Por: Txema Mañeru.
La verdad es que yo no recordaba el importante nombre del australiano Ashley Naylor. Eso, a pesar, del gran aprecio que tenemos muchos seguidores por estos lares y en El Giradiscos, en general, por todo el rock and roll que llega del continente de los canguros. Pues bien, conviene recordar que Ashley es un prestigioso y cotizado músico que ha tocado (o lo hace) con The Stems, The Church o Paul Kelly, entre una larga lista con más exquisitas propuestas.
"Alexandria Sunset" (El Reno) es ya el quinto trabajo en solitario del músico. Un artista que se ha hecho cargo de la total producción y composición del disco y que, además, se ha encargado de tocar al completo. ¡Y estamos ante un álbum de gran riqueza instrumental y vocal! Un vinilo con varias especiales ediciones limitadas en formato de lujo de 180 gramos. Las hay en diverso colorido: negro, amarillo, azul y dorado. Además, algunas traen tarjetas interiores con buenos y jugosos bonus-tracks y también con algunas curradas pegatinas.
Pero ahora es momento de hablar de las buenas canciones aquí recogidas. Canciones de tonos mayormente folk-rock que viajan de grupos clave del sonido de Laurel Canyon a algunas de las mejores referencias británicas del estilo de todos los tiempos. A eso hay que sumar muchos destellos psicodélicos más o menos rockeros y/o ácidos.
El estupendo vinilo comienza con el tema homónimo. Muy buenas acústicas y voces que emulan a ese sonido californiano americano de los años sesenta. Cuidados coros y un final con excelentes punteos eléctricos con arrebatos psych. Sigue el trabajo con su excelente último single, "As Good As Gold", una buena combinación entre guitarras acústicas y eléctricas que puede recordar a los Byrds del “Fifth Dimension”, pero también al mejor Robyn Hitchcock al frente de The Egyptians. El detalle con la armónica también es un punto a destacar, como lo es en varios momentos el muy presente y potente sonido de un brutal bajo en primer plano. Es el caso de "Turn On The Light", con un tono cercano al mítico "Walk On The Wild Side", de Lou Reed, con su pegadizo estribillo repitiendo “Anymore” y buenos coros sixties. Sorprende el cambio con los casi 6 minutos mágicos de "Semifree", un tema que recuerda, a la vez, a los mejores Spirit, pero con crescendos que pueden encantar a los seguidores de The Bevis Frond. Buen estribillo sobre esas intrincadas guitarras y de nuevo con ese bajo muy presente. Cierra la cara A "Green Spirit (Tumbling Away)", canción por encima de los 5 minutos y con un sonido más rock y soleado.
La cara B la abre el primer single del disco. Un tema de título muy explícito, "Donovan Dreams", con recuerdo al gran Donovan Leitch y a su folk más alucinado. "Caribou" tiene aires country-folk en la onda de Crosby, Stills & Nash, con buenas acústicas y una preciosa pedal steel guitar con cuidadas voces y con punteos rock que a mí me han hecho pensar en los Sotomonte de Jokin Salaberria (Jonny Kaplan, Rubia,…). Esa misma buena y cercana referencia se repite, sumando a clásicos gigantes como Buffalo Springfield, en la espectacular "Really Something" y las grandes voces en su arranque y un estribillo muy Laurel Canyon con un final muy rock con punteos dobles épicos. Sorprenden muchísimo, y para bien, los 6 minutos de "Racing Time" repletos de riffs, y con más guiñosa los The Who del “Who’s Next”. Tras ella llega el segundo single del disco titulado "A Blue Sky", otro precioso tema de country-folk con acústica y la buena voz de Ashley.
El disco finaliza cerrando el círculo con "Alexandria Sunrise", retomando el tema de arranque, pero con arrebatos más eléctricos. Si puedes escuchar algunos de los bonus-tracks de las ediciones digitales podrás descubrir algunas perlas más. Estaría muy bien que pudiera venir a defender estas magníficas canciones entre nosotros y acompañado por una buena banda. Muchos disfrutaríamos ampliamente con este disco en vivo.



