Entrevista: Luis Prado


"No aspiro más allá de sacar buenos discos que digan algo"

Por: Kepa Arbizu

Cuando se tiene delante a un músico (arreglista, productor, multinstrumentista) como Luis Prado, que lleva aparejado a su nombre un estilo único y realmente distintivo, de nada valen las palabras calificativas ni las citas referenciales, por mucho que a este hombre pegado (no solo) a un piano se le puedan sacar a relucir las de Randy Newman, Beatles, Supertramp u otras cuantas. El único método válido para comprender la especificidad de su propuesta es oírla, y sobre todo escucharla, porque a su talento estrictamente musical se une otro para elaborar unos textos irónicos que completan "el tsunami emocional", nombre de su segundo disco en solitario -dejada atrás la disciplina de Señor Mostaza- tras "Mis terrores favoritos", que define a la clase media de toda una generación.

Estamos por lo tanto ante otro soberbio ejercicio de melódica actitud pero al mismo tiempo ante un novedosos álbum en cuanto a un tratamiento mucho más complejo y ambicioso en su presentación sonora. Descomunal vestido para ese locuaz e imaginativo "Pepito Grillo" de todas esas mil pequeñas miserias, y alguna que otra grandeza, que decoran nuestras vidas.

Tras tu primer disco en solitario, “Mis terrores favoritos”, “El tsunami emocional” representa un segundo trabajo que muestra tu sonido bajo una producción más barroca y expansiva, ¿ves este disco como una profundización y un perfeccionamiento del perfil musical al que aspiras?

Luis Prado: Reconozco que soy muy poco ordenado en esto que comentas, quiero decir, que no sé muy bien hacia dónde voy, o mejor dicho, sí lo sé, voy hacia la canción y hacia intentar no repetirme más de lo inevitable. Pero al margen de todo ello, desconozco a qué más aspiro a mostrar bajo mi nombre, más allá de sacar buenos discos que digan algo.

En ambos álbumes has contado con la producción de José Nortes, ¿lo consideras el aliado perfecto para acompañarte en este trayecto? 

Luis Prado: Totalmente, nos conocemos desde hace mucho, es un ingeniero de sonido, productor, guitarrista increíble, y su opinión es imprescindible para ir dándole el mejor acompañamiento sonoro a mis canciones.

Musicalmente has viajado por diferentes épocas y décadas, del clasicismo rhythm and blues de “No puedo olvidarte”, a los arreglos ochenteros de “Todo está decidido” o la música de cámara de “Vals del montón”… Si alguna vez los tuviste, ¿has apartado todo prejuicio a la hora de tomar influencias de cualquier lugar?

Luis Prado: Pues yo intento que no los haya nunca, ¿eh? Otra cosa es que no se me ocurra nada con cierto tipo de sonidos; no me importaría nada por ejemplo hacer algo de electropop petardo, pero todavía no se ha dado...

”El tsunami emocional” parece un título perfecto para todo lo que nos está tocando vivir, ¿ha sido un disco determinado por el hecho de la pandemia o simplemente se ha visto influenciado parcialmente?

Luis Prado: Más bien parcialmente. Algunas canciones sí que fueron escritas o terminadas más adelante, pero la mayoría ya estaban ahí, lo que no les impide que parezcan cobrar un nuevo significado, lo cual siempre es divertido.

En tu anterior disco eran evidentes las referencias al cine, ¿cuánto hay de cinematográfico en este trabajo? Porque hay muchos momentos que adquieren la forma casi de un musical..

Luis Prado: Tú lo has dicho, yo creo que hay bastante de estructura de musical en algunas canciones, cierto, aunque tampoco es la primera vez que lo hago, yo a veces tiendo a eso...

A pesar de las referencias que haces a veces a elementos concretos del presente, ¿te interesa ese recurso más como manera de llegar a una reflexión global/universal o es una forma de plasmar el momento concreto que vivimos?

Gracias por preguntarlo, (risas), porque es exactamente lo que intento a veces... Por ejemplo algunas de las canciones que hice en Señor Mostaza, en las que aparecía Borg, o el Mercadona, o Miguel Bosé, me servían de pretextos para hablar de otras cosas, como la imposibilidad de cambiar a la gente que queremos, la sensación agridulce cuando aparecía alguien de tu pasado o lo absurdo que es mezclar talento y amistad... En realidad no hablaban ni del Mercadona ni de Miguel Bosé. Eso sí, a veces metes algún nombre con toda la intención del mundo. Es que a veces es un recurso que sirve muy bien para expresar algo.

A la hora de escribir, ¿te abasteces más de la vivencia personal o de la observación de lo que ves a tu alrededor?

Luis Prado: Pues de la vivencia personal y también de la de los otros. No tengo que haber vivido algo para necesariamente escribir sobre eso, es muy normal que a veces juegue a suponer o futurizar, aunque también depende, porque estoy pensando que hay canciones que no tienen que ver mucho con alguna experiencia mía...¡Vamos a dejarlo en un sesenta-cuarenta!

Creo que hay un tema, expresado en diferentes contextos y modalidades, que aparece en varios momentos de estas canciones y es el de la lucha entre la normalidad, ser un individuo común que no sobresale, y el anhelo de sentirse diferente, excepcional.. ¿Tienes personalmente un favorito en esa disputa?

Luis Prado: ¿Sí, sale tanto? Ostras, pues no me había percatado, aparte de en "Vals del montón", claro. Pues yo creo que me posiciono claramente con el de la normalidad.

“Te vi terraplanista”, al margen de esa mirada irónica a negacionistas y demás, también se manifiesta como ese descubrimiento que hacemos, o nos hacen, en los demás de ideas o pensamientos que no esperamos y decepcionan… ¿Era mejor cuando no sabíamos tantas cosas del vecino?

Luis Prado: Yo creo que un poco sí, pero tampoco lo tengo claro del todo... Tal vez nos hemos evitado muchas discusiones políticas de las que no llevan a nada precisamente por desahogarte en las redes, pero no sé,¿eh? Yo estoy en un momento de cierto  cansancio de esas redes, pero a ver quién sale de ahí con un disco que promocionar (risas).

“El fin del mundo es ya”, además de su tono épico y apocalíptico que describe la sensación que se vive en la actualidad, parece servir también para evaluar todo aquello innecesario o por lo menos prescindible que acompaña a nuestras vidas… ¿Nos hemos acostumbrado a demasiadas cargas innecesarias?

Luis Prado: Seguro. Pero bueno, muchas de las cosas a las que hago referencia en la canción es que no hay manera de librarse de ellas. Aunque en algunas de ellas pongo el foco más en parte frívola que en lo verdaderamente esencial a eliminar.

El hecho de que seas tú el que prácticamente te encargues de todo lo que suena, ¿supone más un ejercicio de libertad, por ser tú el único responsable,  o de responsabilidad, precisamente por lo mismo?

Luis Prado: En realidad es un ejercicio de libertad por la agenda, básicamente. Puedo hacer un viaje a Madrid y decidir si me pongo a grabar baterías de algún tema nuevo, o repaso las guitarras de este otro, o rehago una línea de bajo, etc... Si trabajas en grupo todo tiene que estar mucho más organizado, y además, ensayado previamente, claro.

Además de tus carreras ya sea en solitario o grupales, has acompañado a un buen número de músicos o bandas, ¿son dos disciplinas para ti muy diferentes  o consiguen de alguna manera retroalimentarse?

Luis Prado: Se retroalimentan, sí. En mis canciones lo normal es que lleve yo al piano la base de la canción, en cambio, casi siempre que toco para alguien en un grupo es una o dos guitarras las que llevan la base.

Alguna vez te he leído decir que no eres alguien que le guste excesivamente la vida en la carretera, o que por lo menos que te cansas rápidamente de las giras largas, ¿en este momento sin posibilidad, o con poca, de directos, los has llegado a echar de menos?

Luis Prado: Un poco, pero también tengo esa cosa de que hace un siglo que no toco en directo y ahora como  que me impone, los echaré más de menos cuando haga uno y vaya bien. (risas)