Los Últimos Bañistas: El gusto por la melodía y los arpegios.

El próximo día 7 de junio se pondrá a la venta el primer disco de Los Últimos Bañistas, una banda afincada en la provincia de Murcia, concretamente en Cartagena, y que gentilmente nos ha hecho llegar hasta “El Giradiscos”, unos días antes de que el gran público pueda disfrutarlo. Se trata de un álbum de título homónimo y que verá la luz de la mano de Ernie Producciones.

En el mismo podremos encontrar un total de diez cortes que se mueven entre perfectas melodías, eminentemente, pop pero que también presentan un acercamiento a un sonido más rockero y contundente a medida que avanza el minutaje del mismo.

El trabajo se abre con la fuerza y la belleza melódica de “Nadia”, repleta de dramatismo y con un punto de rencor que la hace más y más llamativa a medida que las escuchas van cayendo y uno se deja atrapar por su letra. Con “El Gran Apagón” y “El Centro”, nos muestran su gusto por grandes bandas de los años ochenta, al dibujar arpegios imposibles que nos hacen pensar en Johnny Marr, guitarrista de The Smiths, y sus acordes para ese clásico que es “StIll Ill”. El personalismo del grupo queda patente en lo “naif” de “Febrero”, llegando casi a sonar pueril pero que acaba por destacar como una de las grandes composiciones del álbum.

La intensidad, las distorsiones y el juego con las distintas capas sonoras, se va haciendo más evidente a medida que afrontamos la segunda mitad del disco, gracias a canciones como “¿Cuál es? ¿Lo ves?”, “Ánimo Perdedor”, mucho más dura aún de lo que su nombre puede indicar, pues está repleta de dardos llenos de veneno, y “Nuevos Tiempos”, sin duda una de las canciones que más se disfrutará en las actuaciones de la banda, debido en gran medida a la vitalidad que desprende y al poso de enfoque social que trasciende de la misma.

De sorprendente podemos catalogar el tema encargado de cerrar el álbum, “Tan Lejos hasta Volver”, al suponer un acercamiento a la música psicodélica, llama la atención por insospechado y rompe un poco con la estructura integral del disco. Una pequeña licencia, quizás una broma o un aviso a navegantes para un futuro no muy lejano.

La valoración general de la primera toma de contacto con Los Últimos Bañistas es más que positiva, pues estamos ante un álbum que conjuga en sí mismo la pasión por la melodía y las distorsiones, sin llegar en ningún momento a sonar estridentes ni pretenciosos. Sus canciones tienen un sello personal y cuentan además con una voz personalísima que les hará fácilmente reconocibles. Habrá que seguirles la pista, darán que hablar.

Por: Javier González.