The Lemon Twigs + Royel Otis, bienvenidos al paraíso pop


Sala Apolo, Barcelona. Domingo, 2 de junio del 2024.

Texto y fotografías: Àlex Guimerà

En la semana del Primavera Sound muchos grandes nombres del panorama indie internacional han ido paseándose por la ciudad de Barcelona: Vampire Weekend, Pulp, PJ Harvey, The National... Un festival que ha superado a los más de 268 mil asistentes tanto en el recinto del Forum como en las distintas salas en lo que ya hace años se presenta como "Primavera a la Ciutat". Es bajo este nombre como algunas bandas doblan su presencia barcelonesa ofreciendo conciertos tanto en el recinto del festival en sí como en otras salas de la ciudad. Este es el caso de nuestros dos protagonistas, los australianos Royel Otis y los ansiados The Lemon Twigs, quienes cerraron el festival el domingo 2 de junio con sus directos en la Sala Apolo.

Para quienes no los conozcan, Royel Otis son un dúo "aussie" formado por Royel Maddell (guitarra) y Otis Pavlovic (guitarra y voz), quienes tras publicar los EPs "Bar & Grill" (2022) y "Sofa Kings" (2023), este año han debutado en larga duración con "Pratts & Pain", un disco que ciertamente nos ha llamado la atención por su madurez siendo un álbum de debut y que les emparienta con bandas como Foals o Phoenix.

En sus directos se arropan por un simpático teclista y un batería con la camiseta de Jay Williams de los Chicago Bulls, un jugador que abandonó la NBA en 2003 tras su temporada rookie por un accidente de moto, para demostrar cómo sus canciones crecen en vivo en esa mezcla tan acertada de post-rock y synth pop que les llevará lejos.

Con Royel escondido tras su rubia melena a lo Kurt Cobain, rasgando la guitarra como un poseso y creando tormentas eléctricas, los sintes y el ritmo de la batería a todo trapo y la sosegada voz de Otis cantando configuran grandes canciones como "Kool Aid" o "Sofa King", que fueron aclamadas por el joven público festivalero entre los que había una nutrida representación australiana. Una banda que demostró ser polifacética cuando cerraron su show con la versión de "Linger", de los Cranberries, en la que Otis demostró sus grandes capacidades como solista.

Tras ellos, y con una espera en la que aparecieron a escenario sus miembros preparando sus instrumentos, llegaban The Lemon Twigs, una de las grandes formaciones actuales que cerraban su gira española de la cual sólo habíamos escuchado grandes elogios. Y a fe que tras presenciar su directo pudimos verificarlos. Y es que los hermanos D' Addario no paran de sorprendernos. Desde su debut "Do Holliwood" de 2016, han publicado una simpática ópera pop, "Go To School" (2018), sobre un mono que padece acoso escolar, un pluscuamperfecto disco de pop comercial, "Songs For The General Public" (2020), y para rematarlo el año pasado editaron ese formidable tratado de pop de los setenta "Everything Harmony" (2023) al que han dado continuidad recientemente con la epopeya sonora de aromas "sixties" "A Dream Is All We Know". Estos dos últimos son los álbumes cuyas canciones van nutriendo, principalmente, la actual gira.

Sin ir más lejos, así sucedió con comienzo arrebatador a través de los temazos "My Golden Years", "In My Head" a los que se juntaron "The One" y "Live In Favour Of Tomorrow", las únicas que tocaron del "Canciones para el público general". Cuatro temas para los que la mayoría de bandas tardarían cien años en componer pero que ellos las han sacado junto con muchas otras con una facilidad pasmosa. Aunque resultan evidentes sus referentes en el pop-rock de los sesenta y de los setenta e incluso en los musicales de Broadway, su talento para aunar melodías y ritmos al crear gemas pop resulta fuera de lo común. No en vano tienen un cancionero inaudito del que se pueden permitir el lujo de ignorar piezas mayúsculas en sus shows sin resentirse lo más mínimo.

Pero todo ello viene potenciado por ese talento mayestático para la música y para los instrumentos que han mamado en casa desde pequeños gracias a su padre Ronnie (su trabajo ha sido rescatado por el amigo Pedro Vizcaíno). Ellos han recuperado las voces en el pop, tan perdidas estos últimos años, sus dotes para dominar varios instrumentos a la perfección y esa energía juvenil encima de las tablas que son varios de los ingredientes que conforman el que, a buen seguro, es uno de los mejores directos del panorama pop actual.

Por si fuera poco, Michael y Brian D' Addario, se acompañan por otros enormes músicos como son el bajista y teclista Danny Ayala, amigo de infancia por cierto, y el batería ex Uni Boys, con su look Ramone, Reza Matin. Un combo muy sólido que suena a las mil maravillas.

En el inicio del show, Brian rompió una cuerda de su Rickenbacker pero afortunadamente, como dijo él mismo, "esa era la ventaja de llevar una guitarra de doce cuerdas", a lo que añadió Danny, tras su look Bruno Mars, "los gatos tienen nueve vidas y nosotros doce cuerdas". Esa guitarra a lo Roger McGuinn, junto con el bajo Hofner  con forma de violín reconocible en las manos de McCartney, son reflejo de hacia dónde miran la banda en su última versión: hacia el legado de Beatles, Byrds, Turtles, Beach Boys o Zombies. Pero ello supone grandes habilidades para casar hasta tres voces, guitarrazos tremendos y mucho colorido pop. Bajo esas premisas surgieron la tremenda "Church Bells" o "If You And I Are Not Wise", que parece que sea de los propios Byrds; o las dulzonas "Any Time Of A Day" y "I Wana Profe To You", para las que Michael dio una exhibición de contundencia a la batería; Brian cantando, mientras trazaba las líneas del bajo, y Danny y Reza parapetados a los teclados y guitarra respectivamente. Esa constante de intercambiar instrumentos se mantuvo hasta el final, mostrando lo sobrados que van estos tipos. Tampoco nos olvidamos de los solos a lo "guitar hero" de Brian o los saltos a lo Pete Townshend de Michael que nos transportaron a los conciertos de la época dorada del rock.

Un directo trepidante que, recortado por el encorsetamiento del festival, arrojó en su parte final dos pastillas letales como son "Ghost Run Free" y "Rock On", con las que los Lemon Twigs cerraron un impresionante espectáculo que, a pesar de que ya veníamos advertidos, superó todas nuestras expectativas.