Shuarma

En el mundo del arte nadie te puede decir que debes y no debes hacer
Creemos que el personaje que hoy nos ocupa no necesita presentación alguna. Todos le conocimos hace algunos años cuando apareció en escena de la mano de Elefantes, banda de la que era vocalista y que venía apadrinada por el mismísimo Enrique Bunbury. Dicha credencial eran palabras mayores para algunos que solamente éramos unos admiradores adolescentes del aragonés. Ha pasado ya un tiempo de aquello, mucho han cambiado la circunstancias para el cantante catalán. Dejo atrás al resto de la manada para lanzarse en solitario bajo su propio nombre. Actualmente está de rabioso actualidad porque hace apenas unas semanas ha visto la luz su último disco. Bajo el título de “El Poder de lo Frágil” se nos presenta un trabajo de pop-rock sofisticado, de alta escuela, con textos tan sencillos cómo sinceros, sin duda una de las grandes marcas de fábrica a la que nos tiene acostumbrados Shuarma. Canciones cómo, “Otra Ráfaga de Luz”, “La Única Opción”, “Falta de Amor” o “Despierta” dan buena cuenta de la dimensión de este trabajo.

La cita con Shuarma es un céntrico hotel de la capital. Nuestro interlocutor aparece a la hora pactada hablando por el móvil. Enseguida termina su conversación, nos saludamos amablemente y nos dirigimos a la cafetería para comenzar nuestra charla. Antes de encender la grabadora le mostramos una fotografía de hace casi diez años. Concretamente de una tarde de un día indeterminado. La imagen se corresponde con su segundo concierto en la Sala Caracol, durante la gira de “Azul”. El disco que les abrió las puertas de la popularidad, el LP que les hizo llenar por primera vez las Salas madrileñas y de otros muchos lugares. Shuarma abre bien los ojos, examina la fotografía, su expresión es sincera, no engaña. Le ha hecho ilusión. Nos pregunta por la historia de la misma y comienza a recordar. Hace muchos años que nos conocemos aunque él no se acuerde de nosotros.

Bueno, este es tu segundo trabajo con material inédito, aunque nosotros no hemos tenido la oportunidad de hablar contigo hasta ahora. Así que creemos que es obligación por nuestra parte decirte. Shuarma después de Elefantes, Shuarma en solitario. ¿En qué cambian las cosas de estar en una banda a trabajar cómo solista?
La verdad que en el Elefantes yo llevaba el peso musical, por lo que no es mucho cambio para mí. Al contrario, es casi más fácil. Al ser uno mismo compositor, tu tienes tu versión de la cosas, si estás en una banda hay que negociar. Luego cada uno aporta su parte.

Con la perspectiva del tiempo ¿Por qué se pone fin a Elefantes?
Yo tenía la sensación de que alguna canción se me quedaba en un terreno que no me acababa de gustar, además íbamos hacía un sitio que a mí no me gustaba. De ahí que se parara y decidiera buscar mí propio camino.

Decides coger tu camino y editas “Universo”, alejado del sonido que hacías con el resto de la banda.
Bueno es alejado, aunque creo que no tanto. Si te fijas, “Somos Nubes Blancas”, tiene mucho de “Universo”. Habla de optimismo, es menos rock, estamos más cerca del Pop, con más guitarras españolas, con cosas del sur, bajando hacia África. Es un disco más tranquilo. Creo que “Universo”, es el disco que hubiéramos hecho Elefantes de haber seguido, es todavía más étnico, más de “madera”. Por otro lado si que rompí con cosas, en ese disco. Sobre todo con la forma de trabajar. Pudo trabajar con músicos que no conocía, ingleses, africanos. Me dio una dinámica nueva. Ahora he vuelto, más a los inicios, más al rock. He vuelto a estar enfadado.

Antes de entrar a valorar “El Poder de lo Frágil”, una curiosidad. La verdad es que de tu primer trabajo nos ha llamado la atención poderosamente el hecho de que a parte de la edición original, vieran la luz una “reedición”, bajo el título de “Más Universo”.
Es algo que no tiene mucha lógica. Yo creo que estaba muy perdido. Dejar un grupo, es algo complicado. Te sientes desubicado. “Universo” se puso en el mercado, con el paso del tiempo unos amigos hicieron una remezcla, posteriormente me reencontré con Enrique Bunbury, grabamos una nueva versión de “El Tiempo se puede Parar”. Luego aparte tenía temas en acústico. Por otro lado, el disco funcionó bien, por lo que la compañía me propuso sacar una reedición sin DVd, más barata y también cómo aliciente para aquellos no tenían el disco, era una forma para que lo compraran teniendo algo extra.

Todo eso en cuanto a “Más Universo”, pero aparte existe un directo del mismo.
Si eso es. Por otro lado está el tema de la gira. Durante esa gira me parecía que todo lo que hacía era una “mierda”. No me sentía satisfecho de ninguno de los conciertos que dí. De hecho paré la gira y busque nuevos músicos que entendieran lo que quería hacer. Músicos con los que crear una familia. Yo estoy acostumbrado a esto (Señala la foto que le hemos entregado, en la misma aparecen Elefantes al completo). Lo paré todo, encontré a las personas adecuadas. Entonces, al recuperar sensaciones, me quedé tan satisfecho que quise dejar constancia en un directo, porque para mí eso era mí primer paso. Un directo que solo se compra por web o en los conciertos. Es algo meramente testimonial.

Con esa banda es con la que empiezas a trabajar en lo que será “El poder de lo frágil”.
Con esa banda vuelvo a crear mí equipo de trabajo. He grabado el nuevo disco con ellos y son mí nuevo grupo, en realidad. Curiosamente cómo Elefantes, son un guitarrista, un bajista, teclista y batería. Creo que esa es la formación que por mí forma de escribir le sienta bien a mis canciones.

Ahora si, es el momento de hablar de este nuevo trabajo. Y que mejor forma que dispararte a quemarropa, ¿Qué nos puedes decir del nuevo disco?
Que es buenísimo (Risas)

Suponemos que es un trabajo del que te sientes más que satisfecho. Es curioso, pero parece que no querías dejar nada a la improvisación puesto que has controlado todo el proceso creativo del mismo. Desde la producción hasta llegar a cuestiones que son más de imagen.
Para mí era volver a los orígenes. Volver a poner los cimientos en su sitio. Tenía la necesidad de controlar todo el proceso. En realidad siempre lo he hecho, he estado muy encima de productores, diseñadores, de todo, pero lo firmaban otros. Ahora he necesitado ir un poco más allá y hacerlo yo. Creo que es el disco en el que más se me ve de todos los que he hecho hasta la fecha. Refleja muy bien lo que soy yo en este momento. Creo que es un gran trabajo, puede gustar o no. Quizás a vosotros no os guste (Risas). Creo que es un buen trabajo. Sabía lo que quería contar y lo he conseguido.

El primer single es “Otra ráfaga de luz”. ¿Crees que es una canción representativa de todo lo que hay en “El Poder de lo Frágil”? ¿Por qué se ha elegido ese single?
La verdad es que la elección del single no ha sido cosa mía. A pesar de eso, representa bastante a las claras lo que hay dentro del disco. Es un disco que tiene muchas cosas distintas. Creo que es un viaje, un disco bastante conceptual. Empieza más alegre, eufórico, cada vez se va oscureciendo, hasta el final que es más duro. Esa canción define bastante bien parte de lo que puedes encontrar en “El poder de lo frágil”.

En tu web hemos podido leer los calificativos que te regalan, Bunbury, Leiva, pero sobre todo, nos ha gustado el que te dedica Loquillo, viene a decir que “Shuarma ha encontrado su personaje definitivo”. ¿Estás de acuerdo con esa afirmación?
Si, la verdad que si. Estoy de acuerdo con lo que dice el Loco. Creo que he encontrado mí lugar. Es complicado encontrar tu sitio. Soy una persona muy inquieta, me gustan muchas cosas. En Elefantes había canciones rock, rumba, muchos palos distintos. Sin embargo, en este disco he encontrado un espacio propio y un enfoque homogéneo. Con este trabajo he encontrado un discurso propio.

Personalmente siempre nos ha parecido que has tenido tu propio discurso, pero además, siempre hemos considerado que tu música te hace acreedor del título de digno heredero de grupos que definen muy bien lo que es hacer música desde España. Estamos hablando de esa vertiente musical de grandes bandas como Radio Futura, El Último de la Fila o Gabinete Caligari, esos grupos tipicamente españoles.
Me enorgullece que me digas eso. Yo escucho mucha música española. Me encanta. Soy un gran admirador de Santiago Auserón, Antonio Vega y de Jaime Urrutia, entre otros. He bebido de todos ellos, es lógico que salga. A mí me gusta hacer rock o pop de aquí. No quiero que si quitas mí voz parezca que eso sea de Londres o de Glasgow. Quiero que el que lo oiga diga “¡Hostias! Esto es de España”. Creo que es importante crear una identidad propia. Yo admiro mucho a Jaime Urrutia, porque Jaime es España. Sabes que eso sólo puede ser rock de aquí, es imposible que lo encuentres en Nueva Orleans. Me enorgullece que se ubique mí proyecto dentro de España.

Hablando de compañeros de profesión. Has vuelto a grabar con Los Rebeldes “Un Español en Nueva York”.
Para mí Carlos es otro de los grandes. Cuando se habla de rock español y no se nombra a Carlos Segarra, me parece grave. Es una de las mejores voces que he oido en el rock. Un gran compositor y un “frontman” espectacular. Si Carlos hubiera nacido en EE.UU. todos estaríamos rendidos a sus pies.

Particularmente me gusta pensar que Carlos Segarra es el Brian Setzer español…
Es un crack. Si le ves en escena es Rock and Roll. Su forma de vida es el Rock. Yo reivindico a Carlos Segarra.

Hablando de otro grande del panorama, aunque lamentablemente ya no está entre nosotros. El día 9 participaste en el homenaje a Antonio Vega. Tu compartiste grabación de dos canciones con él, “Que Yo no lo Sabía” y “Lucha de Gigantes”. ¿Qué puedes decirnos de él?
En directo siempre toco “Lucha de Gigantes”, pero para esa ocasión tan especial la interpretó su hermano Carlos. Yo canté “Oceano de Sol”, la probé con la banda, con Nacho su primo fue algo tremendo. Me lleno de orgullo estar allí. Antonio Vega era único. La estela de Antonio es muy especial, a nivel artístico y a nivel personal. Es un tipo que te enseñaba cosas callando, con él aprendías de esa manera. Era un tipo muy enigmático.

¿Qué más bandas admiras?, con o sin el peso histórico de muchas de las que hemos nombrado.
Hace poco que he descubierto la grandeza de Javier Corcobado. Lleva muchos años. Es uno de los grandes de nuestro país sin duda. Es un gran letrista. Estoy flipando con él.

En cuanto a nombres “nuevos”. Love of Lesbian o Vetusta Morla, grupos que llevan muchos años de trabajo, que tienen un discurso muy profundo. Ahora les ha tocado que les rían las gracias. Son un gran ejemplo para grupos que están empezando porque demuestran que si se hacen las cosas bien al final llega tu momento. Ni Vetusta, ni Love of Lesbian aparecen en 40 Principales pero están ahí, eso me parece muy bonito.

Es el premio a la constancia de algunas bandas…

Al final parece que sacar un disco es ir en “Limousine” a los sitios y que va. Ser músico es ser artista y ser artista es muy jodido. La gente no reconoce tu trabajo, si lo reconocen es al cabo de mucho tiempo. Esto de sacar disco y que funcione ocurre muy pocas veces. Esto es un trabajo y hay que currárselo, cómo lo hace el zapatero con sus zapatos.

Y si no que te lo digan a ti Shuarma. Que llevas en esto desde los tiempos de “Sioux”.
Si, es verdad. Como podéis comprobar ya hace unos años que voy dando vueltas en esto. La verdad es que era una buena banda, había muy buenos músicos, con muy buen rollo entre nosotros. En ese tipo de proyectos hay una ilusión muy grande, un gran desconocimiento. Con el paso del tiempo vas aprendiendo, pero en esa época lo que hay es valor, valor para hacer todo. Hacer animaladas y defenderlas a capa y espada, eso es rock and roll, porque todo se hace con actitud e implicación. Esa es la filosofía del rock.

Estamos de acuerdo en que una gran parte de aquello que define al rock es la actitud. En tu biografía hemos encontrado un capítulo de pura actitud. Hemos leído que tu primer profesor de canto te recomendó que te dedicaras a otra cosa…
Eso es cierto. Afortunadamente nunca he hecho caso a los profesores. Además soy de esas personas que funciona cuando les apretas, creo que casi todo el mundo es así. Este tipo me dijo que no servía para cantar, el problema es que yo quería cantar. Fue el primer obstáculo a saltar. Quizás no tenga una gran voz, pero da igual. Bob Dylan derribo esa pared hace muchos años. Creo que con el tiempo me he convertido en un buen cantante. Hay gente que no tiene una gran voz, pero que si logran ser grandes cantantes. Un ejemplo para mí es Fito Páez. En el mundo del arte nadie te puede decir que debes y no debes hacer.

Shuarma, sabemos que las cosas en el mercado musical están muy mal. A pesar de lo cual tienes más de veinte actuaciones programadas durante este año. Eres todo un privilegiado.
Es cierto, la situación esta muy difícil, pero siempre es así para la música. España es un país muy desagradecido en ese aspecto, cuando tienes un éxito parece que alguien quiere hundirte. Disco a disco debes ganarte a la gente. Yo vengo de dejar un grupo que funciono, nos separamos y ahora estoy pagando un poco las consecuencias.

¿Qué planes tienes de cara a la gira?
Estoy eligiendo sitios pequeños. Aquí en Madrid el próximo jueves tocaré en “El Sol”. Si funciona, ya elegiré otro sitio más grande. Estoy confiado tengo una gran banda y muchas ganas. De momento lo que llevamos de gira está siendo estupendo porque estamos convenciendo al público uno a uno. Lo estamos haciendo de forma artesana, con las manos.

¿Qué se va a encontrar todo aquel que el próximo jueves se acerque hasta la calle Jardines para verte?
A quién venga le puedo asegurar que no se va a quedar indiferente. Creo que en solitario he logrado recuperar la fuerza que teníamos con Elefantes. Ese realismo era nuestra gran baza, convencíamos a la gente porque todo era verdad. Ahora lo he recuperado. Igual que te digo que con “Universo” lo perdimos, porque literalmente era “una mierda”. La gente que viene ahora flipa y nosotros también. Todo el que se acerca a vernos sale contento y para mí eso es más que suficiente.

Por cierto, una última curiosidad ¿Qué paso con el proyecto que tenías con tu mujer, bajo el nombre de la “Media Luna”?
Ya no colaboro con ella. En principio si produje el disco, le pase alguna canción. Pero ocurre una cosa, que mí mujer es muy buena, es una gran compositora, buena letrista. Sólo necesita el altavoz para que se le escuche. Yo creo que es cuestión de tiempo que alguien le eche el ojo.


Apagamos la grabadora y vamos con Shuarma hacia el lugar donde tendrá lugar la breve sesión fotográfica, no sin antes pedirle que nos firme la fotografía que tomamos hace casi una década. La verdad que su sencillez y cercanía la de su persona nos ha sorprendido. Ha sido todo un placer charlar con él, a buen seguro que ver su directo el próximo jueves en la sala “El Sol” también será agradable.

Texto: Javier González e Iván González
Fotos: Iván González