Drivin’ N’ Cryin’: “Songs from the Laundromat”

Cuanto menos se puede definir como curiosa la iniciativa llevada a cabo por Drivin’ N’ Cryin’ consistente en sacar en el intervalo de doce meses cuatro EPs, de los cuales el primero ya ha visto la luz. Esta decisión ha sido tomada, según explican, como forma más inmediata de conectar con sus fans y no tener que esperar tanto tiempo como el que sería necesario para dar forma a un disco largo. 

Aquí no acaban las ideas curiosas de la banda respecto a este multiproyecto, ya que el contenido de los trabajos que lo formarán serán estilísticamente variados, centrándose cada uno en un tipo de sonido, lo que dejará entrever las variadas influencias y el amplio contexto musical en el que se mueven los norteamericanos.

A Drivin’ N’ Cryin’ siempre le ha sucedido algo que suele ser muy común en algunos grupos, y es que su propuesta de rock americano, por una parte se ha demostrado demasiado duro, no olvidemos que el hard rock sureño se filtra claramente en ellos, para lo que se entiende por música de raíces, y en los ambientes más guitarreros han quedado habitualmente solapados por bandas con más nombre. 

El actual momento estilístico de la banda, teniendo en cuenta como termómetro su hasta hora último trabajo “The Great American Bubble Factory”, parece haberse encaminado hacia un sonido más calmado y orientado al clasicismo del rock. Una tendencia que claramente se debe vincular a la carrera que su cantante, Kevn Kinney, lleva en solitario, ésta sí decididamente inclinado hacia lo acústico. 

Una vez dicho todo esto, el recién publicado EP se adentra precisamente en la parte más contundente de la banda. De los cinco temas que lo componen hay tres en los que predomina la fuerza guitarrera. “Dirt” es un rythm and blues cruzado con un rock sureño con semejanzas a los míticos ZZ Top. “Ain’t Waitin’ on Tomorrow ” sigue esa misma estela pero el hard rock se asienta e impone recordando a The Cult o bandas similares. La más curiosa de este “trío” de temas es “Baloney”, que con poco más de 30 segundos dan rienda suelta a toda su aceleración a ritmo de punk. 

Frente a estas composiciones aparece una pareja de temas más tranquilos. En “REM”, se pasan al pop rock de raíces en lo que viendo el título parece ser a un homenaje a la recientemente desaparecida banda de Michael Stipe, de la que fusilan a la perfección su estilo de los primeros años. “Clean up” por su parte es un medio tiempo de rock americano luminoso.

Este primer capítulo de los cuatro EPs, quizás en un principio pretendía ser una mínima muestra de uno de los estilos que el grupo puede interpretar, pero en verdad, y por suerte, se convierte en la demostración de la versatilidad, y el buen estado de forma, que vive la banda estadounidense.

Kepa Arbizu