Entrevista: Víctor Coyote

“Me veo más lejos del mundo de la farándula que del mundo del autónomo” 

Por: Javier González 

Víctor Coyote es un genio de las mezclas, es un hecho. No en vano lleva demostrándolo durante toda su andadura, tanto en solitario como en su etapa al frente de Los Coyotes. Se le da de vicio mezclar géneros provenientes del otro lado del charco con su rock hispanista de amplias miras, a los que suele acompañar con unas letras que entre la fina ironía, la retranca y una particular versión de la cruda realidad, no exenta de cinismo, todo sea dicho, acaban por dar forma a una serie de obras que tienen mucho que masticar. 

Evidentemente en su nueva obra, “Las Comarcales”, Víctor no hace excepción, volviendo a firmar otra acertada colección de canciones con sabor a mestizo latino, sobre las que hemos tenido la oportunidad de hablar telefónicamente con él. 

Ni el confinamiento ni las semanas encerrado en casa, hacen que el de Tui pierda la capacidad para soltarnos unos cuantos titulares, repletos de lucidez, con los que vuelve a demostrar que es uno de los artistas más preclaros y estudiosos de nuestra música. Un maestro de la palabra que no traga con nada y cuya cultura musical quisiéramos para nosotros mismos muchos aspirantes a críticos. 

En primer lugar y dadas las circunstancias en que hacemos esta entrevista. ¿Cómo estás? ¿Qué tal llevas el confinamiento? 

Víctor: Bien, estoy bien. No he tenido graves problemas de salud, durante unos días tuve catarro, pero vamos nada del otro mundo. Por otro lado, estar encerrado en casa no es una cosa que me guste mucho. A mí me gusta salir, no eso que se llama salir de noche, pero sí salir a tomar un café, dar una vuelta para ver cómo están las cosas. No lo llevo mal ni bien. Uno tiene que estar acostumbrado a aguantarse en esta vida. 

¿En qué momento del camino de este “Las Comarcales” te encontrabas antes del parón? 

Víctor: Habíamos hecho la presentación en Madrid que fue bastante bien la verdad. Llenamos el Fun House, de hecho íbamos a hacer otra fecha. Teníamos pendientes la presentación en Barcelona y Zaragoza, así como otras cosas en Abril que no se van a hacer. También estábamos en medio de una ronda promocional con entrevistas para prensa y radio. Todo eso se ha parado porque estos días nadie llama para contratarte ni para nada similar. Está detenido todo. 

Sabemos que durante estos días estás haciendo una humilde aportación para hacer todo esto más llevadero. 

Víctor: Estoy publicando una tira diaria sobre la crisis que se llama “Días de Alarma” en Facebook e Instagram. Lo hago porque puedo trabajar en casa y no hay horarios establecidos, lo que me permite que pueda hacer cosas a mi ritmo. Evidentemente, hay gente que está currando mucho, haciendo un gran esfuerzo, exponiendo su salud por nosotros. La otra cantidad de gente está parada en sus casas. Así que me parecía bien hacer una pequeña aportación para sobrellevar todo esto. También existe otro porcentaje que sigue con su vida normal, como la gente del campo. Evidentemente no se toman cervezas en los bares, pero si alguien tiene que salir con las vacas o recoger cosas en el campo, pues se hace porque son necesarias. 

Hablemos del proceso de gestación del álbum. ¿En qué momento y de qué forman fueron surgiendo las canciones que han dado vida al disco? 

Víctor: Llevaba haciendo canciones desde hace tiempo, la verdad es que no saco discos constantemente porque no vivo solo de la música. Estas canciones las he ido haciendo durante estos años. Al principio el disco iba a tener un sentido, pero ha cogido otro algo diferente. Va pasando el tiempo y se juntan composiciones de varios momentos de tu vida. 

Desde fuera da la sensación de que tu carrera es firme pero a la vez calmada, con reposo, sin muchas ganas de entrar en el juego sucio que a veces marca el capitalismo de la industria musical. ¿Crees que es la única forma de llevar una carrera realmente independiente?

Víctor: No, yo creo que no. Además de tranquilo no tengo nada, soy de todo menos tranquilo, pero al estar haciendo cosas en varias disciplinas y no vivir solo de la música, me puedo permitir trabajar con otros ritmos. Por otra parte, siempre estoy bastante estresado, la vida es así. Ahora dicen que toca aguantarse y estar en casa, me hace gracia, da la sensación de que aguantarse habla de una cuestión católica, cuando en este momento no es así. Pues del mismo modo que hay que aguantarse en la vida, también hay que estresarse. Una gacela cuando baja a beber está estresada porque si viene un depredador se la come. Todo el mundo está estresado, a partir de ahí, cada uno hacemos lo que podemos. Tampoco creo que la gente tenga esa cosa de ceñirse a la industria musical. Nunca he sido prisionero de la industria musical. Es verdad que hay ciertas concesiones y pleitesías que son un poco ridículas, como determinadas costumbres de la industria también lo son, pero no las he sentido. Es verdad que en determinados momentos de mi carrera lo he puesto difícil para seguirme la pista. No sé si esta es la única manera de llevar una carrera, pero sí sé que es mi manera. 

Creemos firmemente que el disco tiene un título que le viene como anillo al dedo, es un cruce de caminos, pero no de los más transitados. Un cruce de rock, blues, música latina tradicional y música caribeña… ¿Cómo se cocina con naturalidad tal mezcolanza? 

Víctor: Llevo bastante practica en hacer mezclas así, pienso que es producto de la música que escucho. La gente que está muy ligada al rock prácticamente no escucha nada que no sea rock, así que a la hora de componer no le saldrá otra cosa que canciones rock. Me sorprende que haya gente que cita entre mis referentes a Tom Waits y Ry Cooder. ¿Cómo que Ray Cooder? Le he oído poco, la verdad. Hay gente que no sabe quién es Vicentico Valdés, Bruna Viola o Tiao Carreiro y Pardinho, por lo que no pueden citarles entre mis referencias porque no les conocen. 

En la edición física se incluye un libreto con un curioso mapa de las referencias que han dado vida al álbum. ¿Qué te llevó a incluir tal información? 

Víctor: Hay una edición especial con referencias a cosas que me han influido como escritores, músicos y hasta alguna que otra carretera. Cuando pensé en hacerlo, hubo un momento en que dudaba si no me estaba poniendo intenso y pedante, dando lecciones a la gente. Una de las cosas que me echaba para atrás a la hora de hacer el mapa era el aspecto docente. Quizás lo puede pensar alguien, pero no lo hago con esa intención. En un momento dado me dije “si no lo hago, nunca lo sabré”. A mí no me disgustaría que me dieran pistas para descubrir cosas nuevas o conocer las influencias de otros artistas. Creo que es una cosa que se suele ocultar por si alguien descubre de dónde has sacado un riff. 

Enfocas las interpretaciones con una cargada de cinismo, que unes a textos directos que hablan de una sociedad preocupante a nivel político sobre todo. 

Víctor: Trato que todas las cosas que hago en música tengas apertura de miras y mucha verdad. Me parece que hay obras de músicos y literatos, etc… en las que vienen mezcladas. No me voy a comparar con “El Quijote”, pero realmente es una obra que tiene humor, seriedad y habla de cosas trascendentes. En mi caso pretendo que todo vaya mezclado. No me gusta la dicotomía de grupo de risa o serio. Tener que elegir entre ser un tío dramático y no ser gracioso, creo que puedo y me gusta ser ambas cosas. Dramático y cínico. Y a la vez tener cierta sorna o retranca gallega en lo que digo. Quizás unas canciones vayan más a un lado que a otro pero me gusta mezclar conceptos. El cinismo al que haces referencia no es desapego, pongo toda la carne en el asador. De la misma manera que porque el sentimiento sea barato no deja de ser sentimiento. 

Una temática que abordas muy bien en “Cumbia del Milagro” 

Víctor: En “Cumbia del Milagro” hay un par de referencias directas a corruptelas, pero también hay una alusión directa a la corruptela mezclada con la frase de “sé tú mismo”, una perversión del lenguaje que suena muy hippie, pero que para mí es una terminología que pueden utilizar los que entregan sobres. Está muy mezclado, es raro, pero me gusta decirlo. Luego parece que en el rock hay que tener solo un discurso que diga “esta puta sociedad”, cantado con voz de rabia, y a mí me parece que la cosa no debe ser tan directa ni debe darse por sentado nada. A día de hoy los papeles están tan muy repartidos. Creo que hay pequeños empresarios que son gente solvente y que están trabajando bastante bien. Y luego hay gente que es muy enrollada y son unos hijos de puta. No veo eso de “tú llevas corbata, eres un alienado”, he llevado corbata mucho tiempo y sé de qué hablo. 

Entiendo lo que dices, se trata un poco de buscar la gama de gríses.

Víctor: Hace mucho que en política activa, votando y en manifestaciones de toda índole, no compro el peque pack del Burguer King. Usted dígame qué hay que firmar y qué manifestaciones hay, ya decidiré si ir o no, según me parezca. Que tenga que comprar el carril bici, junto a los derechos de la mujer y la homeopatía, no me parece correcto, lo mismo no compro las tres cosas juntas, cuidado. No compro las cosas en bloque. Incluso mi voto puede ir dirigido a un sitio u a otro, cuidado, seguramente no sean muy contrarios ideológicamente, pero para mí los matices son importantes.

En estos días da miedo escuchar… “La Maravilla”, aterra escucharte cantar “la bestia que nos acecha puede matarnos, despedazarnos, sin tanto hablar”. 

Víctor: ¿Pero por qué aterra? Lo dices por el contexto actual. Esa canción también habla de cosas como los animales. Ciertos animales son bestias que nos acechan, que pueden matarnos en un momento dado. Eso de convertir la naturaleza en una tienda de mascotas no lo firmo tampoco. Si hay una manifestación en la que me dicen que salga con una pancarta diciendo que convirtamos la naturaleza en una feria de mascotas amigables, yo no voy. La naturaleza es chunga y se acoge a la ley del más fuerte, algo que desde el punto de vista humano es injusta. pero la naturaleza no tiene moralidad. Tú puedes decir que no debe ser así, pero te va a dar igual. No puedes decir que sea justo echar agua a una semilla y que crezca. La moral es algo de los humanos y no de los animales. Hay cosas incorregibles. No se le puede poner vestido a los tigres de Asia Menor, no se puede, además sería ridículo. Hay mucha discusión y tela que cortar. También podemos hablar de la falta de humanidad de tener un Alaskan Malamute en Sevilla.

En “Es Tarde”, sueltas reflexiones acerca de miedos sobre el paso del tiempo y cómo nos afecta. 

Víctor: Me río con eso, eh. Para mí no es crudo. Es crudo para Mick Jagger que pone un video demostrando lo en forma que estás, el rock tiene el espejismo de ser joven. En otros géneros eso no existe. En salsa y en ciertas músicas populares, si te haces mayor, eres el mayor dentro del género. En el rock y músicas parecidas la gente tiene que ser joven, no aceptan de buen grado el paso del tiempo. Así surgen los “persigueminifaldas” y los “canallitas” de ochenta años que estarían mejor en su casa. Hago esa canción porque en mí caso es tarde para hacer muchas cosas. Si voy a un hospital me darán unas pruebas dignas de mi edad, no es algo opinable. Son verdades como puños. No digo que la sociedad esté mal, es una realidad. A mí eso me parece alucinante. A mucha gente esa canción le parece como una cosa rara y valiente, que declare que no soy un joven. Será que hay mucha gente no lo dice. 

“Santa Crú”, tiene claras referencias al sonido Caño Roto. 

Víctor: Esa canción tiene espíritu, tiene el desparpajo con el toque aflamencado-soul, quizás también a blues de los setenta, va por esa línea. Tiene un punto Jackson Five también. 

Capítulo aparte merece “Soy un Trabajador, Soy un Autónomo, Soy un Artista”, también está de rabiosa actualidad. 

Víctor: Sí, los autónomos nos vamos a ver jodidos como siempre. Cuidado a mí no me parece que todos los gobiernos sean iguales. Nunca lo sabremos, pero para mí es mejor que este gobierno se ocupe de la crisis que la posibilidad de que lo hicieran otros posibles. Ahora que de los autónomos no se ocupa nadie tampoco te lo niego y no es descubrir la pólvora. Tenemos pocos derechos, aunque se da mucha brasa con los emprendedores, pero facilidades no nos dan. Trato de unir a un artista, con un trabajador y con un tipo que está en el régimen de autónomos. Los propios artistas, no sé si por romanticismo, dicen que ellos vuelan, yo soy más trabajador que piloto de aeronave. A mí toda esa cosa de las copas y las minifaldas de noche no me van demasiado. Me veo más lejos del mundo de la farándula que del mundo del autónomo que hace la renta trimestral.

El disco tiene una importante nómina de colaboradores, algo que me imagino debió ser todo un honor. 

Víctor: No es que sea un disco de colaboradores, pero la gente que colabora está muy bien. Con Pablo Novoa trabajé en el disco anterior, trabajo bien con él y le admiro mucho, además nos llevamos bien. Ha tocado también Javier Díez-Ena al que admiro mucho. Y he contado con el guitarra de Guadalupe Plata, Pedro de Dios, que fue una cosa de última hora y de la que estoy muy orgulloso. Otro que nos ha echado una mano es Carlos Slap quien también ha colaborado. Estoy encantado con la gente que ha tocado en el disco. 

Sabemos que eres un tipo inquieto. ¿Qué bandas y solistas del panorama recomendarías?

Víctor: A mí me gusta mucho una chica brasileña que se llama Bruna Viola, que toca una guitarra muy concreta, la caipira, la sertaneja, que es la que toco yo en “Soy un Trabajador, Soy un Autónomo, Soy un Artista”, y luego me han descubierto a una chica argentina así como de trap, que se llama María Becerra, tiene una canción que se llama “High” que me gusta mucho. Es una cosa más teenager pero está muy bien. Y después me gustan cosas de procedencia americana como J.S. Ondara.

¿Qué hará Víctor Coyote cuando todo esto termine? 

Víctor: Cuando venzamos al virus, que se supone que lo haremos tarde o temprano, retomaré esos conciertos que no dimos y teníamos que haber dado. Y a ver si la gente no se ha olvidado de “Las Comarcales”. Y luego continuar trabajando en cosas mías, seguir haciendo todo lo que me gusta.