The Strokes - Angles

Angles es un grito en el desierto, un giro brusco y anguloso que pone fin a un silencio que se ha alargado durante 5 años. Cinco largos años de travesía musical, planes por separado, experimentación y madurez que parecían haber enterrado a uno de los grupos más prometedores y agitadores de inicios de siglo, claro está, nos referimos a The Strokes.

Desde que en 2006 publicaran y presentaran su tercer album First Impressions Of Earth, The Strokes ha estado ausente del panorama musical, marcando su devenir los proyectos en solitario de algunos de sus componentes (Julian Casablancas y Albert Hammon Jr.). Sin embargo desde el 2010 parece que esa comunicación y relación entre los componentes de la banda que les había llevado a alejarse, ha hecho que nuevamente se unan para concebir una obra compleja, que trata de ofrecer una visión futurista de los ya lejanos años 70 y 80. En otras palabras este disco es un salto de fe, de digestión lenta, de escucha sopesada y de una calidad musical incuestionable (más allá de gustos y modas).

El disco abre con “Machu Pichu” un tema a camino entre la música disco y rock que queda salpicado por la nostalgia ochentera y el sonido electrónico. Estamos pues ante un tema que nos entra en dos o tres escuchas y que posiblemente será hit capital en las salas de medio mundo.
Le sigue “Under Cover of Darkness”, una vuelta a los orígenes de la banda, con sonidos extraídos de aquellos discos que los colocaron en el altar del rock, Is this It (2001) y Room on Fire (2003), con guitarras rebeldes y un Julian Casablancas (con una voz más límpia y producida) que lleva la melodía y el tempo de la canción sobre sus espaldas, un tema que les encantará a todo los fans del grupo y que aunque puede crispar en el primer contacto, poco a poco se va a convertir en un clásico de la banda.
Tras ello, “Two kinds of happiness” nos traslada a los 70 y aunque nos relaja inicialmente, nos va introduciendo poco a poco en un agitado sólo de guitarra de Albert Hammond Jr, acompañado de unos coros y un cambio que recuerda a B-52’s, Talking Heads y The Cars, mostrando un tono New Age más acordes con su tercer disco.
El cuarto tema, “You’re so Right” parece sacado del abstracto mundo de Radiohead. Es una incursión en sonidos hipnóticos fuera de lo que nos ha ofrecido la banda en anteriores discos, pero que le da un toque alternativo y experimental a Angles.
El quinto corte “Taken for a fool” nos traslada nuevamente a los inicios de la formación, un tema rock escuchable una y otra vez, con esas guitarras, juegos de voces, sonido radiofónico y cambios llevados a cabo por la guitarra de Albert Hammond Jr., en conclusión uno de los temas estrellas del disco.
Ahora viene "Games", retomamos la electrónica, las bases disco, los teclados y pedales futuristas, es un tema limpio y de escucha relajada que ayuda a digerir el tema anterior y sirve de ecuador para la recta final.
Entramos en "Call me back", tema con regusto a Bossa Nova y estilo elegante, que convierte a Julian Casablancas en crooner. Sin embargo el tema sufre una breve mutación rockera y experimental en un estribillo que sin embargo se extingue de nuevo en ritmos de Bossa Nova, ofreciendo así un tema que suena a algunas de las canciones que Julian Casablancas ha ofrecido en su período en solitario.
Ahora, para no romper la dialéctica que presenta todo el disco, se ofrece un tema anclado nuevamente en sus orígenes, “Gratifactión”, tema de ritmos cortos, perteneciente a un rock clásico, alegre y “coreable”, un tema breve que nos deja (como permite intuir su nombre) satisfechos.
Metabolism” nos traslada directamente a su tercer disco First Impressions Of Earth y aunque no podemos afirmar que sea uno de los posibles temas o caras B descartado en aquel, presenta una oscuridad que permite hablar de un grupo que no olvida su evolución musical, reivindica su anterior disco y que permite establecer paralelos con algunas canciones de Muse.
Y finalmente Life is simple in the Moonlight, un tema más relajado, que presenta un tema rock de nueva generación teñido por la melancolía de lo que pudo ser y no fue, que queda muy acorde con el presente.
En definitiva, tenemos ante nosotros un disco muy completo, muy bien producido y con un calidad irreprochable que nos presenta a unos Strokes en su plenitud musical, un disco complejo que no abandona ninguna de las facetas presentadas en su discografía anterior y que incluso incorpora parte del trabajo en solitario de sus componentes. Claro está que no es la revolución que representó Is this it en el 2001 y que les llevó a ser catalogados por los críticos de la BBC como “los salvadores del rock”, pero queda claro que esta banda neoyorkina ha dejado de lado sus diferencias, sus vicios excesivos y han tratado de madurar, ofreciendo una obra compleja, no ajena a las críticas de muchos, pero que muestra su compromiso musical y su independencia a la hora de ofrecer música de calidad.

Por Rubén López