Christina Rosenvinge y Tulsa: Susurros en “El Sol”

Casi de improvisto, sin apenas tiempo para preparar nada, un par de llamadas de urgencia y en un abrir y cerrar de ojos decidimos acercarnos al Sol para observar el concierto de Tulsa y Christina Rosenvinge con motivo del Heineken Music Selector.

Era la noche de dos damas de la canción, dos señoritas de reconocido prestigio que gozan del respeto de la crítica, quizás por eso el público respondió con un “Sold Out” de los que hacen época en “El Sol”. La calle Jardines volvía a ser un hervidero de gente dispuesta a disfrutar de una noche de susurros en formato semi-acústico.

Abrió la actuación Tulsa, quién dio un repaso mayoritario a los temas de su último trabajo, “Espera la Pálida”. Canciones cómo “El duelo” con la que comenzó y que deja claro la capacidad de Miren para “matarte” en una sola frase. En la misma es capaz de hacerte pasear por las rondas de Baco, citar a Moisés o a fantasmas que pueden ahogar en el placer…frases que hablan muy bien de la capacidad lírica de está cantautora de aspecto tímido.

Continuo su “show” sacando a relucir canciones cómo “Alguien viene a por lo suyo”, la por momentos fronteriza, “Aniversario de Boda” y “Matxitxako”, donde canta aquello de “y ahora que vamos a hacer…tápate la cara mí amor…no veas este horror”,triste, tierna y evocadora. Simplemente fabulosa.

Hubo tiempo para que interpretaran su adaptación del “Into My Arms”, del grandísimo Nick Cave. No seré yo quién critique negativamente la versión, sin embargo, creo que hablando de una “hit” de tal envergadura, es difícil salir airoso. Tulsa lo consigue, cosa que ya me parece bastante digna.

No faltaron en su actuación canciones de su anterior trabajo, “Sólo me has Rozado”. A destacar, “Carretera”, una de las favoritas del público. Un público que sin que sirva de acusación, a lo largo de la noche fue elevando progresivamente el tono de sus conversaciones. Y es que noches cómo estás, alejadas de estribillos fáciles, suelen contar con el inconveniente de que la audiencia no guarda el silencio que en muchos casos debería.

Cómo colofón a la actuación de Tulsa, apareció Christina Rosenvinge en escena, para acompañarla en las voces de “Tus Flores”. Tras ella, cerrada ovación y desbandada general. Había llegado el turno de esperar la salida de la chica más “sensual” del panorama nacional.

Volvió de nuevo Christina al escenario pasados quince minutos, atrayendo para si todas las miradas de la sala. Salió casi cómo de puntillas desde el lateral del escenario, con esa pose de “muñequita”, tan guapa como siempre.

En esta ocasión, “La Rosenvinge” ofreció un concierto basado casi integrante en su último trabajo, “Tu Labio Superior”. Del mismo interpretó canciones cómo, “Nadíe cómo tú”, con la que comenzó su actuación, “La Distancia Adecuada”, “Alta Tensión” o “Anoche” (El Puñal y la Memoria), en ambas contó con la colaboración de Miren, en un dueto que ya habíamos podido comprobar anteriormente y que supuso el broche de oro para una noche de susurros.

Texto: Javier González
Fotos: Morlas