Los Nastys: “La Isla de los Cuadrados Mágicos”

Estos sinvergüenzas ya nos dieron una bofetada en la cara con su EP de debut a principios de año. Me Lo Encontré Así (Tres Cipreses / Warner Music) era garaje-rock lo-fi con mucho sarcasmo y ganas de epatar y dar caña a quien se pusiera por delante. Tras el estallido que supuso para mí ya me adelanté a pronosticar que podían ser el grupo revelación del año de rock’n’roll en castellano. O al menos uno de ellos. Temas con la agresividad del titular o los toques psicodélicos y guitarras agresivas de Olvídate de mí así me lo hicieron presagiar. También los ramalazos punk de Policía de Los Ángeles

Pues bien. Al oír esta reválida, La Isla De Los Cuadrados Mágicos (Tres Cipreses / Warner Music), también en forma de EP, me corroboro en lo apuntado. Y no te digo ya nada para el año que viene cuando firmen su esperado primer LP. Además los que van a sus conciertos se hacen de su secta irremediablemente y eso que ahora deben andar perdidos por El Congo en una anárquica mansión. De los conciertos y demás andanzas te puedes informar aquí

El actual EP ha sido precedido por el salvaje single, tanto en letras como en música, ‘Fumar, beber y romper’. ¡Y es que quieren romperlo todo! En Negro corazón se nos ponen más juguetones y psicodélicos entre The Horrors y The Doors, pero con algunos arranques punk. El tema titular posee un pegadizo y beodo estribillo ideal para aberrar. 

El lado más pop les sale en Mi perro, pero con su letra cachonda y su locura implícita nos recuerda a Derribos Arias. Encima acaban con un mantra intelectual que repite: “Si tú eres listo, yo subnormal”. La locura total se la guardan para un final cristiano y teológico. Se titula He visto a Dios y comienza con guitarras y ambientes que son puro Spacemen 3 ¡Una sobrada de psych-garage-fuzz-punk! Pero es que luego se marcan un final en plan Sister Ray de la Velvet Underground que, gracias a Dios, se queda sólo en los 6 minutos y no se va hasta los 17 como la de los neoyorquinos. 

¡Parece que fuman potentes alucinógenos y beben bebedizos de muy altas graduaciones que les hacen imaginarse en el Congo viendo a Dios en taparrabos! 

Txema Mañeru