FIB 2011. Parte IV: Fin.

DOMINGO 17 DE JULIO. CATPEOPLE, NOAH & THE WHALE, PORTISHEAD y ARCADE FIRE.Y como todo lo bueno en la vida se acaba, el domingo 17 daba por finalizado el FIB 2011. Hoy daríamos carpetazo final a unas jornadas musicales sobresalientes en la que nos habíamos embarcado hace nada menos que tres días y lo haríamos escogiendo un cartel muy variado (que se citaba ante nosotros de 20:00 a 02:30 en el Escenario Maravillas): 1º Un grupo nacional que ya ha dejado de ser promesa para asentarse con firmeza, es decir, Catpeople, 2º Una banda londinense de folk-fusión cuyo tercer disco (Last night on Earth, 2011) les está dando a conocer en la escena internacional, Noah & the Whale, 3º Una banda veterana que propone un sonido experimental y trip hop a través de conciertos íntimos y muy personales, Portishead y 4º A mi humilde modo de entender la música, la banda del momento, los canadienses Arcade Fire. Es cierto que con ello dejaríamos de lado grupos tan espectaculares en el escenario como The Go! Team (no pierdas la ocasión de escuchar algunos de sus temas: “Ladyflash”, “Junior Kickstart”, “Milk Crisis”…) o a uno de los raperos más de moda del panorama actual, Tinie Tempah (quizás conozcas alguno de sus temas: “Pass out”, “Written in the stars”, “Friskey”…), pero no se puede tener todo, así que seguimos adelante con nuestra elección.

El primer concierto nos citaba a las 20:00, allí esperábamos ver a Catpeople. Este grupo vigués de nacimiento y barcelonés de adopción se presentaba ante nosotros en un escenario compuesto por un decorado teatral a modo de bosque animado, muy en consonancia con la nueva estética adoptada en el tercer disco de la banda, Love Battle, 2011. El concierto contó inicialmente con menos presencia de la esperada (tanto por nosotros como muy posiblemente por la banda), pese a que poco a poco el goteo de gente fue incrementando un aforo, que no llegó en ningún momento a alcanzar su mitad. El directo lo abrió la canción que había significado el adelanto de su último álbum, “Sorry”, cuya percusión, fácil estribillo y sonido envolvente trató de caldear tempranamente a los allí reunidos. A partir de ahí la banda tenía que diseñar un concierto que no podía sobrepasar en ningún caso los 45-50 minutos, así que de modo preconcebido escogieron 6 canciones de su nuevo disco (pues hay que tratar de hacerlo llegar, ya que ha significado un cambio de sonido y rumbo para la banda), donde destacaron “Fat Rat”, “Love Battle” y “Rana” y otros 6 temas de sus trabajos anteriores, más conocidos y más cercanos al pop-rock y el post-rock, donde destacamos: “Goodbye Angel”, “Sister”, “Mexico life” y “Radio” (aunque echamos de menos “Behind”). Fue en definitiva un concierto más que correcto, en el que Adrián Pérez y su banda se encontraron con un público más tibio y escaso del que todos hubiéramos preferido (era domingo y uno de los primeros conciertos del escenario principal) y que sólo logró animarse cuando este se bajo del escenario o cuando el directo se encontraba en su fase final.

Concluido el primer concierto, no nos movimos del escenario (salvo para las necesidades más humanas de todo espectador, principalmente beber alguna cerveza y…), pues esperábamos sorprendernos con una banda casi desconocida en nuestro país, Noah & the Whale. Noah & the Whale es una banda londinense que trata de hacernos llegar el folk, la música indie y el pop-rock desde una peculiar mezcla de sonido fresco, exquisito y muy profesional que no duda en mezclar guitarras, bajos y baterías con violines, ukeleles, sintetizadores y pianos. A las 21:30 se presentaron ante nosotros trajeados de forma muy clásica (trajes grises de tres piezas) y con un cuadro de geometría abstracta (neoplasticismo) muy al estilo de los pintados por Mondrian, pero en este caso en blanco. Tras las presentaciones desplegaron todo su buen hacer en las tablas con temas vivos y elegantes: “Give a little love” (único tema escogido de su disco debut), “Tonight’s the kind of night”, “Life is life”, “L.I.F.E.G.O.E.S.O.N”… Nos dejaron un muy buen sabor de boca, pues fue un concierto corto (apenas 10 temas), pero intenso, como una muestra de “delicatessen” que te deja con ganas de más.

Si habíamos presenciado un concierto elegante y muy singular, aún nos sorprenderíamos más cuando a las 23:00 hicieran su aparición Portishead, pues la banda británica ofrecería un verdadero espectáculo único (proyecciones, intensidad contenida, comunión banda-público…), más que un concierto fue una experiencia, un sentimiento común. La noche había caído ya sobre la localidad castellonense, nos encontrábamos en la quinta o sexta fila, rodeada de fieles cuya primera prioridad era ver a la banda de Bristol y mandar callar a todos aquellos osados que perturbaran el desarrollo del concierto (algo que hasta ese momento jamás había visto), fue entonces cuando Beth Gibbsons se acercó al micrófono, mientras el sonido minimalista de sintetizadores, guitarras y bajos articulaban un fondo sobre el que la vocalista tejería sus melancólicas letras. “Silence”, “Hunter” y “Mysterons” cerraron nuestros ojos y abrieron nuestra mente en un sentimiento de levitación que alcanzó su éxtasis en “The RIP” gracias en parte a la proyección de su videoclip, una verdadera obra de arte en animación (su visita a Youtube es obligada). A partir de ahí un concierto íntimo (“Magic doors”, “Machine gun”, “We carry on”…), cuya única pega sería que al no ser el último directo de la noche nos mantenía en una tensión por ver a Arcade Fire, que nos sacó de la meditación musical e hizo algo más largo el concierto de lo que pudo ser. Un concierto inolvidable y una experiencia sorprendente.

Tras ello venía el plato fuerte del día (y junto a The Strokes posiblemente de todo el festival). La banda canadiense sería recibida por un Escenario Maravillas a reventar, un público agolpado que durante los casi 45 minutos de descanso entre concierto y concierto no paraba de mirar el ajetreado trabajo de los pipas, que se movían de arriba abajo montando pantallas, cámaras, probando instrumentos… creando en definitiva el escenario ideal para que los chicos de Montreal dejaran un directo sobresaliente. A la 1:25 (diez minutos después de lo marcado) salieron al escenario la plantilla actual de Arcade Fire liderada por Win Butler y su mujer Régine Chassagne. Como ya hicieran en el Palacio de los Deportes el año anterior la banda escogió como abanderada la canción “Ready to start” (es difícil escoger un tema que sintetice mejor el comienzo de un directo). Tras ello, Win no tuvo reparos en hablar con el público (en inglés “of course”) comentando que puesto que era el último concierto de su gira Europea ellos darían todo en el escenario, si nosotros dábamos todo desde el foso, en fin, estupendo trato. A partir de ese momento se sucedieron los temas, que procedían tanto de sus dos primeros trabajos: “Keep the car running”, “Laika”, “Haiti”, “Tunnel”, “Intervention”, “Rebellion” como de su tercer y último disco (The Suburbs ganador del Grammy al mejor disco del año 2010): “Rococo”, “We used to wait”, “Month of May”… Un concierto genial (salvo algunos problemas de ecualización iniciales), con todo lo que esta banda ofrece: rock de quilates, potente directo, músicos multi-instrumentalistas que cambian el instrumento en cada canción, una puesta en escena que ha ido avanzando con los años… La banda se lo estaba pasando tan bien como el público, sino que se lo digan a William Butler (sintetizador, bajo, guitarra, percusión), pues el músico y hermano del líder de la banda no dudo en subirse a casi 10 metros de altura por uno de los laterales del escenario para tocar un tambor en “Rebellion”, que finalmente fue sacrificado desde las alturas. Tras esto, el concierto concluiría, no sin que ante la banda volviera al escenario para ofrecernos “Wake up” y “Sprawl II” a modo de broche final del FIB 2011. Pues nuestro festival concluyó cuando Régine Chassagne pronunció la última frase de “Sprawl II”: I need the darkness someone please cut the lights (Necesito la oscuridad por favor que alguien apague las luces).

Por: Rubén López
Fotos: Natalia del Olmo (CatPeople, Noah & the Whale, Portishead) y Rubén López (Arcade Fire)