Anni B. Sweet: El encanto de la timidez

Volvía a nuestra ciudad la “dulce Ana”, en el marco del festival Ellas Crean 2010, una propuesta que durante las últimas semanas ha salpicado la capital con las actuaciones de Joan Baez, Najwa Nimri y Luz Casal, por citar solo unos ejemplos. El festival es una iniciativa que pretende dejar constancia del buen hacer de las mujeres en distintos ámbitos del arte y la cultura. La verdad es que el cartel de esta edición ha sido de lo más interesante, esperemos que en futuras ediciones sigan con esta línea.

Cómo decíamos, regresaba a Madrid Anni para seguir presentando las bondades de su primer trabajo, el aclamado “Start, Restart, Undo”, un disco que la ha situado en un lugar privilegiado dentro del panorama musical de nuestro país. En un momento muy difícil para la industria musical es reconfortante ver cómo el fenómeno de esta joven malagueña se va consolidando a pasos agigantados y para comprobar dicho afianzamiento nos acercamos hasta la calle Alburquerque.

Alrededor de las diez de la noche la sala “Clamores” presentaba un gran ambiente. Todas las mesas estaban más que ocupadas y en el pasillo comenzaba la habitual pelea por hacerse con un desde donde observar las evoluciones del concierto de una forma más o menos cómoda.

Apenas unos minutos más tarde las luces se desvanecieron para que apareciera en escena Anni B. Sweet. Elegantemente vestida, con su guitarra al hombro, nos saludó escondida tras el pie de micro. Apenas un hilo de voz frágil pudimos distinguir, producto de esa timidez que es habitual verla exhibir entre canción y canción. Decimos bien, entre canción y canción porque en el momento en que la andaluza abrió la boca para atacar el primer fraseo de “Mr. D”, con la que comenzó su actuación, el hilo de voz se torno en un remolino de sensaciones para los que tuvimos la oportunidad de disfrutar de su directo.

Durante la hora y veinte minutos de actuación, en ocasiones sola, en su mayoría, arropada por una banda cargada de matices y de arreglos delicados, pudimos disfrutar de una artista que poco a poco va madurando a fuerza de dar coger tablas en el directo.

No faltaron en su repertorio canciones como “A Sarcastic Hello”, “Lalala”, “Tumbado en mí Moqueta Azul” o la versión del grupo sueco A-ha, “Take on Me”, en la que de una manera cómica solicitó la ayuda del público en los coros, por supuesto que los allí presentes cogieron el guante lanzado por la solista para colaborar en parte de la canción.

Ana fue desgranando poco a poco su álbum de debut. Durante toda la noche nos regaló un concierto de lo más intenso que hizo que la sala Clamores enmudeciera. Silencio que sólo se veía roto cada ciertos minutos para ovacionar el final de los temas.

En la recta final de la actuación sonaron canciones cómo “Motorway”, “Oh I Oh oh I”, “To Roll like a Ball”, en lo que parecía un broche final de lo más adecuado. Sin embargo, volvió otra vez a escena para cerrar el concierto. En el epilogo sonaron “Let´s have a Picnic” y “Burnt”, canción que aparece en la reedición de su primer trabajo. Con ella se dio por finalizada la actuación de Anni B. Sweet.

Tras el concierto llegaba el momento de recapitular. Ana ha ganado peso sobre el escenario, sus canciones y su voz se defienden por si solas, aparte de todo eso está respaldada por una de esas bandas que sin ser espectacular, es efectiva y aporta pequeños matices que se agradecen durante el directo. A la cuestión de ¿merece la pena ver a Anni B. Sweet en directo? La respuesta es…la verdad que sí, merece la pena. Suerte Ana.

Texto: Javier González
Fotos: Iván González