The Cabriolets: “El Feo”

Vuelven The Cabriolets. Después del sorprendente giro que adoptaron con su anterior trabajo, el más que interesante “Close”, el grupo madrileño, asentado definitivamente como cuarteto tras las incorporaciones de Manuel Cabezalí y Pablo Serrano al proyecto que en su día encabezaban Bimba Bosé y Diego Postigo, se ha vuelto a revestir de actualidad con la reciente publicación de su tercer álbum, “El Feo” (Warner).

Un disco que no hace más que confirmar las buenas sensaciones que nos habían dejado con su predecesor con la particularidad de que en este caso parecen haberse superado por completo todo lo anunciado, facturando una serie de composiciones simples y directas, sin grandes arabescos, que enganchan desde la primera escucha pero que a la vez contienen la particularidad de dejar poso en el oyente, que no tendrá más remedio que dejarse seducir, una y otra vez, por un trabajo que para nada hace honor a su nombre.

Repleto de frescura, personalidad y estilo; en “El FeoThe Cabriolets, logran algo que parece casi imposible y que no es otra cosa que capturar tu atención desde los primeros compases de la maravillosa “Hands”, en la que, con el inicial sustento de batería y voz, comienzan a destapar un tarro de las esencias que tiene su momento culminante, patente a lo largo de todo el minutaje, en el mismo instante en que Manuel Cabezalí comienza a dibujar arpegios con una sin par maestría que no hacen más que confirmarle como uno de los mejores, y más personales, guitarristas de nuestro panorama.

Ese es el pistoletazo de salida de un trabajo que transita con semejante acierto por la intensidad de cortes como “Allegory”, de clara raigambre ochentera, o “Cabalgando”, impresionante su inicio que invita a pensar en una banda de trash-metal, a la calma, casi susurro, de la preciosa “Shibboleth”, en la que Bimba vuelve a dejar constancia de su presencia, fraseando con rotundidad que muestra la gran confianza que tiene en sí misma.

No estamos ante un álbum en el que sea sencillo decantarse por una serie de cortes favoritos, sin embargo quitarles tal privilegio a “Beaten Dog”, fantástica desde su riff inicial, perfecta en la combinación de guitarra, silencio y bajo, y en sus ambientaciones, “Sasdist”, de clara herencia glam-rock, invita a pensar en nuestro admirado Marc Bolan y sus T-Rex inclusive, y a “Stars”, inquietante en su inicio pero con un componente innegable new wave, con un bajo que es clave en la eficacia de la melodía y que nos hace pensar en The Cure y, en cierta medida, “Jumping Someone Else´s Train”, sería poco menos que una injusticia.

La recta final del mismo viene marcada por la fuerza de “Tortoise”, en la que la base rítmica, compuesta por Diego y Pablo, vuelve a cobrar protagonismo, y “Arquitecture”, un pequeño guiño al soul clásico sobre todo a esa gran canción que es “Walk on By” que fue escrita por Burt Bacharach y Hal David, siendo popularizada en primera instancia por Dione Warwick.

La valoración final del tercer disco, el segundo después de la reordenación de la formación, no puede ser más positiva. Han logrado continuar la senda que iniciaron en “Close”, con la particularidad de haber abierto nuevas vías sonoras al incluir estilos musicales que hasta la fecha jamás hubiéramos imaginado, todo ello sin perder de vista la inmediatez en unas composiciones repletas de sensibilidad y belleza, en las que es relativamente sencillo rastrear la personalidad de los cuatro miembros que forman The Cabriolets.

Con éste trabajo el cuarteto madrileño se asienta como una de las bandas más interesantes de nuestra música, dejando claro que su apuesta es tan sincera como cierta. Acallando, de una vez por todas, las voces críticas que, haciendo oídos sordos a lo que proponen, solamente se dedican a ponerles en tela de juicio por ser portadores de un apellido famoso o dar por supuesto que están en esto de la música simplemente por tener dinero.

The Cabriolets proponen buenas canciones, efectividad, sinceridad y un alto componente de personalidad, justo lo que les falta a muchos otros. Cualquiera que los escuche, a poco que sea inteligente, sabrá valorar la calidad de su música, independientemente de que después les guste o no su propuesta. En nuestro caso lo tenemos claro: Nos gustan y mucho.

Por: Javier González/ javi@elgiradiscos.com