“La presión que existía era interna por querer mejorar”
Cuando al trabajo, la constancia, el tesón y la capacidad infinita para creer en un sueño, le unes amplias dosis de talento y una creatividad al alcance de muy pocos, es difícil no acabar por alzarse como vencedor en cualquier empresa que se desee acometer. Ese es, a grandes rasgos, el caso de lo que les ha ocurrido a los madrileños Vetusta Morla.
Creciendo a cada paso, agotando el papel en cada una de sus presentaciones merced a la elaboración de unas canciones que poco a poco han calado en el imaginario colectivo hasta convertirles en una banda de referencia para miles de personas, gracias en gran medida a ese hito que supuso en la música nacional su primer disco el unánimemente aclamado, “Un día en el Mundo”.
Ahora tres años después de aquel maravilloso fenómeno tiene lugar la publicación de su segundo álbum, “Mapas”, un trabajo que sigue la estela de su predecesor pero en el que es patente una clara evolución en lo musical, en pos de una búsqueda de nuevos universos sonoros, sin que ello implique una ruptura con su glorioso pasado. Un pequeño salto mortal del que vuelven a salir no sólo airosos, sino que además logran reafirmar, como si eso fuese necesario, una propuesta tan sólida como vigente.
En la soleada mañana de ayer tuvimos la oportunidad de sentarnos frente a frente con el cincuenta por ciento de la banda, representada en este caso por Juan Manuel, David y Jorge, para que nos hablaran acerca de las sensaciones que ha supuesto editar su segundo trabajo, y de todo lo relacionado con la actualidad de una de las bandas más grandes que pueblan nuestro panorama. Con todos ustedes Vetusta Morla:
Hace algunas semanas vio la luz “Mapas”, vuestro segundo álbum hasta la fecha. Doce canciones y un duro año de trabajo. Supongo que altamente satisfechos con la labor realizada y con el resultado final.
Juan Manuel: La verdad es que estamos bastante contentos con “Mapas”. En general nosotros tenemos que estar muy a gusto con lo que hemos hecho para sacar algo adelante. El nivel de exigencia y autocrítica en el seno de la banda es bastante alto. Cuando algo ve la luz es porque los seis lo firmamos con orgullo. En el caso de “Mapas” ha ocurrido eso, además hemos logrado algunos objetivos que nos habíamos planteado en la manera de grabarlo y en cómo queríamos que sonara, por lo que estamos altamente satisfechos.
¿Cómo fue el proceso de composición de las canciones que contiene el álbum?
Jorge: Verdaderamente no hay un germen. Tú vas acumulando experiencias y vivencias, aprendiendo trucos, y escuchando a otras bandas que te van influyendo. A mitad de la gira pasada hubo un puntito de luz sobre lo que iba a ser “Mapas”, hicimos un breve parón para reflexionar sobre el repertorio. Estuvimos un par de semanas en una casita de un pueblo de Burgos, y ahí salieron un par de canciones casi enteras, “Boca en la Tierra” y “Maldita Dulzura”, que ambas entraron en las actuaciones en directo. También aparecieron los bocetos de otras que ahora están en el disco, como por ejemplo “Días Raros”. Al acabar la gira, volvimos a los ensayos y cuando había una colección de canciones lógicas, seleccionamos estos doce temas.
Dicen que el segundo disco es el de la consagración. ¿No sé si habéis sentido la presión que se supone sienten todas las bandas al enfrentarse al mismo?
Juan Manuel: Es algo que le ocurre a todas las bandas. Para grabar tu primer disco tienes toda la vida, en el segundo no ocurre lo mismo. Nadie espera el primero, pero la continuación sí. Unos lo esperan con flores y otros con hachas. Al verte inmerso en el proceso creativo tienes que ser ajeno a eso porque si no lo contaminas. La presión que existía era interna por querer mejorar e ir más allá. Nosotros somos nuestros críticos más feroces. Si superas esa presión interna, lo demás escapa a tu control. Hemos sacado un disco del que estamos orgullos. A partir de ahí, los palos y alabanzas debes tomarlos con perspectiva y de la mejor manera que puedas.
¿Quién eligió el título del álbum? ¿A qué queríais hacer referencia con el mismo?
Juan Manuel: En general todo lo que tiene que ver con Vetusta es obra de una “mente colmena” que formamos los seis. A todo se le da forma aunque uno traiga la semilla lo hacemos de una manera colectiva. A veces es un proceso lento y dificultoso, pero altamente enriquecedor porque participamos de todo. “Mapas” era una de las canciones que se han incluido y nos pareció que podría ser un título idóneo para el álbum. Viene a representar un concepto de canciones que en principio parecen no tener nada que ver entre unas y otras, pero en las que al final aparecen líneas sutiles que buscan la unión. Es una especie de mapa o de itinerario variable. Eso dio una imagen gráfica que es la de la portada. La presentación tiene un valor añadido. El dibujo es un troquel que está vaciado en el que se insertan hasta doce postales distintas. Hay una postal por cada canción. Todo eso conecta con la idea de los itinerarios y los viajes.
Personalmente creo que en “Mapas” se ahonda en el “sello de fábrica Vetusta Morla”, de ahí que no sorprenda que mucha gente hable de cierto continuismo. ¿No sé si estáis de acuerdo con la afirmación?
Jorge: En definitiva es música y la interpretación es libre. Cada persona lo vivirá y lo sentirá de una manera distinta. Quizás dependa de la canción que con qué nos descubran. No es lo mismo escuchar “Valiente” que “Al Respirar”. En función de los temas que te calen más de este disco o del otro, cada uno tendrá su opinión sobre si hay cambios o continuismo. Nosotros creemos que hay una evolución muy clara. Existen cambios tanto a nivel de preproducción, composición, musicales, como hasta otros que pueden ser fruto del propio paso del tiempo. “La Marea” se grabó en el año 2008 y para entonces ya tenía seis años desde que se compuso. En nuestra opinión creemos que hay evolución, pero no ruptura.
Independientemente de eso, de lo que no hay duda es que seguís en estado de gracia. Es algo que queda patente en el mismo instante en que comienza a sonar la canción encargada de abrir el disco, “Los Días Raros”. Sorprende que hayáis decidido abrir con ella el disco. Entraña un pequeño riesgo porque no es un tema que enganche de primeras.
David: Es algo bueno de la música de Vetusta. No hacemos canciones inmediatas de las que pueden llegar a cansarte. Son temas para escuchar más tranquilamente. Esa forma de empezar el disco es una presentación. Una manera de ir descubriéndonos poco a poco y saber que te quedan más cosas por ir conociendo. Nos gusta que el álbum sea capaz de llevarte por diferentes caminos y que al terminar guste y te quedes con ganas de volver a escucharlo.
Después, una vez que las escuchas van pasando, uno no puede evitar sorprenderse con algunos de los cortes que habéis incluido. Si os parece os cito y me vais contando. Me ha llamado la atención “Baldosas Amarillas”, principalmente por la alusión al gran Luis Buñuel,
David: La letra de “Baldosas Amarillas” es de Guillermo. Estudió cine. Todo eso está muy presente en él a la hora de hacer canciones. También trabajamos mucho con imágenes y evocaciones visuales de lo que nos generan las palabras y la música que estamos tocando.
También esa delicia en forma de “ranchera bastarda” que es “Maldita Dulzura”. ¿Cómo os ha dado por componer e incluir una pieza tan valiente y arriesgada?
Juan Manuel: La veníamos tocando en la gira. Es una canción que ha tenido toque folclórico desde el minuto cero. Desde que salió. El reto era hacer una canción con ese estilo, pero que siguiera sonando a Vetusta Morla. No queríamos que sonara demasiado raro. A la hora de grabarla fue una de las más peliagudas y que más quebradero de cabeza nos ha dado. Tuvimos que repetirla muchas veces para que mantuviera nuestra esencia. Es una canción que engaña porque si la desnudas y la toca María Dolores Pradera seguro que te la cuela.
Otro buen corte es el “El Hombre del Saco” que cuenta con un impresionante juego de baterías y percusiones.
Juan Manuel: Es otra, junto con “Escudo Humano”, de las que entró con el “gong” al final del proceso creativo. Además en directo funciona como un cañón, por la rítmica que tiene, por la batería y percusiones con que se juega. Creo que le añade al álbum algo que no tienen las demás canciones. A mi particularmente me parece que aporta mucho. Hace que el sonido se sobredimensione.
Es un disco que suena muy orgánico, va ganando peso a medida que avanza. Con unas pequeñas imperfecciones que se agradecen. Parece que se ha buscado la naturalidad por encima de todo. Quizás motivado por el hecho de que se hayan grabado todos los instrumentos a la vez.
Jorge: Haberlo grabado así es muy diferente a hacerlo tú solo, encerrado en una sala y con la única compañía al otro lado del productor que está pulsando el “rec”. De esa forma tú estás centrado en tu instrumento únicamente. Es muy distinto a estar tocando con más gente. La sensación es distinta, puedes acompañar la dinámica de la canción, las intenciones.
Juan Manuel: Otra cosa que ganas es que la grabación se convierte en una experiencia en sí misma. Ir todos juntos a un caserío en el País Vasco no es lo mismo que realizar un trabajo de minería en que tú grabas la parte que te toca. Es una experiencia que hace de la grabación algo mucho más agradable.
Y qué decir de la producción que vuelve a recaer en Manuel Colmenero y Javibu Carretero. Otra vez acertadísima. Volvéis a confiar en el equipo de trabajo con el que contasteis en “Un Día en el Mundo”, y volvéis a grabar, de nuevo, para vuestro propio sello, Pequeño Salto Mortal, aunque suponemos que no habrán faltado ofertas. ¿Debemos entenderlo como una apuesta clara por la independencia de la banda?
David: Nosotros no hemos manejado nunca el término de independencia al realizar las cosas. Hemos seguido el camino que creíamos natural. No ha habido ofertas discográficas sobre la mesa. Ha habido quien ha comentado algo, pero nunca una oferta en firme. Suponemos que habrán imaginado que apostaríamos por seguir nuestro sello. En cuanto al grupo de trabajo, hemos contado con la gente que nos acompañó en el primero. De alguna forma han crecido con nosotros. La libertad que te da tomar las decisiones sobre qué hacer, sobre la parte artista, la forma de manejar los tiempos, es algo impagable.
Tres años han pasado desde que viera la luz “Un día en el Mundo”, un trabajo que ha marcado un antes y un después para la música independiente de este país. ¿Cómo os sentís al volver la vista atrás y observar el revuelo que habéis causado?
Jorge: No somos muy conscientes de ello. Verdaderamente no pasas de tocar ante cincuenta personas en “La Palma” a hacerlo ante treinta mil en el “S.O.S”. Hay un camino intermedio. También hemos contado con la ayuda de gente que tiene más experiencia que nosotros y eso nos ayudó. Se asume todo de una forma natural. Te vas adaptando a la situación. Al ser tan paulatino el cambio yo, personalmente, no me he dado cuenta ni de ir necesitando más gente alrededor para poder tocar. Poco a poco han ido encajando las piezas.
Desde “El Giradiscos” siempre ponemos como ejemplo de carrera musical la vuestra. Paso a paso, trabajando duro, haciendo muchos kilómetros y, sobre todo, sin arrojar la toalla. ¿Hubo algún momento especialmente duro en qué pensasteis dejarlo?
Juan Manuel: La verdad que no. La trayectoria que hemos ido siguiendo ha sido muy estimulante. Siempre había algo que te hacía renovar el estímulo y el interés. A mí es algo que no se me ha pasado nunca por la cabeza. Ni en los momentos más difíciles. La recompensa ha sido siempre enorme. Poder tocar con Vetusta, hacer discos, viajar, compensa con creces el esfuerzo realizado.
Este es un país injusto y que tiende a crear ídolos, para después sin motivo aparente echarlos por tierra. ¿Estáis preparados por si las cañas se tornaran lanzas?
Juan Manuel: Las críticas y las alabanzas hay que asumirlas con naturalidad y distancia, aunque a veces no es fácil. No siempre uno puede abstraerse, pero debe quedarse en tu intimidad. Tú lo que eres es músico, debes tocar y hacer canciones. Si tienes la suerte de que la gente tienes interés y puedes vivir de ello, como es nuestro caso, debes sentirte un privilegiado. Y si no, disfrutar del proceso de hacerlo que es por donde se empieza. Luego cuando compartes las canciones, a todo el mundo le gusta gustar, no vamos a decir lo contrario, pero el primer camino a disfrutar es el interno, el de componer las composiciones o hacer un disco. Si eso lo vives al cien por cien lo que llegue lo aceptarás mejor.
Jorge: Pero no es algo que sea exclusivamente de aquí. Cuando estuvimos en México y en Argentina nos dijeron que allí también ocurría eso. En el momento en que una banda empezaba a experimentar un crecimiento empezaban a arreciar las críticas. Debe ser algo propio del género humano. (Risas)
¿Cómo está siendo la reacción del público ante las nuevas composiciones y sobre todo en los directos?
Juan Manuel: La verdad que está siendo muy buena.
Jorge: Estamos arrancando. La gente aún no tiene tan interiorizadas las canciones, pero ya se pegan sus bailes y desde el escenario se les empieza a escuchar cantar de fondo.
Por: Javier González e Iván González.
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