Por: Txema Mañeru.
Vaya por delante que mi disco favorito de Bruce Springsteen siempre ha sido y será “The River”. Fue el primero que tuve en vinilo y la verdad es que lo pinché mucho y muy a gusto. Tras dicha cumbre para mí, yo siempre he tenido “Nebraska” y “Born To Run”, que acaba de cumplir 50 años, en mi podio particular. Ahí el orden ya no lo tengo tan claro. “Nebraska” fue una sorpresa en su momento por su desnudez total y porque venía de tocar el cielo y girar sin parar con The E. Street Band justo en la defensa de ese prodigioso “The River”.
Este libro, "Deliver Me From Nowhere", además, ha sido la base para la película “Springsteen: Deliver Me From Nowhere”, que está a punto de llegar a los cines el próximo 24 de octubre. Por si fuera poco lleva la firma de Warren Zanes, líder de The Del Fuegos, profesor de universidad y ex vicepresidente del Salón de la Fama del Rock and Roll. Una obra que ha sido elegido Libro del Año por la National Public Radio de Estados Unidos.
Pero lo mejor de todo es que Zanes es también autor de “Petty: La Biografía”, uno de los tres mejores libros musicales aparecidos en NeoPerson Sounds, del grupo Gaia. Te dejamos que entres en www.grupogaia.es y escojas tú mismo los otros dos. No son extrañas en ese sentido las palabras de Judd Apatow: “Warren Zanes es uno de los mejores escritores musicales de la actualidad. Nadie podría haber contado mejor esta historia”.
Para la creación de este libro Zanes entrevistó a las personas más importantes implicadas en la creación del disco. Empezando por el propio Bruce y siguiendo por Martin Landau, Rosanne Cash o Steven Van Zandt. Pero también hay seguidores del álbum y amigos como Steve Earle, Chuck Prophet, Patty Griffin, Richard Thompson, Scott Kempner (The Dictators) Dave Alvin o Matt Berninger (The National). Otra buena idea es la de citar el material recomendado para unir a la lectura de este gran libro. Ahí tenemos “Malas Tierras”, de Terrence Malick, “La Noche del Cazador”, de Charles Laughton, libros de Flannery O’Connor o Robert Frank, canciones de Suicide, Hank Mizell o Hank Williams y los siete primeros discos de estudio del propio "Boss".
En palabras de Nick Flynn éste es uno de los mejores libros escritos sobre el proceso creativo. En Kirkus Reviews van más allá: “Esclarecedor… Zanes argumenta sólidamente sobre la singularidad, el mérito y la influencia del álbum. Incluso aquellos que no están convencidos de que “Nebraska” sea lo mejor de Springsteen lo escucharán de otra manera”.
La historia que recoge el libro está narrada con gran ritmo y aderezada por interesantes opiniones de hombres tan importantes como los anteriormente citados. Ya en el “Prólogo: El Rhinoceros Club” queda bien clara la cercanía de Zanes a Bruce cuando narra como subió a tocar con su The Del Fuegos en una sala minúscula con su habitual humildad y entrega. Y eso que estaba ya en medio de la gira de “Born In The U.S.A.”. Pronto recuerda también como fue bautizado como “El Nuevo Dylan”, aunque no le hacía demasiada gracia. Curiosamente fue el propio Dylan, muchos años después, quien se acercó a querer conocer el lugar dónde Bruce grabó casi todo su “Born To Run”. Bien es cierto que hizo lo propio en Canadá con la casa de Neil Young o con la de Lennon en Liverpool. Sabemos también que muchos grandes del indie lo-fi se inspiraron en el sonido de Nebraska o que el gran Bon Iver creó un disco con bastantes puntos de contacto e igual de apasionante como es “For Emma, Forever Ago”.
Personalmente me encanta el capítulo titulado “Títulos Tomados de Otros”, con canciones de Bruce con nombres tomados de otras canciones. La mención más especial y más extensa es la dedicada a "A Mansion On The Hill", de Hank Williams. Además, su "Mansion On The Hill" fue la primera canción que compuso para "Nebraska" y, un poco, la chispa de todo un trabajo por otra parte nada planificado de antemano. No faltan ocho páginas en papel satinado con buenas fotos en blanco y negro, más algunas en color, y hasta algún texto manuscrito del propio Bruce. También repleto de interés el “Epílogo. Ver El Lugar”, en el que Zanes nos cuenta cómo fue invitado por Bruce a conocer el lugar en que concibió y grabó el disco en blanco y negro con las letras de su título en color rojo sangre.
Realmente este libro es toda una exhaustiva inmersión en este trabajo tan especial. Las sobrias y crudas canciones hicieron que Landau se preocupara por la salud y el estado de ánimo de Bruce. Intentó grabar con la banda pero se había quedado ya prendado de sus grabaciones caseras e hicieron que se adelantara al “Born In The U.S.A.”. Aquí tenemos la mente y los pensamientos de Bruce antes y después de la grabación del disco, así como la grabación realizada en un cuatro pistas. Un disco quizás áspero y, para algunos, inacabado, pero el más importante para el propio Bruce (y el mejor) así como el que ofrece más pistas sobre su carrera como artista, pero también como persona. Un disco que describía a la perfección la agitación del país en aquella época, pero que también se introducía en el colapso mental del que nos habló y descubrió décadas después de hacerlo creado. Al final sí que es cierto que Bruce no sería hoy quien es si no hubiera creado un disco tan personal como “Nebraska” y si llegamos a constatar dicha transformación tras la lectura de este apasionante relato.