Madrid, Sala El Sol, 13 de Octubre de 2021.
Por: Javier González
Fotos: Iván González
Emociones de sabor añejo se agolpaban ayer Miércoles en la madrileña sala “El Sol”, para muchos de los allí congregados era el retorno más esperado, el instante de volver a una sala mítica del foro en una noche de concierto grande, aunque en esta ocasión la actuación tuviera lugar en el marco de un pase privado para medios que tuvimos la oportunidad de escuchar en vivo las canciones de “The River and the Stone”, el esperadísimo nuevo trabajo de Morgan.
Había ganas de escuchar las nuevas canciones de la banda en directo, una de las más potentes en cuanto a repercusión del panorama actual, y descubrir de paso en qué se había traducido el silencio musical de estos meses y si esa anunciada experimentación con los ambientes, conceptos y sonidos era real.
Sobre las nueve de la noche comenzamos a salir de dudas, justo en el instante en que los músicos aparecieron en escena para abordar las diez composiciones de “The River and the Stone”, aparentemente relajados en sus gestos, salvo en el caso de Nina, quien a pesar de aguantar el tipo de manera fenomenal durante los tres cuartos de hora de actuación, confesó sufrir de afonía, culpando de ellos a los nervios propios de un reencuentro sobre el que comentó que “se le agolpaban demasiados recuerdos en la cabeza”.
En lo puramente musical cabe destacar lo compacto de su sonido, interiorizando y mostrando una vez más en una puesta en escena lo que es un banda, un conjunto de personas con el objetivo común de hacer que las canciones crezcan y en Morgan los roles están claros; Ekain es el metrónomo, Paco ataca en el momento justo para mostrar su templanza, garra y talento en la guitarra, David mueve el sentido de las ambientaciones como un péndulo y Nina, la frágil Nina de voz entrecortada sin música de fondo, se convierte en la gran voz y el alma intensa de unas composiciones asentadas en su celebrados medios tiempos; aceleradas en tempo en esta ocasión en par de temas nada más y que escuchadas tan solo en una primera toma de contacto apostamos a que volverán a ser del agrado de su fiel público.
A las ya conocidas “Alone” y “River”, donde la profundidad de su “rock calmado” -permítasenos la licencia- vuelve a ser patente, las han complementadas con otros temas que ya estamos deseando volver a escuchar como “On and On”, “Paranoid Fall”, impresionante en su crecimiento y llamada a ser un nuevo himno y que como curiosidad diremos que fue la primera de toda la velada en la que Nina ha confesado su nombre en voz alta, imaginamos que por el calor y el asombro con que ha sido recibida, y “Un Recuerdo y su Rey”, que invitan a pensar que este será otro trabajo para tararear de principio a fin, del modo habitual: muy a oscuras, dejando las emociones brotar y sintiendo.
A modo de regalo Morgan cerraron la velada con “Another Road” para regocijo y alegría de unos asistentes que aprovecharon para mover las caderas antes de brindar una sincera y calurosa ovación a una banda que se despedía entre sonrisas, abrazos de felicidad entre ellos, mostrando su alegría, plenitud y unidad a pocos días de que “The River and the Stone” los vuelva a lanzar a una carretera tan ansiada como merecida para un cuarteto que decidieron elegir un camino distinto al del resto con el que han logrado alcanzar un merecido éxito al que estamos seguros le van a escribir otro nuevo capítulo con este "The River and the Stone".