Entrevista: Mad Robot


"El indie en España no es más que los 40 Principales de antaño"

Por: Kepa Arbizu

La colección de pastillas que aparecen en la portada del nuevo disco, "Doomed", de la banda valenciana Mad Robot, en definitiva el proyecto personal de Mike Grau, es una pista más que significativa del contenido que se esconde en él. Evidentemente no estamos ante una, amplia, colección de temas precisamente optimistas, más bien suponen su antítesis. Cargadas de electricidad y rabia, cada pieza se comporta como una mirada enervada contra el entorno.

Fiel al compromiso de la banda por defender el honor del indie-rock primigenio, aquel que sembraron desde Sonic Youth a Dinosaur Jr. pasando por los Pixies, su nuevo trabajo atruena, en forma y fondo, contra la oscura realidad.  Hablamos con el factótum de este artefacto que a base de distorsión y un verbo erizado ha puesto patas arriba los inicios de este 2022.

Tú mismo has declarado que este nuevo disco de Mad Robot surge tras una época especialmente convulsa y complicada en tu vida, donde a problemas personales se suma la llegada de la pandemia y una enfermedad, ¿en qué momento ves, o decides, que necesitas trasladar todo eso que has pasado a canciones? 

Mike Grau: Mis problemas personales me llevaron al límite, a un sitio muy oscuro que no le deseo a nadie, perdí la ilusión por todo y me mantuve durante un tiempo pendiendo de un peligroso hilo. Afortunadamente, poco a poco, asumí mi situación y me fui estabilizando. Me dejé llevar por las cosas, conocí a mi actual pareja, y fue entonces cuando llegó la pandemia y el aislamiento. Me encontraba sin trabajo, así que pasé el encierro con ella en Gandía, las cosas fueron muy bien con lo que me quedé a vivir allí y dejé mi casa.

Fue entonces cuando empecé a componer este disco, sólo tenía una guitarra acústica y grababa con el móvil trozos. Me interesó mucho el último trabajo de Stephen Malkmus “Traditional Techniques”, estudié esas afinaciones y todo lo que salió era en un formato muy folk. Hice muchas grabaciones que quedaron ahí aparcadas hasta que en verano del 2021 tuve un problema de salud que me mantuvo como cuatro meses con terribles dolores, no podía dormir del dolor y viví esos meses atiborrado de pastillas y con morfina a diario. Fue ahí donde encontré el tiempo para encauzar esos temas y grabarlos en mi home studio. 

Creo que a pesar de ser un disco doble con 17 canciones contabas con muchas más compuestos, ¿qué variables influyeron para dejar fuera a otros tantos temas? ¿Era una cuestión de estilo? ¿De buscar una cierta unidad?

Mike Grau: Decidí trabajar sobre unos 32 temas y dejé de componer para centrarme en ellos. Eran muchas canciones así que hice una criba que los dejó en 24. Soy bastante crítico y duro conmigo mismo, ahí había muchos trozos que no tenían la calidad de otros y por ello los rechacé, luego, al desarrollarlos, darles estructura y voces, terminamos desechando más hasta quedarnos con los 17 del disco. No podía hacer un trabajo solo con 12 temas porque realmente me gustaban mucho todos, pero sí tuve que quitar unos cuantos para que tuviese una duración adecuada. 

Todo aquello que era muy acústico se volvió rabia y decidí hacerlo completamente eléctrico. Quise huir de esas producciones perfectas de hoy en día y busqué sonidos muchos más crudos y chirriantes para las guitarras, arreglos y demás. A nivel producción, y dentro de mis limitadísimas opciones, la idea era hacer una especie de “Slanted And Enchanted” grabado por Steve Albini, me refiero a la producción, luego mis canciones salen como salen. 

En estos tiempos de inmediatez y de lo efímero, un disco doble con un concepto tan rotundo como éste no parece un ejercicio que vaya a facilitar el acceso del público a él, ¿cómo llevas y valoras esa relación entre músico y oyente ? 

Mike Grau: Todo ese rollo de hoy en día con el consumo rápido de la cultura me da mucho asco, no voy a dejar de hacer un disco porque ahora se lleven los singles para estar siempre ahí en redes sociales y demás. Tenía un buen montón de canciones, para mí, las mejores que he hecho nunca y quiero mostrárselas a la gente. Ya  sé que un músico DIY sin medios, ni mánager, promotora etc lo tiene crudo para hacerse oír, pero es lo que hay, nosotros no hacemos música en esos términos. Claro que nos gustaría dedicarnos a esto y que le llegase a mucha gente, pero eso no va a suceder, y mucho menos en España. Nuestra relación es con otro tipo de oyente, gente que aún tiene curiosidad por descubrir, gente que aún siente pasión por esto de hacer canciones, nuestro rollo no son los algoritmos y las listas de reproducción. 

En esta ocasión el formato de banda se ha reducido casi a su máxima expresión, donde salvo Borja Boscá al bajo, te encargas tú de todo, ¿fue una decisión basada en la necesidad o buscabas de alguna manera que este trabajo fuera una representación más personal que nunca? 

Mike Grau: Mad Robot siempre ha sido mi proyecto en solitario. Por aquí han pasado algunos músicos que han compartido esto conmigo, pero realmente el que siempre ha tirado de mí es Borja Boscà, él siempre ha sido mi compañero a la hora de tramar y mover esto. Afortunadamente hoy en día podemos trabajar en la distancia, él vive en Islas Reunión y yo en Gandía, así nos lo hemos guisado.

Evidentemente aquí ya no hay chica en la voz y asumo yo todo ese trabajo. Por fin puedo mostrar las cosas como suenan en mi cabeza y no tener que estar peleando para que otra persona lo haga de manera parecida, y más cuando la gente demuestra abiertamente no tener ganas de trabajar e implicarse en hacer algo lo mejor que se pueda. Es muy importante el compromiso y querer hacer las cosas bien dentro de nuestras muchas limitaciones. No puedo estar más contento con el resultado. 

Fiel al estilo que la banda ha desarrollado estos años, este disco suena esencialmente eléctrico y crudo, ¿es la respuesta lógica al tipo de textos y actitud que el disco contiene o no está necesariamente ligado a esos motivos? 

Mike Grau: Tenía mucha rabia y ganas de hacer música otra vez, supongo que las drogas también me afectaron a la hora de grabarlo y producirlo. Lo quería simple, con los arreglos justos que necesitase cada canción, un Proco Rat y un par de Fuzz para guitarras y bajo, una batería enorme y tan sólo alguna guitarra acústica y algo de percusión. Quité casí todas las reverbs en las guitarras y trabajé mucho las voces, no quise utilizar afinadores vocales, así que hice muchas tomas hasta que conseguí que me gustase el resultado; para las guitarras sí que hay mucha inmediatez y primeras tomas.

A pesar de las letras oscuras en su mayoría de ocasiones, mi estado optimista en ese momento supongo que le dio luz a todo ese montón de ideas y brillo a las melodías vocales. Creo que al final suena bastante alegre, vital y optimista aunque hable de muchas mierdas de la vida. 

Frente a esas tendencias en el rock que priorizan mezclar sonidos/influencias y buscar una cierta “originalidad”, incluso a costa de diluir su personalidad y no cuidar su interpretación, Mad Robot no tiene ningún problema en mostrar claramente sus referentes y remitirse a una escena concreta como fue ese indie rock noventero primigenio.. 

Mike Grau: Es que siempre he hecho lo mismo, nunca hemos pretendido inventar la rueda. Crecí escuchando todo el rock alternativo de finales de los 80 y los 90, mucho punk y hardcore, es como una adoración extrema por los sonidos distorsionados de guitarra y por la melodía, siempre he intentado hacer grandes riffs, bases rítmicas contundentes e imbatibles estribillos, esa es mi fórmula.

Veo a otros músicos de mi edad y formación similar haciendo hace años ese folk edulcorado y con producción moderna, rollo pureta, y a mí eso aún no me ha llegado. Veo a los críticos entregados a ese tipo de producciones, renegando de la música de los 90 y tachándote de noventero despectivamente, me echo a reír. Se han hecho mayores, ya no les interesan las canciones directas, no les interesa lo que hace la juventud, sólo disfrutan de lo que hacen puretas barbudos de 60 años. Yo sigo mi camino, a mi manera, pese a quien le pese. 

La palabra indie hoy en día, y más en España, ha tomado unas connotaciones muy alejadas del significado original, para un amante de esos sonidos originarios como eres tú, ¿de qué forma vives la sustracción de la esencia, en forma y fondo, de dicho término? 

Mike Grau: El indie en España no es más que los 40 Principales de antaño, es así, te jode que utilicen ese término, pero ya estás muy acostumbrado a como funcionan las cosas y nada te sorprende. La música independiente de verdad sigue muy viva en este país, hay miles de bandas autoproduciendo sus trabajos, moviéndolos por otros canales y tocando en otros circuitos; montones de sellos haciendo pequeñas tiradas de discos, podcasts de radio, y blogs dedicados a todo este tipo de historias. 

Vivimos en un país donde se ha sepultado lo que pasó aquí en los 90, sólo interesa hablar de la movida madrileña, y los grandes medios viven sumidos en la promoción pagada de todas esas bandas movidas por grandes promotoras y sellos, los demás no interesan, otras músicas o caras nuevas no interesan porque habría que repartir la ruina de la industria musical española entre más gente. 

De hecho varias de tus canciones cargan con dureza contra el mundo de la música en casi todos sus estamentos, y creo que en todas ellas subyace en el fondo la añoranza porque lo importante sea el propio arte, las emociones que deben contener las canciones, y no tanto toda la parafernalia y envoltorio que los rodea y que cada vez toma más presencia y trascendencia... 

Mike Grau: Claro, no interesa ya si alguien tiene talento. Hasta los pequeños sellos no admiten maquetas, ya lo tienen todo hecho con sus amigos. Las bandas se forman ya con esa meta de alcanzar los festivales, de obtener miles de clicks en sus publicaciones. Antes se hacen las fotos que se ponen a hacer canciones; todos suenan igual, todos se hacen las mismas fotos y todos aspiran a lo mismo, pagan a promotoras para intentar meter la cabeza en los medios, festivales etc. y se olvidan de lo más importante, que es la canción. 

Hay montones de bandas de las que nadie recordará ni una canción, va todo muy rápido, puro consumismo, pero poca gente llega a apreciar lo que es la música en realidad. La música hay que degustarla con tranquilidad, disfrutar de ella, cantar sobre ella y tiene que transmitir cosas, por eso te digo que esa gente que escucha 20 segundos de un tema y pasa a otro, (la mayoría), no son nuestro público. Nosotros somos de esos que cuando van a un concierto sabemos quién toca, ellos no. 

También hay varios momentos en los que reflexionas sobre la inspiración, ¿ha sido una época especialmente difícil para encontrar las palabras y sonidos que dieran forma a lo vivido o es una reflexión más atemporal y genérica? 

Mike Grau: Es un poco difícil encontrar cosas que contar. Hoy en día tendemos a hablar de lo que nos está pasando con la pandemia, pero creo que en la música cabe también la denuncia o la crítica, en “Doomed” hay mucho de eso, pero también hay amor y vivencias personales resueltas positivamente. Aunque crea que vivimos una época horrible para muchas cosas y que no iremos a mejor, también creo que si tú estás bien le pueden ir pegando fuego al mundo. 

Abres el disco con un tema tan categórico como “No future”, en la que como cantaban The Godfathers en “Birth, School, Work and Death”, señalas esa fatídica dinámica de casa-trabajo como castradora de todo tipo de libertad... 

Mike Grau: Es lo que hay, observábamos el mundo desde un ventanal enorme, fuera no había nadie, no había coches, daba miedo hasta ir a comprar. La vida se resumía en ir al trabajo y volver a casa, y así estamos, pequeños periodos en los que podemos salir y otros en los que se reduce todo a eso por las restricciones. El trabajo está muy jodido, muy precarizado e intermitente, es difícil tener algo de dinero para editar cosas, grabar y demás, gracias al pequeño estudio que tengo en casa puedo hacer cosas, si tuviese que pagar estudios para grabar no podría hacer música.

En dos años no hemos hecho un concierto y he visto sólo un par de bandas locales. Es muy duro como músico no poder tocar en directo, y como público ver conciertos sentado con mascarilla o sin poder tomarte una puta cerveza, ojalá algún día cambie todo esto, pero hay que seguir haciendo música. 

En “Pain” eres especialmente explícito respecto a los dolores que pasaste, y te refrieres a que uno de los elementos, además del tiempo, que de alguna manera te ayudaron a sobrellevar el trago fueron las canciones, ¿ha sido un disco sanador éste pese a su durísimo contenido? 

Mike Grau: Sobre todo mi familia, mi pareja y los dos gatos, ellos me han ayudado a superar todo esto, pero la música sin duda ayuda a sanar cualquier mal. Paso épocas sin tener trabajo y todo esto me ocupa la mente, ha sido muy satisfactorio ver cómo ha quedado todo este montón de ideas en forma de canciones. 

Uno de esos momentos que parecen mirar con algo de optimismo al futuro es ”Love song”, que además opta por un medio tiempo, ¿pretendía ser una especie de oasis entre tanta "ruidosa" desesperación? 

Mike Grau: Es una canción de amor, "Love Song" y "Stephen And David" quizás son los medio tiempos del disco, las dos son canciones de amor, una alegre y la otra triste, pues hablo de David Berman, de esos perdedores que a veces acaban mal y que tanto admiro. “Love Song” es empezar de nuevo, en otra ciudad y como dice, ser coronado por su reina. 

¿Qué futuro respecto a la publicación en físico y su representación en directo manejas con el disco? 

Mike Grau: Bueno, de momento sólo hay idea de su edición en digital. Llevamos dos años sin tocar conciertos y hasta dejamos el local de ensayo, porque no tenía sentido estando cada uno en una punta del mundo. Una banda tan pequeña como esta sólo edita físico para poder sacar algo de dinero en conciertos y poder pagar las próximas ediciones, y los gastos de hacer un disco, al no haber conciertos, carece de sentido editar en físico para nosotros, pero nunca puedes decir que no vaya a suceder en un futuro.

En cuanto a los conciertos estamos mirando de presentarlo en directo en los próximos meses, pero es difícil porque no hay muchas opciones en salas medianas, ya copadas por bandas conocidas que al no tener festivales recurren a ellas, y ante la imposibilidad de hacer pequeños pubs por las restricciones del Covid, es difícil, pero a día de hoy te puedo contar que tendremos la suerte de hacer alguno próximamente.