Entrevista: Kike Babas

“Lo que hacemos no es la novena de Beethoven, son canciones populares de rock”

Por: Javier González

La voz proveniente del euskera “Akelarre”, traducida al castellano designa “a la reunión de brujos/as de forma nocturna”, título totalmente descriptivo que ha elegido Kike Babas para dar nombre al que supone su primer disco en directo tras veinticinco años de carrera, una efeméride recogida en un trabajo en el que secundado por su habitual Desbandada y por un puñado selecto de amigos de correrías musicales y noctámbulas, repasa un cada vez más consistente repertorio. 

Callejero y bohemio saca a relucir toda su poética de arrabal, desde una visión ácrata y libertaria, repleta de honda expresión dotada de un singular vitalismo, cuyo rabillo del ojo siempre trata de huir de la moral bienpensante y de la ley, en la eterna búsqueda de aquellos días de speed y rosas en los que se forjó su vena punk. 

Siempre afable y locuaz, con la sonrisa por bandera convertida de noche en colmillo retorcido si la bolsa y el botín merecen la pena, descuelga el teléfono al otro lado la voz profunda y el verso sincero de quien jugando en el alambre sigue creyendo en el amor y en la creatividad para vivir la vida con optimismo en un mundo de ruinas y miseria. 

¿Cómo has llevado el tema del confinamiento, Kike? 

Kike: El confinamiento lo he pasado en el pueblo donde vivo. He valorado más que nunca mi vida allí a diferencia de lo que es la ciudad, algo que le ha debido pasar a media España. Imagino que cualquier cosa habrá sido mejor que vivir en Madrid, el punto cero de la pandemia, donde más muertos ha habido y donde se ha dejado notar más la cacareada privatización de la sanidad. Aquí se puso blanco sobre negro que así no se llega a ningún lado. En la parte de la sierra todo se hace más llevadero, tener el campo pegado a la puerta de casa ha sido siempre un soplo de aire fresco. Todo se lleva muchísimo mejor a nivel vital y a la hora de respirar. Ha sido algo fundamental. La sensación de agobio de este trauma colectivo es innegable, pero dentro del mismo hay traumas y traumas. En mi casita serrana creo que ha sido un pelín más llevadero y con menos agonías que el de otras personas.

¿De qué manera os ha afectado la situación para la publicación de “Akelarre”? 

Kike: Fue una decisión que tomé con la discográfica. Nos pareció una fecha interesante, ¿por qué no hacerlo? Se nos habían suspendido varios conciertos y se han quedado en el aire los que había por delante. A mí me daba con un poco de acojone sacarlo, sinceramente, una banda como la nuestra donde vende los discos físicos es en los conciertos. Somos de salir a la calle, meterte en el bareto, tocar y luego pasar la gorra o vender los discos en el puestecillo. También por otra parte no sabíamos lo que iba a durar la situación ni si lo mismo igual no tocábamos en un año. El directo estaba fresquísimo, lo teníamos ahí y teníamos ganas de sacarlo. Éramos conscientes de que la gente estaba encerrada en sus casas y que a veces no había nada mejor que escuchar música, así que había que tomarlo como una forma de escapismo. Optamos por la solución de liarnos la manta a la cabeza, lo que ha sido positivo para el lanzamiento, sobre todo porque he tenido mucho tiempo para dedicarle. Me gustó mucho poder mirar con calma los vídeos de adelanto con Kutxi y Capitán Cobarde, la portadita y su texto de promo. Todos los detalles y flecos que cuando estás en la vorágine del día a día se te escapan, ahora no tenía disculpa para no hacerlo bien. Hemos podido hacer el lanzamiento con propiedad. No habrá gira de presentación porque no habrá gira para nadie. Este disco será recordado porque se saca en confinamiento. Sinceramente creo que el interés por la música va a seguir ahí. Hoy en día se consume mucha música a través de las plataformas y el físico ha pasado a segundo plano, lo venderemos cuando podamos salir a la carrera y ponernos cara a cara con la gente. De momento haremos el ruido que nos dejen En ese sentido hemos arriesgado y estamos contentos con el resultado de cómo va todo. Se ha notado un implemento en mis plataformas de atención, estoy recibiendo un feedback bonito de la gente, de quienes oyen y compran. Entonces es cuando te dices que era el momento y no merecía la pena esperar más, porque ya habían pasado unos meses desde que grabamos. 

¿En qué momento surge la idea de hacer este directo? ¿Por qué ahora? 

Kike: Viene un poco de la chiripa. Hace tiempo que tenía ganas de sacar un disco en directo, pero como otros tres mil proyectos que tengo en la cabeza y están ahí aparcaditos, esperando su momento. De pronto surgió la posibilidad de conseguir una sala grande, en condiciones absolutamente inmejorables, entonces era difícil decir que no. Sergio, mi mánager, me dijo que había salido la sala y que teníamos las cosas factibles para hacerlo. Dije, “vamos a hacerlo”. Además, se cumplían los tiempos precisos, ten en cuenta que grabamos el disco en 2019, pese a que ha salido ahora, comencé a cantar con The Vientre en 1994, por lo que se cumplían 25 años de mi debut, ya sabes que las cifras redondas son buenas para las celebraciones. Pude juntar a mi gente en una oportunidad de oro porque entre el público había muchos de los míos. Algunos me han comentado que estando entre el público, se lo perdieron porque se tiraron todo el rato dando abrazos y besos, en aquella época en que se podía hacer eso en los conciertos. Vinieron todos los míos, tanto abajo como arriba. 

Y que lo digas porque entre los invitados, hay un montón de gente de tu sangre. 

Kike: Era llamar a gente a la que admiro, con la que tengo constancia de encontrarnos en escenario como Kutxi, Capitán Cobarde, Lichis y Rubén Pozo, son artistas que dan lustre a un disco. También quería que vinieran los King Putreak, Huevos Canos y The Vientre. Vinieron casi todos o todos de bandas anteriores. Me pude dar un baño de alegría, estar con los míos en todos los sentidos. Nos liamos la manta a la cabeza, la liamos gorda, salió una noche buena y teníamos que sacarlo porque era un directo que representa un momento concreto. Reúne una etapa vital y creativa que había que poner en público. 


Vayamos a los precedentes, ¿Cómo fue el proceso de preparación de los ensayos y de la selección del repertorio?

Kike: No fue tan complejo, La Desbandada estábamos haciendo ese repertorio. Hacía tiempo que buscábamos las canciones que más nos gusta tocar y con las que más nos identificamos de las que hemos ido sacando. Luego siempre hemos rescatado algunas del cancionero de King Putreak, The Vientre y Huevos Canos. Llamar a Capitán Cobarde para hacer “La Chari”, no es tan complejo, ya que no es la primera vez que la hace. “Virgen de la Caradura” con Kutxi tampoco lo es, ten en cuenta que hizo la original con The Vientre. Era volver a hacer un tema que ha hecho muchas veces en directo. Llamar a Lichis para que hiciera “Todo lo hago Fatal”, era algo similar por lo que venía todo a huevo. Quizás lo que más costó fue meter los trombones de Huevos Canos porque hace mucho que no tocaban esas canciones. Tuvimos que quedar un poquito en el local para ponernos al día. Y luego lo que llevó más de laboriosidad es que el concierto se divide en la parte eléctrica y acústica, donde llamo a determinados colegas a los que era yo el que hacía el homenaje realmente. Con Rubén Pozo nos sentamos, el a la guitarra, armónica y voz, y nos cascamos “Iure” para más tarde hacer “Pirata” de Pereza, una canción que me encanta, que tocaba revisarla y prepararla, aunque ya la habíamos cantado en alguna ocasión. Con Kutxi hice “No me Beses en la Boca”, la metió en su disco solitario, es curioso porque cuando la escribió me dijo que la grabara con él. Finalmente no coincidieron las agendas y teníamos la espina clavada para hacerla en directo. Me la aprendí, la agarré y lo hicimos. Con Lichis hice una gira en su momento donde hacíamos versiones de Tom Waits, de Atahualpa Yupanqui, que es la que ha entrado. Fue recordar cuando nos fuimos a una gira de varios bolos juntos. Eran temas que ya habíamos hecho y tocaba refrescarlos. Ir a sus casas, que subieran a verme, bajar a sus casas, quedar en el local y darle cuatro vueltas, no había grandes misterios. Lo que hacemos no es la novena de Beethoven, son canciones populares de rock. Había que aprenderlas o llevar la chuleta o tirar para adelante sin más. 

“Ha habido una evolución en los veintitantos años del personaje, antes gritaba y ahora intenta modular, pero sin alejarse demasiado de sus parámetros porque no se le pueden pedir peras al olmo” 

Abrís fuego con “In Excelsis Deo” de Patti Smith, una forma brutal de comenzar y luego a lo largo del minutaje, eres capaz de demostrar toda tu presencia escénica, punk y ácrata. 

Kike: Sí, es algo que venimos haciendo porque es la manera de entrar al concierto que tenemos, la carta de presentación. El concierto empieza con esa cadencia del corte de Patti que a la voz de Esther le sienta de la leche. Era evidente que la íbamos a meter. Además, lo que dice la letra nos va mucho. Esa va sí o sí. En cuanto a la poética y la presentación del personaje es lo que sé hacer, no tengo versatilidad para hacerlo de otro modo. No me sobran actitudes, sé hacer lo que sé hacer. Ha habido una evolución en los veintitantos años del personaje, antes gritaba y ahora intenta modular, pero sin alejarse demasiado de sus parámetros porque no se le pueden pedir peras al olmo. Hay visceralidad porque es lo que siento, o cómo siento que he de hacer las cosas cuando subo al escenario. No me lo pienso demasiado, Javi. La cosa sale como sale. 

Observando el cancionero, uno se da cuenta de que muchas de tus composiciones tienen un aura mítica: “Vuela Sirena”, “Los Meses de Erre”, “Planeta Mentira”, “Trampas, Caídas y Fantasmas” o “La Chari” a la que siempre sacas a vender su material. 

Kike: Pues sí, la verdad. Y eso que el disco recoge la mitad, el concierto duró el doble. Se han quedado la mitad de canciones fuera. A la hora de editar y demás, decidí sintetizarlo bastante. Tenía en la cabeza mi disco favorito en directo de rock and roll que es el “Rock and Roll Animal” de Lou Reed. Se trata de un disco sencillo, por lo que tenía claro que mi disco debería ser sencillo pese que daba para doble. Preferí quedarme con las más esenciales no sé si llamarlas míticas. Son las que más puede reconocer la gente a que le gusto. Son canciones emblemáticas en mi repertorio e historia. Tenían que estar las que son, quizás me he dejado alguna que podía entrar, pero de las incluidas no se podía quitar ninguna. 

El instante en que entra nuestro amigo Turrón a cantar es pura magia. 

Kike: El momento de “Trampas, Caídas y Fantasmas” fue todo un subidón cuando se subió el Turrón a cantar en el directo. El equipo Kikes siempre funciona. Nos la hicimos y si hubiéramos querido podríamos habernos callado, la gente se la sabe entera y se la hubieran hecho ellos. Cuando Kike y yo hicimos King Putreak, ninguno pensamos que iba a llegar a ser un nombre que se ha quedado en nuestro mundo pequeño. Nos hemos movido en el underground siempre. La marca Kikes, Kike Babas y Kike Turrón, generamos una química entre nosotros que se transmite. Traerle al escenario era imprescindible. En el directo tenía que estar sí o sí y hacer ese tema. La gente creo que lo agradece. Haciendo las reescuchas había momentos en que se me ponía la piel de gallina y uno de los momentos en que ocurría era cuando escuchaba esta canción cantando con Turrón. 

Otra curiosidad es “El Fino”, vuestra adaptación de “La Fina” de Leño. 

Kike: Sí, Esther tiene su espacio dentro de La Desbandada, es una cantante en el grupo no es la persona que hace los coros. De hecho, realmente es la única persona que canta en el grupo (Risas). Siempre buscamos dejar un espacio para que la gente pueda disfrutar de su voz. El Blues está muy metido en los genes de la Desbandada, que lo controla de todas las maneras, hace tiempo buscamos un blues para tocarlo y que la desbandada lo sintiera como bueno y de raíz, que tuviera una poética que nos llegara y pegase con nosotros. Al final miras el repertorio del rock estatal y te das de bruces con “La Fina”. No hay otro blues. Permite cantar a Esther y darle la vuelta a la letra con “El Fino”, así le damos la vuelta al sentimiento, hablando de que “El Fino”, no es fino ni ná (Risas). 

Escuchando “Planeta Mentira”, me ha invadido un doble sentimiento. Vista desde hoy es una reflexión sobre el mundo, pero puesta su letra en la tesitura de aquella noche con los The Vientre, Turrón, Huevos Canos, Kutxi, Capitán Cobarde, Lichis y Rubén, además de vosotros. Qué quieres que te diga, no me creo mucho que en esa fiesta siguieras el consejo de “Ya no me pone ponerme tanto”. No me lo creo, la noche debió ser colosal, no me mientas… 

Kike: (Risas) Para qué te voy a mentir. Fue colosal. No recuerdo dónde la acabé ni cómo. Sé que continuamos, continuamos y continuamos mucho rato más. El cachondeo lo empezamos desde la prueba de sonido. Tuve la enorme suerte de que tenía dos horas y media de concierto por delante. Despedí de los muchachos, les dejé en los camerinos y cuando salí me olvidé. Ahí dentro siguieron dándose la buena zurra. Hay una anécdota graciosa que me ocurrió mezclando el disco y los vídeos, recuerdo que con Capitán Cobarde hice la propia canción, “Capitán Cobarde”, en acústico, donde me ocupé del recitado y él toca. Fue al principio del set. Llegamos, hicimos la prueba de sonido y él salió recién llegado, ligerito y fresco. Luego entró para hacer “La Chari”, donde había pasado una hora y pico más, el concierto había entrado en la parte eléctrica ya. Cuando salió de nuevo El Capitán ya era otro capitán, el barco se movía. Cuidado, que lo hizo de puta madre, Alberto no falla ni una aunque esté subido en la punta del mástil. Total, que al revisar todo el material hablo con la mánager y le digo que les iba a mandar la canción para que la vieran. Me dice Alberto que él no tocó “La Chari”, que se acordaba perfectamente, que la había bailado en primera fila y que la había cantado Kutxi y que le encantó. Le dije: “Pero será gañan, cómo ibas”. No se acordaba. Me dice: “No me jodas que hice “La Chari””. Se la mandé para que se viera cantándola porque no se acordaba. solo se acordaba de la primera canción que fue hasta donde le llegó la memoria. Íbamos todos con una alegría buena. 

Me encanta el repertorio, pero te voy a confesar que escuchando el directo, me hubieras matado del todo incluyendo “La Gira” de King Putreak.

Kike: “La Gira” es de Kike Turrón, la hacía él en directo y en el disco. Es un tema que no hemos tocado nunca con La Desbandada. Es un tema que hacíamos en King Putreak, donde hacia los coros las veces que los hacía. Es un temón, es buenísimo. No es del repertorio ni de los míos, pero es un tema que admiro muchísimo, de los grandes de Kike Turrón, pero no me tocaba hacerlo a mí. El día que hagan un directo, estaré aplaudiendo en primera fila y cuando toquen “La Gira”, lo haré más fuerte. 

“Próximamente editaré un diario sobre la cuarentena y un disco de versiones que se llamará, “Todos Están Muertos”, con versiones de Leonard Cohen, Enrique Urquijo y El Bicho” 

Ahora que nos han negado el futuro una vez más. ¿Qué planes manejas a corto plazo?

Kike: Vamos a ver, de momento no hay gira de presentación porque se han suspendido todos los bolos. Si te digo la verdad, andábamos liados con los temas del disco nuevo. Hay que ver cómo retomamos todo. Los temas nuevos molan mucho, son cojonudos y el camino es rematar eso. Y luego, quizás, lo saque ya a nivel creativo porque el encierro me ha permitido tener el tiempo al que no te puedes negar. Ahora lo tenía. He estado haciendo una especia de diario sobre lo que ha sido la locura del confinamiento. Ahora que se acaba y me pongo a leerlo, porque cuando escribo lo hago con visceralidad, para templar en la vida necesito escribir, creo que hay un formato, quizás un libro. Se va a llamar “Aplausos y Caceroladas. Diario de un confinamiento Ibérico”, un diario hecho a mi manera de todo lo que ha supuesto esto. Después con Trespi, mi compañero de The Vientre, la persona con que más he compuesto en mi vida, por matar el rato y no aburrirnos hemos empezado a hacer versiones de cocina, las “corona-covers”. Hemos hecho dos de Leonard Cohen, otras dos de Enrique Urquijo y luego he hecho una de El Bicho. Empezó como un divertimento peto luego vimos que tenía forma medio bonita, así que hemos liado a Sergio el productor, que dice que puede tener una vuelta. Quizás saque a la vez que el libro y un disco de versiones que se va a llamar “Están Todos Muertos”, porque desgraciadamente todos ellos están muertos. Estamos en ello. Ahora mismo andaba rematando las mezclas porque todo ha sido grabado desde el encierro. Creo que tengo la necesidad de sacarlo. Es una forma de decir que esto ha pasado y que hay que sacarlo fuera. Probablemente ambas cosas verán la luz en formato digital, para descargar y escuchar en Spotify.

“Este año verá la luz la biografía oral sobre la historia de Los Rodríguez” 

Me han chivado por ahí que ya está casi terminada la biografía que habéis escrito los Kikes sobre Los Rodríguez. ¿Estamos en lo cierto? 

Kike: Tenemos escrita la biografía oral de Los Rodríguez, estamos en el proceso de edición. La idea era sacarla en este mes de Septiembre, pero con el parón este de pronto el proyecto se aparcó. La biografía está de puta madre. Contamos con la participación de Andrés Calamaro, Ariel Rot y Germán Vilella. Es un concepto parecido a lo que hicimos con la de Leño, una biografía oral al estilo con cien personas participado, contando la vida de Los Rodríguez que es un grupo con una biografía suculenta y con canciones brutales. Son Los Rodríguez qué más decir. Está en proceso de maquetación, está quedando precioso y con unas fotos brutales. Un libro que seguirá la línea de lo que hemos hecho recientemente con Manu Chao y Leño, un librazo. La idea es hacer algo similar, bien presentado y bien hecho. El material está, la bio la tenemos. Otra cosa es que los tiempos nos digan qué hacer con ello. La idea es sacarla este año. Quizás tengamos otra cosa más, pero no te la voy a contar de momento, aunque te adelanto que probablemente estemos hablando en otra entrevista antes del mes de Diciembre para hablar de más cositas. 

Me estás retorciendo el colmillo. Te va a tocar aprenderte mi dirección de memoria, con tanto envío que vas a tener que hacerme. Por cierto, Kike, tienes un recopilatorio que se llama “De Calle y Beso”. Y hasta hace nada ni calle, ni mucho menos beso. 

Kike: Ah, dicen que ahora ni calle ni beso. Veremos en qué se traduce todo. A mí el concepto de la nueva normalidad, hace que se me pongan los bellos de punta. Vengo de otra normalidad. Esto me parece un nuevo eufemismo para ocultar algo que no me va a gustar demasiado. Son los tiempos y no hay remedio, la salud pública lo exige. Acataremos, pero no le veo la sonrisa por ningún lado. No me seduce nada. Lo veo una cosa triste a la que tocará acostumbrarse. 

“No quiero quitar de mi cara ni la sonrisa, ni la creatividad ni el amor ni las ganas de hacer cosas” 

Ya imagino que un tipo de espíritu libertario y punk casa mal con todo esto. 

Kike: Efectivamente. Hace poco descubrí la palabra distopia, no la había escuchado nunca y ahora lo hago continuamente. Hace referencia a un futuro apocalíptico que podría llegar y que estaba en la imaginación de algunos clarividentes, y ahora es la realidad en la que estamos. A veces parece que estamos viviendo una novela de Saramago un “Ensayo sobre la Ceguera” o similar. A mí esto me genera incertidumbre y me asusta literalmente. Veremos a ver qué pasa. No quiero quitar de mi cara ni la sonrisa, ni la creatividad ni el amor ni las ganas de hacer cosas. Los tiempos corren complicados para todas esas cosas. 

Desde la cultura, el rock y el underground, trataremos de emerger para respirar libres. 

Kike: A ver, a ver. Así sea Javi. 

Un abrazo grande, Kike, un placer como siempre y mil gracias. 

Kike: Gracia a ti, Javi. Un abrazote y un beso.