Pablopablo: “Canciones en Mi”


Por: Javier Capapé. 

Las comparaciones son odiosas. E inevitables. Detrás del nombre artístico de pablopablo (así, con minúsculas y todo en uno) se esconde Pablo Drexler, hijo del conocido músico uruguayo. Y claro, es inevitable buscar referencias y comparar. Ya desde la voz, que en ocasiones se va hacia la de su progenitor sin tapujos, hasta en la forma de tocar la guitarra, que es también en su caso el instrumento en el que apoya todo su universo. “Canciones en Mi” es la continuación de aquel debut de 2022 con su nombre como título que funcionó más bien como experimento. Tras él vinieron algunos singles más y la colaboración con C. Tangana en su gira “Sin Cantar ni Afinar”. “El Madrileño” le puso en el mapa, al igual que el trabajo puntual que aportó para “Tinta y Tiempo”, pero ahora definitivamente Pablo Drexler viene para mostrarse a las claras. Asume la producción de este largo y le otorga una personalidad muy marcada. Por su sonoridad y su apuesta entre la tradición y lo experimental podría llevarnos hasta Guitarricadelafuente, con el que también ha colaborado en la producción de su último disco, pero pablopablo tiene un original estilo con el que traza una fina línea de continuidad con las composiciones de su progenitor, aunque dándoles una pátina de contemporaneidad marcada por los sintes y las capas de efectos que le hacen brillar con luz propia.

El "Mi" del título de esta colección no es precisamente el de un pronombre personal que ponga al protagonista de estas canciones como centro. Es en realidad un Mi mayor, la tonalidad musical en la que están la mayoría de estas canciones, ya que Pablo Drexler se planteó hacer un disco con la versatilidad que le proporcionaba esta tonalidad, tan presente en muchas canciones. Así, y con guitarra en ristre, emprendió un reto que ha dado sus frutos en una docena de canciones con gran empaque. En algunos momentos pueden parecer frágiles, pero son más sólidas de lo que podemos creer. Incluso el tema titular, un breve instrumental con el que se abre el disco, puede aparentar irregularidad, pero brinca sobre un riff de piano que nos da pistas del juego que van a dar sus once compañeras. En ellas se impone la emoción a flor de piel. Temáticas de pérdida, desamor, dificultades y autoafirmación, pero todas desde un enfoque que apuesta más por el minimalismo que por la pomposidad. Antes hemos relacionado a pablopablo con Guitarricadelafuente, pero sería más apropiado hacerlo con Bon Iver, el proyecto tras el que se esconde el inquieto músico de Wisconsin, Justin Vernon. Muchas de estas canciones nos recuerdan a él, como puede pasarnos con “Vida nueva”, con esos efectos vocales que arropan el falsete con la que Pablo la afronta, o con “Tú te dabas cuenta?”, con esas briznas de saxo rozando el free jazz.

Desconozco si pablopablo ha sufrido todo lo que destilan estas canciones, pero en ellas hay mucho dolor a la par que una sinceridad inusitada. Nos ocurre con “Todavía”, donde se refuerza ese sufrimiento con las distorsiones que acompañan al estribillo, o con “De vez en cuando”, un lamento en forma de arpegio continuo de guitarra que sostiene todo el tiempo la canción dándole un toque de suave intensidad que nos atrapa y sumerge en su letra cristalina y doliente. Es una de las canciones más experimentales y bellas del conjunto, con varias guitarras solapadas en ese arpegio infinito y una base sintética de fondo que toma mayor cuerpo en el estribillo, cuando también entra el piano. La voz de Pablo se quiebra pero el sinte le sostiene. Podría, sin ella pretenderlo, condensar la intención global del disco. El espíritu sonoro del mismo. En esta línea experimental también se movería “Siempre te quiero a veces”, aquí mandando el piano pero sumando instrumentos que la vuelven más dura y distorsionada hasta que los arreglos de saxo y la batería marcan su largo desarrollo final.

Junto a éstas, hay otras canciones que tienen un pronto más pop, desde “Dónde estás!”, muy rítmica, pero sencilla en estructura, a “De ti”, un dueto con la artista navarra Amaia en la que las dos voces guardan su sitio pero complementándose muy bien, como si fueran dos instrumentos. Además, con Pablo es la guitarra la que está más presente y, sin embargo, al entrar Amaia toma el relevo el piano. Un auténtico acierto en producción. 

Hay más colaboraciones, como la del mexicano Clarín León en “Eso que tu llamas amor”, provista de ruidos y arreglos vocales que refuerzan su modernidad, pero sin perder su esencia acústica, haciendo acto de presencia Ralphie Choo con un recitado en la parte final que no le resta elegancia. “Ojos de Ajonjolí” cuenta con Macario Martínez en una nueva pieza delicada, que es a su vez muestra de la querencia por la canción de autor clásica, algo que tiene continuidad en “Será X Mi”, cuya guitarra española la sostiene mientras, poco a poco, van entrando contrabajo, acordeón y voces dobladas desde el estribillo. En ella predomina el minimalismo, al igual que en el tema que pone el cierre, cuyo título, “Las tuyas”, hace referencia directa a Jorge Drexler, presente hasta ahora en la forma en la que su hijo afronta la pasión por las seis cuerdas, pero que aquí queda de manifiesto en un seductor homenaje. Le ayuda en la composición el nexo de unión de ambos, Antón Álvarez, y precisamente es esta canción, la más desnuda, la que más se emparenta con el autor de “Al otro lado del río”, cual zamba de la tierra. Los versos de su estribillo lo dicen todo: “Papá, toqué mis canciones, pero no ha funcionado ninguna. La próxima vez que me llamen, me canto las tuyas”. Una declaración de intenciones que es a la vez gratitud y apuesta. No renuncia a sus raíces, pero a la vez, en todo el resto del disco, las ha hecho suyas. Las ha transformado. Porque eso es lo que nos dan estas “Canciones en Mi”, una apuesta por la canción de autor desde el prisma renovado de la generación del siglo XXI. Esto es lo que pueden y van a darnos aquellos a los que podríamos llamar “cantautores” ahora. Y la verdad es que me gusta, me atrapa y sigue conmoviéndome.

Puede que estas canciones sean el nuevo camino desde el que redefinir este género. Con una nueva generación que además tiene muy claro lo que quiere y por eso mismo lo controla desde la producción al arte unido a las redes sociales, los vídeos y el estilismo. Todo a favor de la canción, que será en Mi mayor, pero que del mismo modo consigue hacer mella en “mí”.