Cecilia, la cantautora olvidada


Por: Àlex Guimerà

Nacida como Evangelina Sobredo, Cecilia es uno de aquellas artistas maravillosas a reivindicar, pues rompió moldes de los que se estilaban en la época. La CBS la quiso encumbrar como cantautora dócil y sin embargo delante tenían una personalidad arrolladora combativa y disconforme con la arcaica sociedad burguesa franquista a la que quiso enfrentarse con su poesía. Crítica con los valores tradicionales, con la estricta educación religiosa, pionera en el feminismo, defensora de la soltería femenina y enemiga de las guerras. Pero también supo escribir sobre otros temas como las complejidades del amor o la existencia humana. 

Hija de diplomáticos, su infancia la hizo vivir en distintos países (Reino Unido, EEUU, Portugal, Jordania y Alger) por lo que hablaba el inglés como si fuera nativa y por lo que adquirió una visión universalista de la vida que chocaba con la España de la época. Al parecer una monja americana fue la que insistió en que subiera a un escenario a lucir su poderosa voz, lo que hizo muy temprano en festivales escolares y otros eventos antes de montar la banda Expresión, que junto a Julio Seijas (con quien siguió colaborando en el futuro) cantaban temas folk en inglés.

Seguidora de Bob Dylan, Simon & Garfunkel y la música popular anglosajona en general, muy pronto comenzó a escribir sus propios temas demostrando un gran ingenio no solo para las metáforas y figuras literarias, sino para la crítica mordaz encubierta y sutil. Ello se unía a una facilidad para crear melodías que la llevaron a dejar un legado imponente y que en gran medida ha pasado bastante desapercibido. De gran carisma, usaba ropas hippies y se negaba a que la vistieran, peinaran o maquillaran haciéndole perder su sencillez y su personalidad a pesar de que tenía complejos con su físico.

Cecilia apareció en una época en la que las multinacionales discográficas buscaban cantantes como Raphael, Julio Iglesias o Rocío Durcal, pero en Evangelina encontraron una cantautora reivindicativa que ni venía de la clase obrera ni era un intelectual bohemio y además musicalmente no bebía de la canción francesa.  Por desgracia su corta carrera se vio truncada antes de que publicara su cuarto disco en el que iba a musicalizar letras de Valle-Inclán. Fue la fatídica noche del 2 de agosto de 1976 cuando tras un concierto en Vigo viajaba en coche hacia Madrid con sus músicos y el vehículo chocó con un carro de bueyes alcanzando la muerte a los 27 años dejando atónitos a todos sus fans y al mundo de la música. 

Discografía esencial

"Cecilia" (1972)

El debut de la cantautora es el más irregular de sus tres elepés de estudio. Pues a pesar de contar con grandes temas, la producción a menudo resulta fallida cuando no ampulosa, además de alternar temas en castellano e inglés. Grabado durante el verano de 1973 en los Estudios Audiofilm de Madrid con la producción de José Luís de Carlos y del gran Juan Carlos Calderón (Nino Bravo, Serrat, Mocedades, Camilo Sexto,...), el álbum incluye su gran éxito "Dama,dama" con la que la autora criticaba la doble moral y vida burguesa, pero también incluye "Fui", con la controvertida frase "al caer la noche sé que me quisiste roja". "Mi gata Luna" evoca el sonido Canterbury que a finales de los sesenta encumbró a los universitarios ingleses rescatando el folk tradicional y juntándolo con ciertos tonos psicodélicos De los tres temas en inglés, sólo uno no es compuesto por ella, "Lost Little Thing", ya que se trata de una versión de "Dear Prudence" de sus queridos Beatles.

"Cecilia 2" (1973)

Un año después de su debut, salía este disco que se tituló "Cecilia 2" por culpa de la censura y la discográfica, ya que inicialmente iba a llamarse "Me quedaré soltera", que junto con la portada en la que aparecía una foto suya realizada por el artista Paco Ontañón en la que se le veía embarazada, habría supuesto un auténtico escándalo para la época. Pero las dificultades no terminaron allí ya que el tema "Un millón de sueños" (originalmente "un millón de muertos") llevó a la cantautora a los tribunales del régimen a declarar, lo que salvó argumentando que el millón de muertos se refería a la guerra del Yom Kippur (Oriente Medio) que ella vivió en su adolescencia.

Grabado durante el verano de 1973 en los Estudios Kirios en Madrid bajo la producción de José Luís de Carlos y Pepe Nieto, el disco recoge diez temas escritos por la propia Cecilia (firmaba las canciones con su verdadero nombre Evangelina Sobredo) y fue el menos exitoso de sus tres trabajos a pesar de la calidad de las composiciones y sus arreglos e interpretaciones.

"Un ramito de violetas" (1975)

De portada naif y costumbrista, el disco supuso la eclosión de Cecilia hacia el estrellato. Con "Un ramito de violetas" y "Mi querida España" como claros éxitos, el disco gozó de gran popularidad. De nuevo con Calderón a los mandos en el estudio, el álbum suena compacto, maduro y trabajado con una lírica profunda como nunca - esa crítica descriptiva de la sociedad y esas reflexiones existenciales tan maravillosas de la cantante - junto a una instrumentación acotada y coherente. Desde los vientos de "Mi querida España", a los violines de la que titula el trabajo o de "La primera comunión", a los efectos inquietantes de "Decir Adiós" al pasodoble de "Don Roque" o los desarrollos jazzys de "Esta Tierra". Nuevamente los problemas con la censura aparecieron cuando quiso plasmar a las dos Españas que dejó la Guerra Civil "esta España viva esta España muerta" que acabó siendo "esta España mía esta España nuestra", en una canción que se valoró como patriótica cuando era crítica.

"Amor de medianoche" (1976)

Este recopilatorio se publicó poco tiempo antes de su muerte y recoge los mejores temas de sus discos más la canción que lo titula "Amor de medianoche", un tema compuesto y producido por Juan Carlos Calderón  que se grabó para que Cecilia participara en el Festival de la OTI representando a RTVE y en el que quedó segunda del año 75 y del que se hizo un especial en televisión con sus mejores éxitos que le hicieron ganar popularidad y seguidores. Si bien, para ese tema, la cantautora cambió letra y título de la canción para hacérsela suya. El álbum lo completan sus piezas más famosas como "Dama Dama", "Andar" o "Mi querida España".

"Canciones inéditas" (1983):

Atrás la Dictadura y la Censura, la discográfica CBS editó este disco póstumo que lo formaban canciones que la cantante había grabado antes de su muerte sobre textos de Valle-Inclán para su siguiente álbum, junto con otras en inglés y descartes - algunos por la censura por sus textos- de sus primeros tres álbumes. Un disco ecléctico e interesante imprescindible para completar el legado de la artista. A destacar la crítica de "Doña Estefaldina", la antibélica "Soldadito de plomo" y la popy “Lady in The Limousine".