Entrevista: Willis Drummond

“Teníamos que olvidar todo lo pasado para vivir tranquilamente el presente” 

Por: Sergio Iglesias

Willis Drummond están de nuevo en la carretera. Después de un parón de dos años, que les ha servido para coger aire y para llevar a cabo otros proyectos personales, la banda de Iparralde vuelve con “Tabula Rasa”, su nuevo trabajo y en el que inciden en ese sonido directo y duro al que nos tienen acostumbrados. Una muesca más en la carrera de esta banda y que ya están presentando en directo demostrando que son una auténtica bomba de relojería en el escenario, el hábitat natural de Willis Drummond

“Tabula Rasa” llega después de un parón de varios años. ¿En algún momento pensasteis que sería una separación definitiva? 

Felix Buff: Personalmente, nunca he pensado que sería el fin de Willis Drummond, pero podría haberlo sido perfectamente, teniendo en cuenta que la idea del parón era volver sólo si había muchas ganas de juntarse para tocar música en el local. El tiempo es una cosa que no miente y, después de dos años, hemos sentido que no lo habíamos dicho todo con la banda y nos hemos juntado otra vez. Así de simple. 

¿Os afectó la baja de última hora de Rafa?

Felix Buff: Sí, claro. Rafa tenía muchas cualidades y era una parte importante de nuestro sonido, pero hemos encontrado un nuevo equilibrio con Joseba. Ha sido bastante fácil en lo musical en el local, ahora vamos a experimentarlo de gira. 

En este tiempo habéis aprovechado para hacer cosas paralelas como los trabajos de Ekiza o Joseba en los que participaron Xan y Felix. Supongo que es difícil estar parado, que necesitáis esa adrenalina de disco, gira... 

Felix Buff:  Es verdad que la pausa de Willis Drummond no ha sido una pausa musical para nadie, yo he grabado y girado con Rafael Berrio (con Joseba), Dual Split, Joseba Irazoki, Joseba B. Lenoir (con Xan) , Audience… Me resulta difícil quedarme parado, me gusta tocar y experimentar muchas facetas de la batería y de la música en general. También soy un culo inquieto y desde siempre tengo el pánico de la agenda vacía.  Ahora, mientras estoy con Willis Drummond, estoy también tocando con Petit Fantôme (de Francia) y Atom Rhumba, que vuelven a la carga. Soy el más volátil de la banda, igual debido a que nadie quiere ser batería (risas). Yo vivo mi música como un todo y no sólo con una banda. Y sí, adrenalina es una buena palabra quizás. También es un viaje dentro de tus emociones y una necesidad de vivir cosas diferentes, con gente y lugares diferentes. Me imagino que los demás de la banda lo sienten igual que yo. Vivimos la música como un estilo de vida y no como un hobby o un trabajo... y diciendo esto me puedo suicidar de lo hippie que ha sonado (risas). 

Centrándonos en "Tabula Rasa", ¿por qué ese título? 

Xan Bidegain: Este título es idea de Felix, nos pareció una evidencia. Estábamos construyendo una cosa nueva, con ganas nuevas. Willis Drummond no es una banda que piensa mucho en lo que ha hecho pero sí en lo que quiere hacer y creo que teníamos que olvidar todo lo pasado para vivir tranquilamente el presente.  

En el disco habéis contado con Burke Reid, que ya mezcló “A ala B”. ¿Qué aporta Burke al trabajo de la banda? 

Xan Bidegain: Al terminar “A ala B” estábamos muy contentos por la mezcla de Burke y ha sido muy natural proponerle venir a trabajar con nosotros durante la grabación. Él vive entre Australia y Canadá y organizándonos hemos conseguido que venga para tres semanas de grabación y mezcla. Hemos trabajado duro para llegar a sacar “Tabula Rasa”. Trabajar con Burke es muy fácil, no te impone nada, te hace sentirte mejor músico, y te deja libre. ¿Lo que nos ha aportado?: su sonido, sobre todo de guitarras. Creo que, cuando decides grabar con un productor, es porque te gusta lo que ha hecho, nos encantan los discos que ha grabado: Courtney Barnett, The Drones... Ha  sido genial pasar 8-10 horas al día encerrado con él, para después ir de copas por los bares del pueblo. Creo que es un disco grabado con un amigo más: Burke.  

En cuanto a las letras encontramos alguna como “Athabasca” o “Hori dena” con un claro mensaje social. ¿Crees  que la música puede ser un buen canal para hacer esa labor de crítica social en estos tiempos tan jodidos en todo? 

Jurgi Ekiza: Pues, más que todo, creo que se escribe lo que se siente. Por lo menos es lo que siempre hice. Y temas como el fin de la sociedad del petróleo (por avance del buen sentido o, desafortunadamente, por gastarlo hasta el último litro),  o de las ideas de extrema derecha que se difunden en el día a día son cosas que creo que nos afectan a todos. En los discos de Willis Drummond siempre se han mezclado las cosas personales y las cosas sociales… Yo lo veo bastante normal porque, al final, aunque la relación no sea siempre evidente, el uno interviene sobre el otro y viceversa. El mundo y la sociedad influyen en lo que sentimos y lo que somos, hacemos y sentimos influye en el mundo. Y sobre la música como canal para hacer esa labor de crítica social , está claro que no creo que una canción cambie el mundo, pero todo lo que cada uno hace va en una dirección y puede llevar otras personas a moverse o, por lo menos, a pensar. No cambia el mundo, pero no cuesta nada… de todas maneras, si me sale, es porque yo sentía la necesidad de hablar de eso… Yo empecé a reflexionar sobre el mundo gracias a bandas como Negu Gorriak o RATM, así que, si no es pura propaganda que sólo habla a gente ya convencida, creo que las canciones pueden aportar mucho… No es para nada mi objetivo cuando escribo, pero creo que las letras pertenecen más al que las lee que al que las escribe. 

También parece haber un punto más filosófico y un mensaje de Carpe Diem en frases de “Joan Ikustera” y, sobre todo, en "Orain" 

Jurgi Ekiza: Exacto… la idea de «"Jjoan ikustera", de "Ir a ver", viene de una entrevista que hicieron a Jacques Brel, el cantante belga de los 60, que explicaba que había que ir a ver siempre, que eso era la vida… Esto tuvo mucha resonancia en mí porque había pasado demasiado tiempo sin probar cosas por miedo de no conseguirlas, o peor, por miedo de lo que pensarían los demás si lo hacía. La canción de “Orain”, que significa "Ahora", también tiene que ver con eso, y con ideas que se ven hoy más y más en diferentes filosofías o movimientos espirituales… El "carpe diem ", como dices, es algo que intento poner en práctica hoy en día disfrutando de todo lo que se pueda y, sobre todo, tratando de ver lo bueno y no lo malo en lo que me pasa… Y sin hablarlo entre nosotros, creo que es también lo que le pasa a la banda hoy. Hablamos mucho  antes de empezar de nuevo para cerrar bien la fase de crisis que vivimos antes del parón, y conseguimos poner todo sobre la mesa, para que no nos afecte en el futuro. Ahora nos imponemos menos presión en lo que queremos conseguir, pero disfrutamos mucho más de lo que hacemos… Puede parecer una paradoja pero, hoy en día, creo que es lo que da mejor resultado. Al final no podemos controlar lo que nos va a pasar en el futuro pero haciendo las cosas lo mejor posible –creo que así se disfruta todo más -, saldrá lo que tiene que salir… o no… pero por lo menos, ¡lo habremos disfrutado!  

Aparte de esto, en el resto de las letras se nota que están muy cuidadas. ¿Dais tanta importancia a las letras como a la música? ¿Os resulta más fácil o más difícil hacer letras que música? 

Jurgi Ekiza: Pues, gracias. Me alegro de que te parezcan cuidadas. Yo le doy mucha importancia a las letras porque después tengo que cantarlas y no puedo cantar sinceramente algo si no me suena justo. Me importan, pero sería mentira decirte que las trabajo mucho. En este disco ha sido muy especial, porque tenía muy poco tiempo para hacerlas. Siempre estoy apuntando cositas en cuadernos que llevo conmigo, y también tengo ideas de “conceptos” que quiero juntar a una música por ejemplo… o sé con qué frase quiero acabar la canción o hacer un estribillo y lo más difícil es hacer encajar las letras en las melodías que tengo pensadas… diría que “re-escribo” mis letras, organizo lo que tengo apuntado en cuadernos y ordenador, intento ver qué letra o qué tema va con cada música y, a partir de ahí, leo y leo otra vez todo, cojo una nueva página en blanco y escribo de nuevo el texto, teniendo en cuenta la melodía y la estructura de la canción. Muchas veces me doy cuenta de que no tengo letras suficientes y tengo que escribirlas desde cero… es mucho estrés pero, cuando se consigue, es un sentimiento bastante mágico. Nunca me digo “que bien escribo”, pero muchas veces, cuando acabo una letra, pienso, “que bien me siento, que liberado me siento”. Pero, como te decía, para "Tabula Rasa" ha sido un poco especial porque hasta mitad de agosto no tuve un día libre, así que entre en esa fase de “hacer” las letras dos semanas antes del estudio. También ha sido diferente porque, como íbamos a trabajar con Burke, sabíamos que a lo mejor iban a cambiar las canciones, las estructuras, las partes… y entonces tendría que adaptar las letras a todo ello. Por eso no acabé de manera definitiva las letras antes del estudio, sino allí mismo. Todo era muy fresco cuando lo grabamos, así que me alegra que me digas eso… Gracias. 

¿Teníais ganas de volver a los escenarios? ¿Qué tal estos primeros bolos? 

 Xan Bidegain: Durante el verano de 2016 hicimos cinco bolos para poner en marcha a la banda antes de grabar, fueron muy divertidos, pero necesitábamos temas nuevos. Ha sido genial ensayar los temas de "Tabula Rasa" para volver a los escenarios, es muy interesante ver como una canción cambia del disco al directo. A veces hay canciones que suenan increíbles en un disco y que luego pierden bastante en directo, pero eso no nos pasa con los temas de “Tabula Rasa”, es un flipe. El escenario es nuestro lugar favorito, así que sí teníamos muchas ganas. Los primeros bolos han ido muy bien y creo que a la gente les gustan las canciones, estamos presentando el disco, tocamos todos los nuevos temas y lo pasamos "la mar de bien". 

¿Cómo surge la oportunidad de ir a tocar a Holanda y cómo ha sido la experiencia? 

Joseba B. Lenoir: Estas giras surgen gracias a la inquietud de la banda por salir fuera de su circuito habitual. Tenemos un contacto que nos podía echar un cable para cerrar unos cuantos bolos por allí, así que no dudamos en hacerlo. Es muy interesante para nosotros salir al extranjero, exponernos a un público nuevo que no conoce nuestra música, ¡la mayoría ni siquiera conocen nuestra lengua! La experiencia ha sido excitante, aunque hayamos actuado para públicos muy reducidos. En cierta medida, este tipo de giras son como un nuevo comienzo, como volver a dar los pasos que ya dimos en Euskal Herria e intentar llamar la atención del máximo de gente fuera de nuestras fronteras.

“Tabula rasa” habéis decidido autoeditarlo vosotros y también habéis reeditado vuestros trabajos anteriores. Habladnos un poco de esto.

Joseba B. Lenoir: Es una opción natural, nosotros mismos somos los responsables de todo el proceso de producción del disco, desde la composición de los temas hasta la realización del máster, pasando por todos los trámites de grabación, mezclas, diseños del disco, cartelería... Entregar nuestra obra a una discográfica no tendría mucho sentido. Además, hoy en día, los sellos no están dispuestos a arriesgar y apostar por las bandas. De todas maneras, veníamos de editar los anteriores discos con Bidehuts, plataforma que funciona de manera autogestionada, por lo que esto no ha sido más que un paso adelante en el camino de la autoproducción. Aprovechando esta coyuntura decidimos reeditar todo nuestro catálogo, ya que los dos primeros discos estaban agotados y había gente que los estaba buscando. Es una buena forma de inaugurar nuestro propio sello, ¿no?