The Chemical Brothers: "No Geography"

Por: Jesús Elorriaga

Los pioneros del "Big beat" cabalgan de nuevo, cuatro años después de su último trabajo, "Born in the echoes", con ganas de reivindicarse como maestros del género y catalizadores de las dispares sinergias que llevan provocando desde hace unos cuantos años en cada nuevo disco que sacan. "No Geography", el noveno en su carrera, se aleja de la potencia y saturación del anterior para hilar fino en algunos momentos en los que, incluso, logran acercarse (todavía les queda) a las cimas de calidad y robustez que alcanzaron con sus cuatro primeros asaltos: "Exit Planet Dust" (1995), "Dig Your Own Hole" (1997), "Surrender" (1999) y "Come with Us" (2002). El dúo de Manchester consigue con "No Geography" profundizar en sus raíces para aportar a cada tema de una personalidad que en los últimos tiempos se echaba en falta. Siguen teniendo muy marcada la etiqueta del estilo que les concibió y, desgranando sus nuevas canciones, podemos encontrar a los melómanos amantes del soul, el funk y la música de baile de cuando pinchaban en el Naked Under Leather hace más de veinticinco años. Más allá de la discusión sobre la posible linealidad del más reciente tramo de su carrera, The Chemical Brothers siguen estando en la primera división del panorama musical y la gira que preparan este año para presentar el nuevo disco les asegurará un éxito merecido.

Como buenos y sabios alquimistas que son saben que no pueden vivir solamente de la estela que deja su nombre. Así que, en su necesidad de reinventarse, además de una selección exquisita de samples, se han juntado con buenos (y discretos) colaboradores, entre ellos la noruega Aurora Aksnes que también coescribe algunos temas y se integra a la perfección en el universo “Chemical”. "Eve of Destruction" es un buen ejemplo, apoyados con algunos versos del rapero japonés Nene. Entre el funky y el breakbeat, es una revisión más electro del "Block rockin' beats" que atrapa desde el primer compás como un mantra robótico, con esa combinación de percusiones en un buen arranque de fiesta.

Los primeros temas están ensamblados magistralmente, como si de una sesión se tratara, y apenas se marcan nítidamente los puntos de entrada y de salida de los mismos. Es lo que sucede en "Bango" y "No Geography". En el primero se hace notar más la presencia de Aurora mediante una transición perfecta que te lleva al tema homónimo del disco, más ambiental y flotante pero sin descuidar el ritmo subyacente apoyado en loops que recuerdan a otras obras suyas anteriores ("Star guitar" o "Come with us"). "Got to Keep On", uno de los cuatro primeros adelantos del disco, es un interpretación más bailable a partir del sample del "Dance with me" de Peter Brown que el cineasta Michel Gondry ha sabido trasmitir en el videoclip de la canción, donde sus personajes se funden literalmente en un ambiente exhibicionista y coreografiado al más puro estilo "Soul train". 

Ed Simons y Tom Rowlands saben cómo administrar sus dosis de pegada para hacerte creer que sigues la dirección correcta pero cuando te ven mover la pierna repetidamente al ritmo del compás, encienden las luces, revuelven los papeles de tu escritorio y vuelven a llevarte de la manita a la senda inicial. La ochentera "Gravity Drops", juega con esto a la mitad del disco hasta situarnos en "The Universe Sent Me" donde Aurora dota de una espacialidad sugerente el tema más largo y elaborado, atravesando diferentes estados emocionales en un trance ligero que progresa hacia un clímax que nunca acaba de explotar. 

Los singles de este disco son las canciones más atractivas para el gran público. Es curioso que hayan dejado tres de ellas para la segunda mitad. Con "We've Got to Try", sacan músculo sin necesidad de subir los BPMs ni realizar grandes alardes. En cambio, "Free Yourself", primer adelanto que sacaron a finales de septiembre del año pasado (con otro video brutal y muy cybertrónico), está claramente destinado a las pistas de baile, a pesar de ese bombardeo de una especie de coro de minions saltarines. Manejan con maestría los cambios de tiempo y de ambiente, escapando de aquello que esperas que hagan, como sucede en "MAH", el más acertado de sus singles, con el "I’m mad as hell" de El Coco pilotando este vuelo que consigue hacerte mover como en su etapa "Surrender" con ese ritmo que te acerca y aleja y se toma respiros para volver a la carga para lanzarte de nuevo al éxtasis.

"Catch Me I'm Falling" cierra el disco en un tempo flotante y esponjoso, con aires retro en la deconstrucción de un tema de baile atmosférico mientras esconde los ritmos en las pistas del fondo, aunando la emotividad del soul y la elegancia abstracta del final. En esta nueva ruta de la geografía de The Chemical Brothers se siguen manteniendo como uno de los referentes de aquella explosión de mediados-finales de los noventa donde se sacó a la electrónica de las raves ilegales y la oscuridad de los clubs para dotarla de un discurso más cercano al rock. Una brújula perfecta para no perderse en los nuevos derroteros a los que nos llevarán en los próximos años.