Nueva visita de Fernando a la capital, y en esta redacción teníamos más ganas, si cabe, de verle en directo tras compartir unos minutos con él y tener la suerte de entrevistarle el pasado lunes. La sala galileo presentaba muy buen aspecto, si bien no se llenó por completo, si estábamos todos los fieles que ha hecho Alfaro a lo largo de los años en la capital.
El público enmudeció por completo cuando con las primeras notas de “Extintor de infiernos” sonaron anunciando el comienzo del espectáculo. Esta canción sigue emocionando desde la primera vez que la escuchamos hace casi tres años en el Circulo de Bellas Artes de Madrid. El Set-List del jueves fue prácticamente clavado al de su anterior concierto en Madrid hace algunos meses. En esta ocasión Fernando volvió a desgranar su último y alabado disco al completo, en un orden cuidadosamente elegido.
Tras el “Extintor de Infiernos” llegó la vitalidad del “Gol psicológico”, la historia de “El último crooner, santo, el último lobo”, la magnífica “Teléfono de Atropellados” y la habitual colaboración del público en “Un viaje largo, largo”.El momento que más nos gustó de la noche fue la visceral “Hijo de perra” con la banda a pleno rendimiento, destacando a un versátil instrumentista como Marcel Cavallé, secundado por el intenso bajo de Alfonso Alcalá y la batería de Xavi Molero.
No podía faltar “Camisa hawaiana de fuerza” tras la cual Fernando nos confesó estar muy a gusto en escena. Con el “Himno del caminante Kamikaze” la banda se fue retirando progresivamente del escenario, para acometer posteriormente un único bis donde Alfaro recordó su glorioso pasado. “Padre viento y padre mar “de los Surfin Bichos y “Que condenadamente negra” de Chucho. Para terminar reservó una ruidosa revisión del tema “Fuerte“, su canción más recordada.
Lo único que se le puede reprochar al concierto fue su escasa duración, una hora corta, que se pasó muy rápido. Aunque una hora de Fernando Alfaro es igual a una hora de calidad musical.
Texto y Foto: Jorge Bravo “El Gurú”
