Por: Àlex Guimerà.
Menudo jarro de agua fría para los amantes del hard rock fue conocer ayer el fallecimiento de Ozzy Osbourne. Muchos pensamientos nos vinieron a la mente, como que parece que el cantante hubiera hecho un último sobre esfuerzo para poder dar su show final junto a sus Black Sabbath el pasado 5 de julio en su ciudad natal, Birmingham. Parece como que tras ese apoteósico concierto, Ozzy se dejara ir. En cualquier caso es un final poético, casi escrito en los cielos del heavy metal, para una de las figuras más icónicas de la música del siglo XX y XXI.
Nacido y criado en Birmingham en 1948 bajo el nombre de John Michael Osbourne, Ozzy creció en un entorno humilde. Desde muy joven mostró interés por la música, influenciado por los Beatles y por el blues británico. Su adolescencia, marcada por los problemas de conducta, dio un giro cuando decidió formar una banda con unos amigos del barrio. Más tarde formaría Earth, que poco después se convertiría en Black Sabbath, junto con Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward. Con ellos creó una nueva sonoridad más oscura, pesada y visceral que cambiaría para siempre la historia del rock. Con el álbum debut "Black Sabbath" (1970), y sobre todo con los que le siguieron, "Paranoid" (1970) y "Master of Reality" (1971), les llegaría un éxito que trascendió su Inglaterra para conquistar los EEUU. La crítica los atacaba, pero el público no dejaba de crecer. Nacía el heavy metal, y Ozzy era su profeta más salvaje.
Sus adicciones marcaron profundamente su carrera y su vida personal. El alcohol, la cocaína y otras sustancias lo acompañaron durante décadas, lo que afectó a su salud y a sus relaciones personales. Su comportamiento errático, sus excesos y sus detenciones fueron parte del su historia creando un personaje al que nunca más abandonaría. Aun así, fue responsable de otros discos icónicos con Black Sabbath, como "Vol. 4" (1972), "Sabbath Bloody Sabbath" (1973) y "Sabotage" (1975), que definieron el género. Sin embargo, en 1979 fue expulsado de la banda debido a sus adicciones y comportamiento. Para muchos era el final para Ozzy.
Pero en contra de todo pronóstico, su carrera en solitario despegó como un cohete. Publicó más de una docena de discos, incluyendo clásicos como "Blizzard of Ozz "(1980) y "Diary of a Madman" (1981), con la inolvidable colaboración del guitarrista Randy Rhoads. Su último álbum fue "Patient Number 9", lanzado en 2022.
Más allá de la música, con el cambio de milenio la MTV lo convirtió en una figura global gracias a The Osbournes, un reality show que mostraba la vida cotidiana y caótica de su familia. Fue una especie de "pre-Simpsons" real, con Ozzy como el padre desorientado, en ocasiones huraño, pero entrañable, que lo acercó a una nueva generación.
Hace 17 días, en Villa Park, tuvo lugar el maravilloso "Back To The Beginning" ante 45.000 espectadores, en un concierto benefico cuyos fondos fueron directos a Birmingham Children’s Hospital. El programa incluyó a grandes del género como Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, Pantera, Alice In Chains, y Anthrax, y en el que también participaron gente como Steve Tyler, Tom Morelo, Ron Wood o Billy Corgan. Todos ellos unidos para rendir homenaje a la banda y sobre todo a su líder y cantante, quien postrado en un trono dio la talla en un concierto que fue tan memorable como emotivo donde sonaron canciones míticas como "Iron Man", "War Pigs" o la final "Paranoid". Es paradójico que este show había sido ideado mucho atrás, en 2023, y justo dos semanas después de su celebración Ozzy nos deje. Se va la leyenda, el front-man único y el símbolo cultural. Será recordado por muchas cosas: su ropa negra, sus cruces colgadas en el cuello, sus gafas redondas, su mirada perdida, sus excesos,... pero sobre todo por su legado musical imbatible que le hizo ser merecedor de entrar en el Hall Of Fame y de tener su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Su muerte, tras años de problemas de salud —coma, operaciones, adicciones, un diagnóstico de párkinson de hace seis años— deja un vacío enorme, y un recuerdo eterno. Hoy, el mundo del rock se arrodilla ante su recuerdoeewlll. Larga m mvida al Príncipe de las Tinieblas.