Entrevista: El Hombre Garabato

"Teníamos muy claro que éste debía ser un disco de reconciliación, más oxigenado y con vías abiertas"

Por: Kepa Arbizu

"Luciérnagas" es el tercer, y último episodio, de la trilogía que la banda granadina El Hombre Garabato puso en marcha en el 2016 con "Demonios" y continuada con "Aullidos" . Un fin del viaje que con el transcurso de las etapas ha ido orientando este tríptico, construido a base de un elegante, melódico y lírico pop-rock, hacia un estado más luminosos y hasta cierto punto optimista, cuanto menos visto los inicios de esta andadura. Cada vez más afianzados, situación en la que tiene que ver ser el perfecto acompañamiento para el cantante de 091 José Antonio García, en su propuesta y en su puesta en escena, hablamos con los andaluces para sacar todavía más jugo a la ya de por sí deliciosa manera de entender, en forma y fondo, su faceta musical:

Con “Luciérnagas” cerráis una trilogía que iniciasteis hace tres años, ¿desde ese primer momento ya teníais planeado ese esquema? 

El Hombre Garabato: Sí, desde el principio teníamos claro que queríamos hacer tres discos que formaran parte de un todo bien ordenado, aunque es verdad que hemos ido redefiniendo el concepto en la medida en que ha pasado el tiempo. Sabíamos lo que queríamos pero las canciones han ido llevándonos por otros caminos en algún ocasión.

Es cierto que progresivamente cada capítulo se va alejando de ese tono trágico para dirigirse hacia uno más optimista y luminoso, siendo el actual la mejor representación de esto. ¿Ha sido el propio paso del tiempo el que ha impuesto el tono a cada uno de esos trabajos o era parte del plan? 

El Hombre Garabato: Queríamos hacer un primer disco donde sacáramos a pasear todos nuestros demonios personales, en este sentido se trata de un disco agrio con una mirada interior, buscando un conflicto dentro de nosotros mismos. En “Aullidos” buscamos narrar el conflicto hacia fuera, desde el punto de vista social y político, haciendo una suerte de canción protesta muy particular. Teníamos muy claro que el tercer disco debía ser una disco de reconciliación, más oxigenado y con vías abiertas, puertas que desembocan en lugares confortables. Aún así, vista esta trilogía con perspectiva, hoy vemos que algunas canciones podrían haber sido intercambiables por otras, y forman un todo.

Musicalmente creo que este disco también representa un sonido más luminoso, mas melódico, ¿ha habido una intención de acompañar el contenido de los textos con un tipo de sonido acorde? 

El Hombre Garabato: Absolutamente, esa ha sido la idea desde el principio. Desbrozar las canciones y hacerlas más cristalinas, elevar la voz un poco y quitar todo aquello que pueda crear demasiada densidad. En la mezcla también se ha querido incidir en este concepto del que te hablo.

Es una faceta, la musical, que cuidáis con mimo, vuestras canciones tienen muchos detalles y aportaciones instrumentales, ¿eso se refleja en un trabajo largo y meticuloso a la hora de grabar?

El Hombre Garabato: Normalmente el trabajo se hace en dos fases, un meticuloso trabajo en casa y en el local de ensayo, en el que le damos muchas vueltas al concepto, a los arreglos, a la estructura. Hay otra segunda fase esta vez en el estudio, en la que vamos también construyendo las canciones, haciendo de la grabación, no solo el momento de registrar las canciones, sino como un laboratorio creativo. En la primera fase de la que te hablo fue vital Juanjo Ordás, uno de los productores del disco, en la segunda, Pablo Sánchez, el otro productor. Ambos, cada uno en su momento, han sido esenciales en esta grabación.

Destaca esa presencia de Juanjo Ordás, periodista musical, aquí como productor , ¿cómo surge la decisión de contar con él y qué creéis que ha aportado la mirada de alguien habitualmente situada al “otro lado” de la música? 

El Hombre Garabato: Juanjo ha sido, sin duda, uno de los primeros periodistas musicales que ha mostrado verdadero interés por nuestro trabajo, especialmente desde la publicación de “Demonios”. Esto desembocó en una buena amistad y, de manera natural, comenzamos a trabajar los temas con él. Juanjo, aparte de ser muy generoso, tiene una gran capacidad para ver el potencial de una canción, transformarla y dejarla lista para grabación. Es un melómano que tiene miles de canciones en la cabeza, y nos fue indicando caminos muy certeros a la hora de estructurar las canciones. Algunas de ellas se hubieran quedado fuera de no haber sido por su trabajo.

Otro de los elementos comunes en estos tres EPs es la autora de la portada, Vanesa Zafra , ¿es algo que también queríais controlar, el mantener una idea común y contar con dicha ilustradora en concreto? 

El Hombre Garabato: Así es. La idea era mantener el mismo equipo en toda la trilogía. Dar una unidad en el sonido, pero también en el aspecto gráfico, tanto en las portadas como en los videoclips, de los que se ha encargado Franzo Nájera. Hemos conseguido un equipo de gente que cree en nosotros y que ha puesto todo su amor en estos tres discos.

¿Qué beneficios encontráis en el formato EP frente al más convencional disco largo?

El Hombre Garabato: Encontramos que es un formato muy ágil, porque nos permite expresarnos en un menor espacio de tiempo, sin necesidad de estrujarnos la cabeza para conseguir 12 temas, lo que nos costaría más trabajo y más tiempo. En este sentido, el hecho de ser más corto, nos permite aparecer con un nuevo trabajo cada año. La industria está de tal manera, que si desapareces dos años o más, que es lo que se tarda en tener un LP listo, estás muerto, caes en el olvido. Aún así, no descartamos, un año de estos, hacer un larga duración o un doble disco, quién sabe.

El disco aparece de nuevo en vinilo, ¿responde también a esa idea de cuidar el resultado global en todos sus aspectos y de ofrecer un objeto llamativo y con entidad?

El Hombre Garabato: Recurrimos al vinilo por diferentes razones. La primera es la devaluación del CD, que está condenado a desaparecer a corto plazo, si no lo ha hecho ya. El vinilo es un formato bonito, y con un sonido muy cálido. De todos modos, sabemos que la partida nos la jugamos en plataformas digitales, que el formato físico es simplemente un objeto para melómanos que aún quieren coleccionar discos y tenerlos en las manos mientras oyen música. Nosotros nos encontramos entre estos últimos.

También sois (re)conocidos por ser el soporte como banda de José Antonio García, ¿es una tarea en la que os reconocéis de la misma forma que grabando vuestros propios discos, o son aspectos diferenciados en vuestra forma de hacer las cosas? 

El Hombre Garabato: Son dos facetas de nuestra personalidad. Como mejor nos expresamos es con nuestro propio proyecto, porque en él somos más nosotros. Con Jose hemos tenido que forzar un poco la máquina para entenderlo, pero él lo hace muy fácil, porque es un animal en el escenario y nuestro papel se reduce a hacer de soporte, acompañarlo y arroparlo. Es otra liga.

El último disco con José Antonio García, “Lluvia de piedras”, ha supuesto un éxito y un reconocimiento casi unánime en todos los ámbitos, ¿es algo que creéis puede repercutir, o está ya repercutiendo, positivamente en vuestra carrera como grupo?

El Hombre Garabato: Qué duda cabe, por supuesto. Nosotros siempre hacemos el mismo chiste: Antes de conocer a José Antonio éramos un grupo absolutamente desconocido, ahora somos, simplemente, un grupo desconocido. Bromas aparte, acompañar a Jose, componer para él, tiene una fuerte repercusión en nuestra carrera como grupo, dándonos a conocer en muchos ámbitos que, por nosotros mismos, no hubiéramos podido llegar.

Las letras son otro aspecto a tener en cuenta en vuestro trabajo, siempre reflexivas y trabajadas, ¿sois de dar muchas vueltas y buscar la palabra idónea y exactamente lo que queréis decir o es una tarea más natural? 

El Hombre Garabato: La verdad es que le damos muchas vueltas. Buscamos que sean letras que sean lógicas y significativas para el que las oye, pero también que estén bien construidas, tanto en la rima como en la acentuación. Tener todo esto en cuenta, hace de su construcción un trabajo difícil. Hasta el último momento, ya grabando, estamos retocando palabras.

Siendo tan cuidadosos con vuestro trabajo, ya sea en su parte instrumental, en la letra, y en general con todo vuestro concepto, ¿a veces crea cierto desánimo o frustración comprobar que dicho trabajo no tiene una repercusión mayor? 

El Hombre Garabato: Depende de cómo te sitúes, ya sabes, lo de la botella medio llena o medio vacía. En general somos optimistas y vemos cómo muchos grupos buenos han caído en estos años. Nosotros hemos tenido la habilidad de sobrevivir. Eso es mucho. Pero si lo que me preguntas es si nos gustaría tener más repercusión, la respuesta es sí.

Y tras finalizar esta trilogía, ¿lo tomáis como el final de una época, de una etapa, o no es algo que os hayáis planteado? 

El Hombre Garabato: Es un pequeño punto de inflexión. Ahora tenemos que decidir qué queremos hacer, por dónde queremos tirar. Tenemos muchas ideas, solo falta tiempo y recursos para ponerlas en marcha.