Bart Davenport: "Episodes"


Por: Txema Mañeru

Me encantan todas las verdades que dicen en su sello sobre la personalidad y musicalidad de Bart Davenport. Realmente Bart ha sido y es todo eso y mucho más. Un mod, un cantante de blues, un trovador del soft-rock californiano y con la voz de un auténtico crooner. Yo añadiría sus tonos a veces cercanos al jazz vocal o al white-eyed soul más elegante. Luego está su pasión por el pop británico de los ochenta y artistas de la elegancia de Paul Weller, The Blue Nile, Aztec Camera, The Go-Betweens, The Style Council o los Prefab Sprout. Su buen y ecléctico gusto le ha llevado a versionar con acierto favoritos propios como Love, Caetano Veloso, Kings Of Convenience, David Byrne o Gill Scott-Heron. Pues todo eso y mucho más vuelve a traernos en este “Episodes" (Tapete Records / Gran Sol).

Sigue así consolidando una trayectoria en solitario tras su pasado en bandas como The Kinetica y The Loved Ones. Aunque es cierto que le gusta hacerse acompañar de vez en cuando, como en su anterior y muy recomendable disco, “Blue Motel” (Lovemonk) firmado como Bart & The Bedazzled con más elegante soft-pop y soft-rock para seguidores de Prefab Sprout, Jack Johnson o incluso de Chris Rea. Tiene en este octavo disco a su nombre mucho del romanticismo de estos grandes. Además, pese a venir firmado en solitario le vuelven a acompañar varios músicos de los que aparecieron  en “Blue Motel”. Es el caso de M. Olson, que produjo dicho disco y que aquí se sale, por ejemplo, con un impresionante riff de órgano en una "Strange Animal" con aromas a psicodelia turca. De su misma formación, L.A. Takedown, está también la bajista Jessica Ezpeleta. Wayne Faler (Dream Boys) se sale con la guitarra solista y Andrés Rentería (José González, Rodrigo Amarante) lo borda con variadas y finísimas percusiones. Luego está el propio Bart que toca un montón de instrumentos, claro.

Entre todos logran crear una música evocadora con tonos cercanos al pop más barroco de los sesenta y a bandas como Love o The Kinks, valga por ejemplo, la deliciosa "It’s You", que sirve de excelente apertura para el disco con sus cálidas guitarras acústicas. Inteligentes y, a veces, humorísticas letras que hablan de oligarcas en la orquestal y rica en arreglos "Billionaires", un buen lento a modo casi de vals, o de nudistas en "Naked Man". Tenemos muchos posibles singles como "Alice Arrives", una especie de brit-folk relajado con delicados arreglos de cuerda a cargo de Dina Maccabee. Su pasión por Brasil y Caetano Veloso se intuye, y algo más, en una "Easy Listeners" muy bien cantada y con una finísima guitarra eléctrica. Los aires a The Go-Betweens o Aztec Camera los tenemos en la melancólica "All Dressed In Rain". En "Wireless Moon" suena entre el shoegaze más íntimo y el folk más minimal de Nick Drake. Se atreven hasta con un exquisito instrumental como "99 Forever", con unas maravillosas combinaciones entre teclados y guitarras atmosféricas. Enamoran con "Creatures In Love" y sus deliciosos coros femeninos para acabar con la deliciosa, melancólica e intimimante reivindicativa "Still Life". Señales que nos muestran el camino que le dirige a convertirse en clásico del pop atemporal.