Chris Stapleton: "From A Room: Volume 1"

Por: Kepa Arbizu 

Antes de que Chris Stapleton se presentara en solitario con su exitoso debut “Traveller”, el músico estadounidense ya acumulaba un currículum considerable. Principalmente su actividad había destacado como compositor para nombres relacionados con la escena country como George Strait, Kenny Chesney, Brad Paisley, e incluso para alguna que otra estrella mediática como Adele. Además de dicha labor en la sombra fue integrante de la banda de bluegrass The SteelDrivers, anticipo de una carrera individual que ahora presenta un nuevo capítulo, el segundo, que como se desprende de su título, “From A Room: Volume 1”, tendrá una continuación en breve. De momento, esta “primera parte” presenta nueve composiciones que le vuelven a afianzar como un, también, excelente intérprete poseedor de una intensa mezcla de sonidos tradicionales norteamericanos. 

Reconocible, en lo relativo a su aspecto físico, ya a estas alturas por su melena, barba y sombrero de cowboy, son elementos estéticos que sin embargo remiten más allá de la mera iconografía arquetípica hasta una representación directamente relacionada con su manifestación musical. Unos parámetros en ese aspecto que en este álbum retoman esencialmente los mostrados en su debut y a los que quizás solo se les podría matizar un repunte de sus muestras mas íntimas. Una continuación que compete además a la alineación con la que se acompaña en la grabación, que incluye de nuevo al productor- que hace papel también de músico- Dave Cobb, que ya suma en su nómina un buen número de nuevos talentos de la escena, y a la base de su banda. 

Este “From A Room: Volume 1”, por otro lado, resulta una clara referencia al lugar donde ha sido registrado, los míticos estudios RCA de Nashville, en los que han pasado horas iconos como Waylon Jennings o Dolly Parton. Una decisión que se transforma sin ninguna duda en declaración de principios. Teniendo en cuenta la no muy extensa duración del álbum, algo directamente relacionado con el hecho de contar con una continuación, trae como resultado que la alta presencia de composiciones más relajadas, pero sobradas de nervio, trasladen ese sentimiento de manera mayoritario. Precisamente el inicio con “Broken Halos”, emocionante y épico tema predominantemente acústico con clara evocación a ese paisaje de llanuras americanas tan The Marshall Tucker Band, apunta, apoyado en ese tono de voz ligeramente barítono y desgarrado, decididamente en esa dirección. Una forma de interpretar, nada lejana al espíritu soul de artistas como Otis Redding o Van Morrison, que se convierte en un elemento destacado de su característico estilo. Una textura que busca, y encuentra, un contraste con la voz femenina, aportada por su propia mujer Morgane, en el bello y descarnado vals "Up to No Good Livin’" o de manera más soterrada en la desnuda y sobrecogedora versión de la canción popularizada por Willie Nelson "Last Thing I Needed, First Thing This Morning". Los medios tiempos “I Was Wrong” y “Without Your Love” planean sobre ese sonido blues-rock entre romántico y atmosférico que tan bien suele trabajar Gov’t Mule, aportando así otro matiz a esa sentimentalidad global. 

Algo alejados, que no desconectados, de ese tipo de sonoridades y manifestaciones, escapan algunos de esos versos libres que contiene el álbum, todos ellos en busca de una expresión más cruda, eléctrica y menos radicalmente delimitada por ese contexto formal más sensible. En este sentido hay que nombrar el elegante boogie de “Them Stems”, los cortantes riffs que manejan el pegadizo rock sureño de “Second One to Know” o la más arrastrada y minimalista “Death Row”. 

Chris Stapleton con tan solo dos discos bajo su propio nombre ha logrado, tomando y utilizando toda esa iconografía, musical y extramusical, que le propina el sonido americano clásico, conformar una visión personal a la que no le falta el rugido rockero y uno más enfocado a la emocionalidad por la vía del soul. El resultado es un vibrante y sobresaliente disco que, desde lo íntimo mayormente, sigue apuntándole como una de las voces -nunca mejor dicho- más destacadas de ese country contemporáneo que explica desde su propio contexto lo que significa la tradición.