The Fratellis: "Half Drunk Under a Full Moon"



Por: Àlex Guimerà

The Fratellis van ya para los 15 años de carrera, tiempo en los que han superado ser el "Hype" del momento y la enésima banda "One-Hit- Wonder". Y lo han hecho publicando un puñado de discos interesantes en los que se han inspirado en el punk más melódico, en el glam-rock de Bowie o T. Rex o en el power pop británico. Si bien sus inicios quedaron marcados por "Costello Music" (2006) y los estribillos para corear en una noche de borrachera de piezas como "Chelsea Dagger" o "Henrieta", el trascurso de los años y de sus canciones les ha otorgado una credibilidad musical que ha pasado a nuestro entender demasiado desapercibida. Especialmente incomprensible e injusto es el hecho que un excelente álbum como fue " We Need Medicine" (2013), repleto de grandes temas de rock ochentero de patrón clásico, pasara sin pena ni gloria. A aquel le siguieron otros dos álbumes ciertamente notables como son "Eyes Wide, Tongue Tide" (2015) e "In Your Own Sweet Time" (2018), que preceden a este “Half Drunk Under a Full Moon” en donde parecen haber recuperado su mejor inspiración.

El disco en cuestión ha sido grabado por este trío formado por John Lawler,  Barry Wallace y Gordon McRory (aka John, Barry y Gordon Fratelli) en Los Ángeles con la ayuda del artífice del sonido de su debut y de sus dos últimos trabajos de estudio, el productor Tony Hoffer (también de Beck, Kooks, Belle & Sebastian, Supergrass…), quien ha realizado una labor formidable recubriendo a las guitarras y batería con ricas capas de instrumentos clásicos. 

Para la apertura, la que da título al paquete, un tema de estadios (o festivales veraniegos, más bien) cargado de triunfalismo y coros a pleno pulmón, ecos a Scott Walker y al “muro de sonido”, para dejarnos claro de buen comienzo que nos encontramos ante el trabajo de madurez del trío escocés. Lo confirman los ritmos setenteros de “Need A Little Love”, que presentan toda una declaración de sensualidad y pasión de quienes años ha fueran estandarte del rock británico más gamberro. 

Especialmente irresistibles son las canciones que siguen: “Lay Your Body Down”, himno pop donde los haya con su toque melancólico  y unas letales capas de sonido, y “The Last Songbird”, luminoso canto al amor quizás algo edulcorado pero no por ello menos memorable.

La taciturna “Strangers In The Street” suena a puro Burt Bacharach con la orquesta deslizando su romanticismo, mientras que “Living In The Dark” de aromas sixties nos lleva directamente hacia la pista de baile.  No le van a la zaga otras marchosas como son “Six Days In June” y “Oh Roxy”, esta última con un ritmo de teclado monumental.  

El cierre lo pone la ensoñadora “Hello Stranger”, eso si no tienes la versión Deluxe en la que se añaden hasta ocho temas entre los cuales se atreven con una versión punk de “Runaround Sue” de Dion y revisan tres piezas del álbum.

En estos tiempos grises y extraños, los hermanos Fratellis regresan directos del olvido de los fans, para arrojarnos algo de color a la vida con lo que mejor se les da: regar nuestros oídos con un ramillete de buenas canciones pop-rock de melodías infalibles y espíritu jovial. Necesarios.