
La expectación era máxima entre los fans que abarrotaban el recinto de la calle Princesa, no en vano las entradas se encontraban agotadas desde hace varios días y muchos han sido los que finalmente se han quedado sin la posibilidad de despedir al grupo de Jorge Martínez en nuestra ciudad, quizás este haya sido el único pero que se le pueda poner a una noche mágica. Y es que es una lástima que el concierto no se realizara en una sala con una capacidad todavía más grande, Ilegales es una de las grandes bandas rock de nuestro país, treinta años de trayectoria les avalan, algún disco mítico, cientos de canciones, cientos de conciertos bien merecían un recinto más grande, para que todos los que les admiramos pudiéramos despedirles como merecen.
A las nueve, con puntualidad británica, comenzaba la actuación a ritmo de la batería que anuncia “Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes”. Fue impresionante observar cómo unos pocos acordes hacían entrar a todo el público en calor.
Ilegales empezaban de la me

Decíamos que sonó “Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes” y desde ese momento la sucesión de temas fue constante, “Hacer Mucho Ruido”, “Hombre Solitario” o “Todo lo que Digáis”, supusieron la primera tanda del concierto. Tras esta última canción, tuvimos que hacer una obligada pausa para solventar unos problemas con la batería, problemas que volverían a aparecer poco después, para volver a ser solucionados, esta vez, definitivamente.
Durante las cerca de dos horas y media que duró la actuación, Ilegales nos dieron un paseo por lo más granado de su discografía, no faltaron a la cita canciones míticas cómo “Chica del Este”, “El Piloto”, “Agotados de Esperar”, “La Chica del Club de Golf”, “Yo Soy

Uno de los mejores momentos de la noche vino de la mano de los primeros compases de “Hola Mamoncete”, uno de los grandes clásicos de Ilegales. El frenético ritmo de la canción invitó a que las primeras filas comenzaran un pogo de considerables dimensiones. Empujones, saltos, golpes aquí y allí. Una impresionante escena que pudimos disfrutar mientras se oía aquello de “Hola Mamoncete, ¿Qué haces por aquí?, ¿buscas algo que comprar?”, sin duda, uno de los instantes más impactantes que he presenciado cómo cronista.
Hubo que esperar un poco más, para disfrutar de lo que a nuestro juicio fue una de las mejores tandas de canciones que se encadenaron durante toda la noche. Estamos hablando de la sucesión, por este orden, de temas cómo, “Ella Saltó por la Ventana”, “La Casa del Misterio”, “Caramelos Podridos”, “El Norte Está lleno de Frío” y “Enamorados de Varsovia”. Esta última siempre me ha parecido espectacular, una de esas canciones que al igual que dijo Jorge para presentar “La Casa del Misterio”, proponen “Otro tiempo, otro espacio”.
El final del concierto se acercaba a pasos agigantados, sin embargo antes de ese momento pudimos seguir disfrutando de un p

Las últimas cinco canciones “Ilegales” que sonaron en Madrid fueron, “Soy Un Macarra”, “Tengo un Problema Sexual” y “El Western”. Bajo amenaza de finalizar la actuación, para dar paso a los “bacaladeros”, interpretaron “La Fiesta”, ante el jolgorio y el buen rollo generalizado, para despedirse finalmente con “Destruye”.
Una vez encendidas las luces, llegó el momento de dar el postrer aplauso a Ilegales. Sobre el escenario se inmortalizó la última foto de familia con Jorge Martínez, Alejandro Blanco y Jaime Belaustegui, en un primer plano, con caras sonrientes. De fondo un público, el madrileño, que les brindó una sonora, cerrada y sincera ovación. Jorge volvió a colgarse la guitarra al hombro y a modo de despedida nos hizo corea

Salimos del recinto con una sonrisa de oreja a oreja, porque si, es cierto, Ilegales se separan, parece que de forma definitiva, pero su música permanecerá en nuestro recuerdo, en las estanterías de nuestras casas. Pero por encima de todo en nuestra memoria, en los recuerdos de los buenos momentos pasados mientras escuchábamos sus canciones. Gracias por todo.
Texto: Javier González
Fotos: Iván González