Fontaines D.C.: “A Hero’s Death”


Por: Skar P.D.

Históricamente afrontar una segunda obra cuando la primera te ha puesto, y con toda justicia, en el punto de mira de la vanguardia de la renovación millenial del post punk, esa etiqueta contenedora donde se ubican los sonidos herederos de la oscuridad melódico-depresiva de los primeros ochenta, tiene que producir vértigo. El síndrome del segundo álbum, también históricamente, ha devorado a innumerables y prometedoras bandas. "Dogrel", y su revisión localista, intensa, rebelde y apasionada del entorno y de la ciudad donde Fontaines D.C. habían crecido, les colocó de manera, quizás inesperada, en el punto de mira y en el boca a boca de la crítica y de la audiencia. La última esperanza blanca. Pesada mochila, desde luego, la que conlleva el calificativo. Difícil tesitura para cualquier banda la de afrontar un segundo disco y evitar la difícil y lógica tentación de prolongar el éxito en una segunda parte y que casi siempre, y salvo excepciones contadas, cortocircuitan la evolución necesaria para seguir avanzando.

El éxito de "Dogrel" trajo como consecuencia la inmersión de Fontaines D.C. en la vorágine de actuaciones, furgoneta y giras, incluidas un par de ellas por los U.S.A., con los daños colaterales que todo esto supone: tensión, agotamiento físico, presión compositiva y colocarles ante la disyuntiva de tener que responder al "y ahora que" y afrontar el abismo que se vislumbra ante la posible falta de respuesta. Una primera, y desechada grabación en Los Angeles, para hacerlo definitivamente en el sur de Londres y de nuevo con Dan Carey, el mismo productor de "Dogrel". Y de repente la pandemia, y el confinamiento, para amplificar la sensación de vértigo.

Las primeras escuchas de A "Hero's Death" nos sitúan ante una banda que, de repente, suena más madura y asertiva. Desde luego descartan una línea continuista y, por el contrario, amplían la paleta sonora alejándolo, un poco que no del todo, de la inmediatez y las urgencias de su predecesor y, deliberadamente, te ponen en la tesitura de volver a entenderlos en una más que evidente evolución. "No pertenezco a nadie, no quiero pertenecer a nadie" repite en letanía Grian Chatten en la seductora "I Don`t Belong", que sirve de apertura al disco. De repente Fontaines D.C. parece que se ha olvidado de la ira post adolescente, de la excitación descriptiva, para hacerse más introspectivos e, importante, más liricos e hipnóticos.

La oscura "Love Is The Main Thing" abunda más en esa sensación, aunque por momentos deja entrever la ironía en la repetición evocadora "El amor es lo principal". Sí , pero que no te engañen. Las raíces del post punk, versión Killing Joke, son patentes en el inicio de "Televisión Mind", aunque al contrario que estos, las percusiones no son opresoras, más bien te dejan respirar. El concepto millenial del asunto, y por primera vez se observan las secuelas del "Dogrel". Al fin y al cabo, siguen siendo la misma banda.

En "A Lucid Dream" es como si te explicaran todo lo que pasaba por sus mentes en los momentos de incertidumbre antes de dar el siguiente paso y te lo cuentan apoyados en una lírica, por momentos claustrofóbica, pero absolutamente descriptiva, de primera mano. Ellos estaban allí cuando la lluvia cambió de dirección.

Otra de las sutiles, o no tanto, diferencias es que dejan relativamente a un lado el spoken word para asumir melodías y entonaciones más propias de tipos como Nick Cave o, incluso, del mismismo Leonard Cohen. El romanticismo ensoñador de "You Said", que toma como referencia a unos Radiohead primerizos, o la calma introspectiva de "On Such A Spring", que bien podría haber encontrado acomodo en el "Berlín" de Lou Reed, son buen ejemplo de la madurez poética sobrevenida, dejando por momentos las descripciones reivindicativas de las partes más sombrías de la ciudad para asomarse al horizonte más despejado vislumbrado desde las colinas adyacentes a las playas, mucho más luminosas y ensoñadoras que las esquinas apenas alumbradas de los aledaños de los puertos.

La energética "A Hero's Death" está mucho más en línea con la banda del primer álbum y aun así los coros doo wop y el mensaje positivista no restan un ápice de intensidad al vibrante estribillo que repite una y otra vez que "la vida no siempre esta vacía". La experiencia americana es una influencia patente en la surrealista "Living In America" y ejerce a modo de exculpación de los momentos difíciles surgidos de la convivencia opresiva de las giras. "No necesitas ser rico...eres el heredero", dicen en toda una declaración de principios a modo de impulso emocional. Y lo enfatizan más cuando proclaman "No nací en este mundo para cumplir las órdenes de otro" en la velvetiana y explosiva "I Was Not Born". Y no es tan raro si se tiene en cuenta que las primeras guías del post punk se encuentran en las partes más oscuras de la Velvet.

Fontaines D.C., al hablar de este disco, citan repetidamente a Beach Boys como influencia más espiritual que sonora. ¿Beach Boys?. "Está inspirado en la quietud del mar", explica Grian. “Como Beach Boys. No estoy diciendo que estemos cerca de los Beach Boys en términos de armonización o canto ni nada por el estilo, intentamos poner el manto de los Beach Boys sobre absolutamente todo lo que hicimos en Estados Unidos, como se hace cuando se carece de contexto.". Bajo ese espíritu es posible encontrar referencias quizás en los coros de "You Said" o en la secuencia de acordes iniciales de "I Was Not Born", pero si hay una canción que de visibilidad a la influencia citada esta es sin duda la luminosa y ensoñadora "Sunny". Hasta en el nombre obviamente. Aun así, si ellos lo dicen... 

La definitiva prueba de madurez es el corte de cierre. No, así se llama, es una balada excelsa, desgarradora de un optimismo esperanzador : "Por favor no te encierres". La música son emociones y esta canción es absolutamente conmovedora.

Los irlandeses podrían haber sido devorados por las peligrosas secuelas derivadas de un arranque tan espectacular como integrador, generacionalmente hablando, como fue el "Dogrel". Incluso han hecho referencias a ello, pero el esfuerzo por la evolución, por descartar el continuismo, pero, a la vez, por mantener sus virtudes más reconocibles han dado como resultado un disco pleno de insultante y temprana madurez. Más abierto estilísticamente, pero más oscuro y reflexivo y, además, lleno de canciones mucho más cromáticas, que le dota de un halo mucho más ecléctico que su predecesor. Indudablemente es un paso adelante en una tesitura complicada y lo han resuelto de forma brillante. "A Hero's Death" sigue manteniendo ese aire de insurgencia característico de la banda, pero ahora saben más, están intelectualmente más preparados y desde luego siguen manteniendo el aroma a banda con todas las sinergias que eso implica. El resultado es un disco brillante en todos los conceptos. 

"Ese fue el año de la burla, ahora lo real está aquí" (A Hero's Death)