Alejada de los grandes focos, sin apenas presencia mediática y cocinando a fuego lento este siguiente paso de su carrera solista; así lleva casi cuatro años Eva Ryjlen, trabajando sin descanso desde un rinconcito privilegiado de Guadalajara en las canciones que finalmente han dado vida a “Venus en Llamas”, la tercera referencia de una andadura notable a la que precedieron lo más que reseñables “Violencia Posmoderna” y “Onírica”, toda vez que diera por concluida la aventura de Idealipsticks junto a su amado Jave Ryjlen, en quien recae la responsabilidad de ejercer como productor y casi artesano en esta nueva colección mimada hasta el extremo.
Debo confesar que a lo largo de este tiempo he intercambiado un par de mensajes de texto con ella, extrañado ante la demora por editar un material que en principio debería haber visto la luz demasiados meses atrás, a lo que Eva, en un alarde de bondad y paciencia puesto que lo que pertenecía era mandarme a paseo, me venía a contestar que estaban “acabando con la producción de los temas”; por suerte ese espacio temporal ha terminado y ahora soy yo el que está en disposición de entender que las cosas tienen sus ritmos y procesos, sobre todo cuando lo que se quiere entregar es un trabajo mayúsculo, plagado de recovecos sinuosos donde perderse entre ecos de un rock heterodoxo y elegante, capaz de transitar terrenos tan interesantes como los del funk, el punk, la new wave y el glam en los que se nos presenta la inmensa figura de una mujer tan segura, valiente y aguerrida como dulce, frágil y sensual.
Arrancan con una vieja conocida como “Verbenas”, presente en plataformas desde hace un año, donde entre relajados y sofisticados ambientes disco-funk nos invitan a dejar atrás las cadenas, disfrutar del ambiente nocturno y dejarnos ir, invitándonos a participar en su “Aquelarre Eléctrico”, con el que exorcizar los demonios antes de que nos envuelva el neo-soul cósmico de “Pidiendo Guerra”, ardiente y puramente carnal; antes de que los tambores de guerra nos arrebaten a mitad de camino entre Muse y Blondie en “Flores Salvajes”, donde Eva mira una vez a los ojos de Christina Rosenvinge, Patti Smith y Debbie Harry, y la garajera y proto-punk “Metafísica”.
Con brillantez, sutileza e inteligencia han colocado “Stendhal” a mitad del álbum permitiendo una tregua, mostrando a la par una faceta minimalista y delicada, casi naif, perfectamente secundada por un bombazo llamado “Nueva Era”, capaz de levantar el ánimo a un muerto, y por el glam-rock de “Ya No”; antes de dejarnos totalmente boquiabiertos ante la evolución patente en “Contra las Cuerdas”, donde partimos de unas ambientaciones y una base rítmica electrificada que remata en un cierre acústico con palmas y coros que saben a gloria, dejando para el final las querencias casi disco de “Como un Tornado”, donde volvemos a encontrarnos a una Eva exultante que desprende vida y seguridad a cada fraseo, cerrando con categoría mediante un sorprendente vals acústico con aromas a chanson llamado “Mientras el Viento me Peina”, en el que se nos aparece la figura de la mejor Mercedes Ferrer de cortes como “Fantasía”, para dejar el listón de esta nueva colección de nuestra alcarreña favorita en lo más alto de unas expectativas colmadas plenamente.
Hay trabajos que son bonitos por lo que cantan y por cómo lo hacen, pues bien, aquí estamos ante uno de dichos álbumes. “Venus en Llamas” encierra una poderosa y lograda heterodoxia musical, donde los géneros conviven en armonía en un impresionante viaje que vuelve a demostrarnos la grandeza de Eva como compositora e intérprete. Letras sentidas, sinceras y llenas de fuego, donde no se deja nada en el tintero en un álbum que lo tiene todo para que su nombre luzca en lo más alto del cartel. Que no quede lugar a dudas, Eva Ryjlen nos tiene en el bote y a poco que tú tengas un par de orejas bien puestas, caerás en su hoguera más pronto que tarde. Ha llegado el momento de arder junto a esta Venus, avisado quedas.