azar, que lo suyo tiene una sólida base y que persisten en una línea muy clara con la que hacer de su pasión una inteligente forma de vida. De la necesidad de desnudarse y mostrar nuestros sentimientos más íntimos, de la gratitud hacia sus seguidores, que son en definitiva lo que les mantiene unidos, y de su evidente evolución, charlamos sin prisa, pero sin pausa. “Buena Suerte” va a dar mucho que hablar porque sus sentimientos son universales. Estoy seguro también que les dará muchas alegrías porque se siente cercano y sincero, pero de lo que no dudo es de que este trío que ha navegado por todas las aguas del pop podrá presumir de haber convertido estas canciones en un manual terapéutico donde tanto la rabia como la ironía están invitadas para sanar nuestra frágil existencia.

Lo primero de todo, quería preguntaros ¿cómo os encontráis ahora que acabáis de lanzar “Buena Suerte”? 

Sergio Sastre: Muy contentos y emocionados, la verdad. En este punto un poco cansados porque llevamos varios días a tope de promo, pero es que esta cosa que nos pasa cada cierto tiempo de sacar un disco lo sentimos como una pequeña fiesta de cumpleaños de la banda. Tenemos muchas ganas de que la gente lo escuche y nos empiece a dar su feedback cuando ya hayan procesado el disco. 

¿Cuándo empezó realmente esta nueva etapa para vosotros, el pasado mes de abril al publicar “Debería estar brillando” o viene de más lejos, de aquel “Cuando acabe el verano”? 

Sergio Sastre: Durante el 2024 hicimos Benidorm Fest y una gira de despedida con “Sayonara Baby”. Después hicimos un pequeño parón para trabajar, pero desde la tranquilidad de nuestras casas. En ese periodo tranquilo hicimos la canción de la Vuelta Ciclista y después aguantamos un poco entre el verano y el otoño buscando ideas para ponernos a trabajar enseguida, porque entramos a grabar en diciembre de 2024. En mayo estábamos con todo lo relativo a la Vuelta Ciclista y en diciembre grabando el disco, con lo cual ha sido más un parón hacia afuera que hacia adentro. 

Vamos a meternos de lleno con “Buena Suerte”. Estoy escuchándolo de forma intensa y quería que nos contarais acerca del espíritu del disco. ¿Son canciones conectadas entre sí? ¿Hay una esencia de álbum conceptual o algo similar que recoja unas sensaciones y emociones concretas? 

Alberto Jiménez: Nos da un poco de miedo decir lo de álbum conceptual porque “Buena Suerte” se aleja un poco de ese tipo de álbumes a los que llamamos conceptuales. Éste es más temático. Habla de un tema en concreto y eso es lo que puede hacer que parezca conceptual, pero es sencillamente un álbum que habla sobre el duelo, sobre todas sus fases, o las que nosotros conocemos, y las presenta de una forma totalmente desordenada, porque así es como son los duelos. Cada canción refleja un momento en concreto de ese duelo, venga de una ruptura, de una pérdida o de algo que suponga terminar con una versión de ti mismo, que suele estar acompañado de otra persona. Creo que por eso mismo el disco se siente tan cohesivo. También por la producción, que tiene esa homogeneidad que queríamos que transmitiese. 

¿Qué canción resumiría el espíritu del álbum? ¿Con cuál definiríais mejor un extracto del mismo que nos dé una imagen de “Buena Suerte”? 

 Alberto Jiménez: Eso es muy difícil. 

Sergio Sastre: A nivel temático, el último single que hemos sacado, “Hoy va a ser el día”, es un tránsito por todas estas fases en una misma canción, y creo que a nivel musical resume también muy bien dónde está el disco, así que si hubiera que escoger una píldora para presentarlo “Hoy va a ser el día” sería muy acertada. Antonio Poza: Y también “Argumento de mierda” que fue la que puso la pica. 

“Nuestra buena suerte son nuestros seguidores” 

Conectando con este espíritu está su estética. Primero vi en ella una extraña fiesta de zombis al acercarme a la portada, pero al escuchar el disco quizá refleja mejor las heridas que deja la ruptura o el desgaste. ¿De dónde viene este atrevimiento estético tan potente? 

Sergio Sastre: Está completamente en línea con lo que queríamos transmitir con la temática del disco. Hemos contado con Davo y con Alberto Mármol para echarnos una mano con la dirección artística y la grabación de los videoclips. Lo que les pedimos es que pusieran la imagen al servicio de esta idea y creo que lo han capturado perfectamente. Principalmente con “Debería estar brillando” y “Argumento de mierda” han logrado transmitir ese espíritu de guerra, de lucha y de conflicto, al igual que con “Hoy va a ser el día”, que también tiene esa cuestión de dos entidades relacionándose en un diálogo conflictivo. Creo que eso está muy bien resuelto. Además para nosotros la parte visual siempre ha sido súper importante y creo que con este disco lo que se ha hecho es pulir la manera en la que se ha integrado la parte visual con la parte de la producción y de la temática de las canciones. Eso es lo que da esa sensación de unidad en todo el proyecto, tanto sónica como visual. 

Dejáis atrás lo oriental y bizarro que venía de “El año del Tigre” y os lanzáis a la electrónica sin ningún tipo de pudor esta vez. 

Alberto Jiménez: Esa era la idea. 

Sergio Sastre: Veníamos de una era con mucho neón asiático, de ese contraste de la oscuridad con las luces de neón, y ahora hemos entrado en otra era distinta. Está repleta de minimalismo, por un lado, porque creo que hay muchos menos elementos. Y por otro lado hay más presencia de la parte narrada, con la voz en primer plano y la electrónica convirtiéndose en el paisaje donde se cuentan todas estas historias. 

Has dicho varias cosas muy interesantes que quería destacar. Primero lo de la voz en primer plano. Las voces están muy realzadas, incluso usáis el octavador en varios momentos para variar la afinación e ir a los graves, pero como bien has dicho, están más en primer plano que nunca. Las guitarras quedan apartadas y se realza el punch de los beats electrónicos sin filtros, a bocajarro. ¿Era esto algo planeado o fue saliendo con la producción de Pablo Rouss mientras ibais grabando? 

Alberto Jiménez: De hecho creo que elegimos a Pablo por eso, porque habíamos escuchado muchas cosas suyas que tenían este tipo de electrónica un poco más oscura, pero muy emocionante, en la que el beat es muy protagonista porque da una sensación concreta de angustia o de urgencia. Era algo que venía muy bien a la idea que teníamos de este tipo de canciones. La verdad es que lo de que no hubiese ninguna guitarra no fue algo premeditado sino que con la idea que teníamos no las necesitábamos. En cuanto a la electrónica creo que es un buen conductor de ese feeling si se utiliza de una manera concreta. La electrónica no solo sirve para bailar, de hecho, justo estábamos rescatando ahora a Massive Attack, que es electrónica muy soft que te lleva a paisajes muy diferentes al baile, y nos parece muy interesante que lo sintético acompañe a canciones tan emocionales. 

“Con Pablo Rouss ha sido todo minimalismo, historia, voces y un beat súper potente” 

Siempre ha estado presente la electrónica en vuestra música, lo que pasa es que ahora se recrudece y se pone en primer plano, por eso os quería preguntar también por cómo habéis notado ese cambio en la producción de Max Dingel a Pablo Rouss, sobretodo por ese realce tan claro de lo electrónico. ¿Es una forma de hacer más universales estas emociones, quitando elementos y yendo a la base? 

Sergio Sastre: Sí, es un recurso conocido en el pop y que nos suena de discos que nos gustan. Pienso en Robyn, por ejemplo, y en elementos bastante minimalistas de electrónica. Es un tipo de paisaje donde este contraste funciona muy bien con las voces y las historias que tienen un peso emocional fuerte. De hecho, a las voces con timbres como las de Alberto creo que les favorece mucho. Con Max hemos pintado otros paisajes con su producción y con Pablo ha sido todo minimalismo, historia, voces y un beat súper potente. 

Pablo Rouss viene también de lo urbano y a la vez de lo mainstream. Sus producciones tienen una mezcla de ambas cosas. En “Extra” se nota mucho su toque. Una canción que es la que más se sale del contexto global del álbum. Contarnos un poco sobre esta canción en concreto y a la vez de lo que Pablo ha aportado que haga destacar al resto de temas. 

Alberto Jiménez: Esto me hace mucha gracia porque cuando le enseñamos a Pablo el tema de “Extra” no sabíamos muy bien qué hacer con él porque no teníamos claro si era un rap o una cosa más urbana, así que la dejamos para el final. Fue la última que se produjo. Pablo viene de lo urbano, pero también del punk-rock. Es muy versátil y además entiende muy bien el rollo de los artistas con los que trabaja. “Extra” era un tema muy directo que ni siquiera concebíamos como una canción. Era más bien como un interludio o una especie de speech lanzado a bocajarro y fue muy interesante trabajarlo para el álbum. Con el resto del disco, creo que hemos hecho un mix entre el entendimiento que él ha tenido de nuestra música y trayectoria y lo que él mismo aportaba a las canciones, y así ha salido un acuerdo muy bueno, porque lo guay de Pablo es que trabaja al servicio de las canciones. No intenta dejar su impronta porque sí, sino que tiene todo un sentido y trabaja a favor de lo que quiere el artista y lo que él entiende que le pide.

El papel del productor por supuesto que es clave, pero también son claves las referencias que vosotros habéis manejado en este tiempo de cambio durante el último año. ¿Cuáles han sido estas referencias para moveros de ese aspecto oriental y de neón a este otro escenario?

Alberto Jiménez: Creo que ha sido una mezcla de nuevas y antiguas referencias, porque hay mucho de la electrónica de los noventa. En “Hoy va a ser el día” pusimos como ejemplo a Sonique o a Everything but the Girl, que son cosas muy del house y el techno de los noventa, pero también estábamos escuchando mucho últimamente la música pop electrónica que se hace en este país. Cosas como las que ha hecho Carlos Ares con Paula Cendejas o Belén Aguilera y demás. Es un mix de ambas cosas. Sergio Sastre: Todo esto en el año en el que Charli XCX revuelca la electrónica mundial con “Brat”. Eso está ahí y es imposible escapar de lo que está pasando.

Ahora que hablábamos de referencias y de la mezcla de pop y electrónica, en España estamos viendo como artistas que venís de algo más claramente pop os lanzáis a la electrónica. Habéis dado nombres, pero a mí también me viene la comparativa de vuestro giro con el que antes dio Zahara. Ese giro a la electrónica puede parecer un cambio drástico, pero es natural, de alguna manera.

Alberto Jiménez: Sí, puede ser. Son referencias que tienes ahí y que aparecen.

Sergio Sastre: Yo lo siento como una tendencia general y, además, creo que es algo que nos empuja más por las nuevas generaciones, que nos enseñan muchas de las cosas que se pueden hacer con la electrónica con nuevas ideas. Me siento “pelado” por la gente que viene de nuevas generaciones haciendo cosas que son súper interesantes. 

“Sana desear buena suerte de manera real, pero también de manera irónica” 

Si os parece volvemos con la temática del disco. Cuando presentasteis las primeras ideas del mismo dijisteis que era un recorrido por las diferentes formas del duelo, de la tristeza y de la ruptura. ¿Duele menos el dolor compartido? ¿Ese deseo de buena suerte para el otro es algo sanador para el que se queda? 

Alberto Jiménez: Creo que sana desear buena suerte de manera real, pero también sana un poco desearlo de manera irónica. Creo que todas las fases y todos los feelings de un duelo tienen que suceder para sanar de verdad una situación así. Por eso hay canciones como “Que seas feliz” que tiran más de la ironía o de la rabia, y otras como “Buena Suerte” que hablan más de desearlo de verdad o de ver la decepción y el duelo como algo que ha pasado y que hay que aceptar. También creo que la tristeza acompañado siempre es sanadora, aunque puede ser acompañado de tu terapeuta también. Compartir y acompañar hace todo mucho más fácil, por eso la música tiene ese poder tan increíble que es acompañar a la gente y ponerle palabras a sentimientos que son muy comunes y muy compartidos. 

Esta pregunta va para Alberto directamente, porque tus letras son muy personales. Esta vez quizá sean las más personales que recuerdo y están muy en primera persona. ¿No te da pudor exponerte con tanta naturalidad a todos nosotros?

Alberto Jiménez: En algún momento sí, pero también soy un poco kamikaze con eso porque en otras ocasiones, cuando me ha dado miedo exponerme, con el tiempo esas canciones me han dado las mayores alegrías, como pasó con “Reina”, por ejemplo. Cuando estás componiendo canciones son solo para ti y no piensas que las va a escuchar alguien, aunque sabes que pueden entrar en un disco futuro, eso siempre está presente. Cuando las estás grabando lo único que piensas es en hacerlo lo mejor posible. Y una vez está todo grabado y escuchas el disco entero, igual sí que puedes pensar que estás hablando demasiado sobre ti, pero en realidad me da más pudor que la persona que pueda sentirse referenciada lo escuche y lo identifique, más que lo escuche el resto de la gente.

¿De qué letra te sientes más orgulloso de esta colección, o más bien, cuál sería la más catártica para ti?

Alberto Jiménez: Más catártica creo que sería “Argumento de mierda”, porque describe el dolor sin ningún tipo de artificio o de distracción como pueda ser la rabia. Es como representar la tristeza sin más, sin buscar una explicación, simplemente canalizándola y ya está. Y la letra de la que estoy más orgulloso todavía no lo sé. Necesito un tiempo para ver cómo crecen las canciones.

Hay una cosa que también me ha gustado del disco, si lo dividimos en partes, y es que comenzáis con “Buena Suerte” y arrancáis la segunda parte con “Mala Suerte”. Esa dualidad me encanta. ¿Existe en verdad esa buena o mala suerte en nuestros actos, en nuestro día a día, en cada uno de nuestros tropiezos?

Alberto Jiménez: Pensar en la mala suerte no creo que nos lleve a ella. Puede suceder, pero es como una cuestión de fe. Te agarras a ello cuando no tienes una explicación sobre algo o no quieres responsabilizarte de algo. Entonces acudes a la mala suerte para no buscar una explicación más, porque también a veces terminas agotado de analizar absolutamente todo. Ese achacarlo a la mala suerte puede funcionar como un bálsamo para no rallarte demasiado y poder sobrevivir, porque recurrir a la mala suerte para justificar algo también puede tranquilizarte o liberarte de movidas

Lo que sí que habéis conseguido es condensar una terapia, necesaria para cualquier persona que pasa por este tipo de situaciones, en veinticinco minutos. La terapia del psicólogo en tiempo récord, porque el disco vacía por completo todas esas fases y sensaciones y además se muestran de una forma muy clara, entrando a la primera.

Alberto Jiménez: Exacto.

“Imaginarnos una situación o una escena en cada canción nos resulta más fácil para llevar a cabo lo que queremos” 

¿Cómo planteáis cada canción? Habéis dicho que son como la escena de una película. No sé si cada canción como una película independiente o todas forman parte de una gran escena. Hay una clara personalidad y cierta diferencia entre ellas, pero también mucha homogeneidad por el concepto que hemos comentado. 

Alberto Jiménez: Son más bien como escenas de películas diferentes. Esta explicación viene más de tener como referencia lo visual a la hora de hacer una canción, de explicar una cosa o de producir un tema, que el hecho en sí de pertenecer a una historia con sus capítulos concretos. El ejemplo más claro ocurre con “Hoy va a ser el día”. Con Pablo visualizábamos que era como una fiesta en la que la gente se lo está pasando muy bien, pero tú ya estás de vuelta y te sientes súper solo. De repente todo empieza a agobiarte y te genera angustia porque ya estás en otra cosa. Entonces vimos una escena de la serie “La Mesías” en la que pasaba algo parecido a esto y simplemente el revisitar esa escena e imaginárnosla nos facilitó por dónde iba a ir la producción del tema, así como qué era lo que necesitaba cada parte de la canción según la letra. Por eso, para nosotros, imaginarnos una situación o una escena en cada canción nos resulta más fácil para llevar a cabo lo que queremos.

Además, las canciones del disco también son visuales en el sentido de poder imaginarnos muy bien la situación de la que se parte cuando las escuchamos. Eso me pasa con “Intemperie” en la que se siente ese vacío como de quedarse ahí al descubierto, solo y a la deriva. Incluso los títulos de las canciones son muy gráficos. 

Alberto Jiménez: Totalmente. Así es. 

Has dicho que con el tiempo sabrías de qué canción te sientes más orgulloso, pero te quería preguntar si se podría decir que has encontrado cierta paz al vaciarte con estas canciones.

Alberto Jiménez: Está muy bien tener la música para este tipo de cosas porque canalizarlo por ahí, poder escribirlo, poder hacerlo sonar y contárselo a nuestro pequeño mundo es muy sanador. Cualquier cosa que saques de dentro puede sanar. Es como una conversación muy larga con un amigo en la que se te hacen las tantas, has hablado de todo y te quedas en paz por sentirte escuchado. Para mí hacer música es eso.

“Vamos a lo que vamos, al turrón, a contar lo que queremos y de la forma más concisa y clara posible” 

Ya he dicho que el disco sorprende por su concreción de timing. ¿Os habéis puesto algún tipo de límite a la hora de producir para que todas las canciones entrasen en lo que antes era la cara de un álbum?

Sergio Sastre: No, creo que no había un límite formal, pero sí una filosofía turronera de “vamos a lo que vamos, al turrón, a contar lo que queremos y de la forma más concisa y clara posible”.

Habéis estado de gira este verano tocando los dos o tres singles previos del disco, pero imagino que ahora va a cambiar por completo este concepto de gira. ¿Qué plan tenéis de cara al año que viene? ¿Cuánto os queda por contar?

Antonio Poza: Tenemos la gira de “Buena  Suerte”, que son diez únicos conciertos, evidentemente dando más importancia al disco. Luego seguiremos con una gira de festivales en verano con un repertorio algo distinto y para final del año que viene no lo tenemos claro, pero seguro que alguna sorpresa haremos.

Sergio Sastre: Sí que es importante recalcar que en la gira no va a pasar esto de sacar diez fechas y luego aumentar dos más. No. Son solo diez fechas. El que quiera vernos entre enero y junio con este repertorio y este show tiene diez oportunidades y ninguna más.

Imagino que cambiaréis la estética, pero también la forma en la que afrontaréis las canciones por la electrónica, incluso la forma de desenvolveros con los instrumentos.

Alberto Jiménez: Sí, estamos teniendo ya las reuniones para la gira. Queremos hacerlo de una forma más teatral y vamos a llevar a los bailarines que nos acompañaron en el Benidorm Fest. Queremos orientarlo más a lo visual, a la danza, a la expresión corporal y a todo lo que supone un show teatral con partes en el que transmitir mucho mejor el feeling de cada canción y las partes que queremos destacar de nuestro repertorio. Por supuesto que habrá una parte en la que tocaremos nuestras canciones más rock con guitarras, pero en un contexto concreto. Lo que verdaderamente nos apetece es que sea lo más visual posible y que lo que te contábamos de que las canciones funcionen como escenas de una película puedan convertirse más bien en escenas de una obra teatral o de un musical. Tenemos muchas ideas sobre ello y nos apetece muchísimo hacerlo así. Contamos con un muy buen director artístico para hacerlo y vamos a empezar a currar ya para que todo funcione. Sin descanso.

Si os parece, para terminar y haciendo referencia al título de vuestro disco, ¿qué es para vosotros la “Buena Suerte”?

Sergio Sastre: Estar aquí veinte años después pudiendo hablar contigo de que tenemos un disco que tiene una cuota de atención por parte de nuestro público y que lo están recibiendo con cariño, lo que nos va a permitir seguir tocando y seguir encima de un escenario. En realidad nuestra buena suerte son nuestros seguidores.

Muchísimas gracias a los tres. Gracias de verdad por atendernos. Desde el Giradiscos os deseamos que funcione muy bien este disco. Creo que hay mucho detrás de él, se aprecia de lejos y es un gustazo disfrutarlo.

Alberto Jiménez: Muchas gracias a vosotros.