Eladio y Los Seres Queridos: “La honestidad en la música nos lleva a una justicia poética”


Por: Javier Capapé.

Nuestra historia está llena de fechas y efemérides en las que detenernos. Bien para homenajear a los protagonistas de las mismas o para hacer recuento y disfrutar de los recuerdos que portan. Eladio y los Seres Queridos habían pasado algo desapercibidos en estos últimos años, pero han regresado para conmemorar sus veinte años de carrera, con un nuevo disco a modo de recuento de aquellas canciones que han sido decisivas en su trayectoria. Pero no hablamos de un recopilatorio al uso, sino de uno cuyas canciones han sido completamente regrabadas en directo y presentadas con un nuevo sonido que les da mayor empaque que en sus versiones primigenias. “B.S.O. 2005-2025” es, como su propio nombre indica, la banda sonora de una vida, la de un honesto grupo del norte que ha sabido hacerse un hueco en los paladares exquisitos de un público ávido de buenas canciones de factura pop-rock sin costuras. 

Una banda sonora que además es original, porque nos presenta a Eladio Santos, junto a sus escuderos, dando una nueva vida a estas canciones que gozaban de un sitio muy especial en el recorrido vital de muchos de sus seguidores. Eladio y los Seres Queridos hacen así justicia con un cancionero intachable, aportándole nuevos colores junto a unas exquisitas colaboraciones que lo engrandecen todavía más.

Para buscar los motivos de esta regrabación en forma de celebración que acaba de ver la luz como disco, nos pusimos en contacto con Eladio Santos. Desde el otro lado de la línea telefónica se mostró cercano y se entregó sin prisas a nuestras preguntas, lanzadas como una nueva manera de descubrir los motivos que le llevaron a componer estas canciones o a darles esta nueva pátina sonora debido a su regrabación, encontrando por el camino las razones para rescatarlas ahora y darles el sitio que merecen en este recopilatorio, que es a la vez un fantástico testimonio sonoro y visual de la banda sonora de nuestra propia película. 

Han pasado cinco años desde que publicasteis “Academia”, vuestro último disco. ¿Qué ha sido de Eladio y los Seres Queridos en todo este tiempo? 

Eladio Santos: Estos años estuvimos en un perfil un poco bajo porque justo “Academia” salió en plena pandemia. A partir de ahí estuvimos haciendo algunos bolos, no muchos. Algunos solos “Uka” y yo. También saqué un disco en solitario el año pasado, pero es cierto que el grupo bajó su actividad hasta ahora. En verano solíamos tocar, pero en un radio de acción pequeño. Fuimos a Moby Dick y al Sol, en Madrid, pero es cierto que fuera de Galicia muy poco. Teníamos la sensación de que habíamos sacado bastantes discos y llegamos a pensar que no éramos capaces de sumar el repertorio de otro más al grupo. No teníamos tampoco la necesidad de plantearnos un nuevo disco y girarlo. De hecho, tuvimos la idea de hacer algo como esto, una especie de recopilatorio, algo que resumiera nuestra carrera, aunque también nos llegamos incluso a plantear si seguir como banda o no. Pero nos llevamos bien y no teníamos por qué poner el punto y final. 

Imagino que por eso mismo la vuelta la retomáis con más ganas. 

Eladio Santos: Sí, con muchas ganas. También en estos años nos dio tiempo a pulir algunas cosas en las que no nos habíamos detenido nunca. Creo que en la pandemia aprendí a tocar la guitarra, por ejemplo (risas). El formato que hacía junto a “Uka”, el bajista, con un sampler, nos dio confianza para poder hacer conciertos casi de cualquier manera. Tampoco es que fueran años malos, aunque nada comparado con lo que hacíamos en 2013 o 2014, que íbamos todo el verano y los fines de semana a tocar y chupamos muchísima furgoneta. Era todo muy diferente. A partir de 2017 empezamos a salir menos y tocar más por Galicia. Hicimos “Cantares”, un disco de canción tradicional gallega, y nos ancló un poco aquí. Estuvimos muy a gusto por casa, la verdad. A la par, todos empezamos a tener más hijos y asuntos familiares, por lo que plantearse una gira era más difícil. Teníamos que hacerlo con ciertas garantías y no ir tanto a la aventura como antes. 

Volvéis ahora con un recopilatorio que conmemora vuestro veinte aniversario, pero grabado para la ocasión con nuevas versiones. ¿Cómo surgió la idea de hacerlo así? 

Eladio Santos: Siempre estuvo ahí la idea. “Uka” me contó que él lo había pensado ya cuando hicimos quince años. Hace mucho tiempo que algunas personas nos decían que teníamos que hacer un directo con invitados porque había muchas canciones en los discos que se quedaron un poco en el olvido y que se podían revisitar y hacer cosas muy buenas con ellas. Así que la idea estaba ahí. Desde 2020 había pensado incluso hacer un álbum de rarezas, versiones y descartes. Después pensé en un disco en directo y llegó la oportunidad de aprovecharnos un poco de las grandes figuras que conocemos que estaban dispuestas a colaborar con el proyecto, así que explotamos esa idea y funcionó alrededor de Vega y de Amaral, que sabíamos que iban a estar sí o sí. Cuadramos el calendario para cuando pudieran las dos y sumamos a Pucho, al que también queríamos y pudo estar. Hubo algún otro que no pudo, pero teníamos una base de la que partir, y así, en las pasadas navidades, se materializó todo. 

Precisamente te iba a preguntar dónde se produjo esta grabación, con qué equipo contasteis y cómo la llevasteis a cabo. 

Eladio Santos: Desde hace tres o cuatro discos tenemos una premisa que es que del sonido me tengo que encargar yo mismo. La producción y dirección musical la hacemos nosotros porque nos da mejores resultados. Para grabar empezamos a barajar varios sitios. Pensábamos en hacerlo en algún sitio grande en Madrid o Vigo, pero finalmente se nos ocurrió hacerlo en el estudio Casa de Tolos. Su ingeniero de sonido, Segundo Grandío, que fue bajista de Siniestro Total, está especializado en grabaciones de audiovisuales y en este tipo de conciertos. La idea era que la grabación fuera como un concierto en directo registrado también en vídeo. El estudio era cómodo, súper acogedor, nos quedaba a todos muy cerca de casa y podíamos reservar tandas de días más cortas por la cercanía. Es como una cabaña en la montaña, el típico y bucólico ambiente gallego. Además, grabamos en Navidad, veíamos llover tras las ventanas y era como nuestro hogar. El ambiente funcionó y hubo magia desde el primer momento. A todo el mundo le gustó la ubicación. 

Entonces lo grabasteis en varias tandas. En directo, pero en varios momentos. 

Eladio Santos: En realidad hubo una más larga, de tres días, más otro día suelto para grabar a Depedro, porque no lo teníamos en los planes y alguien nos lo sugirió y encajó a la perfección. Con él hicimos su parte unos días antes de lo que fue la grabación principal. Y con Vega unos días después, pero casi todo se grabó en esos tres días centrales que te digo. Teníamos un método, que era grabar como tres tomas de cada canción, por eso tenían que estar muy bien preparadas y con los arreglos muy claros, aunque eran canciones que las habíamos tocado siempre y formaban parte de nuestro repertorio habitual. Hicimos una pequeña preproducción en casa, con una batería electrónica para saber si cambiábamos algo o de qué forma íbamos a tocar las canciones, ya que teníamos algunas bastante abiertas que no sabíamos cómo terminarían porque las podíamos hacer de mil maneras. Y después de esa preproducción la verdad es que todo salió a la primera. 

¿Grabasteis también a la vez en vídeo para que quedasen registrados los videoclips? 

Eladio Santos: Claro, en realidad se grababa una primera toma centrada en la voz y la batería, porque es algo que no se puede repetir después de ninguna manera, y luego teníamos otras tomas para tener algunos recursos más. Hacíamos como cinco canciones al día, aunque hubo alguna a la que le dedicamos más tiempo, como la de Amaral y Fillas de Cassandra, a la que le dedicamos toda una mañana porque sabíamos que era una canción importante, con un vídeo que se iba a ver más, pero vamos, por lo general, hicimos unas tres tomas por canción. En realidad, con lo que había en esas tres tomas teníamos que hacerlo todo. 

“Creo que el grupo después de veinte años ha ganado en empaque y tenemos un sonido propio y original” 

Te iba a preguntar por el sonido, que tiene mucho más empaque que en los discos originales. Es una grabación en directo, pero con mucha potencia y solidez. ¿Cómo habéis conseguido ese sonido definitivo que las caracteriza? 

Eladio Santos: Yo tenía mis dudas porque hay muchos elementos que están microfoneados con micros de condensador, que recogen mucho, y a través del piano, por ejemplo, me entraba bastante batería, pero le di muchas vueltas y cuando me llegaron las pistas estuve metido en casa como tres semanas limpiando y viendo cómo podía mejorar todo. Hay una clave importante que es nuestro batería, que tiene una pegada que hace que el grupo suene muy bien. Con él no hay que tocar nada, va perfectamente. Y también pensamos muy bien las cosas antes. Ideé un método en el que no había amplificadores para que no hubiera mucho volumen dentro. Todo se hacía a través de líneas y si había un amplificador estaba fuera de la sala. Todos íbamos con auriculares para que no hubiera mucho ruido. Si estabas ahí dentro no oías nada más que la batería y un poco el piano y las voces. Todo lo demás estaba dentro de nuestras cabezas. Como teníamos tres tomas de cada canción, podía escoger alguna de las guitarras, o dos de ellas, o utilizar pequeños fragmentos, pero tampoco había muchas alternativas. Cuando hago producciones de otros discos, soy muy de cambiarlo todo en el último momento, pero aquí no podía hacerlo y eso me estresaba un poco. Por eso tuve muchas dudas, aunque en cuanto empezó a sonar, todo el mundo me dijo que sonaba muy bien. Para mí, el sonido tenía algo de auto reivindicación. Aprendí muchísimo de todos nuestros productores y creo que son todos magníficos, pero quería hacerlo yo. Había canciones como “Non quero perderte” que se había grabado muchas veces, pero ninguna que le hiciera justicia todavía. También me encargué yo mismo del sonido por nosotros mismos. No era porque alguien no nos hubiera entendido. Para nada. Creo que el grupo después de veinte años ha ganado en empaque y tenemos un sonido propio y original. 

Eso se ve en el disco. Ese cuerpo sonoro que enlaza con el título del álbum, “B.S.O.” 

Eladio Santos: En realidad buscaba títulos conceptuales, cuando lo que tenía que hacer era buscar un título que explicara lo que era el disco. El primer título que usé fue “Banda Sonora”, sin lo de “Original”, pero estuvo bien añadirle “Original” porque realmente tenemos un sonido propio, solo nuestro, original. Una forma de sonar particular con nuestros ecos y reverberaciones, además de con esas guitarras que son eléctricas, pero con caja, entre lo acústico y lo eléctrico. Quizá ahí resida parte de nuestro particular sonido. Cuando empezó el grupo, al principio de todo, no teníamos batería. Íbamos con una cajita de ritmos y tocábamos en cafés. Luego entró la batería y yo tocaba siempre, durante muchos años, con guitarras acústicas de doce cuerdas. En “Orden Invisible” me pasé a estas guitarras de caja, que puedes meterles distorsión y sonar como una guitarra eléctrica, pero que tienen dinámica. Son más como una guitarra acústica porque puedes jugar con su intensidad. Están entre esos dos mundos. Tengo bastantes de estas guitarras, algunas de los años cincuenta, muy antiguas. Bastante más viejas que yo (risas). 

Ya hemos hecho referencia al título de esta recopilación de canciones: “B.S.O.” ¿Hacéis referencia de esta manera a que vuestra vida es como una película en la que vosotros estáis escribiendo vuestra propia banda sonora? 

Eladio Santos: Cuando escribo las canciones hay cosas automáticas que no sé por qué escribo, pero luego pasa el tiempo y me doy cuenta de que estaba hablando de lo que me estaba pasando. Muchas veces, cuando oigo las canciones las identifico con partes de mi vida. Hay mucho de autobiográfico en mis canciones, claro. Las canciones te ayudan a resolver problemas. Cuando te acuestas y tienes algo que necesitas consultar con la almohada, a veces lo consultas con una canción. Una canción te puede dar las claves de por dónde tirar. 

Me ha encantado escuchar este disco porque están todas vuestras canciones esenciales y he vuelto a ellas, a reescucharlas. Hemos hablado de la importancia de los invitados y quería desgranar un poco estas colaboraciones. Depedro hace suya “Medidas desesperadas”, con un toque algo más caliente y una guitarra sublime en primer plano, y Pucho le da completamente la vuelta “Al Himalaya” con sus fraseos vocales, convirtiéndola casi en un mantra más atinado que en su versión primigenia, que ya de por sí era mágica. Háblanos de la experiencia de grabar con estos dos músicos tremendos. 

Eladio Santos: Depedro, como te he dicho, no estaba en la lista al principio. Alguien nos dijo que venía por aquí y que podíamos encajar la colaboración. Sabía que casi no iba a tener tiempo para preparar la canción, por eso se me ocurrió “Medidas desesperadas”, de nuestro primer disco, que aún seguimos haciendo, y que funciona por señales. No tiene realmente una estructura fija, así que le dije lo que tenía que hacer al principio y que luego íbamos a ir repitiéndolo casi todo el rato, pero en el medio siempre hay intervenciones de guitarra y que podría hacer lo que quisiera. Depedro fue muy importante porque era el primer día y estábamos expectantes en ver si daba resultado el experimento. Con esa voz que tiene, que es como calmante, nos metió a todos en vereda. Le dio tres vueltas a la canción, fue viendo lo que iba a hacer y funcionó muy bien. Es una de las canciones que más me gusta cómo han quedado. Y con Pucho elegimos “Al Himalaya”. Es una canción que solemos hacer de las últimas de nuestros repertorios. La tocábamos mucho cuando íbamos de teloneros de Vetusta Morla, en una gira que hicimos con ellos en 2012 y 2014. Hicimos muchos conciertos juntos y al tocar esta canción la última de nuestro set era cuando ellos estaban al ladito del escenario. Esta canción me queda un poco alta, pero Pucho, como tiene esa voz con tanto rango y posibilidades, con esos “ahhh ahhh” que hace, sabía que iba a aportarle mucho y también funcionó estupendamente. 

Eva Amaral siempre ha confesado que le encanta vuestra música, y es precisamente ella quien abre el disco haciendo una versión de la canción más emblemática que tenéis. 

Eladio Santos: Estaba clarísimo desde el principio. La primera versión que salió de esa canción siempre nos dijo Eva que le encantaba. Nos llamó para que los teloneáramos. Siempre hablaba de esa canción como una súper importante para ella. Dijo que le parecía de las mejores canciones que había en el pop español. Nos echaba muchos piropos y nos daba muchos ánimos, por eso tenía clarísimo que iba a ser para ella. Luego están Fillas de Cassandra también representando toda la nueva ola de música gallega. Como es una canción a la que le dimos muchas vueltas y grabamos muchas veces antes, queríamos que alguien fresco le aportase una dimensión nueva, con todas esas voces cruzadas que hacen. Ellas son muy creativas y, de todos los invitados, fueron las que me mandaron más propuestas para hacer. Fueron las más activas en su aportación. Pero el meollo del asunto, insisto, es que “Non quero perderte” la iba a hacer Amaral. Todo giraba en torno a eso. 

Está tan en el centro que hasta abre el disco. Es su carta de presentación. 

Eladio Santos: Si te fijas, es la que tiene más visualizaciones. Cuando grabamos el vídeo y nos lo mandaron a casa, yo estaba viéndolo con mis hijas y gritábamos de alegría. Fue una pasada. Además hay algo más, porque Eva ahora se ha vuelto un poco gallega y me hacía mucha ilusión que cantara en gallego. Sabíamos que iba a tener su magia. Era muy importante. 

Vega es otro de vuestros talismanes, y participa en “El Norte”, una canción que habla de travesías duras, quizá como la vuestra. ¿Cuánto hay de paralelismo y, sobre todo, de entendimiento en vuestras carreras? 

Eladio Santos: Vega ha estado ahí desde el principio. Hemos hecho muchas cosas con ella. Grabamos “Viviendo con Miedo” y una versión de Pablo Milanés en la Joy Eslava. De hecho, ella amadrinó nuestro último disco “Academia”. Siempre aparecía cuando más lo necesitábamos. Es súper importante en nuestra historia. En realidad tenemos dos canciones grabadas con Vega en este directo, lo que pasa es que una la tenemos guardada para más adelante, como un extra o algo así, pero “El Norte” era importante hacerla juntos. Es una canción de carretera. Está escrita como volviendo a casa después de ir a tocar al Sur. Vega conoce muy bien ese camino porque también es medio gallega y viene mucho por aquí. De hecho tiene una casa muy cerca del estudio donde grabábamos y ese camino que narra la canción lo conoce muy bien, por eso la canta ella. Es la hostia, porque yo le había mandado una versión de la canción que estaba en un tono más bajo y en el último momento, ya en el estudio, se dio cuenta de ello y le obligó a hacer unas segundas voces muy originales con las que hizo una versión totalmente diferente. Ahora creo que esta canción la canto diferente, después de haberla grabado así, aunque muchas de éstas también las canto diferente influenciado por lo que han hecho los invitados. Supongo que hago guitarras que se parecen a las de Depedro o voces que van en la línea de Amaral, algunos giros de Fillas de Cassandra… Los invitados aportaron muchísimo y eso me lo llevo ahora a las nuevas interpretaciones. Todos encajaron muy bien en las canciones porque hubo mucha magia. 

La verdad es que esa magia se percibe. 

Eladio Santos: Estaba todo pillado por los pelos. Yo tenía pánico a que nos pasara algo con todo preparado. Voy mucho en bicicleta, pero esos días previos iba despacito por si me caía y pasaba algo. No se nos podía desmontar el tetris. No podía fallar ni un solo elemento, y quizá por eso hubo esa magia. Todo el plan que teníamos salió genial y se hizo en tiempo. Siempre cumplimos con las previsiones. 

En “Bella Durmiente” está tu hija Gala. Un tema muy bello que emociona. ¿Cómo surge la idea de que Gala le dé su toque con sus coros? 

Eladio Santos: El año pasado hice un disco en solitario y ya grabó voces para ese disco. Incluso hay voces de Gala en “Academia”. Pero es que la tenía a mano y mi voz grave necesitaba ese contrapunto suyo. Ya en otros discos hay voces de niñas. Por ejemplo, en “El tiempo futuro” estaba la hija de Manuel Colmenero, el que fuera nuestro productor, y en la “Bella Durmiente” original la segunda voz de los coros del medio es también la hija de Manuel. A Gala la fui metiendo poco a poco, y como teníamos un tetris mortal para el disco, no podía contar con mucha gente para que no se desmontara, así que a Gala la llamé una tarde y le dije “si vienes ahora, grabas tu parte ya”. Así que se vino para el estudio y la hicimos. Esta canción es muy importante porque es como un exorcismo de una pérdida familiar y me hacía mucha ilusión que la hiciera ella, porque también encarna nuestros veinte años en la música. Ella nació justo al salir el primer disco, así que está muy ligada a toda la trayectoria del grupo. Recuerdo las primeras giras, que ella era bebé y cómo luego fue creciendo, hasta que ahora puede cantar en el disco. Representa también el futuro. 

“Me gusta mucho la música sin estridencias, a piano y voz, además de mucha música antigua, clásica y ligera de los sesenta” 

En estas nuevas versiones hay canciones más desnudas, como “Santos Inocentes”, en la que casi únicamente escuchamos un arreglo de piano y voz, y otras como “Highway to Heaven”, que se adornan con vientos y cuerdas que sobrecogen. ¿Teníais un plan para equilibrar más o menos el disco con arreglos orquestales junto a otras versiones más directas de las canciones? 

Eladio Santos: Siempre en los discos tengo canciones con pocos elementos. Me gusta dar un descanso al oído en medio de los discos. A veces está condicionado a que no pueda venir a grabar algún miembro del equipo, pero me gusta hacer algo con pocos elementos porque limpia un poco los oídos. Al ser éste un disco en directo, tenía todo él un sonido uniforme y me molaba la idea de que de vez en cuando hubiera un pequeño cambio de sonido que refrescara y renovase para poder seguir. También estaba la figura de Adrián Blanco, que es el pianista que entró en la banda en 2019, y quería aprovecharlo. Ahora hay mucho más piano porque Adrián es un pianista descomunal que te permite hacer un montón de cosas. Muchas canciones como “Non quero perderte” o “Miss Europa” tienen un mayor protagonismo del piano. Además, teníamos la posibilidad de grabar con un piano acústico en el estudio y había que aprovecharlo. Él y yo hemos hecho algún concierto a veces solo de piano y voz y me gusta mucho ese formato. Yo realmente soy muy “moñas”. Me gusta mucho la música sin estridencias, a piano y voz, además de mucha música antigua, clásica y ligera de los sesenta. 

Los arreglos de cuerda van también en la línea de la canción ligera. 

Eladio Santos: Siempre me gustó mucho arreglar con cuerdas. Tenía una frase clave para el sonido que era: “quiero que suene como un grupo de rock clásico, pero como si tuviera detrás una orquesta de Eurovisión de los años setenta, con un poco de metales y cuerdas que rellenen los espacios”. La partitura de las cuerdas las hizo Adrián Blanco en este caso, pero en nuestros discos hay muchos arreglos de cuerda, aunque muchas veces estaban hechos con sintetizador o cuerdas de mellotron. Sin embargo, la idea de tener delante al cuarteto de cuerda y hacerlo en vivo, siempre la tuvimos presente para hacer este disco. 

Acabas de mencionar Eurovisión y me viene a la cabeza “Miss Europa”, que siempre habéis dicho que la preparasteis para el concurso. Todo lo que ha generado de polémica Eurovisión a día de hoy, ¿puede hacer que esta canción tenga un sentido más comprometido que nunca? 

Eladio Santos: Siempre cuento la anécdota de cómo surgió porque tiene muchas interpretaciones, pero simplemente fue una canción que compusimos pensando en Eurovisión. El año del Chiquilicuatre fue el concurso de MySpace al que presentamos la canción. Nos animaron a presentar una al concurso y, aunque no se nos había pasado por la cabeza, la hicimos. La canción quedó muy mal en el concurso, pero tres o cuatro años después empezamos a buscar canciones para el disco “Están Ustedes Unidos” y los productores nos pedían de todo. Pedazos y versiones de canciones. Les metí ésta como relleno, aunque no pensé que les fuera a llamar la atención y, sin embargo, dijeron que era muy interesante (risas). Al salir tuvo interpretaciones de todo tipo. Había quien pensaba que hablaba de la inmigración o de la crisis económica que había entonces, pero realmente no hablaba de eso, simplemente venía de Eurovisión. Me acuerdo que la primera versión me parecía demasiado pop o convencional. No le veía maldad ninguna y no sabía si nos representaba muy bien. Tenía mis dudas y, sin embargo, se acabó convirtiendo en una de nuestras canciones más importantes. Siempre nos la piden y se puso mucho en la radio cuando había cualquier cosa que resaltar de Europa. Recuerdo que Angels Barceló la ponía mucho cuando había una noticia sobre la prima de riesgo europea, por ejemplo. Es una canción a la que el sentido se lo dio la actualidad y la gente. Realmente aún no sé de qué va la canción (risas). Digo eso aunque no sea cierto, porque es una canción sobre la ambición, el glamour, el capitalismo… pero al final cada uno le dio una interpretación diferente. 

También has hablado del futuro al hablar de Gala, y escuchando “Tormenta”, creo que es la que mejor condensa el nuevo traje que habéis querido dar a estas canciones con “B.S.O.”. Tiene vientos y cuerdas, a la par que ese sonido compacto de banda que siempre os ha definido. ¿Es una manera de tratar de entender esta experiencia o de ver el sonido que podemos esperar de Eladio y los Seres Queridos en el futuro? 

Eladio Santos: Define bien el sonido, pero realmente un paso importante para esto ocurrió cuando entró Adrián Blanco, más o menos. Antes íbamos muchas veces con claqueta detrás para que entraran unos violines pregrabados en una parte o alguna otra cosa. Yo tenía que llevar in-ears para que hubiera claqueta, la batería tenía que entrar en los momentos exactos... Podíamos improvisar, pero había bastantes canciones en las que no podíamos, y quería librarme de eso. A partir de ahí, y del cambio de la guitarra de doce cuerdas que ya he comentado, es cuando cambió el sonido general del grupo, pero a la vez es cuando el grupo dejó de tocar un poco por todas partes. En realidad este sonido que refleja “B.S.O.” ya tiene años, seis o siete años. “Tormenta” apareció en uno de los primeros discos que grabamos nosotros solos. La hice con una cantautora de Segovia que se llama Esther Zecco. Nos conocimos en un laboratorio de canciones y la primera cosa que me mandó fue el arranque de esta canción. Pensé que era maravilloso y fui tirando de allí hasta lograr esto. Tiene como un arranque simple y demoledor a la vez. Fue fácil tirar de allí porque todos los arreglos sonaban en mi cabeza desde el primer momento. Le puedes meter muchas cosas: trompetas, violines, acústicas, eléctricas, piano… es una canción que admite mucho y que tiene espacio, porque su letra tiene también espacios y deja que haya muchas intervenciones de los instrumentos. Así que sí que es cierto que puede definir el sonido del grupo en este momento. 

También está presente “El tiempo futuro”, la que decís que es "el patrimonio de todos vuestros fans”. Vuestra canción más escuchada en plataformas. Me parece que le dais un aire de la etapa final de los Beatles que la convierte en más imperecedera todavía. 

Eladio Santos: Es que “El tiempo futuro” es la historia de nuestra vida. Creo que es la canción que define al grupo. Era importante que estuviera. Tiene unos arreglos de cuerda muy definidos desde el principio y una letra que significa muchísimo para nosotros. Es nuestra historia porque habla de cómo un grupo tiene que vivir un poco de la ilusión. Siempre tienes que estar esperando al año que viene. Para seguir durante veinte años es muy importante tener esa zanahoria delante. Mucho más que el reconocimiento o lo que te pase, porque al fin y al cabo es una forma de vida llena de incertidumbre, llena de bajones y subidones, y siempre tienes que mantener la ilusión. Es lo más importante. Es la canción que si tenemos que tocar solo una en algún sitio va a ser ésta. 

Si “El tiempo futuro” es vuestra canción imprescindible, “Con el corazón en la mano” es, quizá, la más explosiva que tenéis, en la que puede pasar de todo. Cuando la escuché en su versión para este disco me pareció que estuviera sacada de un directo de sala, porque os explayáis y os vais hasta los siete minutos.

Eladio Santos: “Con el corazón en la mano” es nuestra canción de riff. Como te decía antes, en todos nuestros discos siempre hay una canción minimal, con pocos elementos, y siempre también hay una canción de riff, basada en eso, en una frase de guitarra. Esta frase de guitarra que contiene “Con el corazón en la mano” la llevo haciendo toda la vida y está basada en algo que me gustaba mucho de niño que era “Jesucristo Superstar”, concretamente el riff de la canción de Judas. El otro día estuve revisando unas cintas de un grupo que tuve en los noventa para digitalizarlas y allí estaba ese riff. Siempre estuvo ahí y siempre me gustó retomarlo y darle vueltas, así que surgió de ahí. La letra de la canción es casi automática, de hecho cambia cada vez que la canto, pero sí, todo está basado en el riff. Y también en la batería, que es la que dirige esa canción. 

Desde luego, ha quedado marcada por su espontaneidad y explosividad. 

Eladio Santos: Sí, de hecho si te decía que “Medidas desesperadas” va por señales, ésta mucho más, porque toda la parte del medio es improvisada y siempre hacemos cosas diferentes. A veces metíamos otras canciones dentro. Hacíamos de todo. Es una canción muy diferente al resto. 

Estamos repasando casi todas las canciones del disco porque al ser un recopilatorio he aprovechado para volver a ellas y preguntarte por todas, pero es verdad que tal y como están medidas las emociones y los tempos, parece que el disco se haya estructurado como el setlist ideal de un concierto. ¿Están las canciones ordenadas de esta manera para que parezca un concierto como tal? 

Eladio Santos: Hay una cosa en la que das en el clavo que es que cuando hicimos la selección de canciones, después de darle mil vueltas, fuimos directamente al último concierto que hicimos para ver qué es lo que habíamos tocado, y era más o menos esto, pero después, cuando hicimos la lista de las canciones no lo pensé mucho porque no sabía entonces que fuéramos a sacar un vinilo. Ahora sí que lo sé y el orden importa, pero entonces no lo sabía y la idea era solo sacarlo en formato digital. Pensaba que la gente lo iba a ver y escuchar de forma aleatoria, por eso no me importaba el orden. Lo hice como si tirase los dados. Intenté únicamente que no se repitieran algunos tonos y poco más. 

Claro, porque si no hay formato físico muchas veces se consumen las canciones de forma aleatoria. 

Eladio Santos: Claro, cuando haces un CD sabes que se va a escuchar en ese orden, pero en plataformas no lo sabes. Más bien, nadie lo va a escuchar en ese orden, así que por eso no me preocupé para nada. La primera lista que me salió vi que más o menos fluía y ahí lo dejé, además de que estaba ya muy saturado y pensaba que no iba a tener un buen criterio para decidir eso. 

“Este trabajo era muy importante que funcionara en los dos sentidos, en lo sonoro y en lo visual” 

Hemos hablado de todas las canciones, y quería también preguntarte por el aspecto audiovisual. En los videoclips hay muy buen gusto. Tienen una imagen muy cuidada, claroscuros, todo con mucha sutileza, pero a la vez con elegancia. ¿Cómo diseñasteis este testimonio visual? 

Eladio Santos: Hubo un planteamiento claro para esto. Yo soy muy aficionado al fondo negro y en nuestros vídeos todo lo solucionaba con fondo negro y luz cenital. Aquí tuvimos unos encargados de atrezzo con los que concreté lo que quería. Recuerdo que les contaba cosas de la banda para ponerles en contexto y que pudieran inspirarse para darle un toque personal a los vídeos. También les dije que me gustaba mucho el laurel. Siempre llevo gorra y le pongo hojitas de laurel. Lo pongo por todas partes. Así que ellos hicieron lo mismo. Si te fijas, la disposición de la banda es en círculo y hay algo en el medio que es como un pequeño altar en el que ellos van poniendo cosas que se proyectan sobre la pecera del estudio. Parece un fuego central, una hoguera. También Segundo Grandío, el ingeniero de Casa de Tolos, es especialista en grabar directos aquí en Galicia. Con él había grabado dos o tres conciertos. Tiene una unidad móvil, va a festivales y como además es músico sabe cómo hacer estas cosas. Sabía que él, cuando hubiera algo que resaltar, iba a ayudarme con algún recurso porque se iba a fijar en eso. El vídeo sabía que iba a apoyarse perfectamente en el audio. Después, en el tono, insistí en que fuera cálido, pero también quería para algunos momentos un tono verdoso tipo “Chernobyl”, y hay canciones que lo tienen. La iluminación me gusta siempre desde arriba. Es una manía que tengo. Finalmente, los cámaras también hicieron muy buen trabajo. La tercera toma era muchas veces un cámara que corría en círculos a nuestro alrededor. Eso se ve muy bien en la canción que hacemos con Depedro. Teníamos que despejar todo de cables y cosas para que el cámara fuera girando alrededor. Lo hicieron muy bien, la verdad. Es un trabajo precioso. 

Es un trabajo que se complementa muy bien en lo sonoro y lo visual. 

Eladio Santos: Es que era muy importante que funcionara en los dos sentidos. 

Lo visual que acabamos de comentar, el atrezzo, queda recogido hasta en la carátula del disco.

Eladio Santos: Sí, fue María Pol, la fotógrafa, la que lo hizo. Ella ha hecho muchos reportajes para otros grupos. Hay un vídeo que salimos solos los cuatro, el de “El Silencio”, que lo hicimos el día de las fotos. En ese momento pensé hacer el vídeo así y ella lo supo encuadrar muy bien y plasmar la idea. Lo mismo con la portada, que sacó el laurel y el foco, que son dos elementos muy importantes. 

Hemos hablado de colaboraciones, de amigos y de regrabaciones de vuestras canciones, y por eso no puedo evitar preguntarte por la pérdida de Emilio Cao. Era uno de los habituales en vuestra esfera. Como buenos gallegos que sois, ¿recogeréis el testigo de su creatividad y retranca?

Eladio Santos: Grabar con Emilio Cao en su día fue una experiencia brutal. Creo que ya os he contado esto en el Giradiscos, pero me gusta recordarlo. Teníamos un amigo en común que iba a hacer la reedición de su disco de 1976 “Fonte do Araño”. Ese es el disco fundacional de lo que luego se llamó música celta. En su reedición, que se hizo en 2018, le preguntaron con qué grupo le gustaría colaborar y dar un par de conciertos, y dijo que con nosotros porque su hijo era bastante fan. Nos sorprendió que no escogiera a un grupo folk, pero luego lo entendí, cuando hablé con él. Hicimos varios ensayos, grabamos pruebas, vino por casa… Me pasó algo muy curioso porque yo no tenía actualizada su imagen. Tenía en mi cabeza su imagen de cuando yo era niño, que era gaiteiro. Fue el primer instrumento que toqué. Para mí era un ídolo total. Escuchaba sus discos en casa y tocaba por encima de ellos. Pero luego lo dejé de ver y no tenía su imagen renovada, así que cuando entró por la puerta me pareció clavado a mi hermano mayor, que era quien traía sus discos a casa. Mi cerebro se cruzó y yo hablaba con él como si fuera mi hermano mayor (risas). Fue algo precioso. Tengo un par de grabaciones por aquí cantando con él que no sé si algún día sacaré. Emilio parecía que renegaba un poco del folk en esa época en la que grabamos, aunque quizá sea solo una impresión mía. Él era conocido por tocar el arpa, pero él no quería tocarla con nosotros en directo, él quería cantar nuestras canciones en clave pop, indie o lo que fuera que hiciéramos. No estaba nada apegado a su propio mito. Renegaba incluso de él y no daba muchas entrevistas ni apariciones. Si veías un reportaje en televisión sobre historia de la música en Galicia hablaban de él un montón, pero él no aparecía. Era una persona bastante accesible a nivel personal, pero para los medios no tanto. En 2018 tuvimos mucho contacto y después, en “Academia”, sacamos una canción con él, aunque ya la tenía grabada de antes, pero después nos perdimos algo más la pista. Sin embargo, creo que estaba bastante bien antes de su pérdida. De hecho era relativamente joven, solo veinte años más que yo. Su pérdida fue tremenda. Me pilló completamente fuera de juego. 

Ya que hablamos de Emilio Cao y de Galicia, y aprovechando que tenéis a Fillas de Cassandra en el disco, cuéntanos qué es lo que encuentras ahora en la escena gallega a destacar, ya que lleváis más tiempo centrados allí en estos últimos años. 

Eladio Santos: Hubo una especie de boom de la música hecha aquí. Hay una mezcla de música urbana y folklore que quizá tenga que ver un poco con lo que pasó con Tanxugueiras, que en realidad era un fenómeno que venía de bastante más atrás. Fueron conocidas por Eurovisión, pero era un grupo que estaba trabajando por aquí hacía mucho tiempo. Su fenómeno motivó a mucha gente a hacer música. Las cantagueiras es una forma de canto tradicional, parecido a lo que hay en otras partes de España, que siempre ha existido aquí, y de repente alguien empezó a meterle samplers y otras cosas y se convirtió en un fenómeno que funcionaba muy bien. Hubo una explosión de grupos a partir de entonces. Se me ocurren muchos nombres como Mondra, Fillas de Cassandra, Grande Amore, Ortiga… hay cosas muy buenas que funcionan muy bien por aquí. Yo trabajo de técnico de sonido en La Fábrica de Chocolate en Vigo, que es el local que más programa en la ciudad, y estoy muy en contacto con todos estos grupos porque todos han pasado por aquí, y la verdad es que me sorprende. Son mucho más profesionales de lo que éramos nosotros a su edad. Dominan mucho mejor su sonido, toman sus propias decisiones y graban sus propios discos ellos mismos. Crean unos sonidos más personales y más innovadores que funcionan muy bien. Grupos como nosotros parecemos unos putos carcas al lado de ellos (risas). Por toda esta escena que comentamos, me gustó mucho que fueran Fillas de Cassandra las que nos dieran un contrapunto. Los señores mayores cantando su canción viejuna y ellas dándole un toque 2025. Ahora mismo ellas dos son uno de los puntales de esa explosión gallega. No paran de trabajar y no hacen las cosas “a la caída”, como las hacíamos nosotros. 

“Si haces cosas de verdad y tienen una luz propia, aunque sea pequeñita, no la podrán apagar” 

Vosotros que lleváis veinte años, ¿cómo habéis hecho para llegar hasta aquí? ¿Cuál les diríais a los demás que es vuestra fórmula? 

Eladio Santos: Estoy yo para dar consejos… (risas). Les diría que no hay que obsesionarse mucho en la batalla de estar ahí o de intentar buscar pelotazos o atajos para lograr el reconocimiento. Lo que hay que hacer es amar mucho la música y las canciones. Ponerse mucho con ello y disfrutar. No obsesionarse mucho con llamadas de festivales o de programas de la televisión, con salir en recopilaciones o cosas de ese estilo. Hay que seguir con ello y amarlo. Si te mantienes en tu sitio, tarde o temprano, si haces cosas buenas, llegará lo que esperas. Las canciones son como bombas de retardo. Están ahí y estallan mucho tiempo después. Muchas veces pasa. Ahora, por ejemplo, al escuchar “Non quero perderte” con Amaral, hay gente que piensa que es nueva y sin embargo tiene más de veinte años. Ya la tocaba con mi anterior grupo. No pensaba que alguien la fuera a oír por primera vez en 2025, pero estas cosas pasan. Si haces cosas de verdad y tienen una luz propia, aunque sea pequeñita, no la podrán apagar. Si te subes a todos los carros e intentas ser parte de un movimiento y nada más que eso, cuando se pasa la moda, ahí te quedas, pero si eres tú mismo y estás en tu sitio, todo llega. 

Rodearos de estos amigos y renovar la sonoridad de estos temas, como hemos ido comentando, ¿es una forma de llegar a más público o definitivamente estáis en otra batalla? 

 Eladio Santos: Había gente que me decía que tenía que hacer un disco con invitados porque así mucha gente que no nos conocía nos podía descubrir. Si alguien que sigue a Amaral nos escucha por esta colaboración por lo menos nos dará una oportunidad. Es importante aprovechar eso, indudablemente. Nosotros fuimos muchas veces teloneros de Vetusta Morla y siempre pensaba que no quería ser pesado con ellos, que era mejor no pedirles demasiado. No quiero aprovecharme de eso porque hay que ser siempre honestos. La honestidad en la música nos lleva a una justicia poética. Veo a muchos grupos y solistas a los que el tiempo les premia. Pasan por calamidades, pero si hacen algo, está bien hecho y tienen paciencia, finalmente alguna cosa acabará pasando. 

¿Tiene que ver que hayáis vuelto a Esmerarte para poder salir de Galicia de nuevo y volveros a ver más en salas de provincias? 

Eladio Santos: Estar otra vez en Esmerarte se nota mucho en la promoción. De repente funciona todo mucho mejor, aunque haber hecho los discos nosotros solos desde 2016, más o menos, tuvo también mucha gracia. Nos preparó para controlar nuestro sonido, nos dio confianza y nos dio una estabilidad para que el grupo fuera sostenible durante todos esos años. Cuando estábamos un poco de bajón por lo menos podíamos grabar discos, sacarlos y tocar, aunque fuera en un radio de doscientos kilómetros. Podíamos seguir vivos. Eso era muy importante. 

Desde fuera de Galicia, tenemos muchas ganas de volver a veros. ¿Vais a llevar este disco al directo o lo dejaréis solo en la repisa de los recopilatorios? 

Eladio Santos: El disco es un disco en directo y no hay mucha diferencia con lo que hacemos ahora sobre un escenario, salvo por el cuarteto de cuerdas. Haremos una gira. En verano tenemos algunos conciertos. Un par de festivales y algunos conciertos más. Y la presentación oficial será el tres de octubre en Vigo. A partir de ahí haremos clubs. En enero estaremos en Madrid, en la Sala El Sol, y en León, en el Gran Café. Pero seguro que salen más cosas porque poco a poco nos van llamando. Hacía tiempo que no nos llamaban de fuera y eso está muy bien. 

Sabemos que la composición es algo que en este grupo lleva su tiempo, que jugáis con muchas ideas que vais acumulando hasta desarrollarlas cuando el tiempo lo requiere. Ya que habéis vuelto con un recopilatorio, ¿tenéis nuevas canciones o ideas a las que dar salida más pronto que tarde y poder verlas convertidas en un nuevo disco? 

Eladio Santos: Tengo en el ordenador como cuatro o cinco canciones volando. Hay una que tengo con Esther Zecco, que es con quien hice “Tormenta”, como ya he comentado. Si entro en el ordenador siempre encuentro cosas. Tengo montones. Siempre que vamos a grabar miramos dentro a ver lo que sale. Hubo épocas en las que grababa todos los días y muchas veces se quedaban flotando ideas muy buenas que ni siquiera me acordaba que las tenía, así que yo creo que sí, que pronto podremos hacer otro disco. No sé qué carácter tendrá o cómo será, pero saldrá, porque yo siempre compongo. Siempre estoy haciendo canciones. Pueden servir para una cosa u otra, pero no dejo de componer. Seguro que ahora mismo tengo por ahí veinte o treinta embriones de canciones, como me gusta llamarlas. También tengo canciones descartadas de otros discos, así que hay muchas cosas. Das una vuelta a algunas ideas, se quedan criogenizadas, vuelves un poco a ellas, y de repente encuentras la solución. 

Ojalá encontremos pronto más música de Eladio y los Seres Queridos porque tenemos ganas de ese material nuevo, y esperamos también veros muy pronto en directo. 

Eladio Santos: Sí, yo estoy deseando ir a la Sala El Sol. Estuvimos en un Inverfest hace un par de años. Siempre es una sala que suena muy bien. Es súper mítica. Y volveremos a más sitios. Espero que sea así. 

Ha sido un placer charlar contigo. Muchas gracias por tu tiempo, Eladio. 

Eladio Santos: Gracias a vosotros.