Entrevista: Guache & Marcelo Pull

"Lo que experimentamos en etapas pasadas nos sirvió para definir nuestro sonido actual"

Por: Kepa Arbizu 

Pese a los evidentes indicios de compatibilidad que existen entre la poesía y la música popular, no son dos disciplinas, por lo visto hasta ahora,  llamadas a entenderse con la abundancia que deberían. Si anecdótico suele resultar su encuentro, como una auténtica extrañeza en el panorama hay que denominar la comunión entre el multiinstrumentista Marcelo Pull (New Pull) y el multidiscplinar poeta Ángel Guache; y no tanto por la unión de específicos talentos en busca de una meta común, sino sobre todo por el camino escogido para hacerlo, alejado de premisas rimbombantes.

Dos personalidades puestas al servicio de una apuesta musical cruda, concisa, irreverente y sobre todo de una originalidad sin comparación. Características que toman mayor relevancia si cabe en un nuevo trabajo, "Ballet volcánico", de pétrea sustancia y, más del habitual, contenido poético. Ligado al blues, al protopunk, al psychobilly e incluso al stoner, este trabajo nos sigue obsequiando las ideas de un tándem, trovador de huracanada garganta y malabarista de los sonidos, con el que tenemos la suerte de departir....

Si no os importa hagamos algo de genealogía primero, ¿cómo os conocéis y cuál es el momento clave que os empuja a fraguar esta ya dilatada colaboración? 

Guache: Nos conocimos hace ya unos cuantos años por mediación de Vanexxa, que era muy amiga de ambos. Colaboró en varios discos nuestros y en los conciertos. Yo la aprecio muchísimo, es una gran artista, ¡una fiera escénica! Cuando empecé a trabajar con Marcelo quedé impresionado por lo fluido que iba surgiendo todo, yo llevaba una letra y a los cinco minutos teníamos terminada la canción. Marcelo es genial guitarrista y productor. Muy creativo. Desde el primer momento nos entendimos a la perfección. 

Marcelo: Me acuerdo que me dijo que estaba obsesionado con Sex Pistols y que quería que la producción fuese por ahí, fue nuestra primera toma de contacto y en un mes ya teníamos un EP terminado y en las tiendas. 

Guache: Es que ese primer disco era muy panfletario y tenía que ir en esa dirección. 

Si no llevo mal la cuenta éste es ya vuestro séptimo disco juntos, ¿es la vuestra una forma natural de trabajar tan frenética o se trata de sacar el mayor rendimiento posible a este momento de inspiración? 

Marcelo: Vamos a disco por año, por suerte las ideas no se terminan. 

Guache: Creo que en los datos del anterior ponía, por error, que era el sexto (seguramente porque sumaban "Anarcobohemia"), pero el sexto es éste. Efectivamente, nos gusta hacer las canciones de una forma frenética, cuando nos ponemos, vamos a tope. 

Cada disco, bajo ese estilo particular que habéis instaurado, tiene su propia personalidad musical. Por ejemplo, en el actual hay mucho aroma a blues-rock, psychobilly, hasta stoner. ¿Para lograr esa identidad concreta os gusta trabajar alrededor de diferentes referentes según la ocasión? 

Marcelo: La verdad es que sí, en cada disco nos centramos en un referente distinto, y  de esas influencias que buscamos luego las llevamos hasta nuestro terreno.

Guache: En este disco nos propusimos marcar más que en los anteriores nuestro territorio, nuestro estilo propio. Intenso, instintivo, visceral y crudo. Lo que experimentamos en etapas pasadas nos sirvió para definir nuestro sonido actual. 

Este es un disco directo, orgánico, muy compacto en su sonido, ¿siempre tuvisteis claro que la identidad de este disco iba a ser tan homogéneo u os encontrasteis con unas canciones que os llevaron a ese lugar? 

Guache: Tuvimos muy claro desde el principio lo que queríamos en este disco, quizá por eso resulte tan compacto el resultado. Las canciones las seleccionamos pensando en que tuvieran un estilo en común. Nos interesaba que fuera, como muy bien dices, directo y orgánico. 

Marcelo: Sí, desde el principio quisimos un sonido igual en cuanto a producción, la idea era crear mucho espacio y mucho peso, sobre todo en el bombo y la caja. Me llevó más de tres días dar con el sonido que buscábamos. 

El disco está compuesto de canciones muy cortas, con esfuerzo superan los dos minutos, y por lo general carecen de esa estructura habitual de estrofa(s) y estribillo, ¿tenéis la sensación de estar más cerca del recitado de poemas que de una canción pop al uso? 

Marcelo: Ser fieles a la letra es algo que vemos primordial, no queremos dar el coñazo alargando las canciones, cada vez me gustan menos los punteos. Me encanta cuando la gente lo escucha y me dice “ponlo otra vez”. 

 Guache: Nos interesaba ser fieles a la letra, crear nuestra atmósfera propia sin pensar –ni caer- en ortodoxias, huimos de la estructura habitual para potenciar al máximo el poema; para no traicionarlo; procuramos poner los mínimos estribillos –que pueden distraer-, queremos generar siempre la máxima intensidad. Por eso son canciones cortas, porque vamos al grano. Y, por supuesto, pasamos de recursos “comerciales”. 

También encuentro este “Ballet volcánico” un disco muy lírico...

Guache: Sí, queríamos destacar esa vertiente muy poética. Está lleno de referencias literarias. 

Un lado poético que también empuja hacia una temática más intimista y/o reflexiva, llegando muchas veces a mostrarse en momentos como una forma de definición y/o autoafirmación de la identidad, incluso del discurso, que enarbola este proyecto... ¿Hay algo de todo eso en este disco?

Guache: Estoy totalmente de acuerdo, lo has definido inmejorablemente. Es tal como dices, incluidos los toques irónicos y de peculiar humor. 

En este sentido me llama mucho la atención una canción como “Anarcopoeto”, donde dices, además de su explícito título, contar con “anclajes al suelo” mientras desarrollas un lenguaje culto y alambicado. A priori parece ser casi una paradoja, o no sé si es un juego irónico...

 Guache: Lo de “anclajes en el suelo” me refería sobre todo a pisar la tierra, a no querer pasarse de “sublime”. También es verdad que hay un juego irónico en relación con lo metapoético. En lo que respecta al lenguaje, me interesó enlazar con ciertos autores del Siglo de Oro, y en especial con Quevedo, lo que puede parecer una contradicción con el espíritu rockero, y ese era uno de nuestros retos. 

Es común, y a veces explícito ese homenaje a  Quevedo (“Nada la nada. Homenaje a Francisco de Quevedo”). En alguna ocasión se ha tildado a dicho escritor de hecho como el primer punk de las letras, no sé si es lo que te acerca a él...

Guache: Casi todo el disco es un homenaje a Quevedo. Mi amigo Manolo Morillo hizo una introducción a un libro de Sonetos de amor y muerte, seleccionados por Fernando Mendes Viana, que remite al Quevedo más apasionado y que mejor muestra su capacidad para manejar los resortes del lenguaje de una forma magistral. Esos temas están también en las canciones de este disco. Me siento identificado incluso en sus contradicciones. 

Sabiendo tu pasión también por la pintura, Ángel, es de suponer que una canción como “Grünewald” está inspirada en el pintor del mismo nombre, de ser así, ¿qué hay en él o en su arte que te ha inspirado a hacer una canción? 

Guache: Efectivamente. Cuando de joven estudié Historia del Arte, al encontrarme con la Crucifixión de Grünewald me pareció que era el paradigma del expresionismo. (Fue un referente para los modernos expresionistas.) Su dramatismo es brutal. Pocas obras expresan mejor el sufrimiento. Pero cuando escribí el soneto no quise volver a ver el cuadro ni referirme a él, me interesaba transmitir la atmósfera oscura que me dejó en el lejano recuerdo. El cuadro está muy bien descrito por multitud de historiadores y críticos (especialmente por Gombrich), yo huía de eso, no pretendí acercarme al cuadro, quería mostrar la atmósfera de pesadilla que dejó en mi subconsciente un artista tan excesivo. Marcelo resalta con la música esas intenciones. 

¿Cómo se trabajan las canciones en un tándem como éste? ¿Van por caminos separados letra y música y luego se ponen en común, se retroalimentan ambas facetas..? 

Marcelo: Es un proceso que por suerte nos sale sin pensar.

Guache: La letra ya sale con música en la cabeza. El proceso a dúo es el siguiente: seleccionamos la canción, la canto, Marcelo coge la guitarra y enseguida vemos qué ritmo necesita y lo que nos interesa expresar. 

A la hora de escribir las letras, qué diferencias hay respecto a pensar en un poema, ¿cuando empiezas a escribir ya sabes a qué formato va ir destinado o eso lo marca su desarrollo? 

Guache: Distingo entre poemas a secas, poemas que a la vez son letras de canciones (o que pueden funcionar como tales), y letras de canciones. Tengo libros en los que casi todos sus poemas están pensados para ser interpretados entre el canto y el recitado (en la mayoría de los casos por un histriónico y tragicómico rapsoda). Y otros que son directamente letras de canciones (Tangas, tangos… y otros mangos, Desafinado, Anarcobohemia, etc.) 

 La poesía, por su ritmo y esencia, creo que es un arte con muchas cosas en común respecto a la “música popular”, ¿por qué crees sin embargo que se sienten tan lejanos y poco dados a interactuar? 

Guache: Yo también pienso que tienen muchas cosas en común, pero nos topamos a veces con poemas sin ritmo o con tendencias como la poesía del silencio y ciertas “exquisiteces” que no casan con la música (y menos aún con la popular). 

 Marcelo: Es verdad que todo se puede “musicar”, pero hay que tener cuidado de no crear un tostón. 

Ya que tú Ángel participas en el ámbito de la literatura y en el de la música rock, ¿qué diferencias hay entre ambos ambientes? ¿Te sientes más cómodo en alguno? 

Guache: En ambos ambientes, como en el resto de las profesiones, hay personajes estupendos y otros que no lo son tanto. En el ámbito literario te encuentras con cierta frecuencia con tipos petulantes, listillos que quieren ser los primeros de la clase o que están haciendo “carrera”. Afortunadamente mis amigos no pertenecen a ese grupo. Y en la música veo mucha pose, “postureo”, y a veces falta de sustancia. Pero hay que quedarse con lo interesante y lo mejor de ambos campos. Con respecto a la última pregunta he de decir que suelo sentirme bastante al margen. 

De hecho me cuesta hacer un retrato genérico del público tipo que se acerca a un proyecto como éste, ¿En tierra de quién os sentís?

Marcelo: Con los discos anteriores, al ser más eclécticos, era más difícil conectar. Creo que con Ballet Volcánico puede ser diferente, ya veremos...

Guache: En los primeros discos teníamos un público más joven y “punkarra”, les gustaban canciones humorísticas como Las tendencias y los himnos más ácratas y panfletarios; este último disco parece que les interesa más a los profesores. ¿Será que madura nuestra música?