
Comenzó la velada Iñigo Coppel, con buenas canciones que fue rescatando de su anterior Perdón por Existir, y otras que nos fue desvelando que irán incluidas en su próximo e inminente álbum El Hombre que mató a Iñigo Coppel.
Acompañado esta vez por Ignacio Garbayo (Zoodiacs) y Daniel Merino a las guitarras sonó potente en Madrid para cuerdos y bienhechores, Nostradamus no me jodas, El tiempo lo cura todo o Lidia.

También vivimos un momento más intimista cuando su banda compuesta por los dos guitarristas y miembros de Los Madison, abandonaron el escenario para dejar solo a Iñigo, quien con su guitarra nos sorprendió con Esto es lo que parece. Iñigo se despidió con Fuera de mi. Dando paso al joven trío No Aloha que de forma sorprendente llevan al límite el Do it yourself y ellos mismos se encargaron de cambiar los instrumentos y organizar de nuevo el escenario para aclimatarlo para su show.
Tras varias maquetas todos los esfuerzos de este trío por tocar y llevar sus canciones lo más lejos posible ven su recompensa en forma de disco editado. Y pudimos sudar su directo de presentación. Canciones que una tras otra nos remitían a bandas como los Ramones, Sonic Youth, por supuesto The Breeders, o Stooges de los que realizaron una buena versión de I Wanna Be Your Dog. En temas como Rocking You o Ludlow St. hicieron subir la temperatura para casi hacer de la sala una olla a presión.
Su sonido y su personalidad ganan fuerza en el directo, aunque se tatara de la presentación de su primer disco estos chicos llevan derrochando sudor por escenarios desde 2005, e incluso llevando su música fuera de nuestras frontera

Dos apuestas muy distintas entre si del sello Lucinda para este 2010, pero cada una en su estilo nos hicieron disfrutar a lo grande. Iñigo nos descubrió canciones de su próximo disco, cosa que nos crea ansiedad tanto retraso para escuchar las nuevas canciones, parece que nunca va a ver la luz. Y los No Aloha con la rabia y la inmediatez del punk hicieron temblar los cimientos del recinto con las nuevas canciones de The Skinny.
Texto y Fotos: Iván González