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Antonio Luque salió a escena con una botella de vino reserva, le dolía la garganta y le impedía beber nada frío, para mitigar su timidez se la pimplo entera y dio un conciertazo.Simpatía la que derrochó con sus irónicos comentarios y enormes canciones, las que interpretó sobre la tarima de la Joy, sobre todo de sus tres últimos discos, sonaron majestuosas "Los Ángeles" con ese bajo a lo Joy Division, "Esplendor en la hierba" magnifica letra, "Dos besugos", para terminar en los bises con un maravilloso "Quiromántico" del 97, -considerada por Rockdelux una de las mejores canciones del pop español- y una catártica versión de "Gitana".
Todos salimos con la impresión de haber visto a un genio de los pocos que nos quedan, un gran escritor de canciones a la altura de Fernando Alfaro, José Ignacio Lapido o Nacho Vegas.
Por Jorge Bravo
