Entrevista Javier Corcobado

Javier Corcobado es uno de los personajes más controvertidos e interesantes de la música y literatura española. Desde principios de los ochenta este escritor de afilados versos lleva trabajando en una de las obras más herméticas y personales, basada en la palabra y escrita en castellano. Nómada e introvertido aunque feroz y desgarrador cuando se trata de colocarse delante de un micrófono.

Javier se encuentra de gira con su último trabajo “A Nadie”, dando los últimos coletazos a la larga gira que comenzó allá por 2009, cuando su álbum vio la luz asombrando una vez más a propios y extraños. En los próximos días celebrará un concierto en Madrid. Estén atentos.

En El Giradiscos hemos tenido el honor de poder someterle a nuestras preguntas. En ellas, hemos tratado de realizar un recorrido a lo largo de toda su trayectoria en todas sus facetas mediante veinte cuestiones. Para comprender el presente debemos conocer el pasado.

Comencemos por el principio…

Nacido en Frankfurt pero madrileño ante todo, has pasado largas temporadas en lugares como por ejemplo A Coruña, Almería, México y ahora vives en Bilbao. ¿Cómo te afecta el entorno a la hora de realizar tu trabajo? ¿Cómo te influye o te inspira?
En la actualidad todas las ciudades se parecen mucho. El hogar implantantado en cada una de ellas me provoca serenidad, y esa serenidad es la que me permite crear.

¿Cuáles son los lugares que más te han marcado?, ¿Qué encuentras, qué te aportan estos sitios, sus costumbres y sus gentes?
No soy muy sociable. No tengo mucha relación con la gente pero sí con la fisonomía de las ciudades, con sus edificios, parques, ruinas, ríos y rías o el mar... Supongo que las dos ciudades que más han podido influir en mi obra son Madrid y México D.F.

Cuentan que tus primeros pasos en la música tuvieron lugar en Vallecas, donde comenzaste a cantar y a tocar el laúd. Tiempos en los que descubres músicas y formas tu primera banda Los Presumidos, con la que nunca llegaste a debutar en directo sobre un escenario. ¿Cómo viviste/ Cómo fueron estos primeros pasos en la música?
Trabajando mucho con el error. Me fascinaba el ruido y la música que se podía generar desde la ineptitud instrumental. En esa época adolescente fue cuando me envenenó el rock'n'roll y el punk, ya que hasta entonces era un apasionado de la canción melódica de Raphael, Nino Bravo, Julio Iglesias o Frank Sinatra...

Años después llegó lo que fue el salto a los escenarios con Cuatrocientos Veintinueve Engaños, en Rockola (Feb 83) fue tu primer concierto, ¿Cómo fue? ¿Cómo lo recuerdas?
Manuel Presas y yo llevamos una maqueta a Rockola una tarde. Se la enseñamos al dueño de la sala, que la escuchó en ese mismo momento, y nos dijo que era lo más raro que había oído nunca y que nos iba a contratar... Al concierto asistieron unas 300 personas y al final sólo quedaron 20...

Después tocó recibir la llamada de la mili, desde allí y junto con Julián Sanz empezáis a pensar en el proyecto que terminó convirtiéndose en Mar Otra Vez y en lo que supuso tus primeras grabaciones. ¿Cómo se desarrollaron los acontecimientos desde que pasa por vuestras mentes el proyecto hasta verte grabando en un estudio?
Esto parece una biografía... Cuatrocientosveintinueve Engaños se convirtió en Mar Otra Vez. Entraron músicos nuevos que sabían tocar. Yo vivía en Tenerife cuando me llamaron para grabar el primer disco y tuve que regresar a Madrid. Grabamos en un par de días. Los técnicos de sonido eran músicos de Lola Flores y estaban asombrados. Fue fascinante, pero había dos personas en el grupo que tenían intención de que nos convirtiéramos en una especie de Radio Futura, y mi actitud ante la música era otra. Tras esta experiencia disolví la banda y seguí grabando discos con el mismo nombre, pero con otros músicos, como Gabriel Arias.

Hasta entonces cada andadura cambiabas de estilos, si bien empezaste con sonidos Rockabillies en Los Presumidos, seguiste por la música experimental con Cuatrocientos Veintinueve Engaños, música libre y ultrasonidos con Mar otra Vez, después te acercaste al Blues y las distorsiones con Demonios Tus Ojos. ¿A que se deben estos saltos en estilos tan distantes? (Aunque siempre patente tu estilo propio).
Lo importante para mí ha sido siempre hacer buenas canciones, que transmitan emoción y belleza. Según han ido pasando los años he ido aprendiendo a evolucionar y a mejorar en este sentido, y sigo en ello.

Con Agrio Beso comienzas tu carrera en solitario, un álbum en el que te presentaste como crooner contemporáneo con actitud rock and Roll. Supongo que el hacer algo 100% Corcobado sería a esas alturas una necesidad.
Desde que era niño soy crooner... Es un camino irreversible.

Entonces corría el año 89 y terminaba la movida y los 80 ¿Después de tres décadas cómo ves aquellos años en Madrid?, ¿Qué significado tiene los 80 para ti?
Fue una época que me permitió grabar discos, hacer conciertos y derrochar mucha juventud, pues me sobraba... Nunca consideré que mi música fuera afín a La Movida.

Es en 1991 cuando editas tu primer poemario (Chatarra de sangre y cielo), en la presentación te tatuaste al mismo tiempo que recitabas los versos ¿Cómo se produjo el paso de editar poesía en tu carrera, hasta entonces estrictamente musical? ¿Y cómo fue aquello de tatuarte al mismo tiempo que recitas?
Chatarra de sangre y cielo es una recopilación de poemas escritos en la década de los ochenta e incluso antes; muchos de ellos datan de cuando tenía 17 ó 18 años, época en la que escribía poemas compulsivamente. En la presentación se me ocurrió tatuarme mientras recitaba. ¿Por qué? Supongo que porque me apeteció hacerlo... La experiencia estuvo bien, pero no se la recomiendo a nadie...

En ocasiones has afirmado que el respeto es algo que se está perdiendo en la música, que ese respeto existe en la poesía pero de un modo un tanto snob ¿Qué diferencias encuentras en los distintos ámbitos cuando te enfrentas a un publico recitando o cantando?
Si he de elegir, prefiero cantar en un escenario con mi orquesta ante un público apasionado. En los recitales de poesía lo que más me gusta es leer sobre la base del silencio, y al final, como regalo, suelo interpretar algunas canciones selectas. La mezcla de poesía y música, tan en boga, siempre la he dejado para las canciones...

Para seguir retomando afirmaciones que has realizado, en alguna ocasión has calificado de frivolidad el editar poesía en libros. ¿A qué te refieres exactamente con ello?
La poesía es el idioma secreto de Dios; nosotros intentamos descifrarlo eternamente sin éxito. Es el salvoconducto que nos permite viajar por la libertad. No soy un apasionado lector de poesía, pero sí disfruto mucho cuando la encuentro en las canciones o en los actos cotidianos.

A raíz de la publicación de tu primer poemario explota un gran interés alrededor de tu poesía y muchos artistas y publicaciones se interesan por ella, al mismo tiempo que editas dos álbumes con Los Chatareros Ritmo de Sangre y Arco Iris de Lagrimas, es entonces cuando te empiezas abrir camino en México ¿Cómo fue tu primera impresión del país azteca? ¿Cómo fue el recibimiento por parte de México?
Fue sorprendente, no me lo esperaba. La primera vez fui acompañado de mi guitarrista de entonces, Javier Arnal, y tocamos en una sala para 500 personas que se sabían las canciones. Me quedé atónito y grátamente entusiasmado con México. A partir de entonces hemos ido a tocar casi todos los años y nuestro público ha ido creciendo notablemente.

A finales de los noventa ve la luz tu trabajo quizá más transgresor, y por supuesto el más travestido, Corcobator ¿Cómo se trazó este álbum?
Fue el último disco de una etapa muy dura. Llevaba demasiados años grabando y girando, con los consecuentes males que eso puede acarrear. Es un disco muy irregular pero que contiene algunas de mis mejores canciones, como Coches de choque o Dame un beso de cianuro. Fue una época en la que investigué mucho en el mundo interior de la mujer; me era útil vestirme como tal.

Tras Corcobator te distancias momentáneamente de la música para centrarte en tu faceta poética. Te trasladas a A Coruña y te dedicas a escribir. También lo hiciste en Cabo de Gata para escribir tu primera novela El Amor No Está en el Tiempo que vio la luz en 2005 ¿Qué motiva el que te apartes de la música para centrarte en la literatura? ¿O es exigencia de la literatura?
He dicho muchas veces que escribo poesía casi a diario, como un acto fisiológico, pero generar una novela o un cuento es mucho más laborioso y para mí no es compatible con la música. He de separar las dos cosas. No tengo capacidad para desarrollar las dos actividades a la vez.

Novela, poesía, música… Una de las pocas cosas que te quedaba por hacer era teatro, Juan Navarro te lo propuso para la obra titulada Agrio Beso, al igual que tu primer álbum en solitario, en ella os involucrasteis parte de tu banda y tú. ¿Cómo fue la experiencia?
Fue una experiencia encantadora y enriquecedora. Fue un honor que Juan Navarro decidiera crear una obra a partir del título de mi primer disco en solitario y que quisiera contar conmigo y con mi banda para la creación del espectáculo. Juan es una persona con gran talento y una energía sobrenatural. Muy divertido...

Ya tocando el presente… en 2009 se publicó A Nadie. Ahora que estas terminando la gira y ha pasado un poco el tiempo, ¿Cual es la valoración que haces de este trabajo y su extensa gira?
La edición de A nadie coincidió con este declive económico en el que aún estamos inmersos. No pudimos hacer todos los conciertos que estaban previstos, y muchas ciudades se han quedado sin vernos. Hemos aguantado el tipo y estoy muy agradecido a mis músicos y a mi representante porque han sabido mantener el entusiasmo. Lo que pasa a estas alturas, cuando se han ido superando décadas, es que uno siempre está de gira. Yo no dejo de hacer conciertos, de hecho ya tengo algunos previstos para este año...

Éxito y premios con A Nadie como el Mejor disco de 2009 en la categoría de “Rock Alternativo” en los Premios de la Música de España. ¿Cómo recibiste el premio?
No soy muy afecto a los premios. Me sorprendió mucho que me fuera concedido. Lo pasé mal en la ceremonia de entrega. Mi timidez no me permite estar cómodo en este tipo de actos. No obstante, fue una alegría, sobre todo para mi madre, supongo...

En el documental Notas discontinuas de México que incluyes en la primera edición de A Nadie, se puede ver con que pasión se viven tus conciertos en México, En un momento del dvd narran como algunas personas entraron casi a la fuerza en la sala durante uno de tus conciertos colapsando el lugar, y en el Df congregaste a más de 3.000 personas en el Metropolitan ¿Cómo se vive un concierto desde el escenario en México?
Es una experiencia maravillosa. La gente corea las canciones y se entregan a nuestra música en cuerpo y alma, les puede la pasión más que la atención; en Europa es al revés, pero me encanta tocar en todos los lugares: soy adicto al escenario.

Por las informaciones que nos han llegado sabemos que ahora te encuentras trabajando en una obra dilatada duración y un álbum de versiones ¿En que punto se encuentran estos proyectos?
Estoy trabajando en la composición de una obra musical de 24 horas de duración. Todavía no puedo daros muchos detalles al respecto, pero lo haré pronto. A la vez estamos sacando adelante una colección de versiones de intérpretes como Frank Sinatra, Serge Gainsbourg, Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Fred Astaire, Manuel Alejandro, Spacemen 3, etc., las cuales ya estamos llevando a escena... Pero estamos viviendo una época tan miserable en el mundo de la música, que aún no hemos logrado que ninguna compañía discográfica española, o una entidad privada o pública, invierta en este proyecto, así que estamos llevándolo a cabo a trompicones, gracias a amigos que nos ceden sus estudios, como Carlos Ann en Barcelona o Raúl Lomas en Bilbao.

Tras haber resumido en estas preguntas una buena parte de tu carrera y extensa obra me gustaría terminar preguntándote ¿Qué es la música y qué es la literatura para ti?
La música ha formado parte de mi sangre desde que nací, y la literatura es algo espiritual a lo que qusiera dedicarme única y exclusivamente cuando sea mayor...

Entrevsita Iván González
Fotos Alberto Vicente