Por: Txema Mañeru.
Son unos cachondos desde siempre, ya desde propio bautizo como grupo. A mí me encandilaron y me hicieron bailar hace ya un lustro con “Tropical Y Salvaje”. Porque realmente sonaban, y suenan, como rezaba su título. Muy tropicales, a ratos, pero también muy salvajes y rockandrolleros. Nos volvieron a quemar hace dos años, cuando ya ficharon por Boomerang Discos, con su ardiente reválida que sólo se podía titular “El Fuego”. En sus actuaciones, locas y desquiciadas, los jienenses queman aún más. Estuvo muy guapo el single digital "El Viaje", con la gran Nat Simons, un formato en el que el año pasado lanzaron "No Dices Ni Mu", "El Brujo", "La Cumbia Venenosa" (que es de los estilos que más a menudo practican y con mucho veneno, sí) y "LSD" (a esas sustancias y los efluvios psicodélicos parece que también le dan bastante). Hasta sacaron un 7” solo en vinilo, con ese citado título “ácido”, que todavía se puede pillar en sus actuaciones.
Ahora vuelven a dar en la diana con el título de su tercer y mejor disco hasta la fecha, "Me Gustó Más El Libro" (Boomerang Discos). A mí me gustaron mucho sus anteriores discos, pero me gusta más todavía éste. Siguen combinando multitud de ritmos latinos, con especial espacio para la cumbia o el boogaloo, con el mejor y más divertido rock’n’roll y punk, pero para bailar entre tigre y tigre relleno que te eches a la boca. Con su anterior trabajo ya pasaron por las páginas de El Giradiscos y ya entonces hablamos de referentes tan variados, pero guapos e imprescindibles, como The Kinks, Doctor Explosion, The Seeds, Tito Puente, Siniestro Total, Pérez Prado, Lone Star o Los Ramones. Con dicho trabajo pusieron a todo el país a bailar participando en los habituales conciertos de GPS (Girando Por Salas). Ahora han iniciado otra extensa gira en aforos algo mayores y que esperemos llegue por el mayor número de lugares posibles. Te puedes informar en www.g-news.es y en la página de su sello o en la de los propios Mejillones Tigre.
El nuevo disco ha venido precedido por dos guapos adelantos sin desperdicio para seguir metiéndonoslos en la boca de un bocado. Primero fue el irónico single Mejor Que Tú, también con su divertido punto chulesco. Si no, no serían ellos, con esa fuerza a lo The Who. Ya el mes pasado sucedió lo que tenía que pasar porque "Tiene Que Ser" es un pelotazo marca de la casa en toda regla. Habla de perdedores y de resistir, pero también de esperanza. Destaca a tope la potente sección de vientos, también sus habituales guitarras cargadas de fuzz y esos cálidos arreglos (a veces con destellos psicodélicos) con el Farfisa. En su sello hablan del soul español de los sesenta y bandas como Los Bravos, Los Kifers o Los Gritos. Yo añadiría igualmente a Los Canarios o a Los Pop Tops, incluso. Vuelven a dar en la diana con su espíritu sesentero y su estética retro que recuerda por igual a los Love de Arthur Lee que a Los Brincos en el guapo diseño de portada por parte de Ossobüko Studio.
Antes de todo eso arrancan con uno de esos temas marca de la casa casi totalmente instrumentales y cuyo título deja bien claro lo que viene. Se trata de "Cumbiando En El Espacio" y suena, efectivamente, a cumbia galáctica. Voces doo wop y ritmo contagioso con interpretaciones a lo Dion o Everly Brothers comandadn la deliciosa "Vente Conmigo (El Regreso Del Vampiro)" que debería seducir a los fans de nuestros Santiago Delgado Y Los Runaway Lovers. Los estupendos teclados y los aires sixties de "En La Playa", con un estribillo lleno de fuerza al estilo Canarios o Mike Kennedy., no les alejan de una década que no abandonan gracias a los buenos coros y el tono desafiante en "Ahí Está La Puerta". Es una pasada el aire al Santana de Woodstock y de sus dos primeros discos que traslada la excitante y pegadiza "Mirando Al Cielo" y su estribillo brutal para corear bailando mientras se difruta de unos punteos mejores incluso que los del mismísimo Carlos en el nuevo milenio.
La cara B se abre con una "Bugalú" que no hace falta que decir de qué va ni que estilo sigue, pero en el que hay que destacar un dibujo de teclados que guía la melodía que resulta una gozada total, como un solo de piano que hubiera firmado el mismísimo Eddie Palmieri. o el uso de unos coros que nos remiten a referencias pop sesenteras ya comentadas. Si con todo eso no cantas su estribillo, es porque estás muerto. El momento surf llega con la melancolía de "Luna Azul", aunque nos hable de una conversión en hombre lobo. ¡Qué golosa licantropía! Más cumbia y ricas percusiones aparecen en una endiablada "El Diablo" que da paso a los ritmos pegadizos de "A Mi Ritmo Se Baila", otra vez con destacados vientos y exquisito órgano y riffs de guitarra. El sólo de flauta viene como anillo al dedo y lo podía firmar una mítica orquesta de bugalú de hace más de medio siglo. Terminan, paradójicamente, muy arriba con "Desde Abajo", pero claro, tenían que acabar arriba, bailando y festivos, aunque su letra no sea de las más alegres y nada cachonda. El resultado es uno de esos discos y bandas que irradian alegría, como Tequila o The Cherry Boppers, por citar ejemplos totalmente diferentes.