Entrevista: Mikel Erentxun


"Estoy seguro de que este trabajo, con el paso del tiempo, va a quedar como uno de mis tres mejores discos"

Por; Guillermo García Domingo

Han transcurrido nada menos que 38 años desde su primer disco, sin embargo, el músico donostiarra, con la ilusión imparable del principiante, nos ofrece “Septiembre”, uno de esos discos dobles, por el número de canciones que incluye, que tanto le gustan, como nos confesó en la entrevista que concedió a El Giradiscos a través de una videollamada. El recibimiento que ha suscitado su disco más reciente nos hace pensar que se trata de uno de los acontecimientos musicales del año en nuestro país.

“Tren a Marte” es uno de los primeros singles que precedió a la publicación hace unas semanas del álbum. En este tema, Erentxun proclama que “nos falta Bowie, nos falta Lou Reed, nos falta Petty, no llueve en abril, es el fin del mundo”. Estamos huérfanos, es verdad, de modo que las creaciones de Erentxun, que son de una belleza poco común, son más necesarias que nunca. Aferrados a sus canciones, forjadas en un metal precioso, podemos abrirnos paso en las tormentas que se avecinan. Nos atiende generosamente desde San Sebastián.

“Septiembre” es un disco muy heterogéneo, los temas son muy diversos entre sí, sin embargo, todos ellos tienen en común dos elementos. El primero es el protagonismo del piano y sus variantes electrónicas. ¿Por qué has decidido otorgarle a este instrumento un papel primordial en este trabajo, tanto en la composición como en la grabación? 

M. Erentxun: Esta es la clave de este disco, el hilo conductor, efectivamente. Es la primera vez que escribo un disco a piano. Históricamente siempre he escrito a guitarra, aquí y allá puede haber alguna canción a piano, pero nunca de esta manera. Todo empezó durante la pandemia, por culpa o gracias a Elton John y a un trabajo de arqueología musical, que me llevó a indagar y a profundizar en los primeros discos de Elton John de los años setenta. Esto a su vez me animó a comprarme un piano y, en fin, me abrió los ojos. Luego he recibido muchas más influencias, más allá de Elton John. A partir de entonces empecé a escribir canciones con el piano y me di cuenta de repente que tenía unas cuantas. Decidí hacer un disco entero al piano y por eso llamé tanto a Víctor (Cabezuelo) como a Dani (Ruiz), ya que los dos son guitarristas-pianistas, que es una figura que me gusta mucho, en la que me gustaría ubicarme yo también, aunque soy más guitarrista. Me gustaría que el piano fuera cogiendo más protagonismo, y, desde luego, en “Septiembre” el piano es el instrumento rey. No solo el piano, sino todos los teclados en general, porque metimos sintes de los setenta, mellotron, etc. El disco está lleno de teclados analógicos vintage.

El otro elemento recurrente es que, en muchas canciones, aludes a aquellos infaustos “días que no vivimos”, como afirmas con tanto acierto en la canción homónima. ¿Cómo afectó aquel período irreal de nuestras vidas a tu manera de concebir la música? 

M. Erentxun: La pandemia fue un antes y un después, ahora mismo el tiempo histórico se mide en prepandemia y pospandemia, supuso una brecha en el tiempo brutal, no solo los meses de confinamiento, que fue la parte dura, sino el año y medio de desenganche de la pandemia hasta que volvimos a una normalidad real. Este disco es hijo de la pandemia, yo lo empecé a escribir en la pandemia. Por culpa o gracias a “Amigos de guardia”, el proyecto de “Septiembre” se fue retrasando y por eso hay canciones de este disco que están escritas mucho después de la pandemia, por esta razón “Septiembre” es un disco de contrastes. Este punto de partida de unas canciones y otras le da al disco un contraste anímico importante. Hay canciones más melancólicas y otoñales, mientras que otras son mucho más luminosas, por esta razón el título de “Septiembre” me parecía adecuado, porque no deja de ser un mes de muchos contrastes, es la puerta del otoño, pero todavía es verano, empieza el curso, es un punto de inflexión, es como concibo yo este disco.

Lo más setenta de este disco no es el sonido, sino este concepto de “superbanda”

Has citado “Amigos de Guardia”, el éxito que cosechó te ha animado a reunir una banda fuera de lo común, formada por miembros de Reme y Rufus T. Firefly, además de contar con la increíble voz de Anni B Sweet (al igual que habías hecho en “El hombre sin sombra” con Maika Makovski). ¿Por qué se te ocurrió convocarles? ¿Qué pretendías con ello?

M. Erentxun: De hecho, esta es una idea muy setenta, lo más setenta de este disco no es el sonido, sino este concepto de “superbanda”. En aquella época se estilaba mucho eso de las grandes bandas, de repente se mezclaban miembros de diferentes bandas y hacían un supergrupo. Empezó de una manera muy inocente, primero contacté con Dani (Reme), como un fan más, los descubrí en la radio, me encantaron, empezamos a mantener una relación a través de las redes sociales, y poco después me fui a Londres a conocerlo. Empezamos a trabajar en las primeras canciones de este disco. Enseguida nos dimos cuenta de que Víctor (De Rufus T. Frirefly) haría muy buen “match” con Dani. Yo ya había colaborado con Víctor en “Amigos de Guardia” y también habíamos grabado juntos un homenaje. Además, Víctor tenía más experiencia a la hora de producir, le llamamos y se apuntó, así es como formamos el equipo ganador, los tres mosqueteros. Víctor, más adelante, propuso meter a Julia, y Dani, por su parte, a Sam (Barltrop). Surgió de esta manera el supergrupo, que no tiene nombre, por otra parte. Julia es una batería de primer nivel que además habla un lenguaje que es el que me gusta, y es el que necesitan estas canciones. Aporta su personalidad, no hemos tenido que decirle cómo tocar, simplemente “toca como tú sabes”, y eso es lo que funciona. 

Además, no es lo mismo percutir una tecla (o la batería) que rasguear una guitarra, ¿no es así?

M. Erentxun: Así es. Yo le explico a la gente que la novedad de este disco es que está escrito al piano, no a la guitarra, y la diferencia es abismal. Yo no sé tocar la mayor parte de estas canciones a la guitarra, porque en este instrumento rasgueas, es otro tipo de acordes. Es otro mundo, me ha llevado a terrenos nuevos para mí, se me han abierto nuevos horizontes, han salido melodías más complejas que las compuestas a guitarra, el piano ha sido un descubrimiento maravilloso. 

Además, al tocar el piano el ritmo es sincopado, hay un silencio entre cada nota, aunque sea imperceptible…

M. Erentxun: Eso es, exactamente…

...Y eso ha sido aprovechado por tu voz, cuyo desempeño es formidable.

M. Erentxun: Víctor es Paul McCartney y Dani es John Lennon.

¿Qué te ha sorprendido de tus compañeros de grabación en el estudio?

M. Erentxun: Son “musicazos”, Sam y Julia son juntos una base rítmica de primer nivel. Lo que he dicho antes de Julia es válido también para Sam (bajista), habla el mismo lenguaje que yo, le gustan las mismas cosas que a mí, así que el camino en el estudio estaba ya marcado. Víctor es un genio, un talento gigantesco, Dani es la magia, digamos que Víctor es Paul McCartney y Dani es John Lennon.

La siguiente pregunta es obligada, la banda de la gira, ¿va a ser la misma que la que reuniste en el estudio de grabación? 

M. Erentxun: No, en principio, será la misma banda de la gira de “Amigos de guardia”, con la que ya llevo muchos años, es una banda de garantías con la que ya estamos ensayando. Es imposible ir de gira durante dos años con la banda que ha grabado el disco en el estudio, porque ellos tienen sus propios proyectos, con Reme y Rufus T. Firefly, pero sí que queremos hacer algo. Todavía no sabemos si un concierto o media docena de conciertos, sí, está en el aire, porque tanto a ellos como a mí nos apetece llevar al directo el disco de “Septiembre”. La gira es imposible, pero, en momento puntuales y para algo muy concreto, es posible que lo podamos hacer realidad. 

Entonces, llevarás a tu banda de confianza… 

M. Erentxun: Sí, Marina Iñesta (multiinstrumentista), Karlos Arancegui a la batería, Fernando Neira en el bajo, Rubén Caballero a la guitarra, y Mikel Azpiroz. Es una banda formidable, llevo con ellos desde la reunión de Duncan Dhu (en 2015).

Hemos comprobado que tienes, de momento, previstas 7 fechas en nuestro país, pero este disco, por sus particulares características, puede causar estragos en los países anglosajones, ¿el plan es que la gira recale en países de habla inglesa? 

M. Erentxun: Nosotros tenemos nuestro mercado y nuestros seguidores en EE.UU., pero allí, a nuestros conciertos asiste un público latino. 

Recientemente leí en una novela de la escritora británica George Eliot unas palabras que reflejan muy bien lo que yo he sentido al escuchar tu disco: “Creo que las cosas que más nos impresionan son las menos susceptibles de poder explicar. No podemos seguir el proceso por el cual actúan en nosotros…Ciertos pasajes musicales me impresionan tan intensamente que no puedo escucharlos sin que cambien mi manera de pensar por algún tiempo”. Comprendemos que durante la promoción tal vez no hayas tenido tiempo de pararte a pensar en esta obra musical que has realizado, pero vamos a pedirte que intentes hacerlo para los lectores de El Giradiscos. ¿Cuál es el secreto de este disco, que causa una impresión tan honda y perdurable en quien en entra en contacto con él?

M. Erentxun: Si, estamos recibiendo el “feedback” de que este disco está causando esa impresión en la gente. Ahora, gracias a las redes sociales enseguida ves el pulso directo de tu gente. Estamos recibiendo las mejores críticas en años, la de El Giradiscos, Efe Eme, El País, son críticas muy buenas de este disco. Yo creo que es un gran disco, con grandes canciones, la banda es exageradamente buena, la producción es excelente… Es una pena que este disco salga en 2023, cuando casi ya no se consume música, vivimos el “fast food” musical, el “usar y tirar”. Este disco requiere calma, son 18 canciones, requiere sentarse en el sofá a escucharlo tranquilamente, y eso es cada vez más difícil. Mi proyecto va a contracorriente de cómo funciona la música hoy en día, pero yo estoy muy contento porque a mis seguidores les ha gustado mucho. Y estoy seguro de que este disco con el paso del tiempo va a quedar como uno de mis tres mejores discos.

¿Te parece bien que hablemos de algunos de los cortes del disco? ¡Se me ocurren tantas preguntas! 18 canciones formidables. 

M. Erentxun: Y se quedaron fuera 14 canciones...

Las más breves y las de larga duración. Las primeras son “cajitas” de música, “Al sur de Vejer”, y su aire marinero, “Exilio”, “En los aeropuertos”, pero a mí me “mata” especialmente, “Una canción”. 

M. Erentxun: Es la última canción que grabamos, no iba a entrar, le dije a Víctor que tenía una canción más, y aunque ya no quedaba tiempo, decidimos grabarla. No tenía título. Al principio las canciones tenían un número, y esta era la canción 28, no me acuerdo bien, la íbamos a llamar “canción” a secas, y al final fue “Una canción”.  Es una canción que me gusta mucho. Son pequeñas píldoras, que, en un disco largo, vienen muy bien. 

Este tema es como si palpitara… 

M. Erentxun: Sí, la cuenta que hace Julia (al comienzo de la canción) ya te hace entrar en trance. Hubo un gran ambiente en la grabación, fueron tres semanas largas que estuvimos juntos en San Sebastián, y eso se nota en el resultado.

“Oh, Siena” es hermosísima, Mikel. ¿Se hace mayor tu hija? Es un proceso difícil que describes de una forma tan sublime. 

M. Erentxun: Sí, así es, mi hija se iba a Minneapolis, un año a estudiar allí, habla de eso, te haces mayor, así que vuela libre, cumple tus sueños, pero siempre tendrás una luz en casa esperándote para cuando quieras volver.

Y la más extensa es la última canción, “Cuando éramos ayer”. Cambia de piel hasta cuatro veces. 

M. Erentxun: Esta es mi canción favorita del disco. Lo curioso es que es una canción escrita del tirón, no es la suma de muchas canciones, como pasó con “En algún lugar”, la canción más mítica de Duncan Dhu, esta es la suma de tres canciones, de tres ideas separadas, que mezclamos y salió adelante “En algún lugar”. Sin embargo, “Cuando éramos ayer”, aunque no parezca así, es una sola canción. Quería hacer una canción larga, en la que sucedieran cosas, la escribí pensando en una canción de cierre, va recorriendo muchos caminos, considero que es la mejor canción del disco, y la mejor letra.

Hay dos canciones que se salen del guion, en las que los teclados permanecen en un segundo plano, y os colgáis las guitarras, y escoltados por la batería de Julia, os entregáis a fondo. Son “Tren a Marte” y la oscura “Ladridos en el pecho”, ¿qué nos puedes contar de las dos? 

M. Erentxun: Sí, son las canciones que se salen más de la atmósfera del disco, y una vez más, me aferro a la magia de los dobles discos, es lo bueno que tienen, en ellos pasan muchas cosas diferentes. Probablemente, si este disco hubiera incluido diez canciones, habría sido más homogéneo en torno al piano. Pero siendo más largo, estos golpes de timón nos parecían muy interesantes. Son dos de mis canciones favoritas. “Tren a Marte” es trabajo de Víctor mientras que “Ladridos en el pecho” es de Dani. Porque nosotros nos repartíamos las canciones. Unos dirigían unas canciones y otros dirigían otras. Me parecen soberbias, y en directo van a funcionar muy bien. “Ladridos en el pecho” relata una muy mala noche, la música acompaña muy bien el sentimiento de esa canción, es la letra más dura del disco, y “Tren a Marte” es más onírica y festiva, la música también acompaña a la letra. En general, las melodías y las correspondientes producciones musicales suman y juegan a favor de la letra. En este disco está muy bien conseguido esto.

Las canciones restantes son enormes. Algunas son perfectas composiciones pop. Me refiero a “A la luz de las farolas”, “Flores y café”, Tú y yo”, “Los días que no vivimos”, “pensando en ti (cuando lo urgente es vivir)”, “Si no es por ti” … 

M. Erentxun: Es verdad que en otra época habríamos extraído de este disco singles para dar y regalar. Cuando los singles sonaban en las radios y duraban meses. Un disco podía estar más de un año en el candelero. En este disco hay media docena de singles muy claros, es algo que no me ocurría desde hace mucho tiempo, y no es buscado, han salido así. Los singles no se fabrican, te los encuentras de repente, si tienes suerte. 

La trilogía junto a Paco Loco es fundamental en mi carrera musical.

A partir de “Corazones” encadenaste tres álbumes realmente formidables, haciéndote acompañar por Paco Loco. No obstante, en los dos proyectos musicales más recientes has elegido a otros productores, ¿qué criterios sigues a la hora de decidir en quien confiar para producir tus canciones? 

M. Erentxun: La trilogía junto a Paco Loco (los tres grabados en El Puerto de Santa María) es fundamental. Es piedra angular en mi carrera. Se me abrió un nuevo mundo. Me dispuse a hacer álbumes más alternativos, entre comillas. Eso me llevó a Ricky Falkner, el comandante de la aventura de “Amigos de guardia”. El siguiente paso ha sido trabajar con Víctor y con Dani, con una banda más joven que las otras bandas con las que he trabajado. He descubierto un filón en estas nuevas generaciones, en estos nuevos productores, que vienen de mundos distintos al mío. Me sacan de mi zona de confort, y eso para un artista que lleva tantos años es fundamental.

Para el disco al que nos hemos referido en la pregunta anterior, “Corazones” escribiste todas las letras de las canciones (porque siempre has compuesto la música de todos tus discos) y desde entonces te has convertido en el compositor completo (de letra y música) de todos tus temas. “Septiembre” llama la atención por el valor que atesoran sus letras. No son nada pretenciosas, resultan sencillas, naturales y emocionantes. ¿Crees que has encontrado la voz literaria que no estabas seguro de haber hallado antes de la composición de “Corazones”? ¿Cómo has alcanzado esa confianza? 

M. Erentxun: Me ha costado, porque me vi abocado a escribir canciones en el disco anterior a “Corazones” que se llamaba “24 golpes”, escribí media docena de letras y desde entonces he ido mejorando. He tenido siempre la suerte de tener muy buenos maestros. El propio Jesús María Corman, letrista fabuloso, Rafael Berrio y Diego Vasallo, que me parece el mejor letrista de este país, al final son mis tres referentes. Poco a poco he ido aprendiendo y sí que creo que “Septiembre” es ya el primer disco en el que me siento orgulloso de las letras. En los discos anteriores las letras eran mías, eso le daba un punto de honestidad al trabajo, y me identificaba mucho con ellas, pero todavía eran letras cojas, aquí tengo ya, sin llegar al nivel de mis maestros, poso de escritor de canciones. Tengo un nivel que me gusta, no solo me gusta que sean mías, las canciones me gustan de verdad.

El mundo es un desastre, hace unos días se ha desatado una violencia brutal, incomprensible en Oriente Medio. Uno se siente impotente. ¿Qué puede aportar la música, la belleza milagrosa de las canciones, al desconcierto de nuestras vidas, acechadas por la precariedad, por la incertidumbre respecto al futuro? ¿Todavía tiene algo que decir la música? 

M. Erentxun: Sí, claro que sí. De muchas maneras, primero porque la música es un bálsamo, aunque las letras sean facilonas. Tener un motivo simplemente para poderte quitar de la cabeza las preocupaciones del día a día, y la barbarie que ves en los telediarios. Ya solo por esta razón la música cumple una función importante. Pero además hay músicas que van más allá, que lanzan mensajes con un contenido social importante que ayudan a meditar y a pensar, como la música de Bob Dylan. Ya sea porque hagas canciones con un contenido político o social o canciones puramente de entretenimiento, al final, la música te ayuda a evadirte, transmite muchísimo, emociona, ayuda, acompaña y es fundamental que exista.
Muchas gracias, Mikel, por tu disposición a responder tan generosamente a El Giradiscos. Gracias por hacernos disfrutar con tus canciones. Considero que estás en el mejor momento de tu carrera musical. 

M. Erentxun: ¡Muchas gracias, yo también lo pienso!

Acudiremos, sin dudarlo, a disfrutar de este disco en vivo, en el escenario, durante la gira que comienza en Bilbao el 3 de noviembre, para escuchar sus nuevas canciones, esas que “guarda en su bolsillo para los días más tristes” tal y como canta el músico de Donosti, junto a Anni B Sweet, en “Tú y yo”.