The Monochrome Set: “Allhallowtide”


Por: Txema Mañeru 

Casi 45 años y más de 15 discos con especiales canciones de pop psicodélico que siguen irradiando magia y contagiando las ganas de vivir acompañan a The Monochrome Set. Comenzando por el chulo primer single, "Hello, Save Me", otra válvula de salvación de los de un eternamente joven Bid y sus compinches. Exquisito órgano y un estribillo que se te clava. Les encantará a los seguidores de los mejores Pulp. Mejora mucho lo entregado en el anterior y algo más flojo “Maisie World”, pudiendo poner a la cabeza este actual trabajo entre los mejores que han grabado en esta última década, con cinco discos ya para el sello alemán Tapete Records

Nunca será lo mismo para mí que cuando los descubrí con esa maravilla titulada, “Eligible Bachelors”, que es uno de los vinilos que más escuché a primeros de los ochenta. Su tercer álbum, concretamente del 82, y para mí el más especial. Con su indie-pop psicodélico y sus ramalazos orientales se adelantaron a su tiempo con preciosos vinilos para sellos tan prestigiosos de la época como Rough Trade o Cherry Red Records. En sus canciones siempre se dejaron llevar también por su cultura lietraria y cinematográfica y se hicieron con fans del prestigio y de la atemporalidad de Iggy Pop, Jarvis Cocker (Pulp), Graham Coxon (Blur), Alex Kapranos (Franz Ferdinand), Neil Hannon (The Divine Comedy) o Johnny Marr de los Smiths. Se adelantaron al brit-pop y crearon un estilo propio aún reconocible en este nuevo y destacable trabajo. 

Sigue desde los comienzos Andy Warren y se han hecho muy importantes en este disco los teclados de Athen Ayren. Las voces siempre han sido muy cuidadas por Bid y los suyos y en este disco se nota la presencia en este aspecto de Alice Healey. Además, ricas percusiones de Karen Yarnell y algunos otros curiosos instrumentos aportados por Jon Clayton, que ayuda al propio Bid en la buena producción del disco.

Jugaban en la liga de los mejores y prácticamente coetáneos XTC y dejaron huella en gente como Pulp o Mercury Rev por poner un par de dispares ejemplos. Comienza el disco  con el magnífico tema titular. Lo dirige un piano repetitivo y luego tiene un estribillo genial con esos citados coros femeninos que también brilla en otros muchos momentos, como los de la delicada "My Deep Shoreline". Que motivaron a bandas tan grandes como The Smiths queda claro en una melodía como la de "Ballad Of The Flaming Man". En esta y otros temas destacan por encima de la media esas especiales letras. Buenos y lunáticos teclados, junto a esos característicos requiebros vocales, nos encontraremos en engoladas melodías como las de la lenta y mágica "Moon Garden". Le encantaría tenerla a Morrissey para su próximo disco. Lo mismo sucede con la lenta y triste "Box Of Sorrows", otra vez con excelso piano,  coros femeninos y con momentos casi de vals clásico. Teclado resplandeciente y melodía radiante que se mantiene en "Resplandent In A Darkness", firmando un emotivo final con  aromas clásicos a Satie en la exhibición de teclas blancas y negras de "Parapluie".