“Falling” with LastMen Standing

Me había hecho una idea de lo que podía encontrarme en la sala Trovadicta de Madrid cuando acudí a ver a LastMen Standing. Ellos eran puro rock & roll, ya los había escuchado antes.

El día anterior habían tocado en la Sala Live y todos los presentes habían estallado en aclamaciones a la banda, que se había encargado de hacer vibrar a toda la sala con su directo potente y electrizante. Y adictivo. Algunos les conocían, pero todos se quedaron con ganas de más.

El sábado fue el turno de Trovadicta, una sala pequeña que ya auguraba un acercamiento entre los asistentes y los chicos y sus canciones.

La voz de Luis Ullán, el cantante, se abrió paso para hacer las presentaciones: Justo e Israel a la guitarra y Javier Jara a la batería. Martín, el bajista, terminaba de formar el conjunto, y, aunque el viernes había acompañado a la banda, el sábado no pudo asistir.

Aquello era más bien una reunión de colegas. Seguidores en los sofás de las primeras filas; pero, ante todo, amigos.

Hospital” se encargó de encender la mecha que nos haría arder a todos. Le siguieron temas como “Mr. Dick”, “Howl”, “Scream” o “LastMen Standing”, salpicados por esas influencias setenteras del Rock Americano que ya homenajearon en versiones tan míticas como “Beat it”, de Michael Jackson, “Cocaine”, de Eric Clapton, y “Simple man”, de Lynyrd Skynyrd.

Además, dos de mis favoritas de su primer disco, que verá la luz en noviembre: “Falling”, un tema con mucha fuerza, y que en acústico adquiere un toque agónico y expirante; y “Malevolence” nos cuenta una historia acerca de la Mala Voluntad.

Broken pieces, memories on fire… And no, she couldn´t go out.”

Israel y Justo nos deleitan con un momento instrumental de “El Padrino” que nos hace sonreír. Y, para terminar, “Knockin´ on Heaven´s Door”, esa composición de Bob Dylan que ha sido versionada tantas veces, pone el broche final al acústico de la banda salmantina.

No es a lo que nos tienen acostumbrados, pero aquella noche nos ofrecieron ritmos suaves y palpitantes, una sucesión de cargas emocionales que a nadie dejó indiferente.

Pero ahí no acabó la velada. LastMen Standing se unió a nosotros y todos los presentes hicimos un gran círculo para corear tanto clásicos como temas de reciente actualidad.

Abandoné la sala con ganas de asistir al próximo concierto de la banda, con ganas de escuchar nuevo disco. Siempre con ganas de más.

Y es que LastMen Standing nunca defrauda.

Texto y Fotos Paula Rodríguez Martín