Larkin Poe, rock en femenino plural


Sala Razzmatazz, Barcelona. Sábado, 15 de noviembre del 2025. 

Texto: Àlex Guimerà. 
Fotografías: Juanjo Cordero.

"Si Dios es una mujer entonces el Diablo también lo es", así reza la letra de uno de los temas del último trabajo de Larkin Poe, "Bloom". Cómo no, la banda está liderada por dos grandes mujeres, las hermanas Rebecca y Megan Lovell, quienes demuestran algo que debería de ser tan obvio en pleno siglo XXI como que el rock no es territorio vetado a las mujeres y que éstas pueden ser grandiosas compositoras, guitarristas virtuosas y carismáticas músicos no limitadas al papel de vocalista sexy o como decía la tan admirada Kim Gordon "a ser la chica del grupo". Y es que las Lovell son grandes hacedoras de canciones tanto de rock clásico como también de blues, rock sureño, soul o bluegrass. Pero vayamos al meollo ya que su paso por nuestro país en su gira "The Bloom World Tour" se ha saldado con una muy buena nota, algo de lo que fuimos testigos el pasado sábado en su bolo de la Sala Razzmatazz.

Un fondo floreado y un cargamento de plantas adornaban un escenario que se llenó a las 20:30 horas con las dos protagonistas del evento, junto al bajista Tarka Layman, el baterista Kevin McGowan (miembros fijos de la formación) y un joven teclista de apoyo. Minutos antes, por los aledaños del recinto se había visto a un ajetreado Tyler Bryant, pareja de Rebecca, con el hijo recién nacido que tiene con la misma en brazos. Es el nuevo rol de un guitarrista que ha tocado junto a monstruos como BB King, Jeff Beck, Slash o Santana. Dentro del Razzmatazz se encontraban más de dos mil personas pendientes de la banda de su compañera que arrancó al son de la música de Pete Seger, Dolly Parton y Tom Petty. Era el espíritu del rock americano el que no nos abandonó a lo largo de la velada. 

El atronador comienzo corrió a cargo de las nuevas "Nowhere Fast", "Mockinbird" y "Easy Love Pt. 1" en los que el cargamento eléctrico hizo vibrar toda la sala, con Megan luciéndose a la slide guitar y Rebecca demostrando su poderosa garganta. Son piezas de este flamante "Bloom" con el que la banda confirma los éxitos cosechados con su anterior "Blood Harmony" (2022), el disco que les llevó el año pasado a ganar el premio Grammy al mejor álbum Blues. Ambos trabajos fueron los que nutrieron el setlist con hits como "Bluephoria" y "If God Is A Woman" , pero también con el rock pantanoso de "Deep Stays Down" o con una "Summertime Sunset" que tocaron algo más relajada. Entre medio hubo espacio para los parlamentos de Megan, gestualizando modo predicador y dando las gracias al público por las buenas vibraciones e incluso atreviéndose con el castellano gracias a una chuleta. La sonrisa y la humildad, junto con los constantes saludos al público, no desaparecieron de los rostros de las hermanas, quienes se nota que disfrutan encima de las tablas.

Rebecca no falló ni una sola nota cantando pero también demostró que es una buena guitarrista rítmica (aunque hace algunos solos notables); por su parte Megan es toda una crack al mando de una slide que parece complicada tocarla colgada a los hombros y de pie. Ese sonido de su guitarra deslizando el tubo por las cuerdas es una de las marcas de la formación. Las "sisters", tocan, cantan, hacen coros e interpretan unas canciones rockeras que se escuchan poderosas, y lo hacen con toda naturalidad, sin adoptar estigmas masculinos o poses sexualizadas, arrojando una imagen muy elegante.

Durante un momento del show el quinteto abandonó sus instrumentos para presentar un set acústico que presentó una "Southern Confort" totalmente remozada, una "Little Bit" con Rebecca al banjo, y la pieza bluegrass "Devil Music", sin faltar a los recuerdos a Robert Johnson. Para esta parte central la banda se juntó y abordó las guitarras acústicas, el contrabajo, la mandolina y el tambor captados por un sólo micro y con el público callado para deleitarnos de unos juegos de voces sensacionales.

Acabado el set nos metieron "Wanted Woman ACDC", del lejano "Peach" (2017) , "Pearls" y la potente "Bolt Cutter & The Family Name", con la que terminaron el concierto a base de solos y desarrollos instrumentales. Eso fue antes de los "oé oé oé" de los fans que anticiparon el bis de "Bloom Again", una preciosa balada a dos voces que cerraban por todo lo alto la noche ofrecida por estas grandes cracks que dignifican el rock y el papel de la mujer en él.